Partida Rol por web

Aquel muchacho rosado estaba alucinando con lo que Kidd le estaba contando, diciendo que nunca antes había visto un temible capitán…y llegando a decir que si todos los niños eran enanos. Aquello hizo que al chico se le hinchara la vena de la frente, preparado para soltarle una serie de improperios, pero entonces se disculpó y Kidd no tuvo más remedio que gruñir a modo de aceptación, ¿Qué manía tenía la gente con decirle lo de la altura?, ¿no tenían filtro?, bueno, el no lo tenía…¡no importaba, era alto para su edad!

Fuera como fuera, el chico rosado volvió a la carga, comentando que tenía muchas mujeres que le prestarían la cama y buena comida, aquello era más que suficiente para un capitán como el.-¿Si?, muy bien, yo os contaré mis historias de capitán y vosotros a cambio…-Sonrío maliciosamente, pero no pudo continuar ya que le agarró de la mano.-¿Eh?, oye…tranquilito, que…-Y antes de darse cuenta todo comenzó a temblar y de repente estaban en el aire a muchísimos metros sobre el suelo.-¡…!-Ni siquiera le salían las palabras, instintivamente se agarró con más fuerza al chico rosado y terminó abrazado junto a el.

Cerró los ojos con fuerza mientras escuchaba a ese lunático, ¿Qué diantres estaba haciendo?, claramente estaba como una regadera, ¡quería matarle!, lo de las mujeres y lo demás era un engaño seguro…¿Cómo iban a darle un entierro digno de un emperador pirata si ni siquiera encontraban su cuerpo?, en buen momento se separó del buen capitán…

Pero a pesar de estar en el aire sobrevolando y luego casi morir por la caída a gran velocidad, terminaron de nuevo en tierra, Kidd como era de esperar estaba temblando de pies a cabeza, con los ojos exageradamente abiertos y con una sensación de vértigo que le recorría constantemente todo el cuerpo.-Es…es…es…es…-Ni siquiera le salían las palabras.

Pero después de unos largos segundos no tardó en agarrar al chaval por la pechera.-¡C…casi me matas, loco, esas cosas se avisan!.-Gritó furioso para luego fijarse que estaban en el pueblo, donde casi todos los presentes eran hombres, haciendo tareas como si nada y lo más chocante de todo es que ni siquiera estaban prestándole atención, actuaban como si aquello fuera algo normal ahí.

-C…casi me matas, casi me matas y…¡y esto es un campo de nabos!, aquí solo hay tios.-Comentó girándose y mirando todo a su alrededor.-P…por ese susto tienes que darme comida, ¡mucha comida, y mujeres!.-Le advirtió temblando nuevamente a causa de esa mezcla de terror y adrenalina.

Estaba claramente asustado y perdido, con razón claro…¿Qué era ese chaval?, ¿y como pudo volar?, claramente tenía algún poder oculto o…¿era un dios de algún tipo?, no quería siquiera pensar en aquello, necesitaba comer todo lo que pudiera y pirarse de ahí, tenía la sensación de que su vida iba a peligrar, pero…por otra parte, tenía que aprovechar la situación al máximo.

-Muy bien…por ese susto que me has dado me debes una, es la ley pirata, y por eso mismo…-Kidd alzó el brazo y le señaló.-¡Ahora eres parte de mi tripulación!, ¡y no puedes rechazarlo, me lo debes!...y por eso mismo, dame tu nombre, te lo ordena el famoso capitán Kidd.-Terminó sonriendo de forma un tanto forzada, sobretodo porque aún estaba temblando y tenía la sensación de que iba a caerse en cualquier momento, pero tenía que actuar tan buenamente como podía, además con un tío tan fuerte como ese nadie se le podría oponer.-Y...y ahora cerremos el trato con comida, mujeres, alcohol y...y un sitio que no pueda salir volando por favor...

Yo arrugué un poco el gesto cuando escuché las palabras de mi capitán... no por enfado por él, sino por su afirmación que hizo: a mi no me valía que "el mar fuera misterioso"... debía de tener un motivo, y no me quedaría tranquila hasta que lo descubriera. Pero tampoco me quedaría tranquila hasta no encontrar a Kidd, así que me reservé las palabras y empecé a caminar.

