El hombre, que sigue con sus puzzles o lo que sea no contesta. Los dos escorpiones, hacen buen uso del sake traido sin decir tampoco una sola palabra.
Parecen intinmidados por lo que puede decir el que parece obvio que es su jefe. Sea del clan que sea, no es escorpion, asi que para tener lealtades en tal medida tiene que ser alguien poderoso.
Transcurren los segundos, y el silencio es lo unico que obteneis.
Notas claramente, como no sois bien recividos en aquella mesa. De hecho, estas seguro de que Bayushi san tampoco era bien recivido, lo que te lleva a preguntarte como es que todavia seguia alli.
Cada segundo que pasas alli notas de manera implicita que el hombre que ni levanta la cabeza de los juegos, esta cada vez mas molesto con vosotros, o puede que solo con Kusanagi san.
Quizas seria un buen plan salir de alli antes de meterse en problemas con desconocidos. Porque nisiquiera podria decirse que hayan sido maleducados.
No os habian invitado a su mesa, y no hablar, no era precisamente descortes, aunque tampoco fuera cortes.
La situacion, a tu juicio podia volverse ademas de incomoda, peligrosa.
Un poco frustrado por no conseguir mas información sobre ese extraño personaje me dirijo hacia ellos.
-Bueno sin mas preámbulos mi compañero y yo nos vamos, muchas gracias por la ayuda, y ahí os dejo el sake para ustedes. Mucho gusto, vamos Moto san.
En el transcurso del camino hacia la puerta de entrada, le voy contando lo que e podido sacar del paradero de Tombo san.
-... me dijo que por la noche suele estar por estas calles buscando información que seguramente nos lo encontremos...
Al levantarme de la mesa...
Buenas noches, perdonen por las molestias. reverencia.
Tras Bayushi Kusanagi cuando nos alejamos de la mesa respondo a su comentario.
¿Solo eso?, pues el tabernero sabía más. Vamos.
Llegando al grupo detrás de Bayushi Kusanagi...
Por la noche deambula por estas calles buscando información, sin embargo puede que sea tarde para Otomo Sama. ¿Vamos a los muelles?
Digo a todos, estando de pie.
Que habrá estado haciendo Bayushi Kusanagi para tardar tanto, no lo entiendo. Eso de poner mote a un desconocido no me parece que le haya ayudado.
-propongo ir primero a su residencia que queda más cerca, si no le importa Chishuu San- digo al unicornio -según comentan vive al final de la calle en una residencia llevada por una señora mayor- digo señalando hacia un lado -si no lo encontramos allí buscaremos en los muelles- propongo pensando que seria mejor buscar en un lugar concreto antes de embarcarnos en una búsqueda menos concisa y más pasada por agua.
Me coloco mi abrigo de paja y me dispongo a salir junto con mis compañeros. -Y tu que has estado atento al Bayushi, ¿ha sacado algo en claro o a metido la pata como siempre?- susurro al Unicornio con una pequeña sonrisa socarrona.
La mañana que sigue siendo fria os recibe con rafagas de aire cargadas de agua en cuanto os asomais a la puerta.
La calle parece desierta, aunque podeis notar, como gente se desplaza rapido de esquina en esquina, de manera silenciosa.
El ruido del aguacero inunda vuestros sentidos, asi como un relampago en la lejania, os recuerda porque la vida de los marinos es tan dura.
El suelo de aquella zona, es de tierra, y se forman charcos de indeterminada profundidad por bastantes lados.
Poco a poco vais sorteando los obstaculos del camino, intentando mojaros lo menos posible, sin poder evitar quedar ciertamente calados.
Cuando llegais a la casa donde se supone el Tombo tiene su residencia temporal, parece que la tormenta amaina un poco, dejando ver algunos claros de sol a lo lejos entre las oscuras nubes.
Llamo a la puerta con fuerza y sin miramientos mientras me resguardo del inclemente tiempo bajo mi abrigo vegetal. Espero con paciencia a que respondan a mi llamada, aunque no me agrada mucho estar bajo la lluvia, teniendo unos pergaminos tan valiosos, aunque estos estén resguardados de ella y no seán tan fáciles de destruir, al menos no por una lluvia.
