Partida Rol por web

Habían pasado dos días.

Para la tripulación de la Onyx Flatenroy habían sido muy largos. La huida a través del desierto, incluso guiados por el general Takkat y con los suministros que encontraron en la granja los habían llevado hasta el límite de sus fuerzas. El despiadado sol del árido planeta, el acoso de las fuerzas rebeldes y la fauna local les habían puesto a prueba en muchas ocasiones. Apenas habían tenido tiempo de descansar aunque habían logrado evadir a las expediciones de búsqueda que los piratas habían enviado tras ellos. Al borde de la extenuación, habían llegado hasta las afueras de Kredd hasta un almacén en ruinas donde les esperaban los refuerzos.

Por suerte, la Fuerza de Liberación había logrado su objetivo: un pequeño ejército de reclutas casi tan desastrados como los tripulantes de la Onyx se acurrucaba en las sombras del refugio apurando sus últimas raciones de supervivencia. Muchos eran demasiado jóvenes y no tenían experiencia real en combate. La mayoría tenían armas ligeras de entrenamiento y chalecos protectores, un equipo insuficiente para una guerra prolongada pero tendría que servir: era lo único con lo que contaban. En el centro del almacén, los exploradores estaban sentados en círculo rodeados por decenas de admirados cadetes: el rescate que habían llevado a cabo les había granjeado el agradecimiento y la devoción de los novatos.

El almacén era un viejo edificio al que sólo le quedaban tres paredes y un techo parcialmente derrumbado. Antiguamente había albergado material de construcción pero había sido abandonado hacía años: el polvo del desierto y el óxido habían hecho el resto. En una esquina había un viejo depósito de agua que los exploradores se habían apresurado a sazonar con pastillas purificadoras: al menos, la deshidratación no sería un problema durante unos días.

La tambaleante tripulación de la Onyx entró en las sombras del almacén. La oficial al mando salió a recibirles.

-General...-saludó la sargento Keiroful a Takkat.

-Sargento...-el general devolvió el saludo-Según su archivo, usted tiene familia en este planeta. ¿Hay alguna posibilidad de conseguir ayuda?

-Negativo: mi hermano es navegante y dejó el planeta hace un tiempo. Tendremos que arreglárnoslas sin él.

-Mpf. Lo que me temía...

Bien.  La caminata en el desierto le había gustado a Tllk.  A sus bichos-hijos-herramientas también.  Varios ya traían recolectados granitos de arena para su colección. 

Pero ahora era momento de planear su siguiente acción.  Tripulación de la Onyx, reconocimiento.  Usen sus escáneres portátiles, catalejos, simuladores, transvirtualizadores y otras herramientas para ubicar a las fuerzas hostiles y sus movimientos posibles.  Necesitaban ver cómo era que podrían atacar para llevar a los silicoides a huir en retirada de este lugar. 

No olviden la pasivo-sismología.  Conociéndolos, estarán ahora mismo cavando un túnel para entrar por abajo a la granja.  Si no han llegado ya es porque seguro están distraídos comiéndose su lunch allá abajo, debe haber buena piedra.

Realmente era una pena que los silicoides no hubieran podido -aun- integrarse a la diversidad cultural.  Son un gran complemento esta civilización de las de los demás. 

Leashrra llegó jadeando al almacén. Ese tipo de desiertos no eran una novedad para ella y el clima tampoco le había molestado demasiado; en Fieras había abundancia de territorios áridos. A lo que nunca se había acostumbrado era a caminar durante tanto tiempo, casi sin descanso y temiendo por su seguridad constantemente. Echó de menos las escoltas que siempre le asignaban cuando quería salir de su palacio.

Por suerte, la eterna caminata no había sido en balde. Al llegar encontraron a una gran cantidad de cadetes, lo cual significaba que la misión del equipo de exploración había tenido éxito. En efecto, los encontraron cómodamente sentados, entre ellos el alienígena de raza menor llamado Zeke. Le sorprendió que no hubiera muerto durante la misión: al fin y al cabo, alguien como él no estaba hecho para la batalla como lo estaría, por ejemplo, un mrrshan.

La noble buscó un lugar donde sentarse y beber agua. Se aseó como buenamente pudo, pero todo esfuerzo para acicalarse era una batalla campal contra la suciedad que había ido acumulando durante esos días. Suspiró y se dejó caer en la primera silla libre que encontró.

No estaba muy animada. Si así eran las aventuras de verdad, esas historias a las que se había enganchado no eran más que cuentos fantásticos.

La sargento dedico una mirada a la tripulacion de la Onyx:

-¿Y ellos? Si han estado en este planeta antes, ha tenido que ser por fuerza en Kredd.

-Demonios, bien pensado, sargento. Ya ha oido a mi colega, capitana Tllk, ¿conocen esta ciudad? ¿Es su tripulacion nativa de este planeta?

