Partida Rol por web

Operación Día del Águila

Destino: Berlín

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26/10/2008, 19:08
Director

Atardece en la pista del aeródromo de Great Yarmouth, cuando los pilotos acuden a sus aviones. Serios y graves, caminan despacio, sabiendo que para muchos de ellos, sino para todos, no habrá fanfarrias ni medallas al regresar. Para muchos, solo habría una carta y una bandera plegada para su madre, diciéndole que su hijo había muerto como un héroe. Otros, extranjeros venidos de países ocupados, no tendrían ni siquiera esa suerte. Muertos anónimos en una gran guerra, que contribuyeron al quizá mal llamado "esfuerzo de guerra aliado", quizá no obtuvieran con la victoria el merecido regreso a casa.

Para Jaume Bonfill, la misión se presentaba difícil. En una reunión de última hora, los jefes de escuadrilla escucharon una buena y una mala noticia. La buena era que los ingenieros, con bastante astucia, habían conseguido instalar los dichosos depósitos suplementarios, que les darían una autonomía de 200 km más. Además, se trataba de unos depósitos eyectables mediante un sistema eléctrico conectado al panel de control. La mala noticia es que la ruta de regreso más factible parecía ser Yugoslavia, si no querían exponerse a un peligroso viaje de vuelta. Se quedó con el comandante en que decidirían sobre la marcha, dependiendo de las circunstancias del ataque.

Para los pilotos, las órdenes eran más sencillas: volar cerca del techo de vuelo, para ahorrar combustible, y evitar los encontronazos innecesarios. Pilotarían con la oscuridad de la noche, para dar a la capital alemana un amargo despertar. Parecía fácil, pero no lo era tanto. Durante la ida, con el peso de los depósitos de combustible, la cota de altitud máxima se rebajaría, lo que les expondría al alcance de los BF109. "La vida es imperfecta". Así lo había resumido uno de los pilotos de bombardero en la cantina, horas antes de partir.

Isaac Harold, Arclite y Arrowsmith tuvieron, antes de la partida, la ocasión y privilegio de hablar por teléfono con sus padres. Los de Harold, que no entendían por qué un chico de tan buena familia se arriesgaba a una muerte certera, se mostraron serios y graves. Otro tanto podía decirse de la familia de Martin, cuya madre lloró con desconsuelo pensando que iba a perder a otro de sus hijos. Su padre, sin embargo, fue más pragmático y le dijo "Pase lo que pase, estamos muy orgullosos de ti". Los padres de Arclite se sintieron jubilosos (aunque preocupados), porque su hijo ahora iba a golpear donde les dolía a los aborrecibles alemanes, que habían invadido su patria de origen.

Para Bonfill, la despedida fue melancólica. El "wyng commander" Rymsky, su compañero polaco, se echó con él un cigarrillo en la puerta del barracón. El hombre, que era un tipo grave y eficiente, le dijo algo que posiblemente jamás olvidaría. "Para usted y para mi, esta guerra es por un ideal. No tendremos país al que volver cuando todo esto acabe, pero no podríamos mirarnos al espejo sin saber que no redimimos nuestro infortunio luchando por la libertad que perdimos, y que gracias a nosotros otros pueden ganar".

La despedida para Anne Marie fue más extraña, aún si cabe. A la salida del barracón, un grupo de mujeres de la RAF le presentaron sus respetos, regalándole una brazalete de plata grabado que rezaba "mujeres aliadas, luchamos unidas". Luego, con lágrimas en los ojos de pura emoción, la saludaron militarmente mientras la veían marchar.

Uno a uno, los pilotos subieron a sus aviones, ayudados por los técnicos. Embutidos en sus trajes de vuelo y con los chalecos salvavidas reflectantes encima, no olvidaron sin embargo los paracaídas ni el arma reglamentaria (hubo quien además de una pistola optó por llevarse un subfusil sten), pensando en que la posibilidad de terminar cayendo en territorio enemigo era casi una certeza.

Tras comprobar los instrumentos y la radio, los pilotos cerraron las carlingas, encendiendo los motores de sus spitfire. En el fuselaje, pintado, algunos llevaban dibujos y otros mensajes escritos durante los días de espera. El más curioso era el de un polaco que había escrito en su aparato "Ahora me toca a mí". Cada cual supo como esperar durante aquellos momentos, aunque fuera mordisqueando un poco de chocolate o revisando con precisión prusiana todos y cada uno de los indicadores del avión.

