Partida Rol por web

[P.L.1] Policía Local de Llanura del Buenpaso.

Capítulo 4. El Primer Día de María como Policía.

Cargando editor
20/09/2018, 19:44
Narrador

Sábado 1 de Junio de 2024. 21:37 horas. 

Había llegado al fin el día o mejor dicho en este caso, la noche. María bajó de casa de Aina y se dirigió hacia el ayuntamiento. Tenía el estómago algo revuelto y supuso que no era por otra cosa que por nervios. Aquel no era un trabajo normal. No sabía realmente a lo que se enfrentaba y por supuesto que era normal estar nerviosa ante su primer día de trabajo.

Tampoco sabía demasiado acerca de lo que le iba a tocar hacer esa noche. Sabía por los mensajes de texto que Aina le había mandado durante el servicio e tarde, que el menos ella no estaba sola y que el compañero con el que le había tocado no era demasiado de su agrado, pero al menos no estaba sola como creía que lo estaría en un principio.

El jefe tan solo les había enviado un cuadrante en el que figuraba el número que le había asignado en horario de noche. Estaría con otro compañero que no conocía de momento. Eso sin duda le ponía todavía más nerviosa. ¿Y el uniforme? Aina le había dicho que le habían prestado un uniforme de segunda mano… ¿En serio?

Fuera como fuera, allí estaba ella, caminado decidida hacia su nueva vida. Cuando puso los pies sobre la plaza le sobrevino un nudo en la garganta y le costó tragar. Tuvo que pararse un momento y a punto estuvo de darse media vuelta, pero la responsabilidad adquirida al acceder a aquel cargo le obligó a seguir avanzando. Finalmente llegó ante la puerta de madera que daba acceso a la oficina de policía y tocó a la puerta antes de abrir.

Su turno empezaba a las 22:00 horas. Le habían dicho que como primer día esperaban que llegara un poco antes. Tenían que explicarle algunas cosas, así que las 21:40 ya estaba allí. Todavía no había cenado, pero tampoco tenía hambre de hecho tenía de todo menos hambre.

Una vez se internó en la oficina de policía se encontró con una cara nueva y no vio por ninguna parte a su compañera de piso.

Cargando editor
20/09/2018, 19:44
Miquel Capllons Ruitort

Miquel Capllons. – Se le presentó un hombre de unos cuarenta y pocos años.

Se le veía fuerte, en forma y decidido. Sin duda se trataba de un veterano curtido. Vestía con el traje de intervención, que era exactamente el mismo que el uniforme normal, pero con los pantalones por dentro de la bota, refuerzos en las espinillas y la pistola colocada con una pernera.

Seré tu compañero del turno de noche, María. – Dijo mirándole con una sonrisa de conquistador mientras le ofrecía la mano. – Un placer. Creo que haremos muy buenas migas... - Miró a María de arriba abajo con cierta ¿Lascivia? - También soy el encargado de armamento. Ahora te asignaré un arma… Hoy he conocido a tu compañera Aina. Muy buena chica. He estado con ella en su primer día y hace unos momentos le he dicho que podía marcharse. ¿No te has cruzado con ella? – Antes de que pudiera responder continuó hablando. - ¡Ah mira! Allí tienes tu uniformidad… - Señaló hacia un banco situado en el interior del vestuario.

Cuando aquel hombre le señaló el banco en el interior del único vestuario, por supuesto unisex y vio una pila de ropa mal doblada y sin duda de segunda mano, se le vino el mundo a los pies. Además sobre el banco había todo tipo de objetos entremezclados, una bolsa de plástico, una herramienta, una caja de cartón de coca-cola...

Cargando editor
02/10/2018, 17:18
Maria Mabel Miranda

- Maria Miranda... Señor. Dije a manera profesional.

Aunque ocultar mi decepcion no era mi mejor habilidad y menos al enterarme que al parecer era el mismo que le habia tocado a Aina.

Es que no duermes???

Vestime fue una osadia, porque todo era viejo. No podia creer mi suerte. Preferia mil veces ir de civil y me jure comprarme una botas nuevas al dia siguiente. Al menos todo parecia limpio.

Me toca baño con cloro al llegar a la casa. Eres una agente, esto no es nada, y seguro que Nadal tiene todo nuevo. Que mas da.

