Partida Rol por web

Pero quise hacer algo. Sólo sabía que tenía que hacer algo. Evitar que algo así volviese a suceder. Intenté unirme a organizaciones, pero todas me rechazaron.

Fue La Agencia la que contactó conmigo. Les dije que sí cuando me plantearon la misión. A pesar de lo que iba a sacrificar a cambio. Toda mi vida.

Yo daba el perfil que ellos estaban buscando. Alguien que se uniese al grupo de Acción Global pero que pudiese ser tentado por La Liga de los Nueve para que trabajase en secreto para ellos.
Lo de mi adicción a los antidepresivos era cierto. Tenía que serlo para que la Liga confiase en mí. Y confiaban.
Hasta lo del centro comercial y la Solución Giarelli.

Avisé a ambas organizaciones. A La Liga, que seguía la pista del recién desarrollado agente químico, y a La Agencia, porque no podía permitir que los Nueve se hicieran con ella.
Y no lo hicieron. Estad seguros de ello. El equipo de la Liga fue detenido y evitaron que la solución Giarelli cayese en manos terroristas.
Recordad. Nosotros lo logramos. Nosotros salvamos la vida a toda la gente de ese centro comercial.
A veces pienso si es lo único bueno que he logrado con todo esto...

Pero despues de lo del centro comercial en la Liga de los Nueve empezarían a sospechar de un topo interno, de mí. Porque ¿quién había avisado a La Agencia y evitado que se hicieran con la solución Giarelli?

Sólo había una manera de hacer que volviesen a confiar en mí. Ser capturado por La Agencia y tratado como un terrorista. Todo real. Aislado y torturado en un centro de detención. Junto a vosotros, como parte de la mascarada, aunque os hubiesen hecho lo mismo hubiera estado yo o no.

De esa manera La Liga no tendría motivo para sospechar. Y si intentaban un rescate, yo podría infiltrarme más todavía dentro de la organización.
Pero este rescate no ha resultado como yo esperaba... y he sido complice de la muerte de esos hombres, de hombres de La Agencia, como yo.

Haga lo que haga, la gente muere a mi alrededor... Y si me infiltro aun más dentro de La Liga volverá a suceder. Será inevitable...

Por eso, pase lo que pase, tenemos que separar nuestros caminos aquí. Ahora. Coged el Humvee y ocultaos en algún lugar de la isla. Esperad a que se calme la situación para salir de Cuba.
Lo único que podré hacer por vosotros es que la Agencia no os busque por lo que ha pasado.
Me deben eso al menos...

 Gelmon se quedó boquiabierto. No podía creer lo que estaba escuchando. Se había incorporado y miraba a Stevensson fijamente mientras este contaba la verdad. Y asi era, aquel que alguna vez fue su compañero les había traicionado. Pero lo que ahora contaba era la verdad. Podía sentirlo en cada palabra que salia de su boca. Había coincidido con él en el pasado, era un buen hombre y cumplía sus objetivos con el fin de ayudar a la gente. No podia ser un agente triple. No podia trabajar para la Agencia...
Gelmon se levanto. La rabia lo corroia por dentro. Sentía que debía hacer algo. No podía dejar que alguien asi, despues de todo lo que había echo quedara libre y sin un castigo. Despues de todas aquellas torturas, en esos años...

Cerró los ojos y suspiró. Se acerco hasta el ex-bombero y puso una mano en su hombro. 

-Stevensson-dijo tragando saliva- aun puedes arreglarlo. Desaparece, ocultate de la Agencia, de los nueve y de accion global. Empieza una vida desde cero. Salvamos la vida de muchisima gente en aquel centro comercial y acabas de salvarle la vida a Bennet. Creo...creo que mereces una segunda oportunidad al igual que todos nosotros...Nos la hemos ganado.

No podia matarlo, no. No era mejor que él mismo.

Yo mismo no soy la mejor persona del mundo-pensó- Quizas es hora de que sigamos adelante, que sigamos luchando por el planeta y asi limpiar nuestra culpa. Quizas es hora de pasar de pagina y dejar todo esto atras. 

Y mientras estaba alli junto a sus compañeros se sintió tranquilo, sintió que todo se había acabado por fin y sonrrió.

Bennet se incorporó, no sin ayuda. Había unas muletas en el Humvee, junto al equipo médico*, Clinton le dio una al Dr. que aprovechó su hombro y brazo izquierdo para mantenerse en pie.

Miró al ex-bombero. Podría mirarlo con desprecio, con rabia, con odio y tenía razones para desear su muerte. Pero no. Bruce Bennet no sentía nada por aquel hombre, excepto quizá, algo de pena.

Podría matarte sabes, a sangre fría y no sentiría nada. Mi consciencia no se resentiría por ello, de hecho, dudo ya que tenga consciencia. Pero eso es algo que me gustaría cambiar.

Cuando esa maldita mujer, a la que no voy a nombrar, me reclutó me dijo que si trabajaba para Acción Global conseguiría ser mejor persona. ¿Sabes qué es lo que más me fastidia? Que tenía razón, en parte. Antes era un mal tipo, violento y agresivo. Ahora no soy nada y eso, mirado objetivamente, es una mejora.

Cuando te miro, veo una parte de mi reflejada. Tú tampoco eres nada ahora. Bienvenido al club.

Hizo una pausa para cambiar ligeramente de postura, últimamente no estaba acostumbrado a estar en posición vertical...

