Partida Rol por web

La entrada hacia el Congreso de los diputados se realizaba por la parte posterior del edifico, una entrada fuertemente blindada y custodiada por varios policias como armarios que mantenían a raya a varios peridistas que al parecer estaban al acecho de la llegada de algún personaje importante, de manera que la mejor opción que George encontró fue la del giri despistado.

Desafortunadamente para George, el agente al que se dirigió tenía cara de haberse comido un pimiento de padrón de esos que pican y no parecía estar muy por la labor de enrrollarse con el inglés.

- Sí, este es el Congreso- respondió más seco que la mojama- circule caballero, no puede pasar.

En aquel momento un coche oficial hizo acto de presencia, deteniéndose a la entrada del edificio mientras esperaba que las puertas se abrieran, momento que la prensa aprobechó para acercarse y echar fotos.

Mientras Tim saboreaba el café en medio de la plaza dedicando miradas furtivas a su alrededor, algo hizo que el bello en la nuca se le erizara, era una sensación que hacía tiempo no sufría... la convicción de estar siendo observado.

Pero... ¿por quién?...

Mientras George era obligado a recular hacia atrás, se vio sorprendido por un alubión de reporteros con sus cámaras de fotos y sus micros, pendiente del personaje que estaba saliendo del coche oficial... un hombre alto con barba blanca, gafas y pelo castaño... evidentemente tintado. Su cara le sonaba de algo... ¡Coño, era el presidente del gobierno español!

- Señor presidente... ¿Qué opina de las críticas del lider de la oposición sobre su corte de pelo? ¿no le parece a usted que un tono más grisaceo iría más a tono con el color de su barba?

- Que es un comentario ruín y deleznable... pero no voy a hacer declaraciones.

Mientras prensa, gorilas y políticos español se enzarzaban en un cruce de micros y carreras sonsacar información con que rellenar el artículo de los periódicos del día siguiente... George vió una credencial de prensa que se encontraba perdida y solita en la acera.

El paseo por el parque comenzó con buen pie, disfrutando del buen tiempo y del ambiente ajetreado y alegre. Pronto, tras dar una larga vuelta por la zona, la situación se tornó más negativas. Las conversaciones pueriles y llanas abundaban en el parque junto con la gente vaga y perezosa, una clara señal de la naturaleza de esta gente. Además el calor comenzaba a ser molesto, llegando a añorar el tiempp de mi querida Inglaterra.

Solo espero encontrar algo ya y largarme a comer algo.

Parecía que Sean no iba a poder descubrir nada especial en aquel parque y el calor estaba empezando a importunarlo, ya casi había olvidado lo fuerte que pegaba el sol de aquel país, lo escocés que era él y lo bien que se estaba en su tierra... sin embargo justo cuando iba a salir de allí para dirigirse hacia el lugar acordado por sus compañeros y ver si ellos habían tenido más suerte... algo le llamó la atención... o más bien una persona.

Se trataba de un hombre vestido con traje... muy de la moda del Bond de los setenta... podría haber pasado por inglés de no ser por sus claros rasgos peninsulares, para más precisión del norte centro español. Aquel hombre le había llamado la atención, no sólo por su atuendo y su porte... sino porque parecía estar mirándolo a él.

La red estaba desplegada y sólo era cuestión de tiempo que el teléfono de Tim sonara por la llamada de alguno de los camareros. Pero alguien observaba y por mucho que el sujeto apareciera no serviría de nada si Tim les llevará hasta él.

Con normalidad y sin que se dieran cuenta de que Tim sabía que le seguían, se acercó a uno de los extremos de la plaza donde tomó un taxi, siempre pendiente de los que le seguían y del móvil por si el sujeto aparecía.

Ese hombre, por su porte y elegancia, podría ser parte de la agencia secreta de España, si esta funcionara como es debido, algo que no ocurría en un país corrupto de tercera como en el que estaba.

Me acerco a él lentamente, correspondiendo su mirada sin titubear, hasta plantarme al lado de él. Una vez allí espero, siempre cordial y educado, a que inicie la conversación. Al fin y al cabo él es el anfitrión.

Timothy no se lo pensó dos veces, ante la imposibilidad de saber quien lo vigilaba lo mejor era poner pies en polvorosa... además había tejido su tela de araña, si el mosquito que buscaba se movía sería informado... no, mejor no arriesgarse. En apenas unos minutos el agente llegó hacia un extremo de la plaza donde coniguió hacerse con un taxi.

- Buenos días...- saludó el taxista escueto, esperando a que le dijera donde quería ir.

El desconocido del traje aprobechó el tiempo que tardó Sean en llegar a su lado, para encenderse un cigarrillo, tras una calada saludó en un perfecto inglés.

- Buenos días señor Bond, un placer inesperado tenerle en Madrid... aunque no le imaginaba a usted haciendo turismo.