Entonces, caminando... vimos a... Kidd... volando por el aire junto con otra persona pequeña pero multicolor -Si... es Kidd... Auch...- dije, no pudiendo evitar imaginarme el golpe o lo que sea que la habría mandado por los aires -Ni idea- dije simplemente a Hitomi cuando preguntó quien era la otra. No lo se, pero desde luego deberemos ir a comprobar que están bien y atenderles médicamente.

Pero al continuar... nos encontramos con... Eh... no se si llamarlo obstáculo... pero... -Ehhh...- de desde luego nos pilló a todos desprevenidos. Una... ¿mujer? Dejó caer un tronco que llevaba y sorprendida como nosotros preguntó quienes eramos -Eso mismo podemos preguntarle...- pensé mirándola a la cara... creo que de los presentes soy la que más fácil lo tenía pues a mi solo me sacaba unos diez centímetros. Hitomi le explicó que eramos náufragos, y todo lo demás presentándose un poco, cosa la cual parece que no hicieron muchos -Ikame- me presenté yo también de forma breve... no parecía mala gente, al menos ahora. Aunque luego miré a Sea y Denna y suspiré -Eso... que no piense que somos raros hablando de pectorales y niños que salen volando... ¿como se llama usted?- suspiré masajeándome la sien, preguntando su nombre con cierta curiosidad... Voy... a tardar mucho en acostumbrarme a esta gente tan rara.

 Una gota de sudor cayó de la frente del chico, el cual intentaba mantener su sonrisa tras tu inesperada reacción de tomarle de la ropa.

 -¡P-Pero si avisas de esas cosas se pierde la sorpresa! -respondió intentando excusarse.

Entonces, el chico miró con confusión el pueblo cuando mencionaste que era un campo de nabos...

 -¡C-Claro que no! Aquí no se siembran nabos -te corrigió riendo levemente. -. ¡Pero igualmente te buscaré comida! Te dije que lo haría antes, ¿no?

 Pero entonces, se mostró sorprendido al ser señalado por ti, abriendo los ojos como platos ante aquellas declaraciones.

 -¡Wouh! ¿¡Soy miembro de tu tripulación!? ¡Genial! -exclamó emocionado y con una amplia sonrisa. -. ¡Capitán, si, capitán! ¡Le llevaré enseguida con la jefa de la isla para que le de comida y nos cuente sobre sus maravillosas historias! -dicho eso, volvió a tomarte de la mano, pero gracias a Dios esta vez simplemente empezó a correr por el pueblo.

 Tras pasar varias casas, terminando llegando al fondo de aquel lugar donde se encontraba una gran y bonita cabaña, más no era muy diferentes a las demás del pueblo. Tenía dos pisos, ventanas, chimenea...

 -¡Vamos, vamos! -decía mientras te llevaba con él a la entrada, siendo que en cuanto estuvo delante de la puerta la abrió de golpe. -. ¡Señorita Veronica, hay un capitán que quiere verla!

 El interior de la cabaña resultaba tan acogedor como podía parecer por fuera, con algunos muebles y decoraciones típicas de un lugar construido en su mayoría por troncos y madera.

 -Hmph... Que raro... Tal vez la Señorita Verocina se encuentra en el piso de arriba... ¡Vayamos a buscarla, capitán! -te indicó emocionado señalando unas escaleras.

 Kaito se mantuvo algo silencioso durante el camino, siendo que a pesar de haber sido el protagonista de uno de los mayores misterios de aquella reunión no tenía la menor idea de como encontrarle sentido... Honestamente, parecía que nadie podía hacerlo...

 Por supuesto, sus ojos se abrieron como platos al ver aquellas dos pequeñas figuras en el cielo, siendo que Kaito se restregó un poco los ojos pensando que se lo había imaginado a causa del hambre... Más por suerte parecía que seguía cuerdo, cosa que confirmó al escuchar que todos hablaban del tema.

 Tal como Hitomi se lo imaginaba, nadie parecía reconocer al segundo individuo que iba con Kidd, pero ya tendrían tiempo para ir a buscarlos, pues ahora su atención estaba en aquella figura que se imponía ante ustedes.