Uno a uno fueron embocando la pista, esperando su turno. Los técnicos hacían señales, y la torre de control les iba invitaba a despegar. Los motores rugieron, hambrientos, hasta que su bramido pareció estabilizarse. Partieron primero los polacos, que volaron en círculos durante un momento, hasta que los mosquito despegaron.

Bonfill dió la orden de despegue, deseando buena suerte a sus pilotos. Uno a uno, recorrieron los largos metros de la pista, aumentando la potencia de su motor y cogiendo el ángulo de cabeceo apropiado. Los spitfire se despegaron del suelo, poco a poco. Luego, al final de la pista, alabeaban y guiñaban hacia un lado, con los timones de cola bien colocados para acentuar el cabeceo. Remontaron el vuelo, como águilas volando en libertad, y se unieron al resto del grupo.

Juntos, volaron hacia el rojizo del atardecer y el azul profundo y oscuro del mar.

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26/10/2008, 19:58
Joshua Freemantle

El silencio se vió pronto interrumpido por una órden del comandante de la escuadrilla.

-Grupo de caza alfa, cubran la formación por la derecha. Grupo de caza beta, cúbran a los bombarderos por la izquierda. Ascendemos al techo de vuelo para pasar el canal.

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26/10/2008, 20:05
Martin Arrowsmith

Una vez que todo quedo hablado, Martin se dirige tranquilo hacia el hangar . Allí, descubre que los preparativos se están ultimando con el grado adecuado de intensidad.
Martin avanza hasta detenerse a unos metros de su Spitfire y sonríe mientras se deleita en sus formas elegantes y, al mismo tiempo, agresivas.
Si hay que morir, no puede haber un ataúd mejor que este
Y con ese pensamiento rondandole la cabeza, se encamina, decidido hacia su potente Spit.
Y mientras se aproxima, otro pensamiento cruza su mente.
Apuesto a que mas de un 109 caerá antes que yo.
Ayudado por un técnico de vuelo, se coloca el paracaidas y la mascara, y hecho esto, trepa por la escalerilla hasta la carlinga de su avión.
La cúpula se cierra sobre el y lo primero que hace Martin, es comprobar sus flaps, alerones y timón de cola.
Con todo ya dispuesto, conecta el arranque y no tardan en retumbar los rugidos del poderoso Merlin.
Pareciera que esta ansioso por hacer aquello para lo que fue diseñado.
Martin carretea hasta la salida del hangar y por radio recibe las ordenes pertinentes. Acelera levemente de camino a la pista de despliegue y ya con la pista enfilada, acelera hasta velocidad de despegue.
Y como un potro salvaje, el Spitfire, se lanza hacia delante deslizándose hacia su habitat natural.
Martin levanta el morro y va ganando altura mientras hace, ya en vuelo, la segunda comprobacion de los mandos.
No tarda Martin en identificar a sus compañeros de vuelo y rápidamente, ocupa su puesto en la formacion.
Abriendo el canal de radio, dice a sus compañeros.
Beta 4 completamente operativo y en posición.
Y tras este breve informe, Martin mira a través del cristal blindado de su carlinga para ver a la formacion de bombarderos a los que ha de cubrir.

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28/10/2008, 13:51
Jaume de Bonfill i de Requesens

Bonfill estaba bastante motivado, era una misión que les llevaría al filo de la navaja... y el había estado allí unas cuantas veces, hace mucho.

 

Antes de despegar, Bonfill había pasado un rato pidiendo algo de pintura, para bautizar su avión. No podía ser de otra forma, el nombre, en francés, de "La Estrella del Alba" relucía recien pintado sobre la el frío metal, aunque el escudo era el mismo que llevaba en su avión de juventud, "El Leon del Aire". Obviamente no era mas que algo simbólico puesto que los aviones, cosas de la nueva aviación, solo se llamarian con nombres en código. Beta 1 en su caso.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz por radio. Era la voz de su amigo polaco.

Bonfill cumplió la orden con rápidez...

- BETA 1 completamente listo y en posición.

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28/10/2008, 16:58
Isaac E. Harold

Beta 3 listo y en formacion respondió abriendo el canal de radio mientras tiraba suavemente de la palanca para ir ganando altitud dentro de la formación. No pudo evitar lanzar una mirada atrás cuando el avión se inclinó y a través del cristal algo empañado vió la imagen borrosa de la campiña cargada de los tonos rojizos del debil sol del atardecer.