-Parece que amaina- pienso, algo aliviado, al ver los tímidos rayos de sol que se asoman entre las oscuras nubes.
Una voz mayor se oye desde dentro, con cierta musicalidad pero sin mucha fuerza.
¿¡Siiií!?
-Me llamo Kuni Kiru, busco a Tombo san, me han comentado que se hospeda aquí- informo claramente a la anciana que me habla esperando encontrar un pronto desenlace a nuestra búsqueda.
La señora, que parecía hablar desde el fondo de una cueva vuelve a contestar.
No está, ha ido a ver los muelles. Es un chico muy curioso sabe.
Luego percibís un murmullo, seguramente la mujer siga hablando sola dentro de la residencia. Pero sin fuerza ni ganas para estar gritando.
Ponéis algo de oído intentando averiguar si viene a abrir la puerta o no. Pero no notáis que nadie se acerque hacia donde estáis.
sin esperar a que alguien haga algo...
-Señora, ¿puede dejarle un recado? si tiene papel y tinta y me deja escribir le puedo dejar una nota para el. Si es tan amable.
digo, mientras miro a mis compañeros, esperando una reacción, confirmando si e hecho bien o mal, pues últimamente he hecho las cosas bastante mal.
La señora o no oye a Kusanagi san, o esta liada con otras cosas. O quizas se haya caido dentro de su propia casa y este inconsciente. No podeis saberlo.
Vamos gente mas sangre.
A Efra, buena idea, aunque no haya culminado.
Sin esperar más, me encaro con mis compañeros -vamos hacia los muelles que ya estamos tardando- y sin más me dirijo con paso firme hacia la marea, que es donde se vió por última vez a nuestro escurridizo, y seguramente empapado Tombo San.
El muelle del distrito es bastante grande, asi que lo dividen en zonas. La Este, y la Sur Este.
Mucha gente, casi en su totalidad trabajadores del puerto, se mueven apresuradamente por el, o sacan y menten cosas en los barcos atracados.
De vez en cuando, algun samurai vigila estas acciones, o traba dialogo con alguno de los estivadores. Lo que se traduce por vigilancia de sus mercancias.
A ver que haceis. Que vais super lentos.
-Compañeros porque no nos separamos en dos grupos y vamos cada grupo por un lado de los muelles, cubririamos mas terreno y acabariamos antes, si Tombo san está en los muelles no creo que asi pueda irse por otro lado.-
Doy esa idea a mis compañeros y me quedo mirandolos a ver que les parece, y si dicen como hacemos los grupos, que en verdad a mi me da igual con quien me toque.
-Por mi bien, vamos usted y yo Akodo San por el Sur Este si le parece, ustedes dos pueden ir por el Este si le parece- propongo a mis compañeros y espero a que den su confirmación u opten por alguna alternativa.
Los compañeros se separan sin mucho decir sobre el tema. Tienen una mision, y el clima y el dia no les dan ganas de perderse en detalles.
El Leon y el Cangrejo ya han salido de la vista del Unicornio y el Escorpion. Toca empezar la busqueda.
Marcaos en grupos, y posteadme que quereis hacer para localizar al Tombo.
Camino en silencio y de cuando en cuando pregunto a algún viandante o trabajador por el Tombo. -busco a un samurai de tez pálida, la última vez que lo vi vestía de azul y marrón, con letras doradas bordadas, según me comenta suele ir preguntando cosas ¿lo ha visto?- pregunto una y otra vez y sigo las pocas o muchas indicaciones que me pudieran dar, sin prisa pero sin pausa , como se suele decir.
Camino con mi compañero cangrejo por el muelle y en lo que le pregunta a los lugareños por nuestro buscado y dificil de encontrar "amigo", hago yo lo respectivo a otras personas a las que el no pregunte claro:
-¿Han visto a un samurai muy preguntón, tiene un kimono de color azul y marrón con letras en dorado, de piel muy blanca?
Pregunto si no es a cada persona pero si a cada dos o tres personas como mucho y lo hago lo mas rapido posible, hay que darse prisa, ya estabamos tardando mucho en encontrar a Tombo san y eso no podia ser.