 Aquella dulce mujer pudo relajarse un poco al escuchar la explicación de Hitomi, entendiendo de inmediato vuestras situación... Pero antes de poder decir algo al respecto, Denna se acercó de manera bastante descarada a "estudiarla" y señalar sus puntos fuertes; nunca mejor dicho...

 El rostro de la musculosa mujer enrojeció levemente por las palabras de la historiadora, quién parecía tan perdida en los músculos de la chica que seguramente no se los sacaría de la cabeza por un largo, largo, largo tiempo... Por otro lado, una gota de sudor recorrió la frente de Kaito ante el comentario de su compañera, sin decir nada al respecto.

 Pero la mezcla de confusión, timidez y preocupación, que tenía la agradable chica, pasaron velozmente cuando Sea e Ikame mencionaron al Kidd volador.

 -¿Iba con un niño multicolor...? -dedujo de inmediato. -. Vuestro amigo estará bien, seguramente Tet le haya llevado al pueblo al otro lado del bosque. Les llevaremos hasta allá, y una vez allí podremos darles de comer y ver como ayudarles.

 Justo entonces comprendieron porqué hablaba en plural: el suelo volvió a temblar a causa de fuertes pisadas, y enormes sombras se asomaban de entre los árboles para acercarse hacia ustedes desde distintas direcciones... No una, ni dos, si no al menos diez mujeres de hermosa cabellera y mirada, así como una musculatura que no haría exagerado decir que tenían músculos entre los músculos. Todas cargaban cosas pesadas como grandes troncos, enormes hachas, martillos y hoces de cosecha, grande cestas llenas de vegetales y frutas...

 -Acabamos de terminar la recolección de la mañana -dijo la chica de cabello blanco delante de ustedes, tomando el tronco que antes había tirado para subirlo a su hombro. -. Soy Elizabeth. Un gusto.

 Tras la presentación de la chica, las demás empezarían a andar hacia una misma dirección, siendo que podían hacerse la idea de que les estaban guiando hacia el pueblo al otro lado del bosque.

 -Vamos -les invitó Elizabeth mientras avanzaba ella también.

Luz...

Todo se había convertido en Luz momento antes de que todo fuese consumido en la más profunda oscuridad...

Perdiste la consciencia y el pasar del tiempo, sintiendo como flotabas en un infinito vacío que no te llevaba a ninguna parte...

_Ey...

No comprendías exactamente como habías terminado así, ni a donde irías a parar...

Oye...

¿Estaría bien Lux...? ¿El resto...? ¿Que sería de ti ahora qué...?

¡DESPIERTA, MIERDA!

 Un fuerte golpe en tu estomago te hizo recuperar la consciencia de golpe, expulsando el aire que tenías a la vez que habrías los ojos como platos. En ese pequeño instante pudiste caer en cuenta que estabas sobre un colchón en el suelo, en la habitación de algún tipo de cabaña de madera... Con una mujer encima de ti.

 Vestía con un pantalón holgado y rasgado negro sujetado por una soga, cubriendo sus pechos con unas vendas ajustadas y dejando al descubierto el resto de su musculoso y ejercitado cuerpo: no era de extrañar que te hubiese sacado prácticamente todo el aire considerando la fuerza con la que te puso el pie sobre el estomago...

 -Oh, ya despertaste -concluyó apenas abriste los ojos luego de meterte el pisotón con su pie descalzo, aunque para ti ese momento fue eterno.

 La mujer apartó su pie de tu estomago y se alejó un par de pasos del colchón para que pudieses levantarte cómodamente... No reconocías a la mujer de nada, ni el lugar en el que estabas... ¿Que había pasado...?

Reconozco... que ver a una mujer de su talla y complexión física sonrojarse de esa forma como una colegiala por el comentario de Denna sobre su cuerpo con mucha proximidad, era tan curioso como un poco gracioso. No era la imagen que esa mujer daba... pero no por ello me reiría... simplemente le di un leve codazo a Denna para que se cortara, no quiero incomodarla.

La mujer parecía simpática, y nos dio respuesta sobre lo de los "chicos voladores" -Bueno, de lejos no sabría decirte si era chico o chica... pero multicolor era- le respondí con educación a la mujer ajustándome un poco las gafas, suspirando más aliviada después de escuchar que parecía conocer al arcoiris hecho niño y que lo llevaba a un poblado -Menos mal, gracias. Me alivia saber eso... aunque... eso no explica porque habían salido disparados- le dije algo más relajada, aunque aún algo confusa mesándome la barbilla. Cuando dijo que nos llevarían a nosotros también y nos darían algo de comer, no pude evitar alegrarme algo más -Muchísimas gracias por la invitación- le agradecí con una reverencia... aunque entonces me di cuenta de que... ¿habló en plural?

