Partida Rol por web

Palabras de paz, vientos de guerra

Escena de Juego

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20/04/2023, 12:52
Tlatoani

Año del Señor de 1540.  

Cuatro desconocidos se acababan de reunir en un despacho, a puerta cerrada, en la Real Audiencia de lo que era la antigua Tenochtitlán. A vuestra llegada, pudísteis ver a gran cantidad de personalidades que allí mantenían un sueldo oficioso, los más: oidores, funcionarios judiciales y oficiales del gobierno del Virreinato. Aún no sabíais qué hacíais allí, pues tan sólo habíais sido convocados por alguien a quien conocíais: Antonio Mendoza, el mismísimo Virrey de Nueva España.

Éste, junto con dos hombres y un soldado, entraron en la sala de muros de piedra, con una ventana estrecha y un espacio diáfano completo por mobiliario. No parecía aquello sino un cuarto de interrogatorios, si de un edificio militar se tratase.

Allí, a la sombra y fresco que ofrecían esos muros, el gobernador con porte serio os recibió y apremió para que entendiéseis sus palabras. Por lo visto, quería que investigáseis el asesinato de un encomendero, conocido suyo, llamado Juan de Arze, por parte de un grupo de indios. Más que la muerte de éste, Mendoza tenía la intención de conocer el grado de abusos de los encomenderos del reino de Nueva Galicia, tal y como había llegado a sus oídos, y sobre todo la del nombrado de Arze; y también si los nativos habían mostrado resistencia para someterse a la Corona española lo que ha propiciado tantos problemas en sus dominios.

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20/04/2023, 12:52
Antonio Mendoza

El poblado de Santiago de Tecuila fue fundado diez años atrás -añadió el Virrey-. Los frailes franciscanos hicieron un buen trabajo en ello, y también dando a conocer a Cristo a esos indígenas de los cerros cercanos. Se rindieron pacíficamente al paso de Cristóbal de Oñate, actual teniente de gobernador de Nueva Galicia -os informó-. Id allí con las provisiones que voy a proporcionaros y a averiguad cuanto sepáis de lo que digo. Ya sabéis dónde encontrarme...

Fue entonces cuando os dedicó una última mirada. Unos lo conocíais por unas razones, y otros por otras, pero de alguna manera le debíais un favor, queríais que él os lo debiera o bien confiaba en vuestra persona por algún motivo pasado.

No tardásteis mucho en dirigiros a vuestro destino.

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20/04/2023, 12:54
Tlatoani

* * *

Tres días después llegásteis a Tecuila.
Era próximo el día De todos los Santos.

 

Se trataba de una pequeña ciudad de construcción humilde, cuya estructura era similar a la de otros pueblos para nativos. Por ello, contaba con una plaza central con soportales para poder utilizarse como mercado. Bajo aquel sol en aquella mañana, las gentes se agolpaban en aquel lugar, indios y colonos, también clérigos, o bien hombres de cierta fortuna y algunos comerciantes. La plaza contaba con edificios principales: una capilla, un calabozo, la casa del cacique y también el lugar de reunión del cabildo (un grupo de ciudadanos notables que, junto con el cacique, gobierna la población).

Notas de juego

Comenzamos.

Estáis en el punto 1 (Plaza de armas). Suponemos que os conocéis entre vosotros (al menos desde el viaje a Tecuila). Podéis hacer un post de presentación y, en él tenéis que narrar vuestra relación con el virrey Mendoza (amigos, alguien de confianza, un asalariado, un mercenario personal,  etc.), cada uno acorde a su PJ.

Y ahora os toca investigar en la pequeña ciudad, por lo que la INICIATIVA es VUESTRA (podéis inventar PNJ secundarios con lo que poder hablar, interactúar, etc, que yo trataré de "seguiros el hilo" del mismo).

Una cosa más: lo he pensado y postearé como Director los martes y los viernes (esos dos días). Asi que podéis escribir entre medias. Saludo también a los VIPs ;)

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20/04/2023, 19:35
Diego "El bizco"

Largo había sido el camino, y bajo el duro sol. Tres días andando hasta llegar a lo que era poco más que un pueblo grande. Allí en la plaza, bajo el sol, hacía calor, tenía sed y ya apuntaban las tripas que eran horas de ir pensando en comer. 