Me recogi el cabello y tras mirarme en el espejo me sorprendi de ver a una agente reflejada en el.

Sip... soy yo. Y sonrei.

Una caja de coca cola, el sueño de toda mi vida. Y sali a por mi compañero y por mi arma.

- Estoy lista Señor. Dije seria y tal vez un poco cansada.

Habia tratado de dormir en el dia para estar mas despejada pero la ansiedad y los nervios no me habian dejado. Sabia que lo pagaria caro de madrugada pero no quedaba mas que ir tirando conforme pasaran las cosas.

- Yo tambien espero hacer buenas migas Señor. 

No sabia si le decia Señor por respeto, por ser de mayor edad, el rango o simplemente porque estaba nerviosa.

- Estoy lista. Aquello fue mas para mi, que para el.

Notas de juego

La caja de coca es para algo?

Cargando editor
03/10/2018, 07:46
Miquel Capllons Ruitort

Una vez la agente Miranda estuvo uniformada salió del vestuario. Allí se encontraba su compañero de patrulla durante las noches. Aquel hombre, apoyado contra la pared y con los brazos cruzados la examinó de arriba abajo sin poder ocultar una media sonrisa en su rostro. Asintió con la cabeza y entonces abrió la boca.

- ¡Si, señora! – Exclamó. – Esto es otra cosa… - Afirmó con rotundidad. – Parece que hubieras llevado el uniforme toda la vida…

Dio una palmada y se encaminó al vestuario. En una esquina del mismo, junto a unas taquillas y el lavado. Se encontraban incrustados en la pared una serie de armeros. Justo debajo de éstos se encontraba la zona fría, que consistía únicamente en un barril azul lleno de arena. Capllons sacó un manojo de llaves de su bolsillo y rebuscó una de ellas. Tras leer la etiqueta correcta abrió el armero y extrajo un arma.

- María, esta es una pistola HK modelo P30. – Le dijo. – Es la que vais a llevar todos durante el servicio. De momento te asignaré ésta a ti y a tu compañero de noche. – Le miró a los ojos. – Si, tendréis que compartirla. Están pedidas otras tres pistolas, pero hasta que lleguen… - Sonrió. – Como buenos hermanos.

El agente Capllons le entregó el arma a María, no sin antes quitar el cargador y comprobar que no había ninguna bala en la recámara. Entonces se agachó y de una caja de madera extrajo una defensa extensible y unos grilletes.

 

- Éste va a ser tu material de defensa. – Le hizo entrega de éstos. – Una defensa extensible marca asp y unos grilletes hiatts. Son los mejores. Ahora vamos a tomar el café al Club y luego te busco un chaleco antibalas. ¿Alguna pregunta?

Cargando editor
03/10/2018, 07:59
Director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Realizo tirada oculta de saber legislación. No la superas. Tranquila, nada muy grave. Al menos por tu parte.

Cargando editor
03/10/2018, 15:50
Maria Mabel Miranda

Cuando me encontre cara a cara con Miguel me puse un poco mas nerviosa por como me miraba. Aun no atinaba si era lascivia, lujuria contenida, falta de un buen revolcon pero todas las cosas que se me ocurrian eran sexuales y nada agradables.

Sonrei por cortesia tras su comentario pero no pensaba modelar para el. No era la primera vez que me veian con esos ojos, de hecho muchas veces era agradable sentirse deseada y el centro de atencion aunque como salia muy poco era algo en lo que no tenia mucho practica. Tenia que cambiarlo.

Era mi superior y no se queria ser pesada (Creo que en España se llama Borde) asi que le deje que me mirara sin prestar mas atencion.

Tome mi arma entre mis manos y me le quede mirando como si fuese un caliz de los dioses. No era mi arma oficial, no era mia, pero para los efectos lo seria por unas horas y adoraba sentir semejante poder entre mis manos. No era una maniaca de las armas, pero adoraba disparar, aun no decidia si era mejor que el sexo, porque aun no habia disparado una escopeta y tampoco habia tenido buen sexo.

- Gracias Señor. Dije mas animada guardando el arma despues de revisar el cargador, volver a ver la camara y poner el seguro.