Y por todo el azafrán del mundo que si lo hizo... ¡nunca había visto tanto músculo junto! Y menos aún de tantas mujeres... ¿estamos en una isla de amazonas o algo así? Diría que alguno de esos troncos pesan más que yo incluso. En fin -Mucho gusto Elizabeth- la saludé como debe hacerse después de presentarse. Yo ya lo hice antes, así que solo quedaban los demás salvo Hitomi. Después de eso, inicié la marcha con estas mujeres -Agradezco mucho la ayuda... Soy médico, si puedo ayudar a alguien de ese pueblo como compensación, me sentiría mejor para agradeceroslo bien- le propuse a la mujer si le parecía bien... Prefiero corresponder su gesto que limitarme a que nos ayuden porque si. Espero que al capitán no le importe que lo ofrezca.

Escuché la explicación de Elisabeth sobre el misterio del niño volador y quedé convencida y satisfecha, aunque con una duda en mente:

- Oye, ¿ese ser multicolor es un usuario de una fruta? no es habitual verlos en el East Blue - Dije sin dejar de tutear a la amazona a pesar de los codazos que recibía por parte de Ikame. 

Empecé a andar siguiendo a aquellas forzudas hembras mirando de reojo a Kaito y riéndome de su pérdida de hombría, solo parando para hablar con la chica de las gafas de sol.

- ¿Crees que si entrenamos nos podemos poner así de fuertes? ¿o ellas ya han nacido con todos esos músculos?  es raro que todas estén igual de cachas... ¿Crees que los hombres son igual de fuertes o serán todos unos tirillas? ¿Te imaginas? ¡Sería suuuuper gracioso!

Al presentarse la mujer e Ikame, procedió a hacer lo propio. Quizá era ya una manía pero a gente amenazante no le diría el nombre primero y por más que sus rostro se viera sereno sus cuerpos podrían arrancar extremidades como si nada, no se fiaba un pelo aunque tampoco podía simplemente ignorar el hecho de que les había dado su información, por cortesía tocaba hacer lo mismo. - Mi nombre es Sea, y sí, era multicolor... Se quedó pensativa un momento cuando se dio cuenta de que había muchas más mujeres alrededor, en un principio se puso en tensión pero le volvió a rugir con fuerza el estómago y el sonrojo y la vergüenza le hicieron aferrarse al mismo y agachar la cabeza. - Lo... Lo siento, vamos sí... Claramente, siguió junto al resto a las mujeres.

Asentí ante la primer pregunta de la mujer, mientras miraba la extraña escena que generaba Denna mirando tanto musculo - ¿Acaso le gustaría ser así de musculosa? - eran pensamientos que si igual si que es verdad que se me pasaban por la cabeza, pero podían distar mucho de una realidad.

Al menos ahora sabiamos que el niño estaba bien, era algo que agradecer aunque era su gulpa por irse solo sin los demás - Gracias por su hospitalidad - mencioné a la mujer casi igual que Ikame haciendo una reverencia, antes de mirar a las nuevas personas que poco a poco salían de entre los arboles siendo que debía incluso reformular mi agradecimiento añadiendo - Bueno... a todas.

-O-os seguimos sin problemas - mencionaba mientras miraba como reaccionaba Sea pues Denna estaba de lo más motivada - Puedes preguntarle por el, igual está en la misma isla

-Lux... Mierda... Debí tener más cuidado... Ahora... estás demasiado lejos... o yo demasiado muerto... Te he fallado Lux... Lo siento... - Esas eran mis ultimas palabras al notar que mi cuerpo se hundía y se alejaba de la vida real... Hundiendose más y más en la inmensa negrura de la muerte...

