Partida Rol por web

Ves cómo Hoban y Bazooka consiguen pasar al guardia sin problemas y desaparecen al fondo del pasillo mientras el vigilante vuelve a cerrarlo con el cordón. Por la breve conversación que escuchas, parece que se dirigen a la sala de seguridad.

Por el último mensaje de Gideon parece que se encuentra junto a la sala de exposiciones, probablemente no muy lejos del capitán y el mecánico. Observas las cámaras y ves que no les debe faltar mucho tiempo para que se reinicie el sistema de seguridad. Si Gideon va a entrar a robar el cetro, debería hacerlo ya.

Radall ha encendido el localizador de su comunicador y parece que se está alejando de la casa en algún vehículo, dada la velocidad a la que se mueve. Todd y Bane deberían estar en el parking, pero hace demasiado tiempo que no sabéis nada de ellos como para que puedas sospechar que hay algo que no va del todo bien.

Dentro del salón, los Courtland han empezado a charlar con los invitados más distinguidos. Conoces este tipo de bailes suficientemente bien como para saber que no tardarán mucho en llevarles a la sala de exposiciones para que admiren su colección de arte. El señor Pettit y su acompañante siguen por allí, ¿estarán esperando también a que abran la sala de exposiciones? No parecen tener el status suficiente como para que los Courtland los lleven allí, salvo que pretendan dejar pasar al todos los asistentes a la fiesta.

Mientras miras el comunicador, recibes un mensaje de Randall:

¿Por qué esta Todd atacando el furgón? Se supone que este tipo iba a soltarme a medio camino de la comisaria. ¿Qué pasa?

Hoban le quita las esposas a Bazooka y entráis por la primera puerta. No os sorprende encontraros en la sala de seguridad, pero sí que esté completamente vacía. Al menos dos de los tres sillones dispuestos frente a las pantallas de vigilancia deberían estar ocupados. Probablemente uno de los guardias asignados aquí sea el tipo que está inconsciente en el servicio y el otro debe ser el que se ha llevado a Randall.

Miráis los monitores: una alarma roja avisa al supuesto vigilante que el sistema de seguridad está desactivado, así que esto debe llevar vacío bastante tiempo o, al menos, vigilado por alguien que sabía perfectamente lo que estaba ocurriendo. A pesar de que la grabación sigue sin estar activa, parece que las cámaras ya están enviando señales a los monitores:

En la parte central llama la atención la sala de exposiciones. Gideon está en el centro, junto a una vitrina con el cetro. No hay mucho tiempo para que lo coja antes de que se reactive el sistema de seguridad, pero el vidrio que lo recubre parece pesado. Wilson podría levantarlo sin el más mínimo problema, pero le tocaría correr bastante para atravesar el pasillo y llegar hasta allí.

En otra de las cámaras podéis ver a Richard observando su comunicador aún en el lugar donde os habéis separado. Aprovecháis para escuchar un mensaje de Randall:

¿Por qué esta Todd atacando el furgón? Se supone que este tipo iba a soltarme a medio camino de la comisaria. ¿Qué pasa?

No os cuesta mucho deducir que el falso guardia ya se ha llevado al chico en el tiempo que habeis tardado en llegar hasta aquí. Al menos Todd ha estado rápido para seguirlo aunque parece que no ha terminado de entender que nadie parece estar amenazando a Randall por el momento.

En el exterior de la casa, dos guardias discuten. No podéis escuchar la conversación, pero finalmente uno de ellos abre la puerta y empieza a entrar por el pasillo en el que os encontráis. Si Bazooka va a querer ir a la sala de exposiciones (o si Gideon va a salir de allí) tendríais que encargaros de él lo antes posible.

A pesar de la distracción del comunicador, no puedes evitar fijarte en cómo el señor Pettit se separa de su acompañante, aparentemente despidiéndose de ella, y se dirige hacia la salida de la mansión.

Algo pronto para abandonar la fiesta, ahora que acaban de llegar los anfitriones, piensas casi inmediatamente.

Me quedo atento al extraño tipo que nos había abordado. Aviso a mis compañeros por comunicador.

Pettit se está moviendo, voy a seguirle.

Y dicho y hecho, intento ir tras él, para ver qué pretende hacer. Estoy convencido de que quieren lo mismo que nosotros, como poco. Y si Gideon falla... quizá ellos lo consigan. Y quitárselo a ellos será más fácil, seguro.

Además del mensaje de Randall, Richard se pone también en contacto con todo el mundo.

Pettit se está moviendo, voy a seguirle.

Hoban miró a Bazooka. Él no era bueno con los dispositivos informáticos.

- Podriamos darle algo más de tiempo a Gideon, ¿no crees?