Tome la barra y las esposas.

En serio? no me van a dar un arma? Y quien sera mi copañero, no eras tu? Osea que si vamos a una balacera un tiro dispara el, y otro yo, es asi??????

Aquello era desconcertante, pero al menos la tendria unos minutos, al ser novata de seguro el otro llevaria el arma y no yo, ademas era sabido que no habia balaceras a cada momento, esto no era los Estados Unidos y mucho menos en nuestra calmada y tranquila isla del paraiso.

- Preguntas????

Claro!!!!! Tomar cafe??? Y cuando se trabaja aqui??? Y quien es mi compañero y por donde tengo que comenzar? Quien mato a Keneddy?

- No Señor, solo estoy ansiosa por comenzar a trabajar. Y volvi a sonrei.

Tenia muchas preguntas pero todo iria con su curso.

Notas de juego

No hay problema por las tiradas, incluso una fallida tiende a darle mas sabor a la partida, y despues de dos años en Umbria no le confiaria mi vida a los dados de Umbria jamas!!!!   =P

He perdido personajes por eso.  =(

Cargando editor
05/10/2018, 11:45
Miquel Capllons Ruitort

- ¡Tranquila,  María! -  Exclamó con una sonrisa su compañero. - Te veo un poco nerviosa. - Hizo una pequeña pausa. - Es normal, es tu primer día. Pero tranquila, estas con el mejor policía de la plantilla. - Volvió a sonreír con su blanca y perfecta. Aquello último sonó a broma, aunque María  no sabía muy bien si Capllons iba en serio o no.

Fue entonces cuando su compañero sacó de uno de los armeros su propia arma. Aquello tranquilizó a María. Capllons tenía otra pistola igual que la suya. Aunque lo cierto fue que quedó algo desconcertada. ¿No había dicho que  compartiría arma con su compañero de noches? ¿No era él su compañero de noches? 

¿Qué te pasa con esa cara? - Preguntó. -¿Algo no te cuadra? Quizás no me he explicado bien. Compartirás arma con tu compañero Fernando... No coincidiréis al menos al principio. Todos tendréis arma. - Soltó una carcajada.

Cargando editor
05/10/2018, 12:00
Narrador

Una vez uniformados y armados, cerraron la oficina de policía, cogieron el teléfono móvil corporativo y se encaminaron al bar que se encontraba frente al Ayuntamiento, el famoso Es Club. Capllons tuvo a bien dejarle a María la responsabilidad de portar el teléfono y tendría que contestar si se daba alguna llamada. Algo de responsabilidad para empezar no estaba mal del todo.

Seguía como la primer vez que lo vieron, aunque el que había cambiado era el camarero. Se trataba de un hombre de unos cuarenta años calvo y con cara de pocas ganas de estar allí. Lo que también había cambiado era la luz del local. Estaba todo en penumbra dando un aspecto mucho más taciturno de lo que recordaba. En el resto de la sala se hallaba otro hombre sentado junto a una máquina tragaperras malgastando su dinero y dos hombres con olor etílico sentados en la barra y con cara de sufrir una gran depresión.  Los tres eran hombres de unos cuarenta o cincuenta años. Por su apariencia externa parecía que las cosas no les habían ido demasiado bien.

Sin duda un ambiente bastante deprimente para cualquiera que no invitaba a que nadie quisiera entrar en aquel local. Se trataba del típico local que exprimía al máximo a aquellas pobres almas que sucumbían al vicio, aunque lo cierto era que aquel tipo de clientela no podía ser demasiado rentable a la larga. Tres únicos clientes no daban demasiado para tener abierto un local toda la noche y en cambio, podía ser que los parroquianos borrachos como cubas acabaran por dar problemas al camarero y en consecuencia a la policía.

Capllons se sentó junto a la barra en una esquina de la misma.  Lo suficientemente apartados de aquellos  hombres como para no ser molestado por los mismos. Fue entonces cuando uno de ellos detectó al policía. Le dio un codazo a su compañero y ambos alzaron la cabeza en señal de saludo hacia Miquel, que imitó el gesto. No obstante cuando localizaron a María los ojos de los dos borrachos se iluminaron y empezaron a susurrar algo entre ellos.

