Partida Rol por web

Los Ángeles. Aeropuerto Internacional. Por fín habéis llegado.

El clima es casi caluroso. Es media tarde ¿O quizás media mañana? No estáis seguros. Es el resultado de tomar tantos vuelos seguidos, ya no sabes donde estás ni qué hora es.
Os encontráis fatigados, desorientados y con sensación de no haber dormido en días, pero sabéis que tenéis que aguantar un poco más: Se va a producir un ataque terrorista y sólo vosotros podéis evitarlo.

De nuevo, vuestros teléfonos móviles de Acción Global suenan con un tono compartido. Y de nuevo es Delphi quien os contacta, indicándoos que os dirijáis hacia una parada de taxis concreta para buscar un vehículo en particular.

¿Es qué ha conseguido Delphi alguna pista de los hermanos Bregovic al bajar del avión?

No es eso. Responde la tecnóloga. Las cámaras no los han captado en el aeropuerto, así que ni siquiera puedo asegurar que se encontrasen en ese vuelo. Pero lo que he descubierto es más importante que eso...

He cotejado los planos del sistema de climatización extraidos de la tarjeta de memoria que recuperó Bart con edificios públicos y oficiales en Los Ángeles usando como criterio la proximidad al Aerpuerto Internacional... y he obtenido una coincidencia...

El sistema de climatización corresponde al del Centro Comercial Sunshine, el más cercano al Aeropuerto. Tan sólo a diez kilómetros.
Allí es donde van a liberar la solución Giarelli...

Al llegar a la parada de taxis os encontráis con uno tipo furgoneta esperando por vosotros. Es el que os ha dicho Delphi.

Montáis y el conductor, un hombre de tez muy morena y turbante ceñido, os saluda.
Buenos días caballeros, mi nombre es Tariq y seré su chofer. Me han pedido que les ayude en lo que necesiten.

Bien. ¿Dónde vamos?

Al centro comercial Sunshine más cercano al aeropuerto, lo más rápido posible -dijo Bennet mientras subía-.

Todo iba demasiado deprisa y no había tiempo para pensar. Sólo para actuar. Si iban a liberar el compuesto por el sistema de ventilación sería mejor detenerlos cuanto antes, la volatilidad del compuesto y su elevada toxicidad no permitirían solucionar el problema una vez liberado el tóxico.

 Gelmon saludo a quel hombre y se monto inmediatamente en el coche justo detras de Bennet. No habia tiempo para nada, debian ir alli lo antes posible y deternerlos antes de que ocurriera un desastre. No podia imaginar que clase de persona querria que ocurriera algo asi, pero deberian evitarlo a toda costa...

El dolor en las piernas ya habia pasado, el tiempo que paso sentado en el vuelo a Los Angeles habia ayudado para relajar los musculos y por suerte no habia habido torcedura o esguince. No podia creerlo pero podria decirse que estaba contento de que los demas estuviesen todavia en una pieza. No habiamos logrado atrapar a los hermanos Bregovick todavia, pero les seguiamos la pista de cerca... aunque siempre un paso atras....

Antes de terminar la comunicacion con Delphi le pregunte si podria conseguir un arma para mi en Los Angeles... entendia las limitaciones que podia tener en Italia, pero aqui estabamos en casa.

Esperando la respuesta de Delphi seguimos camino hasta nuestro transporte... un arabe taxista, otro de los grandes cliches de Los Angeles. El doctor le dice a donde ir, solo esperaba que el hombre pudiera conducir lo suficientemente rapido.

Por cierto señores. Dice Tariq sin volverse mientras toma una salida de la autopista. Me han encargado que les entregue algo.

Cuando le pedís al taxista que os explique de qué está hablando, él os dice que busquéis debajo del asiento del copiloto.
Efectivamente, allí se encuentra un maletín de cuero negro. Lo colocáis sobre vuestras rodillas y lo abrís.

Tres pistolas semiautomáticas. Dos Glock y un USP. Todas de calibre 9mm y cargador de quince balas cada una.

Espero que les sea de utilidad señores. Dice Tariq sin dejar de mirar hacia la carretera.

Minutos más tarde llegáis a los alrededores del centro comercial Sunshine de Los Ángeles.
Desde las ventanillas veis que se trata de un gran edificio, cuyo aparcamiento no es subterráneo, ya que todos los coches están aparcados en un extenso parking a cielo abierto.
Por otra parte el centro comercial tiene tres pisos y varias entradas en todo su perímetro.

El taxi os deja junto a la acera de la entrada principal, por la que entran y salen decenas de personas a cada momento.
Descendéis del vehículo alzando la vista al gran edificio, mientras a vuestro alrededor, ciudadanos inconscientes entran dentro sin saber que este lugar podría convertirse en su tumba.
Y la vuestra.

Suerte señores. Se despide Tariq antes de arrancar y dejaros allí...

 Gracias Tariq-dijo Thorlief bajando cogiendo una pistola y bajando del coche. Y a a sus compañeros- Joder, este sitio es demasiado grande. Quizas uno de nosotros deberia ir a la sala de vigilancia y buscarlos con las camaras. Los demas recorramos el centro, en los lugares donde se puede hacer mas daño. Debemos avisarnos si los encontramos, no quiero que se nos escapen. Debemos detenerlos a toda costa...-termino quedandose pensativo.