Gideon se lanzó a lo suyo, consciente de que no quedaba tiempo. Sin embargo, la cosa se resistía. La mampara era pesada, pero pero que eso, él tenía la sensación de que era uno de esos lamentables casos en los que valía más maña que fuerza.

Quiso avisar a sus compañeros de que estaba a punto de lograrlo, pero eso le quitaba concentración y quizá no llegaría a tiempo. Tenía que esforzarse un poco más. Un poco más.

Carl Pettit se dirige a la salida de la mansión. Despidiéndose del guardia que hace de portero, sale a la calle y espera unos segundos hasta que ve cómo un coche de gama alta (aunque ni de lejos tanto como la limusina que habíais robado) se acerca por el camino.

Una voz te sorprende a tu espalda.

- ¿Se va a ir ya? - pregunta la acompañante del señor Pettit. - Parece que me he quedado sin pareja y la fiesta es un poco más aburrida que otros años...

En el exterior, el coche para frente a la puerta y un chófer sale para abrirle la puerta al pequeño hombrecillo.

Wilson no dijo nada al capi. Cuando iba con él, pasaba de meterse en movidas raras y acataba lo que Hoban ordenaba. Era una especie de afecto desarrollado a base de verle comer su comida picante y de salvarle el culo varias veces con sus pifias. Y es que Bazooka sabía que era un bocazas, así que cerrando el pico sólo asintió con severidad centrándose en el panel de aquellas maquinitas controladoras.

Con un gesto le indicó a Hoban la pantalla por la que se veía corretear al guardia de seguridad. Era mejor que se encargara de aquel pazguato no diese la alarma general mientras él jugaba a las videoconsolas. Se restalló los dedos y se colocó en la silla del control, comenzando a teclear con furia y mirar los resultados en el panel.

—Vamos, pequeños cacharros con luces. Siempre nos hemos llevado bien. No me hagáis quedar mal ahora...

Pues si viene el guardia le entretengo con labia y si no... a leches!

Levantas el cristal de seguridad con todas tus fuerzas, deseando que Bazooka estuviese aquí para ayudarte. Con un gran esfuerzo, consigues dejarlo en el suelo sin que se rompa. Limpiándote el sudor de la frente agarras el cetro. Sin duda es el objeto más valioso que has sostenido en tus manos, y es bastante más pesado de lo que habías supuesto.

Mirando los sensores de alarma, vuelves a colocar el cristal, esperando que no tenga montado ningún tipo de alarma de presión que detecte la ausencia del cetro. Sin tiempo para más, lo coges y te diriges hacia la puerta a toda velocidad. Cuando estás a un par de metros, escuchas pasos y voces en el pasillo. Te paras un momento, cuando ves cómo la luz de las cámaras deja de parpadear.

Abres una consola de los ordenadores del control de seguridad y empiezas a teclear a toda velocidad. Maldito Randall, nunca está cuando se le necesita, piensas.

Escuchas como Hoban sale de la sala en dirección al pasillo, pero no tienes tiempo de prestarle atención. Miras un instante a las cámaras y ves cómo el capitán se dirige hacia el otro guardia. Pero no es eso lo que más te preocupa; Gideon parece estar teniendo problemas con el cristal de seguridad que aisla al cetro, aunque finalmente consigue dejarlo en el suelo. Cuando por fin agarra el objeto que habéis ido a buscar, parece aliviado, pero no tarda en volver a poner el cristal en su sitio. Bien pensado, pues la alarma habría saltado nada más reactivarse si no estuviese ahí.

Sigues escribiendo con tus dedos más acostumbrados a llaves inglesas y guantes de boxeo que a las teclas de un ordenador y maldices los teclados para gente con manos de niño cuando tienes que borrar el último error tipográfico. Cinco, cuatro... las últimas líneas de código... tres, dos... punto y coma (¿quién cojones inventó este lenguaje de programación que no sabe reconocer el final de una frase?)... uno... Enter...

Observas cómo el programa empieza a ejecutarse. Demasiado tarde. Gideon está a un par de metros de la puerta cuando un círculo rojo seguido de tres letras aparece en una esquina de la pantalla y empieza a parpadear. REC.

En un momento el mundo parece volverse loco: Gideon mira hacia la cámara y, al darse cuenta de lo que ocurre, corre hacia la puerta. Hoban, en el pasillo, parece haber agotado su verborrea con el guardia y se lanza sobre él mientras el tipo intenta sacar su porra eléctrica. Haces amago de salir a ayudarles pero, si te vas ahora, vuestros rostros van a estar grabados en los discos de estos ordenadores y ni siquiera los zoquetes de la Alianza van a tener problemas para rastrearos hasta el Cuervo.