George creyó reconocer al peculiar hombre que entraba en esos instantes al edificio, cuando de repente una turba de periodistas y equipo de seguridad que rodeaba al presidente pasó casi llevándoselo por delante.

Tras unos instantes en los que disfrutaba de la calma que se acababa de instalar de nuevo en el ambiente, mi percaté de una especie de credencial que había en el suelo. Así que ni corto ni perezoso la colgué de mi cuello sin tan siquiera fijarme en los datos que aparecían en la tarjeta, para volver a saludar al amable vigilante con el que ya había cruzado unas palabras hace apenas un minuto.

-Buenous dias... otra ves!- Y coloqué la mejor de mis sonrisas mientras mostraba en mi mano la credencial que acababa de recoger.

George parecía estar especialmente intersado en acceder al Congreso, a priori parecía resultar una misión imposible pero el movimiento de paparazzis podría resultarle ventajoso si sabía moverse, sin embargo prefirió seguir con la treta del giri despistado... ante dicha existencia, sólo podían pasarle varias cosas.

1) Que el armario empotrado que protege la puerta no le haga ni caso y ni siquiera lea la credencial, dejándolo pasar

2) Que el armario empotrado que protege la puerta le de por ser el mejor empleado del año y mande a paseo al inglés

3) Que el armario empotrado que protege la puerta quiera conseguir un ascenso y a oarte de mandar a paseo al inglés lo arreste

Aún así la suerte ya estaba echada... por intentar...

Aunque mi irresistible sonrisa había hecho caer a más de una señorita rendida a mis pies, parecía no tener demasiado efecto con el sector masculino. El guardia de la puerta apenas hizo un ligero levantamiento de una ceja ante mi nuevo saludo, notaba la dureza de su mirada detrás de las gafas de sol. Se dirigió a mí:

-Mire señor, tiene suerte de que hoy me pilla de buenas. Deje de hacerse el tonto y márchese de aquí o llamo a la p... O le arresto por intento de asalto a un edificio institucional. Seguro que luego no queda en nada, ¡pero el susto y la estancia de unas horitas retenido en comisaría no se los quita nadie!

Demasiada información muchacho, pero al menos la actitud es bastante intimidatoria. Tienes potencial...

Pensaba en la actuación del policía mientras me alejaba de la entrada trasera del edificio. Decidí observar los alrededores, en busca de algún lugar tranquilo y apropiado para poder mantener una conversación de skype.

George tras la reacción del policía decidió irse a una cafetería cercana al congreso, escogió una desde donde podía permanecer sentado al lado de unas cristaleras con plena visibilidad de la puerta de los diputados y que además tenía conexión wifi, un lugar idóneo para mantener conversaciones...

Mientras aguardaba a que le sirvieran el cafe, consultó el móvil que le facilitaron en el MI6 entre los archivos recibidos consultó varias fotografías sobre rostros de personas que el servicio secreto había conseguido hacer, entre ellas había una del Daniel de Gea.

Tras echarle el vistazo a la fotografía de De Gea, la camarera se acercó a la mesa de George con el café y una pasta cortesía de la casa.

Las palabras del hombre, el cuál conocía mi trabajo, me sorprendieron bastante. ¿En España funcionará el sistema de inteligencia? ¡Que sorpresa! ¿Cómo me habrá reconocido con mi rejuvenecimiento? Este hombre sabe algo...

Sin embargo mi rostro no reveló sorpresa, acostumbrado a camuflar mis sentimientos para alcanzar los objetivos de las innumerables misiones a mis espaldas.

Siempre hay tiempo para todo -comento estirándome un poco antes de continuar hablando, denotando la seguridad que siento -¿con quién tengo el placer de charlar?

El hombre observa cada gesto y movimiento de Sean impretérito... no había duda de que pertenecía al gremio y que además llevaba muchos años en activo, aquella mirada y aquel porte eran inequívocos.

- Ernesto Jimenez, CNI- dijo tras unos segundos de reflexión tendiéndole la mano- su rostro es demasiado conocido en España como para que lo pasemos por alto... aunque no se lo crea tenemos una fluida red de informadores en activo, una cosa es que nos tomen por idiotas y otra que lo seamos...- se permitió un esbozo de sonrisa que pretendía ser amable pero que en un rostro tan severo como el de Ernesto resultaba siniestro.

Yo le voy indicando dijo Timothy al taxito, calle tras calle el agente le iba indicando siempre con un ojo en sus perseguidores, Tim intentaba buscar una zona de mucho tráfico que le permitiera dejar el taxi en un momento dado pero sin que sus perseguidoras pudieran abandonar su coche y darles así esquinazo.

Comprobaba el móvil una y otra vez a la espera de la ansiada llamada que sirviera de señal de que el pez estaba en la red.