Joder, si hacemos esto...vamos a estar jodidos. Aunque les detengamos...bueno, habra merecido la pena si salvamos la vida a un solo inocente...

Bajo del coche cogiendo la USP y guardandola en la parte de atras de mi pantalon. Por el movil Delphi nos pasa el plano del lugar que indica 3 plantas, ningun estacionamiento y varias entradas y salidas... una maldita pesadilla para cualquier operativo de vigilancia. Haciendo algunas cuentas rapidas y escuchando la opinion de Gelmon finlamente me giro hacia el grupo para plantear una estrategia.

-Bien.. no hay muchas vueltas, nosotros somos 4 y aqui hay 3 plantas lo que da un total de 4 pisos incluyendo la planta baja donde nos encontramos... Tenemos que dividirnos cada uno a una planta pero primero infiltrar el ala de seguridad para poder conectar un movil y que Delphi nos haga de "ojos". Lo mas probable es que el sistema de ventilacion pueda controlarse desde alli, asi que si logramos asegurar ese area estaremos en ventaja.

Espere un minuto a ver si alguien mas tenia algo que aportar y luego saque el telefono para comunicarme con Delphi... habia algo que tenia que saber primero.

-Delphi, puedes hacer una llamada al cuarto de seguridad, para ver si responden los guardias? puede que los hermanos Bregovick nos hayan ganado de mano y ya hallan tomado ese lugar.

Entráis por la entrada principal al centro comercial, caminando a buen ritmo, abriéndoos paso entre la gente. A estas horas hay muchas personas haciendo sus compras o simplemente pasando aquí la tarde. Una suave canción suena por el hilo musical y las conversaciones y las risas de los que llenan este lugar no hacen presagiar lo que podría estar a punto de ocurrir.

Pasáis al lado de una docena de niños pequeños, cogidos de la mano por parejas, y guiados por una maestra de escuela.
No, no podéis permitir que suceda.

Incrementáis el ritmo de vuestros pasos intentando que no se os note el temor y la tensión, mientras recibís la siguiente comunicación de Delphi:

Escuchad. Los accesos a los conductos de ventilación se encuentran en todas las plantas, a través de las areas privadas que usa el personal del centro comercial. No son areas cerradas al público, por lo que cualquiera podría colarse dentro de una de ellas. ¡El problema es que son muchos puntos de acceso!
En cuanto a las máquinas que distribuyen y bombean el aire, están en la tercera planta, arriba del todo.

Hay un momento de pausa, pero después Delphi continúa.

Estoy... estoy llamando a la sala de seguridad desde que habéis entrado, pero nadie contesta. Es raro...
Esa sala se encuentra en la planta calle...

Debemos darnos prisa... No es normal que la seguridad no responda, los hermanos Bregovic se habrán encargado de ello. Stevenson y yo mismo podemos ir a la sala de seguridad. Intentaré establecer una conexión para que Delphi pueda acceder a las cámaras de seguridad.

La mejor opción para liberar el gas es acceder a las bombas de aire, donde está centralizado todo el sistema de ventilación. Quizá sería buena idea que vosotros os encarguéis de ello...

 Yo ire a la parte de arriba, seguramente quieran extender esa cosa por la ventilación.-dijo Thorlief seguro de si mismo, sin apenas pensar que en cuanto aquellos dos lo vieran acercarse lo llenarian de plomo.- No podemos permitir que dañen a toda esta gente. Mierda, estaba pensando que deberiamos hacer saltar la alarma de incendios pero eso seguramente los alejaria de aqui y el atentado ocurriria en algun otro lugar. Debemos detenerlos como sea...

Gelmon estaba nervioso puesto que queria empezar a correr y atraparlos, pero si no lo pensaban bien y tenian determinacion todo el mundo moriria.

Gelmon es seguido de cerca por Clinton mientras toman unas escaleras mecánicas y suben al siguiente piso del centro comercial, apartando a la gente para que les deje pasar. Ni siquiera pierden tiempo en disculparse y en cuanto llegan, se apresuran hacia otras escaleras que les lleven al tercer piso.

Thorlief sabe que la solución fácil sería dar la alarma y evacuar el edificio. Pero también sabe que hacerlo podría provocar que los terroristas acelerasen sus planes y liberasen la solución Giarelli inmediatamente o peor aún, que pospusieran sus planes, huyeran del centro comercial y buscaran otro objetivo. Y a ellos les resultaría imposible encontrarlos esta vez. No, sólo tienen esta oportunidad.

Por fin. Tercera planta. ¿Pero dónde están los sistemas de distribución del aire acondicionado?
Puerta de servicio en la zona de restaurantes. Al fondo. Responde Delphi a través del auricular en cuanto el sueco lanza la pregunta.

Allí lo ven. Bart y Thorlief distinguen una puerta de servicio doble, de "acceso a personal del centro" junto a una pizzería. No lo dudan y las abren de golpe, pasando dentro, a un amplio y largo pasillo iluminado con fluorescentes.

