Partida Rol por web

Ha llegado el momento, no puede demorarlo más.

Dispara contra la nuca de Puggles, un cabro hijo de Bantha, que seguramente era un lastre para el universo. No le da pena dispararle de aquella manera.
De hecho, no le importaría cargarse a muchos de los que tenía que haber en aquel pintoresco edificio. Pero no tenía más tiempo para preocuparse por eso.

Sabiendo que su tapadera se acaba de acabar, Kal abre fuego y luego se gira y salta hacia atrás, volviendo a cubrirse con la entrada del pasillo de la que venía.

Con suerte, Zadra y Sono no le volarían la cabeza, y pensarían que le habían abatido los Rebeldes, y sin suerte, seguramente le mataran allí mismo.

Se quedo en canclillas, con la pistola blaster un poco bajada, esperando que el resto de los mercenarios llegara al otro lado del pasillo. Todo pasaba muy deprisa. Y aun no sabía si Puggles, ese bastardo estaba realmente muerto, o se volvería a matarlo en cualquier momento.