-Pues habrá que buscar un lugar donde beber y comer algo, y ya luego nos ponemos con el asunto que hasta aquí nos ha traído.- No era hombre de muchas palabras, y aquel esfuerzo le había dejado la boca aun mas seca de lo que ya la tenía por el polvo del camino.

Diego era un hombre negro alto y fuerte, con poderosos brazos y piernas. A nadie que un momento le mirase, le cabría duda alguna, de que era hombre de armas y de acción. Aquella gran espada, el coleto de cuero, y su pose, lo dejaba bien claro. No tenía un buen mirar, de ahí su apodo, y eso unido a su aspecto, podría dar una falsa impresión de fiereza. Cuando en el fondo, y con aquellos que conocía, era alguien de buen corazón y generoso. 

Tras escapar de una miserable vida como esclavo, terminó como pirata, vida que tampoco deseaba para nadie. Más quiso la fortuna por una vez sonreírle y darle la oportunidad de hacer algunos trabajos para el mismísimo Virrey. Varias fueron las veces en las que Mendoza le encomendó las más diversas tareas, no habiéndole decepcionado en ninguna de las ocasiones. 

Y allí estaba en mitad de la plaza de Tecuila hambriento y sediento, en una nueva misión del Virrey. 

Notas de juego

Mercenario personal de Mendoza. 

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21/04/2023, 09:06
Lucca Alciato

Desde la accidentada llegada de Lucca a este rincón de la creación, Lucca, se había sentido en inferioridad con respecto a otros naturales de la península. Su condición de extranjero le ponía algunas trabas y a una persona despierta y con ánimo de medrar le había resultado casi insoportable.

Tras algunas gestiones pareció llamar la atención del Virrey que en su condición de plebeyo, a sus ojos, y extranjero podía servir para resolver asuntos discretos sin que el se viera involucrado e incluso poder negarle si hiciera falta. Además como genovés y comerciante con experiencia podía encargarse de la gestión de asuntos económicos en las que un noble de rancio linaje no debería verse envuelto, pese a su innegable rentabilidad, so pena de perder prestigio.

Era un trato desigual, si bien Lucca estaba muy lejos considerarse amigo del Virrey estaba agradecido por la oportunidad de empezar a despuntar asi que era diligente con todos sus mandados. Esto parecía una buena oportunidad para conocer más del terreno, congraciarse con su señoría y, quizás, sacar partido.

El lugar no parecía muy prometedor, la verdad, con aire pesado y polvoriento, na ciudad de frontera que le recordó un poco a los presidios de Africa.

La propuesta Diego parecía excelente, tras el camino se imponía reparación con algo de boca, algún líquido amable y un poco descanso.

-Buena idea Diego, el asunto podrá demorarse un poco en lo que reparamos fuerzas y trazamos un plan para hacer la encuesta que nos solicita su señoria. Preveo alguna resistencia, estos lugares provincianos suelen ser bastante opacos a los forasteros y aunque vengamos con el alto encargo de servir al virrey no somos particularmente presentables en sociedad.

Aunque sus prendas físicas eran buenas, era joven y bien parecido, ni su atuendo ni su condición de extranjero le iban a abrir de par en par las casa de los poderosos locales si no era por recomendación del Virrey, así que habría que cortar las capas de la sociedad de abajo a arriba. Y tenía en mente que quizás, la iglesia podría allanar bastante el camino.

Y si lo suyo era complicado, Diego lo mismo tendría que lidiar con los dogos para ver a los notables locales aunque su condición podría ser una buena ventaja para hablar con las capas bajas, Beatriz lo tendría también complicado. Lo mas presentable es el apotecario, pero tampoco parece noble y aunque sea bachiller, un sajacuerpos…

Veriamos…

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23/04/2023, 23:32
"Ratona" Beatriz García

Distinto era el grupo con el que viajaba, como el sol y la noche. Un negrón del África, aparentemente pirata, por las pintas. Un comerciante burgués genovés, del que una no debía fiarse, al igual que con los venecianos y los ingleses. Y un bachiller que había estudiado... algo supuestamente, que lo mismo no sabía ni tirarse un pedo.

