Partida Rol por web

Intento localizar desde la parte de atras de la formacion a todos aquellos que lleven granadas. Seran los primeros a los que pienso liquidar, y necesito tenerlos controlados.

A simple vista sólo Puggles y Sono llevan granadas. Las tienen en el cinturón, prestas a ser usadas. Zadra, tu amiguita, lleva un detonador termal. El resto va con bláster pesados.

Cuando la puerta está abierta, cinco de los cazarrecompensas entran, y luego la puerta se cierra automáticamente, quedando sellada. Fuera quedáis tú, Kast, Zadra, Puggles, Sono y diez tipos más. Sono vuelve a emplearse con la terminal para intentar abrir la puerta, pero esta vez le está siendo más complicado. No se abre.

-Te doy medio minuto. Si no la volaremos.

Entre tanto, Kast no hace más que hablar por el comunicador con quién sabe quién, y parece muy enfadado. Luego mira hacia el cielo y vosotros hacéis lo propio, para ver el deslizador aéreo de Jax que aparece echando humo por un ala, visiblemente dañado. El deslizador toma altura y vira sobre sí mismo para quitarse de vuestra vista hacia el sur.

Kal está pensando, necesita dividir las fuerzas, así tendrán menos oportunidades de que lo pillen y jodan el plan.
Así que lanza una moneda al aire, metafóricamente.

Se acerca a la mujer que lo ha reclutado. Y le habla casi entre susurros, no quiere que muchos lo oigan, pero tampoco quiere pegar voces para decir lo que está pensando

Ves lo que está tardando, esto me huele mal. Estamos todos aquí. Deberíamos de hacer un grupo pequeño, y flanquear el edificio, ni valla a ser que nos estén esperando o tengan alguna sorpresa más. ¿Que te parece?

En su mente era un plan sencillo. O bien la mujer estaba desacuerdo, y le decía al jefe lo que el había dicho, o bien le daba lo mismo.
Si hubiera dependido de él, seguramente sus palabras le hubieran resultado coherentes.

Si el tipo ese que hacía las veces de jefe implacable, se seguía poniendo nervioso, como ya era evidente, podía pasar que hiciera un grupo pequeño para reconocer las partes del edificio que aun no podían ver, y comprobar si les estaban tendiendo una trampa.
O bien podía hacer dos grupos muy reducidos, que fueran cada uno por un lado. Esa sería la opción que el elegiría, sobre todo contando con tantas tropas.

Eso sería mejor incluso que la primera opción. Si sus aliados tenían oportunidad de deshacerse de algunos, seguramente sería más fácil hacerlo de grupos pequeños que de todo aquel mini ejercito.

Siempre cabía la posibilidad de que por ser tan listo, lo mandaran a él en uno de esos supuestos grupos. Y eso era tan malo como bueno. Era el más prescindible de los que allí había. Si se quedaba podía ayudar cuando entraran creando confusión y haciendo bajas en las filas de los mercenarios. Si lo mandaban, podía intentar liquidar a los de su grupo de exploración, y jugársela para crear otra distracción mayor.

Estaba jugando unas cartas muy complicadas, pero ese era juego que había decidido jugar.

La mujer te mira, parece sopesar las palabras, mientras Jodo increpa a Sono que está intentando saltarse la protección de seguridad de la puerta. Al fin la chica habla:

-Jodo, estamos haciendo el imbécil. Quist se ha precipitado y ahora están sobreaviso. Nos están esperando en esta puerta. Voy a coger a unos hombres y entrar por otro lado. ¿Te parece?

Jodo también piensa, pero son solo dos segundos:

-Está bien, ve con tus hombres por el otro ala, en cuanto llegues allí coloca un detonador térmico en la puerta, eso bastará. Antes de activarlo mándame una señal por el comunicador y nosotros volaremos ésta. ¡Sono, para ya! Entraremos sincronizados.

BOOOMBB!!!

Se escucha dentro de la sala. a la que han entrado vuestros compañeros, y en la que deberíais haber entrado vosotros. Sin duda un detonador térmico o algo parecido.

-Parece que nuestros compañeros están en problemas, así que id. ¡Rápido!

-Sono, Puggles, y Kal, venid conmigo. A la puta carrera.

Los cuatro vais corriendo y pasáis al lado de la puerta principal, pero Zadra no para allí, y seguís corriendo hacia la siguiente puerta de entrada, en un ala similar a por donde está intentando entrar Jodo. Una vez allí Zadra saca un detonador térmico de su mochila y lo coloca en la puerta con temporizador.

-Listo Jodo, en cinco, cuatro, tres... a cubierto.

BOOOMBB!!!

Las explosiones son simultáneas, y la puerta vuestra está totalmente destrozada. Tenéis vía libre.