Cargando editor
05/10/2018, 12:10
Miquel Capllons Ruitort

- ¿Has visto como te miran? -  Le susurró Capllons a María. - Sin duda vas a causar sensación por estos lares. Aina y tú sois las primeras chicas policía de este sitio... - Sonrió. - Y vaya chicas... No sois las típicas, camioneras que suelen entrar en la local. - Bromeo. - Se les cae la baba con vosotras.

Pareció ponerse serio en ese preciso instante. Miró con severidad a los dos pueblerinos y éstos se dieron cuenta enseguida del mensaje. Dejaron de mirar a María y de susurrar al momento.

-  Vais a tener que poneros fuertes desde el principio si quieres que os tomen en serio... - Meneó la cabeza. - ¡Babosos! No te preocupes, pronto sabrás defenderte tu sola.

Cargando editor
05/10/2018, 12:16
Raul Garcies

- ¿Lo de siempre, Miquel? - Preguntó  el camarero. 

Sin esperar respuesta puso en marcha la cafetera y a la vez colocó una taza para preparar un café. Entonces agarró una botella de ron amazonas y la colocó sobre la barra entre Miquel y María. 

- Lo de siempre. - Sonrió Capllons.

- ¿Y tú, jovencita? - Preguntó el camarero. - Por cierto, bon vespre, soy Raul.

Cuando el camarero le sirvió el café a Capllones éste abrió la botella de ron y echó un buen chorro en el interior del mismo. Eso era lo que bebían todos los pueblerinos y a lo que llamaban "reventat". Al parecer y por mucho que Capllons se negara a admitirlo, él no era muy diferente al resto.

Cargando editor
06/10/2018, 17:41
Maria Mabel Miranda

- Me miraban??? Respondi como si no lo hubiese notado.

Claro que se defenderme tonto....

Aquello era realmente incomodo pero me mantuve estoica y sin expresion alguna, salvo alguna media sonrisa para dar acusa a los comentarios de Miguel.

- Agente Miranda. Le respondi a Raul.

No tenia porque hacer ningun comentario a lo de jovencita pero lo mire seria, porque ya no era una jovencita.

- Solo quiero un cafe por favor..... solo cafe.

Y con ello queria decir que no queria nada de alcohol y tal vez con mi tono se entendia que no lo aprobaba.

- Disculpa Miguel, no quiero ser aguafiestas o muy entusiasta, sabes, pero... vamos a patrullar? Conocer el lugar? o estas esperando a alguien?

Se notaba que aquello me parecia una perdida de tiempo. Estaba a punto de escribirle a Aina.

Notas de juego

Puedes escribir un SMS a Aina?

Cargando editor
06/10/2018, 18:00
Director

Notas de juego

Claro! Abriré un hilo para eso en cuanto pueda y tenga un pc delante!

Cargando editor
08/10/2018, 15:57
Miquel Capllons Ruitort

Capllons miró sonriente a María. Era como si su entusiasmo le hiciera gracia y a la vez le recordara algo de su pasado. Su expresión era casi paternal en ese momento. Instantes después Miquel apuró su café y rellenó el vaso con un nuevo trago de ron amazonas.

- Tranquila, María. – Dijo aun sonriente. – Los malos nos concederán una pequeña pausa. – Bebió de un solo trago el contenido de la taza. – Hay que limpiar la taza… - Afirmó con rotundidad. - ¡Venga, vámonos! – Dijo al ponerse en pie y dejó sobre la barra un billete de cinco euros. – Esta noche invito yo.

Cargando editor
08/10/2018, 16:20
Narrador

Antes de salir del bar Miquel se despidió del camarero con un cabeceo que recibió una respuesta muy similar. Acto seguido pasaron por la oficina y Capllons recogió una documentación que se encontraba en lo alto de una pila de bandejas llenas de todo tipo de documentos.

Aquella documentación no era otra cosa que una hoja de control de arresto domiciliario sobre la que recaía una condena judicial. Según le explicó Capllons a María, tenían que hacer diferentes pasadas a lo largo del día y de la noche por el domicilio de la persona interesada y comprobar que permanecía en el interior de su domicilio. La condena duraba dos semanas y cada visita de la policía, tenía que ser firmada por el condenado y un agente de policía.