El virrey me solía llamar de vez en cuando, cuando había que internarse en selva o guiar a algunos comerciantes a distintas partes de la comarca. Gracias a mi mecenas, Aldonza de Mendoza, amiga de mi madre, había obtenido este puesto. Puesto que me permitía explorar la zona y conocer de primera mano las especias y materias primas que había en los alrededores. Además de explorar, que era lo que me entusiasmaba, ayudaba al negocio familar.

Ahora estábamos en un pueblo llamado Tecuila, lugar en el que nunca había estado. Observé a sus gentes y sus edificaciones, así como las mercancías que por allí había. Tenía que catalogar y memorizar todo.

-"Me parece bien que tomemos algo. El viaje ha sido algo duro y las fuerzas andaban justas. Vayamos a buscar una taberna para saciar nuestros instintos." Dije sonriendo.

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24/04/2023, 02:28
Apotecario Gutiérrez

Santiago de Tecuila, víspera de Todos Los Santos.

 

   Al llegar anote el nombre del lugar. ¿Tecuila, en serio? Y yo que pensaba que vistos nombres vascones nada había de sorprenderme en nombres de villas. Con una rúbrica y fecha, guardo en el recado de escritura los legajos y papeles. Me estiro un poco y alzo la cabeza forzando la vista. Ya sabía yo que cuando entré como escriba al servicio de la gobernanza que tal suerte no habría de durar, pues pareciese que un tuerto se empeño en mirarme bien, dita sea la suerte mía. Embarcado en otra expedición igual o más peligrosa que la que me trajo aquí. Pues no se había empeñado el Virrey en que un escriba fuera para dar fe por escrito de lo que ocurriese.

   Procedo a enrollar con cuidado el escrito en el canuto con los papeles que bien pudiera habernos dado en la gobernanza, que bien pudiera ser que cuando los pedí me fuesen negados, en el que detalla que facemos trabajo por encargo del Virrey, que bien pudiera ser yo el primer sorprendido si al final nos fueron dados. Escrito en el que narro si la pluma y el pulso lo permite, nuestras actuales y futuras desventuras.

   - Vuesas mercedes pueden pensar en mascar algo y azumbar algo de beber, más nos es de bolsa escasa. Tan escasa, que guijarro puse en ella para que el viento no se la llevase. Y dudo que gorrear bebida nos haga merecer las simpatías de la plebe. -

   Estos días habían sido tranquilos, y aproveché el viaje en presentarme y conocer un poco a quien me había tocado en suerte esta vez. Empleé el tiempo del viaje en hacer inventario de las "provisiones" que nos había proporcionado el virreinato, que vista la escasa holgura que prodiga, ese tiempo podía haber sido muy breve y la lista ser muy escasa.

   Toso y me aclaro la garganta, luego ya en voz más baja comento.

   - Si hay un encomendero, hay una encomienda. Alguien nos podrá indicar, en el cabildo tal vez... más quizá no sea mala idea antes escuchar al vulgo que ronda la plaza que tal hombre era el finado Juan de Arze, que cuando los dineros se suben a la cabeza... ya conocen vuestras mercedes el dicho, si quieres saber cómo es realmente la personalidad de un hombre, dale poder. -

.

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25/04/2023, 10:55
Tlatoani

Una vez en la plaza de aquella villa, Beatriz, Diego y Lucca tuvieron a bien acudir a una taberna, llenar el estómago, y hacer averiguaciones después, que siempre era bueno sentarse un rato a descansar. Por su parte, Apotecario pensó que lo mejor sería ir directamente al grano, que no había tiempo que perder en eso de reconfortar los deseos del mismísimo Virrey de Nueva Galicia.

Por ende, que los tres primeros acudieron a los soportales arqueados (los cuales unían entre sí varios edificios de la plaza), justo donde parecía proceder un vaivén de personas que salían y entraban en un edificio bajo, con puertas dobles de maderas en su entrada y barriles delante de la misma (justo dentro de los soportales).