Dwalas ya recordaba perfectamente porque odiaba profundamente este planeta, con su calor insoportable y su paisaje completamente ausente de cualquier señal de vida, incluso el planeta de los Klackon era más atrayente.

Sin embargo tras el largo y agobiante viaje por fin llegaron donde estaba el grupo de rescato, haciendo que el mecánico sonriera contento antes de dejarse caer de culo en la arena agotado como estaba.

“Yo trabaje unos años aquí, en el planeta. Era un minero antes que me despidieran.” Respondio alzando la mano con la llave inglesa hacia arriba. En otro momento habría tardado en levantar la mano para que otro fuera primero pero queria irse de este planeta que volvia a odiar como cuando trabajaba en la mina, deseaba volver a su nuevo hogar. La nave Onyx Flatenroy.

Tllk se puso a dibujar en la arena, sus cuatro manos haciendo bellas figuras geométricas (Como esta: !^! )para representar los diferentes lugares de Kredd, y lo que recordaba de la granja hidropónica.  

Mm, que antojo de sus lechu-mandarinas, recuerdo.  Ojalá todavía sea temporada. 

Así es, general, sargento.  Mire, aquí mas o menos está dibujado lo que recuerdo.  Mis compañeros podrán complementarlo. Pobres, se les ve que merecen quedarse un ratillo echando el descansito. Viendo esto en su conjunto, ¿que estratégica estrategia se les ocurre para rescatar a los dirigentes, y retomar este lugar? 

Se levanto cubriéndose la herida de su brazo, había mucha gente en el lugar pero solo quería llegar a ver su tripulación, aun así se dio cuenta de la presencia de Leashrra por lo que se acerco con ella y con una leve caravana - Princesa- dijo sin ninguna malicia, para después seguir su camino hacia donde se encontraba la jefa, vio  mucho , escucho mucho, pero no se detuvo todos estaban ocupados.

-La espada de alquiler regresa a sus ordenes Jefa- Sonrió de manera maliciosa inclinando un poco su cabeza y saludando con la mano a todos los que no había visto en unas horas - Disculpe que interrumpa, pero no han visto a nuestro Cowboy necesito que vea esto- se quito la mano de su herida - Estos Vaqueritos  no son tan buenos como presumen- con el pulgar señalo hacia atrás de el donde estaban todos los soldados - ya se imaginara- sonrió

Si, clarines.  Se ve que estuvo rudo. -le dijo, y lo llevó con Meson para que le aplicara una curación.  Pues con nosotros, la persecución estuvo buena, les dábamos y nos daban.  Al final, gracias a la gatilla gatillera, salimos avante.  Pero tuvimos que dejar a la Onyx a unos klicks de aquí, pues literal nos quedamos sin gas.  

Pero bueno, si liberamos la granja y de aquí al espaciopuerto tendremos el combustible necesario.

General, ¿hay alguna médico entre sus tropas?  Para que ayudara mejor de una vez.

¿Tiene stealth drones para que nos ubiquen la situación sin que nos noten? 

Al fin un punto aliado... 
Meson se sentía débil, caminar durante días en ese planeta árido escondiendose de los piratas espaciales lo hacían sentirse en una de esas películas postapocalípticas de MAD MAX que su abuelo solía ver. Odiaba todo, el calor, el escaso alimento y sobre todo la arena hirviendo que se metía en sus botas... afortunadamente la academia lo preparó para soportar todo tipo de ambiente hostil.

Lo primero que hizo al llegar a la base fue correr por un poco del agua que tenían ahí los soldados, dejando que su capitana y los militares de rango alto hablaran entre si.

En ese momento Tllk llegó con Zeke y lo agarraron desprevenido, incado en esa esquina tomando agua como un animal...
Apenado se tragó el agua lo más rápido que pudo y comenzó a ahogarse, escuchando aún así las ordenes de la capitana.

-Claro que si capitana. Dice Meson sacando de su mochila el medi-kit. -Vamos a ver... El explorador se acerca a la herida del alienigena para tratar de calcular su gravedad y encontrar la forma más efectiva de cerrarla. -Zeke, ¿Qué raza eres?. En la escuela aprendí mucho sobre razas pero creeme que es la primera vez que veo un organismo como tú. El humano no esperó contestación alguna y decidió guiarse por su instinto.

Después de unos minutos se rindió. -Capitana, Zeke, disculpenme... creo que mis conocimientos no están del todo avanzados para poder curar este tipo de heridas...

Acto seguido el explorador le grita a los soldados que se encuentran descansando. 

- ¿Hay algún médico por aquí? Necesitamos algo de ayuda...

Si llegara a aparecer alguno que pudiera atender la herida de Zeke, sabía muy bien que observaría el procedimiento para adquirir los conocimientos.

-Tenemos lo que puede ver, capitana-el general hizo un amplio gesto con el brazo-Ciento veintitrés reclutas con equipo básico, media docena de oficiales, mis exploradores y su tripulación. Nuestro transporte no estaba preparado para el combate, simplemente nos dirigíamos al frente Alkari para entregar refuerzos.