Al menos antes de sentir aquella gran presión en el estomago que me destrozó por completo por unos segundos, haciendome abrir mi ojo de manera sorpresiva mientras la circulación del aire retomaba al fin su curso devolviendome a la vida. - BUAAG. COG COG - empecé a toser tratando de tragar aire para reponerme de aquel devastador golpe que hasta que no volví en mi, no vi de quien fue propinado

-¿Q-quien...? ¿Que...? ¿Donde estoy? - agité mi cabeza un poco mirando a mi alrededor para ver donde estaba - ¿Quien eres? ¿Que hago aquí? - Me incorporé poco a poco llevandome mi brazo al estomago - ¿Has bailado sobre mi estomago o que? - y volví a toser del dolor mientras me sentaba allí donde estaba tumbado. - Pero gracias... Al menos no he muerto... O no todavía - dije al ver la cantidad de musculos sobre musculos que formaba a aquella femina

Kaito estaba bastante afectado por lo que había sucedido, no por el hecho de que hubiera sido afectado por algún tipo de habilidad o magia que les había hecho llegar con todos los demás, más bien por la batalla que había tenido contra Rizo, si bien pudo enfrentarle obteniendo el suficiente tiempo como para que no atacara a sus compañeras de equipo. Golpeo uno de los arboles cercanos mientras se tapaba el rostro con la mano izquierda sintiendo frustración en cada una de las celulas de su cuerpo. -Mierda...No pude ni siquiera tocarlo.. -Si bien contra Dante había sido una derrota humillante ahora no tenía ni siquiera la capacidad como para poder defender a quienes estaba considerando como compañeros, definitivamente necesitaba hacerse más fuerte. 

La chica de pelos platinados se veía fuerte, el comentario de Denna no venía mucho en gracia debido a que su autoestima no estaba muy alta que digamos, quizás ella si podría haber hecho competencia contra Rizo, cosa que el no pudo. Se llevo las manos hasta los bolsillos, aun cuando la derecha había mostrado un poco de sangre debido al golpe con fuerza desmedida. En tanto simplemente les siguio desde una distancia prudente, no tenía muchas intenciones de hacer amistades y con que Hitomi o la chica rubia (Ikame) se hicieran cargo de las palabras estarian bien, en tanto si dejaban que Denna se hiciera cargo de los dialogos lo más seguro es que no llegarían a un punto importante. 

Aquel niño/niña lo que fuera estaba como un cencerro, desde luego Kidd no sabía que hacer con el, pero alguien con semejante poder como para volar…sería bien recibido en su nueva tripulación, es más, cuando le dijo que ahora formaba parte de la susodicha pareció emocionarse en demasía, sonriendo y llamándole capitán además de prometerle llevarle con la jefa de la isla para darle comida y demás…gracias a los cielos.

Todo el lugar era cuanto menos “rural”. Es decir…¿Qué riquezas podían tener esas personas?, parecía ser un sitio pobre y sin nada especial…¿Dónde habían ido a parar?...pero no importaba, tenía hambre y se comería todo lo que pudiera, así que dejo que el pelirosa le guiara hacía la supuesta casa del jefe de la aldea, donde ahí ni se lo pensó dos veces antes de abrir como si nada y decir a grito pelado que un capitán quería verla.

-Ugh…no hace falta que grites…y se suele llamar a la puerta cuando quieres entrar a algún sitio.-Le dijo un tanto molesto a su acompañante mientras se masajeaba las sienes, pero aún así siguió los pasos del chaval y se encontró con una cabaña cuanto menos acogedora a pesar de que la mayoría de cosas estaban hechas con madera…como fuera, mientras la comida estuviera buena…

Nuevamente el chico salió con una de sus ideas, comentando que la jefa tal vez estaba en el piso de arriba, insistiendo en ir a buscarla subiendo las escaleras.-¿Arriba?...-Aquello no le daba buena espina, pero aún así supuso que estaría a salvo con semejante mentecato.-Muy bien…pues…vamos arriba, yo primero, tu encabezas la retaguardia, si las cosas se ponen feas...cuento contigo chico, recuerda que tu deber es con tu capitán-Le comentó con firmeza antes de comenzar a subir aquellas escaleras, ¿Qué se encontraría?, a lo mejor no había nadie…y si no había nadie no habría comida, ¿Qué sería de el?.

 Ante la duda de Ikame, la chica albina respondió hasta que Denna hizo una pregunta que servía para responderla, siendo que asentiría a la historiadora.