Ante vosotros se abre lo que parece una vivienda aparte, como si fuera un ala de sirvientes o invitados. Tiene una sola puerta que parece dar al interior de la fortaleza y también está sellada.

Mierda, un buen plan, una mala idea. Ahora tendré que cargarme a la chica.

Kal no tenía intención de tener que matar a la chica. Si bien el resto le daban igual, sentía de alguna manera una afinidad natural con aquella mujer. Aunque sabía perfectamente que de ser al revés ella le volaría la cabeza.

Al menos había conseguido dividir fuerzas. Lo que siempre era mejor para los que estaban dentro. Ahora tenía que seguir jugando a aquel doble juego. No podía destaparse ahora. Eran tres contra él, y aunque atacara ahora tendría sorpresa, pero no estaba seguro de tener todas las de ganar.

Así que siguió por la puerta que acaban de volar hacia el interior. Esperaba tener oportunidad de jugar bien sus cartas y eliminar las amenazas de manera letal y eficaz.

Saco su arma y la dejo en su mano. A partir de aquel punto no tendría mas opción que ser rápido en sus decisiones, y eso implicaba a su arma.

Rápidamente el alienígena saca un explosivo de goma y lo colca en la puerta. BOOOMB otra explosión y la puerta vuela por los aires. Como un resorte, Sono se levanta y se acerca a la abertura, lanzando dos granadas, una al frente y otra a un lado, y cuando explotan los tres, que funcionan de una manera excepcional, como acostumbrados a trabajar juntos y de manera eficaz, se asoman a la puerta abriendo fuego hacia todos lados.

Escuchas una fuerte explosión en el exterior. Creéis que debe ser en la explanada que hay a la salida de la fortaleza.

Kal tenía que estar atento, todo se estaba precipitando. Era ahora o nunca. Intento ganar recursos y confianza.

Mierda, porque soy el único que no tiene una mierda de esas.

Lo dice de manera que parezca que está dolido. Con su arma ya presta, y en la segunda línea de tiro. No quiere meterse dentro y ser blanco de sus aliados, o de sus "aliados".

Aun no tiene claro cuanta gente morirá en este asalto, pero si consigue localizar a sus aliados. Esa puerta que ahora acaban de abrir puede ser una salida para, o bien escapar, o bien emboscar al enemigo por detrás. Claro que para ello tiene que liquidar a esos pelmazos. Y por cómo se mueven, va a ser más sencillo decirlo que hacerlo.

Los tres vuelven a meter la cabeza dentro de la habitacion donde estáis y Zadra dice:

-Hay un grupo parapetado a la izquierda. Al frente está libre. Hay que librarse de esos para continuar.

Sono se vuelve hacia ti y dice:

-Jódete.

Kal acaba de perder el poco aprecio por la vida de aquellos energúmenos, y aquel tipo. Sería el primero en morir.

Bien, si están parapetados en la izquierda. Podemos lanzarles un cebo para que salgan. Hacer como que estamos heridos o huimos de algo. Y en cuanto salgan volarles las cabezas.

No era un mal plan, siempre que no desconfiaran del, y fuera el que usaran de cebo. Si Zadra era inteligente seguramente dejaría que uno de sus hombres de confianza fuera el que realizara la treta.

Aunque también cavia la posibilidad de que pasaran completamente de lo que estaba diciendo.

Una mierda, vamos a la de tres. TRES.

Y salen corriendo hacia delante, lanzando ráfagas hacia los enemigos de la derecha.

¿Que haces, les sigues? Pretenden cruzar un pasillo, para ganar la cobertura, son unos cuatro metros expuestos a los disparos de tus compañeros, y llegan al otro lado. Que haces, rapido?

Mis aliados no tienen ni idea de donde estoy, ni con quien voy. No saben si quiera si estoy vivo.
Si paso corriendo el pasillo puedo llegar vivo.
Pero seria mas interesante abrir fuego contra los mercenarios ya mismo.

Pero a menos que los consiga matar a todos, no es probable que salga vivo de todo aquello. Si solo abro fuego, y no mato a ninguno, en cuento lleguen a la otra parte del pasillo voy a ser su único objetivo, y en cuento eso pase me acribillaran.

Mierda, ya se mueven.

Tres.

Empiezan a correr y no me queda más remedio que ir tras ellos. Cuando pasamos por el hueco del pasillo levanto mi arma.

Espero que me reconozcan después de disparar y no me maten.

Con el arma a la altura de la cabeza de uno de los secuaces de Zadra. Ese que hace unos instantes me había dicho que me jodiera. Abro fuego.

Soy el último, durante unos segundos no sabrán que ha pasado. Pero solo serán unos segundos.