Stevenson, no soy nadie para juzgarte, pero te voy a decir algo. Si quieres enviar toda tu vida anterior a la mierda, te invito a subir al barco. Nada de agencias, ni de espías, nada de gobiernos ni de responsabilidades. Me vienen a la cabeza un montón de ideas, pero sería bueno contar con alguien que sepa camelarse incluso a una hiena -dice mirando a Gelmon- y un tipo duro que asuste sólo con la mirada -dice mirando a Bart-.

Creo que alguien a quien no le de miedo dejar atrás a la muerte también podría estar interesado... -le dice tendiéndole la mano a Stevenson-.

 No dije nada... simplemente no dije nada, ayude al doctor a levantarse y le alcance las muletas que habia en el Humvee. Mire a Stevenson detenidamente, como si nunca lo hubiera visto antes. Su historia era increible, lo suficientemente increible como para ser cierta... pero tenia que admitir algo, si yo hubiera estado en su lugar seguramente hubiera hecho lo mismo. No me dolio el hecho de que nos traicionara, despues de todo la lealtad es algo que se gana en el campo de batalla y el se habia probado en ese aspecto.

Las cosas que tuve que pasar las acepto como hombre, mas alla de que el interior de un campo de prisioneros no era desconocido para mi, la tortura se sintio igual. Tenia una oportunidad ahora... la de dejar todo atras, Accion Global, La Agencia, y el resto de las organizaciones secretas del mundo... ya habia pagado por mis pecados y con malditos intereses. Mire la mano de Bennet cuando se la tendio a Stevenson, pero yo sabia que eso era un adios... el bombero no vendria con nosotros.

Mire hacia un costado donde se encontraba Gelmon, quien tambien apelaba a la humanidad de Stevenson... quizas yo era el unico que sabia que si traicionabas a uno de los tuyos, aunque fuera por equivocacion, algo se rompia dentro de ti... no eras el mismo, nunca mas lo serias. 

La lluvia habia amainado, era el momento ideal para partir... comenzaria a creer en dios si el Humvee podia arrancar en las condiciones en las que se encontraba, pero valia la pena el intento. Stevenson seguramente esperaria alli o contactaria algun equipo de la agencia para que lo recojan. 

Una vez el doctor termino su apreton de manos con Stevenson yo lo ayude a moverse hasta el Humvee y lo sente en el asiento de atras, al cual el tipo con el fusil le habia volado la puerta, tendria mas lugar para estirarse alli. Mire a Stevenson antes de entrar al vehiculo por el asiento del conductor, desde lo mas profundo de mi ser desee nunca mas volver a verlo... porque si lo hacia sabia lo que significaba.

Encendi el motor y espere a que Gelmon subiera a bordo, comprobe el estado general del vehiculo que al parecer tenia casi todas las luces rotas, varias abolladuras, agujeros de bala, pero el motor parecia estar en perfectas condiciones. Por el retrovisor, que de alguna manera seguia intacto, vi la figura de Stevenson... alli, parada en medio del claro, un ultimo pensamiento cruzo mi mente antes de poner la marcha y emprender nuestro camino.

Buena suerte bombero...al igual que nosotros la necesitaras...

Roger se queda. No dice nada, sólo se queda atrás. No levanta la mirada del suelo mientras el Humvee se aleja, internandose en la jungla a través de un camino embarrado.

A veces simplemente no puedes hacer borrón y cuenta nueva.

Stevenson cruzó una linea hace tiempo. Una linea a partir de la cual ya no hay vuelta atrás.
Su destino estaba escrito. Sería un infiltrado en La Liga de los Nueve. Trataría de destruir la organización actuando desde dentro.

Con el tiempo eso le llevaría a la muerte, tuviese éxito o no en su cometido.
Ese era el destino que esperaba a Roger Stevenson.

¿Y el vuestro?

Vuestro destino está aún por escribir.

El doctor Bruce Bennet, Bart Clinton y Thorlief Gelmon, en un vehículo que les lleva no saben dónde, a través de una densa jungla.

Los tres compañeros, abandonando el Humvee y llegando a un pueblo pequeño, donde los confunden con turistas.

Todos alrededor de una mesa del único bar del poblado, compartiendo unas cervezas que saben mejor que nada que hayan probado en su vida.

De camino a La Habana, donde tienen algunos contactos que les permitirán permanecer en la isla durante un tiempo hasta que puedan salir de Cuba, si es que deciden hacerlo.

Han recuperado la libertad. No sólo porque han escapado del confinamiento al que estaban sometidos. No. Ahora son realmente libres porque ellos deciden qué hacer con su propio destino.

Ha terminado. Todo lo que han pasado desde que recibieron esa llamada citándoles en Berlin, todo ha terminado. Es el final.

¿Es un buen final? Lo cierto es que deja una sensación agridulce. No ha sido una historia de buenos y malos, de éxitos o fracasos. Sólo ha sido una historia. Su historia.
Una historia que ha llegado a su final.

En el bar, mientras comparten las cervezas, se miran entre sí y sonríen.

Porque comprenden que no es el final de la historia.

Es el comienzo.

Les espera el resto de sus vidas...

Comunidad Umbría ha presentado...

Una partida para Eyes Only

Apeke como Bart Clinton

Galthor como Thorlief Gelmon

Justarius como Doctor Bruce Bennet

Maldad como Roger Stevenson

Idea original y guión por PEDRO J. RAMOS

Adaptada y dirigida por Drágalin

OTRO TIEMPO