Partida Rol por web

- Alguien que no es tan cobarde como tu para venir por la espalda. - Hago una leve pausa para que le duela lo que le dije o le moleste levemente. - Gaulf. -

La mujer no reacciona de ningun modo hasta que le dices quien te ha enviado. Aun asi su tono de voz no cambia en absoluto, siendo igual de frio que cuando te amenazaba con el cuchillo. Aparta el arma de tu garganta y deja que te des la vuelta. Cuando lo haces ves a una mujer joven, de unos 25 a 30 años, vestida con un traje ajustado de piel negra y una capucha y una capa de color granate.

Gaulf? Que le ha pasado a ese pobre diablo?

Me libera del cuchillo y al dejarme verla tartamudeo un instante al ver sus pechos tan airosos. - Esta bien, digo no. Esas criaturas que atacaron recién le han echo mucho daño y te necesita. Supongo que tu eres Mailen o la conoces. - Hago un esfuerzo sobre humano para no ir tan seguido con mis ojos a su busto. Pero que grandes. ¿Serán suaves? Maldición, necesito concentrarme en Gaulf y no en esos pechos que quiero morder.

La mujer guarda el cuchillo en una funda sujeta a uno de sus muslos sin prestar demasiada atencion a donde miran tus ojos.

Soy Mailen. Llevame a donde esta Gaulf inmediatamente.

Le hago una seña para que pase primero. - Después de usted. - Y luego salgo guiándola donde está el pobre Gaulf. Mis ojos aun en esto duro momento se pierden en las curvas de la mujer. Y mi mente vuela con fantasías.

Mailen te sigue hasta la posada donde dejaste a tu compañero. Al entrar el panorama sigue exactamente igual que cuando te fuiste, Gaulf inconsciente en el suelo mientras el posadero intenta ayudar como puede. La mujer se acerca hasta el orco haciendo un gesto al hombrecillo del bigote para que se aparte, se agacha ante Gaulf y pone las manos sobre sus heridas. Estas empiezan a emitir un extraño brillo blanquecino y las heridas empiezan a cerrarse. Cuando ya apenas quedan unas cicatrices se levanta y se acerca a ti.

No te preocupes, me has traido a tiempo. Tardara un rato en recuperar la consciencia. Tu estas herido?

Los ojos se me abren como platos al ver como cura las heridas. - Solo rasguños, nada que valga la pena. Gracias supongo. - Me acerco a Gaulf y le palmeo suavemente el hombro. - Ahora si que puedes levantarte, creo. -

Cuando le das la palmada en el hombro, Gaulf mueve la cabeza y va abriendo los ojos despacio para inmediatamente levantarse de un salto y darte un abrazo que hace crujir tu espalda.

Jajaja! Gracias chico! Sabia que podia contar contigo!

Acto seguido te suelta y se dirije hacia Mailen que sigue inexpresiva a un lado del hombrecillo del bigote.

Gracias, te debo la vida. Oye, siento lo que paso la ultima vez, yo...

Mailen se gira y contesta mientras se dirige a la salida de la posada con su larga capa ocultando su voluptuoso cuerpo.

Dejalo. Lo pasado pasado esta. Nos veremos.

Dicho esto sale por la puerta sin despedirse de nadie desapareciendo de vuestra vista y dejando al orco plantado donde estaba con la palabra en la boca.

- Simpático caracter. - Comento cuando se va y ahora estamos otra vez solos y sin ella. - ¿Y ahora que? - Digo sin tener una remota idea de que pasos seguir.

Gaulf te mira y dibuja media sonrisa en su cara. Agradece al posadero su atencion y luego avanza hasta tu lado.

Ahora que? Que te pareceria si vamos en busca de mi objetivo? Si quieres nos repartimos la recompensa, no esta mal tener a alguien con quien hablar. Por cierto, que no te engañe la frialdad de Mailen, en realidad es buena persona. Bueno, vamos alla, Keylan... te llamabas asi, no?

- Kaylan, con "a". - Sonrío amablemente y luego al posadero. - Pues tu eres el profesional, porque a mi me han dejado mal parado. - Espero poder alejarlo del viejo para que este no le haga lo mismo que a las criaturas y de los otros que vinieron como yo y no corran una mala suerte al enfrentárseles.

Bien, el mago negro puede estar en cualquier sitio, pero conozco a alguien que podria darnos una pista de donde se encuentra. El problema es que esta algo lejos, hacia el norte.