 -Si. Tet es un usuario de fruta del diablo. Es capaz de propulsarse a él, y prácticamente a cualquier cosa que toque, en cualquier dirección. Suele usarlo mucho para lanzarse al cielo y volar... -explicó Elizabeth antes de mirar nuevamente a Denna. -. Es muy inusual, si, pero esta isla no pertenece al East Blue. Fue lanzada desde el Grand Line hasta aquí por el anterior portador de la fruta que ahora tiene Tet para salvarla de un Buster Call -por su expresión se podía deducir que no parecía agradarle mucho hablar del asunto, siendo que pronto empezaría a caminar con el resto esperando que les siguiesen.

 Durante el camino, Holmes escuchó la conversación de Denna con Ikame relacionada a los rasgos de aquellas masadas mujeres, siendo que guardaría silencio al respecto mientras todos seguían andando hasta finalmente salir del bosque...

 Al salir de los árboles se encontrarían un pequeño pueblo a los pies de una montaña, similar a una granja, con distintas cabañas sencillas hechas de madera. En el pueblo se podían encontrar varios hombres, los cuales para gracia de Denna eran todos de complexión sumamente delgada y débil, todos haciendo cosas sencillas y pasando el rato sin hacer el mínimo esfuerzo físico de nada...

 -¡Chicas! -saludó uno de aquellos hombres tirillas a las mujeres musculosas, siendo que pronto los demás se unirían para recibirlas. Por supuesto, todos se percatarían de vuestra presencia. -. ¿Que tenemos aquí? ¿Sois viajeros?

 -Naufragaron. Necesitan comida cuanto antes -respondió Elizabeth mientras avanzaba con las otras chicas para dejar los troncos y demás cosas apiladas junto a las cabañas.

 -¡Pues llegan en buen momento! El almuerzo casi esta listo. ¡Vamos, vamos! Sentémonos todos alrededor del fuego y disfrutemos de un buen estofado -añadió aquel sujeto antes de invitar a todos a seguirle a una pequeña plaza donde se reunirían todos alrededor de una gran hoguera.

 -Calmate, albino, no puedo responder todo a la vez... -fue lo primero que dijo aquella mujer al escuchar todas tus dudas, propias de alguien que acababa de perder la consciencia y despertar en quién sabe donde. -. Estás en la Isla Arcade, te encontré mientras pescaba en el muelle. Parece que naufragaste y fuiste a dar aquí... -comentó para explicarte tu situación. -. ¡Pero no me sorprende! ¡Si te dan un suave pisotón en el estomago y ya estás adolorido! ¡Gah, gah, gah! -se burló entonces de ti, soltando la carcajada.

 Justo entonces, ambos pudieron escuchar a alguien abajo gritando "¡Señorita Veronica, hay un capitán que quiere verla!", siendo esta una voz infantil que no reconocías...

 -Hmph... Parece que tenemos visitas... -dijo la mujer, dispuesta a ir a la puerta para asomarse y ver quién era...

 Aunque el chico había entrado muy confiado a la cabaña, te miró con cierta confusión cuando le reclamaste no haber tocado...

 -¡Pero si la señorita Veronica y yo somos buenos amigos! ¿Para qué tocar? -te preguntó con una amplia sonrisa, siendo que pronto tomarían la idea de ir a revisar arriba y, como si le hubieses dado la mayor noticia de su vida, el chiquillo sonrió ampliamente bajo tus ordenes, colocándose detrás de ti mientras se giraba constantemente para mirar a todas partes. -. ¡Capitán, si, capitán! ¡Me aseguraré de que nadie le ataque por la espalda!

 Dicho eso, ambos subieron las escaleras hasta el segundo piso, encontrándose un par de puertas a las cuales fácilmente podrías llegar y tocar... Pero justo al pasar delante de una de estas, la puerta se abrió de golpe por alguien que estaba al otro lado.

 Con una fuerza devastadora, aquella mujer abrió la puerta de golpe, soltándola luego de tirar de ella para dejarla ir y que se estampase contra la pared, siendo que quería tomar por sorpresa a quién fuese que estuviese al otro lado... Para su desgracia, aquel que se había llevado el susto de muerte no era otro de Kidd, que si bien la puerta se abrió hacia el lado contrario a donde estaba él, el portazo contra la pared y la simple apariencia de aquella dama serian suficientes para hacer saltar el corazón a cualquiera.