Capllons le cedió las llaves del coche patrulla a María. Se trataba de un Hyundai Ioniq totalmente eléctrico. Ya estaba algo maltrecho por dentro, pero funcionaba como el primer día. No tenía marchas, pues era automático, tan solo pedal de freno y acelerador. Para la marcha atrás y la marca adelante, así como para parar el coche, se tenía que tocar un botón.

No le costó demasiado a María cogerle el tranquillo al asunto. En unos pocos metros y tras varios giros a la manzana ya había logrado dominar bien aquel coche. Lo cierto fue, que resultaba muy cómodo y fácil de conducir. Aunque nunca antes había llevado un coche eléctrico, empezaba a pensar en comprarse uno y eso que acababa de probar por primera vez.

Capllons guió a María a través de las calles. Su dirección era clara. Lo primero que iban a hacer esa noche era visitar al reo. Su nombre, Edwin Vasquez delataba que muy posiblemente fuera procedente de Latinoamérica. Miquel le comentó a María que Edwin era un viejo conocido de la Policía. Había estado implicado en varias peleas y había sido detenido por conducir bajo los efectos del alcohol en dos ocasiones. Por ese motivo había perdido el carné de conducir.

El vehículo policial cogió la carretera que atravesaba el pueblo, la MA-20-132 y llegaron hasta la rotonda de la autopista. Siguieron por un camino que conducía a la zona rural cercana al núcleo urbano. En aquella zona las casas eran individuales y tan solo encontraban alguna cada tres o cuatro parcelas. El resto de parcelas parecían estar únicamente cercadas para animales de granja como las ovejas o servían como forraje para éstos.

Por fin llegaron ante una pequeña parcela cerrada con una valla de alambre anclada a varias barras de metal que hacían las veces de columnas. Capllons le pidió a María que detuviera el coche frente a una verja de metal y entonces agarró la hoja de control entregándosela a su compañera. María miró por la ventana del coche. La única construcción que había en el interior de la parcela era una pequeña casa de aperos. Para llegar hasta ella restaban unos cincuenta metros desde la verja. A través de una ventana se  observaba luz artificial, lo que indicaba que posiblemente hubiera alguien en el interior de aquella construcción. 

Cargando editor
08/10/2018, 16:22
Miquel Capllons Ruitort

- Hemos llegado... - Dijo Capllons. - Éste es el sitio. - Afirmó. - ¿Te importa ir tú a que te firme? - Agarró de nuevo la hoja de control. - Tiene que firmar en este recuadro... - Señaló con el dedo. - ...y tú aquí al lado. 

Entonces Miquel agarró su teléfono móvil y se lo enseñó a María.

- Tengo que hacer una llamada. - Explicó. - Así mientras tú vas... - Hizo una pequeña pausa. - Detuve a este hombre hace dos años y desde entonces me guarda rencor. Es mejor que vayas tú que no te conoce. Sino puede que se enfade. Por cierto, no tiene timbre, pero la verja suele estar abierta.

Cargando editor
12/10/2018, 19:08
Maria Mabel Miranda

Conducir aquel vehiculo habia sido una pasada y una vez que le agarre el gusta estaba mucho mas contenta hasta que llegamos a la casa de aquel individuo.

Por un instante me quede mirando la hoja y a Miguel dandome cuenta que realmente hablaba en serio. Era obvio que aquello era una prueba pero tampoco tenia que ser complicada, solo tenia que confirmar la identidad, hacer que firmara y volver.

... pan comido....

Sali del auto y luego de acomodar el uniforme camine los pocos metros hasta la entrada. A cada paso practicaba mi actuacion.

Buenas, soy la Agente.... no no no, eso no, sin cortesias es un delicuente. Buenas, se encuentra el Señor.... no no no, no es un Señor y claro que se encuentra tonta, ademas te esta esperando con el boligrafo en la mano...

Me odié a mi misma por estar nerviosa. Me gire y vi a mi compañero haciendo su llamada. Que mas daba. Seguro me miraba el trasero mientras caminaba.

... toc toc toc....

- Policia de Buenpaso! Dije en tono profesional.

Entrar, pedir identificacion y firmar la hoja. No la puedes cagar Maria, verdad? Asi Nadal no se reira de ti en la noticias....