Gaulf sale de la posada suponiendo que le seguiras hasta el lugar indicado. Al no tener ni idea de donde esta el anciano tampoco puedes alejar a tu compañero de el y si el camino es largo, al menos tendras oportunidad de descubrir mas cosas sobre este mundo y su gente y hacerte una idea de como estan las cosas. La calle ya esta casi en completa calma, aunque siguen habiendo escombros por doquier. El orco empieza a caminar hacia el norte sorteando las cosas del suelo con paso lento pero firme, en el que ya no hay ningun rastro de cojera.

Bien, el mago negro puede estar en cualquier sitio, pero conozco a alguien que podria darnos una pista de donde se encuentra. El problema es que esta algo lejos, hacia el norte.

Gaulf sale de la posada suponiendo que le seguiras hasta el lugar indicado. Al no tener ni idea de donde esta el anciano tampoco puedes alejar a tu compañero de el y si el camino es largo, al menos tendras oportunidad de descubrir mas cosas sobre este mundo y su gente y hacerte una idea de como estan las cosas. La calle ya esta casi en completa calma, aunque siguen habiendo escombros por doquier. El orco empieza a caminar hacia el norte sorteando las cosas del suelo con paso lento pero firme, en el que ya no hay ningun rastro de cojera.

- Pues entonces apura un poco el paso que así tardaremos siglos. - Voy a la par de el, esquivando cuantas cosas se nos crucen por delante. - Y dime una cosa ¿Esa mujer es casada, está sola? -

Gaulf no dice nada pero empieza a andar mas rapido.

 Quien? Mailen? Creo que no esta casada, de todas formas hace tiempo que no la veia. Fuimos compañeros durante una temporada.

Seguis avanzando por el pueblo hacia el norte hasta llegar a un enorme arco de piedra que da al exterior. Ante vosotros se abre un basto terreno por donde avanza una carretera de tierra. A los lados hay unas pocas casas desperdigadas que van desapareciendo durante vuestro trayecto, convirtiendose en un frondoso bosque repleto de pequeños animalillos. Al cabo de  un rato llegais a un claro a la derecha del camino. Gaulf se detiene con los brazos en jarra y observa un momento el paisaje.

Empieza a hacerse tarde, este parece un buen sitio para acampar. Tienes algun problema por dormir al raso? No tengo tienda que montar, pero tampoco hace mucho frio.

Observo el lugar con detenimiento y estoy seguro que la vida al aire libre acá no debe de distar mucho de la que tengo en mi hogar. - Ninguno. ¿Hacemos fogata o así está bien? -

Gaulf accede a hacer una hoguera. Os introducis un poco en el bosque buscando leña seca que pueda arder en condiciones. La noche se cierne sobre vosotros, una noche oscura debido a las nubes que ocultan la luna y las estrellas. Aun asi no da la sensacion de que vaya a llover por ahora. El fuego es lo unico que os deja ver en un radio de unos metros a vuestro alrededor. El orco se sienta junto a la fogata apoyando sus brazos por detras de su espalda, dejando su maza a un lado para que no le moleste.

Dime chico, de donde vienes? Y ahora dime la verdad, esos ropajes no existen en ningun lugar que haya visitado jamas y he visitado muchisimos, creeme.

Se nota que era una excusa muy mala, pero que pasará si digo la verdad... El fuego me entretiene un momento y luego con una profunda y seria mirada al ogro le contesto. - No te puedo decir ahora, es algo que no debo decir. Y espero que puedas comprender. - Espero que no me parta con el garrote, pero sería quizás poner en riesgo a los demás.

El orco suelta una carcajada que resuena por todo el bosque.

Ja! Esta bien chico, no te voy a avasallar con preguntas, si alguna vez quieres contarmelo te escuchare. De todas formas me da que no sabes mucho de este territorio. Espera.

Gaulf mete una mano dentro de su chaleco de cuero marron y saca un papel amarillento doblado en cuatro, lo desdobla y lo pone en el suelo ante ti. Entonces descubres que es un mapa de lo que piensas que puede ser este continente. Luego señala un camino que sale desde una ciudad llamada Celodan.

Mira, nosotros estamos aqui, deberiamos seguir hasta la posada y de ahi al oeste, hasta esta casa de aqui enmedio. Alli vive quien te comentaba. Oye, cualquier cosa que quieras saber no dudes en preguntarme, este oficio es dificil si no se conoce el terreno al dedillo.