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29/10/2008, 17:32
Director

Martin y Jaume ascienden al techo de vuelo de los mosquito, 11.000 metros. Allí, durante unos minutos, se mantienen sobrevolando el canal, cada vez más oscurecido. Todo parece en calma, y las señales de radio se hacen cada vez menos frecuentes. Solo se escucha el reberberar de los motores, amortiguado por los auriculares.

- Tiradas (5)
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29/10/2008, 17:39
Director

En la extrema ala izquierda de la formación, un aburrido Harold mira el mar y la lejanía. Cada vez está más oscuro, y pronto será dificil distinguir nada si las nubes están por encima de ellos y les tapan la luna.

Pero, cuando mira la luna ve algo extraño. Hay un avión por encima, y no parece aliado. Más bien le parece un Junkers 86 de observación. Luego, mira al piloto que tiene al lado (Anie), y esta le hace una seña hacia arriba con el dedo. Parece que ella también se ha percatado. Arclite, al mirar hacia el aparato de la chica, ve tambien el gesto y se percata de la presencia del bombardero. ¿Les habrá visto?

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29/10/2008, 21:03
Isaac E. Harold

Aqui Beta 3 a formación. Enemigo sobre nosotros. Posible Junker 86. la mano de Harold abrió el canal de radio pero sus ojos no se apartaban del avión que les sobrevolaba.

 

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29/10/2008, 21:08
Martin Arrowsmith

Y de inmediato, al escuchar la alerta de mi compañero, abro la radio y digo.
Aquí Beta 4. Quizá se trate de algún observador. No sera bueno recibir visitas tan pronto. Recomiendo su inmediata intercepccion.
Tras mis palabras, comienzo a mirar hacia arriba tratando de localizar ese Junker.

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30/10/2008, 10:29
Isaac E. Harold
Sólo para el director

Notas de juego

Se me ha ocurrido que lo que se hable por radio se escriba así:

Beta 3 a formacion. Enemigo sobre nosotros. Posible Junker 86

 

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30/10/2008, 13:10
Director

Notas de juego

Si, es más correcto. Las comunicaciones de radio deben ser concisas y cortas, para no ocupar mucho rato el canal de comunicaciones y dar lugar a réplica o repetición de las órdenes.

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30/10/2008, 14:11
Isaac E. Harold
Sólo para el director

Notas de juego

Bueno, realmente lo decía en plan: Negrita + cursiva. je je. Lo que tu comentas lo doy por sabido.

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30/10/2008, 15:01
Director

Notas de juego

Ah, si, bien. Perfecto :)

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30/10/2008, 21:15
Jaume de Bonfill i de Requesens

-Recibido... derribemosle pero exponiendonos lo menos posible... Hagamoslo sobre seguro, aun es pronto para arriesgar...

 

Jaume, que no ha percibido al enemigo aún y esta a gran altura, quita el seguro de la carlinga y la abre, conteniendo la respiración, para tratar de escuchar el sonido de los aviones que hay a su alrededor... De esta manera quizá pueda situar al enemigo y atacarle.

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30/10/2008, 21:22
Martin Arrowsmith
Sólo para el director

Notas de juego

Master. ¿Que debo tirar para localizar al enemigo?. Supongo que percepción que la tengo a 6.
Me refiero, al dado.

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30/10/2008, 22:05
Director

Notas de juego

Tienes que tirar Descubrir, sumando tu nivel a tu atributo relacionado (esa es la DIF). Los dados son 3D10, sin desglosar, sacar menos que la dificultad, MOD 0.

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30/10/2008, 22:23
Jaume de Bonfill i de Requesens
- Tiradas (1)
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30/10/2008, 22:23
Herben

Aquí Beta 2, lo he visto.

-Arclite encaró a su avión siguiendo al líder Bonfill, era habitual que el líder iniciara las hostillidades, "primus inter pares". No obstante la situación, esta delicada situación exigía una intervención rápida. No se requería una batalla, sino una masacre. Ataque rápido en proporción 5 a 1, sin piedad, ninguna. La guerra era así, es lo que exigía, era lo que se esperaba, era lo correcto.

Allá vamos...

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30/10/2008, 22:52
Martin Arrowsmith
Sólo para el director

Notas de juego

Debo tirar tres de 10 a dificultad 16. Pues así, me parece que me van a salir tres éxitos seguros.
Confirmamelo, por favor. Estaré por aquí hasta las doce.