Sales de la sala de seguridad cuando Wilson empieza a escribir en uno de los ordenadores. Randall es quien suele encargarse de estas cosas, pero el mecánico también sabe manejarse con la electrónica. Por el bien de Gideon, esperas que lo suficientemente bien.

El guardia se para un momento frente a las puertas dobles de la sala de exposiciones, pero al verte aparecer se gira hacia ti.

- ¡Menos mal! - exclama. - Me habían dicho que no había nadie... ¡Oye! ¿Tú quién coño e...?

No dejas que diga nada más. Mientras lleva su mano a la porra eléctrica que cuelga de su costado, te lanzas sobre él dispuesto a no darle tiempo para dar la alarma.

Hoban lanzó un tremendo derechazo que impactó contra la cara del guardia sin darle tiempo a reaccionar, el hombre cayó al suelo insconciente. Con el cinturón, comenzó a atarle las manos, y después le metió un trozo de tela en la boca, asi no podria gritar.

Finalmente le arrastró de los pies para meterle en el interior de la cabina donde Wilson estaba haciendo su trabajo.

Bazooka se quedó un segundo en blanco, con las manos levantadas sobre la consola, tratando de asimilar qué demonios había pasado. Todo se había ido al garete y el caos, aunque silencioso por ahora, se extendía por los televisores y él no era capaz de ayudar a ningunos. ¿Qué mierda era aquello?

Claro, que si se iba sería aún peor. Las caras de pánfilo de los corvinos quedarían allí grabadas para siempre... a menos que...

Wilson comenzó a darle patadas a la consola con el fin de abrir un acceso a sus tripas. Vamos, aquella pequeña no podía resistírsele; las mujeres se le daban peor que las máquinas. Tal vez si pudiese acceder a la unidad óptica de grabación y modificar el sistema mecánico para que se "comiese" y destruyese los datos en vez de leerlos. Metió su enorme brazo negro por el agujero. Sólo sería cuestión de tocar el punto G adecuado. Las gotas de sudor comenzaron a rodar por su frente mientras apretaba la lengua...

Gideon abre la puerta de la sala de exposiciones y sale con el cetro en la mano, sólo para encontrarse frente a frente con dos guardias. Sin embargo, su sorpresa es mayúscula cuando uno de ellos se lanza sobre le otro y le tumba de un puñetazo.

Hoban, vestido con el uniforme de seguridad, saluda al segundo de a bordo mientras ata al guardia que acaba de derribar con su cinturón, arranca un trozo de la camisa del hombre y le amordaza para que no pueda gritar. Sólo por si llega a despertarse, aunque es algo que no parece muy probable en un corto periodo de tiempo.

El capitán arrastra al guardia hasta la sala de seguridad, en la que Wilson está abriendo uno de los ordenadores y manipulando el disco duro. En los monitores se puede ver cómo las cámaras de seguridad reactivadas vuelven a grabar las zonas vigiladas, así que es probable que tengan al menos una bonita foto de Gideon y que os puedan grabar saliendo de aquí con el cetro.

Mientras Bazooka hace su trabajo, aprovecháis para volver a comprobar los comunicadores.

Pettit se está moviendo, voy a seguirle.

Como habéis seguido a uno de ellos, van a tenerme de rehén hasta que los dejemos en paz. Todd se ha metido un piñazo contra un árbol, por favor confirma que estas bien o que alguien acuda a socorrerlo.

Todos tranquilos, hace falta más que eso para quitarme de en medio. No tengo ni puta idea de que está pasando, Bane, está perdido, y la limo también. Estoy a medio camino de la ciudad, y si nadie dice nada, voy a buscar a Randall. ¡Chico! Cualquier indicio que me de una pista de por donde andas, será recompensado con birras a mi cuenta. 

Os miráis un momento, sorprendidos. ¿Cómo ha sabido el guardia que tiene a Randall que estaban siguiendo a uno de los suyos? Salvo que hayan interferido vuestras comunicaciones o tengan uno de vuestros transmisores. ¿Y dónde demonios está Bane? Debería estar con Todd en el parking exterior, no muy lejos de la valla de seguridad cruzando el patio.

De todas formas tenéis que largaros de aquí, especialmente ahora que al fin tenéis el cetro. La salida más próxima (la puerta por la que entró el guardia que ha noqueado Hoban) da al patio, pero también estará vigilada por las cámaras y por más guardias. Aunque, hasta el momento, ninguno de ellos ha supuesto ningún obstáculo real cuando os habéis decidido a pasarles por encima, no tardarán en encontrar alguno de los cuerpos y dar la alarma.