Y aquí, Kredd tal y como lo recordáis:

Estáis en el almacén abandonado del recuadro rojo.

La sargento Keiroful se acercó a Meson y Zeke. Se arrodilló junto al herido y juzgó la herida con ojo experto.

-Déjame a mí, soldado. Veo que llevas la insignia de los exploradores pero no te recuerdo de la nave del general. ¿Eres de la Unión Estelar?

Sacó un vendaje limpio y cubrió la magulladura de Zeke hábilmente:

-Tranquilo, "espada de alquiler", sobrevivirás a esto-sonrió antes de añadir en voz casi inaudible-Espero que al menos alguno lo hagamos.

Dwalas se puso a recordar mientras atendian a Zeke, de paso penso en lo que les podria ser de mas ayuda en estos momentos pero como no era un militar no tenia muy clara la prioridad. Sin embargo se puso a pensar en posibles refuerzos.

"Muy cerca de donde estamos estan los bloques residenciales...no se como haya tratado ese lugar los silcoides, pero si hay gente haya podria ayudarnos o podriamos ayudarlos." dijo y señalo a la direccion de estos. "De paso cruzando eso, terminariamos en las oficinas de la administradora. Eso tiene muchos equipos avanzados aunque posiblemente sea el centro de comando de los rebeldes." comento el ex minero dandoles la informacion que podria interesarles.

-Me llamo Keve Meson, soy un explorador del CEG asignado a la tripulación de la Onyx Flatenroy, decidí alejarme de los enfrentamientos para dedicarme más a la exploración interplanetaria, irónicamente creo que sólo hemos atraído eso. Le contesta el explorador con una sonrisa mientras ella observaba la herida de Zeke.

Después de escuchar a Dwalas...

- ¿Alguien recuerda qué se guardaba en esos almacenes? Siempre que pasaba por ahí los veía cerrados... tal vez pueda haber armas o incluso vehículos dentro.

Pues podemos aplicar lo de la distracción de nuevo, si.  Son de cabeza dura estos silicoides, así que una serie de explosiones en las bodegas los podría atraer, y les tendemos una trampa subiéndonos a los edificios y atacando desde lo alto. 

Decidió enmudecer mientras Keve lo atendía, pero sentía que tenia que abrirse un poco tal ves alguno de los dos no sobreviviría y estos momentos podrían desaparecer en cualquier segundo - Soy muy especial - sonrió de manera burlona. Su compañero no pudo ayudarle en mucho pero le quito levemente el dolor.
 
El sargento Keiroful  empezó a describir la situación pero zeke no presto mucha atención mantenía su mente enfocada en disparar , pero cuando la sargento se acerco a el para atender su herida sintió que ella no viviría mucho - Una espada de alquiler ocupa afilarse para trozarlos a todos- sonrió disimuladamente.

-Jefa parece conocer mucho a nuestro enemigo-

Un poco.  Me caen bien muchos silicoides.  Pero pues los asesinos no.  Y los que quieren sacar a todas las demás razas de Kami, pues los odios. 

Por cierto amigos, ¿se acuerdan donde estaba la estación de radio?  Tengo una idea...

-En el espaciopuerto, ¿no? Que yo sepa, el sistema de comunicaciones de Kamikachadonia está allí montado... precisamente tengo un mapa turístico por aquí...

Sebrance rebuscó en sus bolsillos y sacó un paquete grasiento. Lo desenvolvió para mostrar un repugnante bocadillo que chorreaba aceite y depositó el pringoso envoltorio en el suelo:

-Es un bocata que me hice para comer al salir de la Onyx y lo envolví con esto... 

Lo alisó como pudo con los pies mientras mordía el bocadillo.

-Gronf... esto lo saqué de un negociete... ñam... que intenté montar con un gnolam para montar una agencia turística... glups... en Kamikachadonia. Al final me timó y se escapó con mi dinero pero me quedaron unos cuantos mapas...

-Lo de los bloques residenciales es una buena idea-apuntó Takkat arrodillándose junto al mapa-A estas alturas, el enemigo ya sabe que estamos aquí y estarán esperando un nuevo ataque. Podemos lanzar un ataque de distracción contra los bloques para atraer al enemigo mientras el grueso de nuestras fuerzas ataca la central hidropónica. Sea como sea, tenemos que actuar rápida y decisivamente: no estamos en posición para una guerra de desgaste.

La sargento se apartó de Zeke y se acercó para examinar el mapa:

-Con el debido respeto, general, no puedo permitir que sacrifique a estos reclutas: la mayoría no han visto combate jamás. Emplearlos como carne de cañón es, sencillamente, inadmisible. Los almacenes pueden permitirnos reabastecernos un poco y darnos una mejor oportunidad para la lucha. ¿Hay alguna armería o arsenal en Kredd?