 -¡Aha! -gritó la mujer a la vez que abría la puerta.

 Cuando el cerebro del chico pudiese funcionar nuevamente, se percataría de quién era aquella persona tan bruta que quiso meterle un susto...

 Podía distinguirla como una mujer que vestía con un pantalón holgado y rasgado negro sujetado por una soga, cubriendo sus pechos con unas vendas ajustadas y dejando al descubierto el resto de su musculoso y ejercitado cuerpo: era un misterio que, con esa fuerza, la puerta siguiese en pie luego de haber sido abierta de esa forma...

 -Espera... -aunque había abierto la puerta emocionada y con intención de meter un susto a quién estaba al otro lado, su expresión pronto pasó a una de confusión. -. Tu no eres Tet...

  Justo entonces, de detrás de Kidd salió otro niño, o bien podía ser una niña, que vestía de manera ligera y fresca, con muchos colores como sus ojos.

 -¡Aquí estoy, señorita Veronica! -exclamó el niño con una sonrisa inocente.

 Aparte de aquella musculada mujer, Kidd y Tet podrían fácilmente ver, en una cama que había al fondo de la habitación donde estaba la tal Veronica, al pistolero albino Nanashi.

 -¡Gah, gah! ¡Ven aquí! -soltando una carcajada, la mujer agarró con una de sus grandes manos la cabeza de Tet para poder acercarlo y agarrarlo mejor del cuerpo, empezando a hacerle cosquillas por todas partes mientras el niño reía y reía... Eran un par muy peculiar...

Kidd palideció un poco cuando se abrió la puerta y apareció una mujer con pinta de ser…¿dura?, ¿era esa la palabra exacta?, bueno, que daba miedo, y estaba ahí plantada frente a el y se lo quedó mirando con clara confusión mientras el chaval la miró con una mezcla de terror y…¿Cómo si estuviera loca?.

Ya estaba preparado para lanzar a su nuevo tripulante contra ella y así librarse de aquel combate que se avecinaba. Pero para su suerte o desgracia, aquella mujer era la jefa de la aldea y conocía al pelirrosa…lo bastante como para ponerse a juguetear con el y hacerle cosquillas dejando a la vista a uno de los cretinos de aquel restaurante.

-Huh…-Murmuró Kidd cruzándose de brazos y frunciendo el ceño, ¿era mucho pedir que se hubiera ahogado en el mar y le hubieran devorado los peces?, posiblemente si.-Ejem…esto…que estoy aquí.-Comentó mirando a la mujer.-Soy un poderoso capitán y…estas humm…jugando con mi tripulante…esto…-No sabía siquiera como cortar aquella escena o hacer una buena introducción, así que optó por la honestidad.

-Me prometieron comida y mujeres.

El viaje se hizo un poco aburrido ya que Kaito no reaccionaba a mis constantes burlas e Ikame no respondía a mis preguntas; lo cual me hacía plantearme si aparte de no ver bien también le fallaba el oído. Escuché la historia de Elisabeth sobre la Buster Call y me quedé en silencio, nunca había oído hablar  de una isla que sobreviviera a una pero sabía que no era un tema para poder bromear al respeto.

Por suerte mi animo se disparó al llegar al pueblo, donde comprobé que todos los varones de la isla eran incluso menos musculosos que Hitomi. No pude contenerme y agarré a Ikame de los brazos y empecé a zarandearla con fuerza mientras mis ojos brillaban con estrellitas - ¡Son unos tirillas! ¡Ikameeee, son todos unos debiluchoooos! ¡¡Las mujeres somos lo maaaas!! - Sin perder esa energía solté a la chica rubia y corrí hacia donde se encontraba Kaito y le estiré los mofletes emocionada -  ¡Kaitoooo, sonríeeee! ¡Que eres un fortachón al lado de estoooos! - Por último me dirigí hacia Sea y Hitomi y les rodeé el brazo a ambas y las acerqué a mí - ¡Chicaaaas! ¡¡Esta isla es brutal, vamos a a comernos ese estofado y luego a entrenar y ponernos cachaaaas!!

Las arrastré hasta donde se encontraba el fuego con el estofado y prácticamente las obligué a sentarse a mi lado mientras canturreaba esperando la comida. 