¡Alto ahí!

El grito hace que los dos agentes de Acción Global se vuelvan para ver entrando por donde lo han hecho ellos a un encargado de seguridad del centro comercial.
Mierda. Les debe haber visto entrar. El hombre lleva un uniforme y en la mano derecha sostiene una especie de walkie-talkie. ¿Y ahora qué? ¡Los Bregovic podrían estar liberando la solución Giarelli en estos precisos momentos!

El hombre avanza hacia ellos. Despacio y con un rostro que refleja desconfianza.

¿Qué hacen ustedes aquí?

Seguid todo recto. Indica Delphi a Bennet y Stevenson mientras se mueven zigzageando entre la gente que pasea por el centro comercial, tratando de seguir las instrucciones de ella para llegar a la sala de seguridad de esta planta.

Cuando el doctor le pregunta por las cámaras de vigilancia, Delphi insiste en que es incapaz de acceder al servidor interno del edificio. Pero Bennet sace que si conecta su móvil directamente en el sistema, ella pordrá tomar el control de las cámaras y actuar como sus ojos, para buscar a los terroristas.

¿Cuánta gente habrá en este lugar? Un rápido cálculo hace que el doctor estime que quizás cerca de mil personas en total. Muchos de ellos jóvenes y niños. Todos inocentes. Todos potenciales daños colaterales de una muestra de fuerza de poderosas organizaciones que intentan controlar el destino del mundo...

Al fin lo encuentran. Una puerta doble blanca, semejante a una salida de incendios, con un cartel de "Estación de Seguridad".
Roger entra primero, seguido de Bennet, al que le molesta al moverse la Glock que guarda oculta en la parte trasera de su pantalón. Un pasillo amplio da a otras puertas dobles de emergencia. Las abren.

Pasan a un espacio todavía más amplio. Los grandes conductos cuadrados y metálicos del sistema de climatización y aire acondicionado llenan techos y paredes. Un pasillo largo sale a la derecha, y Roger se adelanta a echar un vistazo.
En la amplia sala, también hay una puerta que da a una habitación que se puede ver a través de un ventanal. Dentro hay una especie de oficina, que incluye un sistema de monitores que controlan la videovigilancia del centro comercial. Frente a él, hay un encargado de seguridad con el uniforme que lo identifica.
Bennet sabe que tendrán que tratar con él de alguna manera para que les ayude a usar las cámaras para encontrar a los terroristas.
Golpea con los nudillos en el cristal.

El encargado de seguridad se vuelve en su sillón giratorio y le echa una mirada a través de sus gafas de sol. Después se pone en pie.

El doctor Bruce Bennet se queda helado.
Es Marko Bregovic.
A pesar de la chaqueta de guardia de seguridad y de las gafas de sol. Lo ha reconocido. Su altura. Su corpulencia. Su cara de niño que no ha roto un plato en su vida.

Bennet mira con el rabillo del ojo hacia atrás. Roger está un poco alejado todavía. No se ha dado cuenta.
Está sólo.

Por todos los... El tipo este se había adueñado de la situación. Debía actuar rápido y ser astuto para que no le reconociera y no sospechara de él en el primer instante.

Stevenson tampoco se había dado cuenta de la situación así que tenía que ganar tiempo para que se diera cuenta de quién era en realidad el guardia y pudiera reaccionar en consecuencia.

Buenos días John*, ¿todo bien por aquí? -dice de manera escueta-

No quiere que la sorpresa se le note en la cara y quiere ver como reaccionará Marko al ser interrumpido. De todas formas lo observa atentamente para ver si hace ademán de echar mano al cinturón en busca de un arma.

Aunque el doctor Bennet juraría que los latidos de su corazón se han detenido, logra mantenerse impasible ante la visión del terrorista serbio vestido como un guardia de seguridad del centro comercial e incluso acierta a saludarlo.

Buenos días John, ¿todo bien por aquí? Dice de manera escueta.

A Marko no se le mueve ni un sólo músculo de la cara, ni sus pequeños ojos, ocultos tras las gafas de sol, dan ninguna pista de lo que pasa por su cabeza. Sin embargo alza la mano un poco, a modo de saludo.

Después, se termina de incorporar de la silla y se dirige a la puerta de la habitación de seguridad, con lo que Bennet deja de verlo a través del ventanal.
El doctor puede oir cómo Marko descorre el pestillo desde dentro.

Va a abrir la puerta.

Aprovechando que la puerta tapa la visión, Bennet le hace un gesto a Stevenson que denota con claridad el curso de acción a seguir. Rápidamente desliza su dedo índice por su cuello indicándole que deben acabar con el encargado de seguridad.

Es posible que Stevenson se sorprenda por la opción, pero cuando reconozca al encargado lo entenderá perfectamente.

Aprovechando que la puerta se abre hacia dentro, Bennet espera en el umbral de la puerta, de momento sin desenfundar su pistola, que lleva bien escondida debajo del traje.

Espero que este tío no sea de gatillo fácil, si no estoy jodido.