Mientras esperaba en la puerta visualice el noticiero hablando de la inexperta Agente Miranda que no pudo pedir una firma en su primer dia.

... seras tarada....

Pulse el timbre de la puerta tambien.

Notas de juego

Perdon por la demora.

Cargando editor
13/10/2018, 22:43
Narrador

En el momento en que María tocó al timbre cuando escuchó unos fuertes ladridos procedentes de la parte de atrás del edificio. En ese preciso momento escuchó como algo se acercaba hacia su posición a la carrera. Fue entonces cuando vio dos sombras negras corriendo a toda velocidad hacia ella. Se trataba de dos perros negros como la noche y de un tamaño considerable, no debían pesar menos de treinta kilos cada uno.

Notas de juego

Cargando editor
18/10/2018, 03:50
Maria Mabel Miranda

Aquello era tan inaudito como inesperado, mi cuerpo se quedo helado por la sorpresa de ver aquellas sombras corriendo hacia a mi....

... perros .... MALDITOS PERROS!!!!!  ....

Mi mano se puso sobre el arma como una simple reaccion pero logre reprimir el impulso de sacarla sin quitar la vista de ambas creaturas, si tenia que hacerlo lo haria pero esperaria el ultimo segundo.

- Mierda...... dije al aire sabiendo o que tendria que correr.

Mi otra mano comenzo a golpear la puerta de manera desesperada como si mi vida dependiera de ello y estuviese apunto de ser devorada por par de canes de malas caras en lo que seria un desastrozo primer dia.

- ABRAN!!!!!!  grite mientras golpeaba la puerta con rabia y.....

No queria disparar pero las sombras estaban mas cerca y mi mano comenzo a sacar mi arma lentamente.... en camara lenta....

Notas de juego

Todavia estoy con la mudanza asi que pido disculpa con la demora, espero estar mas activa la semana que viene. Pero pude postear.


Vale, espero el ultimo momento para disparar o salir corriendo, solo necesito saber si es inminente el ataque o alguien sale o los perros se detienen en su carrera.

Debo lanzar dados?

Cargando editor
18/10/2018, 08:40
Narrador

Los perros no se detenían, ladraban y babeaban mientras seguían su inexorable carrera hacia María. La puerta de la vivienda no se abría y la agente empezó a temer por su vida. Al alzar la mirada y mirar hacia el coche patrulla, pudo observar como Capllons se encontraba en su interior teléfono en mano y ajeno a todo lo que estaba sucediendo a su alrededor. Si tenía que salir viva de aquella, tendría que hacerlo por sus propios medios.

Fue entonces cuando agarró con firmeza el arma y desenfundó. No le iba a quedar más remedio que utilizar el arma en el primer día de trabajo. En la academia le habían enseñado los tres posibles usos del arma. Preventivo, simplemente sacar el arma por lo que pudiera pasar, intimidatorio, dando un tiro al aire o defensivo, disparando contra alguien con el único objetivo de salvar la vida propia o la de terceros.

Fue entonces cuando los perros llegaron a la altura de María. Ésta apuntó y justo antes de que tuviera que accionar el disparador los dos canes se detuvieron. Lo hicieron muy cerca de ella y aunque no atacaron le mostraron los dientes mientras gruñían. Aunque lo cierto fue que guardaban cierta distancia de seguridad con ella, como si supieran que estaban siendo apuntados con un arma. Fue en ese momento cuando alguien abrió la puerta.

Cargando editor
18/10/2018, 08:41
Edwin Vasquez

- ¡Que carajo! - Dijo el hombre que salió sin camiseta y vestido únicamente con unos calzoncillos. - ¡Andra, Portus! ¡Fuera! - gritó a los perros y éstos se marcharon por donde habían venido. 

Aquel hombre era un chico joven de no más de treinta años. Estaba fibrado y en buena forma. Sus ojos estaban algo enrojecidos, posiblemente por el sueño y con ayuda de algún tipo de sustancia, pues olía a marihuana que tiraba para atrás.

- Buenas noches, guapa... - Dijo entonces de forma muy irreverente. - Me gustas más que el viejo... - Dijo. - ¿Quieres pasar? - Le invitó.