Cuando Elizabeth mencionó que Tet era usuario de una Fruta del Diablo... se pudo notar un brillo de interés reflejándose en mis gafas, acercándome un poco a ella -¿Una Fruta del Diablo real, una Akuma no Mi?- pregunté mostrando bastante curiosidad por ese asunto, al igual que el tema de que esta isla era de Grand Line pero fue propulsada por el anterior usuario de la fruta de ese tal Tet -Una Akuma No Mi heredada...- musité para mi misma, demostrando que tenía un gran interés... aunque quizás eso con mi cara seria asustase, además de que la mujer parecía incómoda ahondando en la historia... por lo que me disculpé -Perdón, me he emocionado un poco. Además de médica soy herborista, y me encanta investigar plantas... y no hay plantas más interesantes que las Frutas del Diablo... ¿cree que Tet me dejaría estudiarle?- le pregunté, sin ninguna maldad o intención de presionarla para que me diga que si... Plantas capaces de dar poderes, ¿como funcionan, porque quitan la capacidad de nadar, porque reaparecen y como lo hacen...? Fascinante...

Durante todo el trayecto, simplemente fui escuchando a Denna sin responderle gran cosa a ninguna de las preguntas... pues ella misma se respondía sola, no porque estuviera sorda... Sinceramente, solo tenía un pensamiento en la cabeza aparte de las Akuma no Mi que, por no ser borde en este momento, no compartí con ella: "¿Y porque estas hablando conmigo sobre ese tema, acaso me has visto cara de que me interese?". Es que con franqueza, a mi me daba igual como serían los hombres de esa aldea, yo solo quería llegar y tener la oportunidad de devolverles el favor a estas mujeres.

Al llegar al pueblo... al parecer la teoría de Denna estaba confirmada... y parece que eso, le soltó muchísimo la lengua y me zarandeó, diciendo a los cuatro vientos que eran unos tirillas y debiluchos, y comentándolo con todos los demás de nosotros... No es por ser borde... ¿pero que tornillo le faltaba? Me apresuré a ponerme frente a los habitantes del pueblo, claramente avergonzada por esa tipa -De verdad lamento muchísimo el comportamiento y las palabras de la chica... sospecho que es... "especial", discúlpenla...- me disculpé en su nombre mirando de reojo a la chica distraída que esperaba no me hubiese oído... pues a nadie le gustaba escuchar que eran unos tirillas -Todos locos...- no pude evitar pensar con respecto a todos los de esa panda -Muchísimas gracias por el ofrecimiento de almorzar con ustedes... se lo debemos, si podemos hacer algo por ustedes por favor no se corten- les terminé diciendo mientras les seguía hasta aquella plaza.

Tras oir las indicaciones de la mujer, me puse a cabilar mientras avanzabamos - Una isla que no es del East Blue, entonces no estaba tan equivocada. Seguro que estamos en Isla Arcade o en Blue city, aunque por instinto de navegante diré que estamos en Arcade, seguro - mientras Denna e Ikame estaban a lo suyo, igual que Kaito, yo también andaba un poco a lo mio, aunque sin separarme demasiado de las demás en especial de Sea, pues era la única que por momentos quedaría sola.

Al final mientras más avanzabamos más nos internabamos en el bosque, pero también en un poblado o en una ciudad que finalmente resultó en lo obvio que Denna había predicho - No puede ser... - y para mi sorpresa dudaba mucho que acertara.

Esta isla era el mundo al reves. Las mujeres eran hipermusculosas y los hombres muy tirillas. Era totalmente diferente a nuestra tripulación al menos, eso estaba claro. Pero sin duda lo que no convenía era que Denna se mofara de ello. Pues así mientras Ikame trataba de solventar lo dicho por ella, yo intenté calmarla cuando vino a por nosotras - Ya Denna, relajate, tranquila, respira. E-es increible que aciertes, pero n-no hay porque echarlo en cara. Además yo no quiero ponerme como ellas, tan solo quiero seguir saliendo navegando de aquí - expresé como mi único deseo, antes de que mi estomago me traicionara, rugiendo cual animal hambriento

-B-bueno... e-eso y un po-poco de comida... - al final tuve que ceder y unirme a los demás