Partida Rol por web

Los tipos no parecen echaros cuentas, totalmente acostumbrados a ir sembrando el terror sin que nadie se atreva a hacerles frente. Cuando reparan que que podéis ser peligrosos ya es tarde, pues los tres abrís fuego contra ellos.

Haciendo caso a la estrategia marcada por el jefe de escuadrón, disparáis los tres sobre el mismo tipo, el que lleva el bláster desenfundado y el blindaje completo. El primer tiro ya basta para inutilizar al adversario, que cae inconsciente, mientras recibe otros dos disparos que le causan una rápida e indolora muerte.

Los otros dos, totalmente asombrados ante el despliegue de blásters, desenfundan y se lanzan fuera de vuestro ángulo de tiro, en un intento de no acabar como su compañero.

Vuestro turno.

- ¡Seguid disparando! -grité a las mujeres mientras me situé unos pasos más cerca para que el otro hombre pudiese oirme mejor-. ¡Eh! ¡Tú! ¡Si quieres vivir ven con nosotros! ¡Te cubriremos!

Vuelvo a asomarme por la esquina para soltar otra ráfaga de disparos, disparando sobre el primero de los cazarrecompensas y aprovechando la salida para ver como siguen y que posiciones han tomado mis dos compañeros.

Uno menos, y ellos aún no han disparado...

Ora y Kotar disparan sobre los dos tipos en salto, y los cazan en pleno vuelo. Uno de ellos cae al suelo inconsciente, mientras el otro sufre una herida leve.

El devaroniano se levanta como puede y corre hacia vosotros, mientras el único cazarrecompensas que queda vivo, aunque herido, desaparece de vuestra línea de tiro, escondiendose tras el recodo del pasillo.

¿Qué hacéis?

Desenfundo el segundo arma manteníendola pegada a mi pierna mientras abandono mi parapeto apuntando hacia el callejón. Hago un par de disparos de advertencia mientras comienzo a caminar hacia atrás.

- Vamos, somos tú única vía de escape -digo mientras le señalo con las manos para que se acerque-. ¡Corre más, maldita sea!

Cuando esté a mi altura alzaré el arma apuntándole y obligándole a "acompañarnos".

El tipo llega a donde estáis vosotros y balbucea cosas sin mucho sentido. Se diría que está algo borracho.

-Por favor, sacadme, esos locos, argh, paliza.

Cojo al "hombre" por la ropa y tiro de él hacia fuera del callejón mientras abro fuego impidiendo así que se nos acercase nadie. Una vez fuera podremos escondernos o simplemente perdernos en la multitud. Y cuando haya encontrado un buen lugar, y no un sucio callejón a la vista de demasiada gente, le haré las preguntas adecuadas.

- ¡Vamos! ¡Salgamos de aquí! Tú, corre y no preguntes, o te dejaremos aquí para que seas su prisionero. Y seguro que están bastante molestos y les encantaría echarte el guante encima.

Corréis junto al devaroniano, dejando atrás al único superviviente de los atacantes, y os ponéis a cubierto. Una vez fuera de todo peligro, muchas calles más allá, el tipo se derrumba sobre vosotros, apestando a licor del fuerte, y en un estado de embriaguez notable.

-Oh, gracias, gracias. Yo no les había hecho nada. Perros, me querían matar. Solo puedo daros las gracias. Adios, y muchas gracias, muchas gracias.

Dice el tipo haciendo amago de irse.

Le cojo de la ropa impidiéndole marcharse. Lo zarandeo y le enseño el arma por si lo ha olvidado. Sin embargo, en ningún momento le apunto.

- Eh, nos debes una. Si fuese por mí me encantaría que nos despidiésemos con un saludo, y no con un tiro. ¿Qué te preguntaban y por qué lo hacían? ¿Qué sabes tú que tanto les interesaba?

-Me preguntaban... bueno, es cierto, os debo una. Me preguntaban por Tallon, ese tipo al que todos buscan, pero yo no sé nada de él. Yo solo se...

El tipo duda, pero ante vuestra insistencia termina por contarlo todo, entre borracho y agradecido por haber salvado el culo.

-Yo no sé donde está ese Tallon, pero sé quien puede saberlo, y esos perros casi me matan para que se lo dijera. Yo no he soltado prenda, porque son amigos míos, y no quiero comprometerlos. Y por eso mismo no puedo deciroslo a vosotros, aunque... parecéis buena gente, sí, y me habéis salvado de esos perros. Vosotros también vais detrás de ese Tallon, ¿no? ¿Y para qué? ¿Para venderlo al imperio?

- No habíamos dicho que quisiéramos a ese tal Tallon. Pero sí, le necesitamos, y no es para venderlo al Imperio. Le queremos sano y salvo, y de hecho hemos sido contratados para protegerlo. Eso es todo cuanto debes saber, y si realmente deseas proteger a tus amigos y a ese tal Tallon más te vale que nos digas más, porque si son otros los que dan con él, te aseguro que le harán daño y no podremos hacer nada por evitarlo.

-Aaahh, siii, sois rebeldes. Sabía que vendríais, je je je. En ese caso me encantará deciros con quién podéis hablar, siii. Sólo tres personas pueden saber donde está Tallon, son los tres últimos colonos originales que quedan en Mos Eisley, los veteranos. Uno era Heff, el dueño de la tienda de Souvenirs, pero lo han matado hoy esos perros. Luego está Slag Fats, una hembra ithoriana muy respetada en la ciudad. Es... como lo diría, es... bueno una de las cabezas del crimen aquí en Mos Eisley, pero tiene buen corazón, y luego está el viejo Arno que es un explorador y suele andar en el mar de dunas, cualquiera da con él. Pero es igual, yo puedo contactar con Slag Fats, y preparar una cita para vosotros. Ella sólo ve a quien quiere ver, pero seguro que a vosotros os recibe, sí.

Nos encontraremos (hipo) al segundo Crepúsculo. En(eructo) el Hotel del Espaciopuerto. Os llevaré hasta (hic) Slag Flats. Antes he de ir a avisarle. Nos vemos en un par de horas. ¿Os parece?

- Hecho. Prepáranos un encuentro con esa mujer. Quizá convendría que te escoltemos hasta cierto punto, pues pareces bastante fácil de reconocer. Esos hombres y nosotros hemos dado contigo.

Si no deja que lo acompañemos tendré que hablar con las mujeres. Aunque parezca agradecido de verdad, dejar que un hombre que sospecha que somos rebeldes prepare un encuentro sin más... sería jugársela demasiado.

-Oh, eso sería maravilloso. Acompañadme al café del muelle, no muy lejos. Allí estaré a salvo. Pero luego ya contactaré con Slag fats, porque si voy con vosotros no nos recibirá. Tened en cuenta HIP, que ella tiene muchos enemigos. Bueno... eso si queréis, si no estáis interesados no pasa nada. Así me ahorro pedirle el favor, que luego HIP, me lo cobra.

- Tira de una vez, que el tiempo corre en nuestra contra.

Escoltáis al devaroniano hasta el café del muelle, que está al sur del centro de Mos Eisley, cerca del hotel. El camino sucede sin novedades:

-Oh, gracias por todo muchachos. Esto no lo olvidaré, no. Voy a hacer las gestiones, y al segundo crepúsculo nos vemos aquí mismo, ¿de acuerdo?

- Sí, sí, de acuerdo. Recuérdalo, nos debes una.

Espero a que se vaya para dirigirme a las dos mujeres. Carraspeó y limpio un poco mi ropa sopesando mientras tanto las palabras.

- Veamos. Todo esto puede ser una trampa. Nos pueden joder bien cogiéndonos a todos por sorpresa. Pero no tenemos otra cosa. Bueno, sí, lo que teníamos pensado hacer con el otro grupo, pero puede ser una pérdida de tiempo. Yo me la jugaría aquí. Pero no iría todos a la vez. Amiya, tú te quedarás atrás, y estaremos comunicados todo el tiempo. Si no damos señales de vida al cabo de un tiempo deberás avisar al centro de mando y al otro grupo.