Mientras tanto, Apotecario no hizo sino dar una vuelta a la plaza, pues ella no estaba vacía, sino más bien se reunían sobre su explanada parcialmente empedrada soldados, plebeyos, algún indio claramente siervo en algún palacio de la zona y también vecinos de Tecuila. No faltaban animales de carga y algún carruaje con mercancías. Y todo ello daba vida a la emergente ciudad.

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25/04/2023, 10:56
Tlatoani

Entrásteis en la taberna, y os costó un poco, puesto que estaba a reventar. Nada más acceder contemplásteis una sola sala rectangular de paredes gruesas y encaladas, con varias mesas cuadradas dispersas sobre un suelo de piedra, algo sucio. La luz entraba tenue por los tres ventanucos que tan sólo había allí, pero el lugar ofrecía bastante frescura, mucha más que en el exterior. Abarrotado todo de clientes, no tardaron en ofreceros algo de beber un par de muchachos, que llegaron ante vosotros al veros entrar. Uno de ellos os hizo un hueco bajo un ventanuco, en una mesa, y el otro comenzó a serviros. Seguramente sus padres o sus tutores serían los dueños del lugar.

Allí se concentraba gran parte de la población de Tecuila, pero también había gentes de paso, más soldados y hombres tirados en el mismo suelo, ebrios de cabo a rabo, aunque ya habíais estado en lugares menos lícitos que aquel sitio. Si toda esa gente acudiera a la iglesia que había tan cerca de dicha taberna, seguro que no cabrían, que así era de concurrido ese lugar. Los muchachos no tardaron en serviros.

Notas de juego

Si alguien trata de indagar en el asunto que os ha pedido el Virrey, haced con el d100 una tirada de Personalidad. Podéis añadirle un +20 si tenéis la destreza Persuasión (esta tirada viene a ser como la Elocuencia en Aquelarre, o la "Charlatanería" en otros juegos). Además, a Lucca le doy un +10% por oficio, tal y como mandan las reglas.

Por otro lado, podéis inventar PNJs que haya en la taberna, inventar el menú/bebida a degustar, describir la taberna más al gusto, etc. Eso sí, en cuanto a lo que toméis, os pongo los precios, pues os cobraré algo por ello:

(en reales):
Banquete (ración) 15
Comida sencilla (ración) 5
Jarra de vino 3
Jarra de bebida indígena 1
Carne o pescado en salazón (ración para una semana) 15

Por cierto, no marquéis a Apotecario. 

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25/04/2023, 11:07
Tlatoani

Viste cómo tus compañeros se alejaban hacia la taberna, cerca de la iglesia, en los soportales arqueados que había allí, parte común de algunos edificio de la plaza de Tecuila. Por tu parte, decidiste dar un paseo en mitad de la misma, tal vez para charlar o escuchar cualquier cosa de interés. Palpaste de nuevo aquel pequeño canuto en tu poder, que bien traía las instrucciones del Virrey, algunas anotaciones de vuestra misión de averiguación, así como el inventario de lo que llevábais. Estaba claro que eras el más previsor del grupo, pues así era tu personalidad.

No tardaste en hablar con un par de ganapanes, gentes que transportaban mercancías entre viviendas, haciendas, plantaciones y cualquier punto, siempre al servicio de un agente mayor. Eran, por supuesto, nativos del lugar, ahora al servicio de aquel pesado oficio. Quizá eran buenas piezas que mover en el tablero. Pudieron contarte algo que, a priori te sorprendió: Por lo visto, hace unos meses, tras varios ataques de los indios chichimecas a las encomiendas de la zona, el gobernador Cristóbal de Oñate decidió dar un castigo ejemplar para acabar con la situación ordenando a un capitán de soldados, llamado Domingo de Artaga, que ejecutara a un grupo de chichimecas capturados.

Y te sorprendió porque el Virrey, días antes en su audiencia, os había dicho que los nativos se habían redimido pacíficamente, contrastando con esta versión. Pero claro, del dicho al hecho, hay un trecho, y más en asuntos turbios como éste, donde unos dicen unas cosas, y otros otras...

Notas de juego

Si tratas de indagar en el asunto que os ha pedido el Virrey, haz con el d100 una tirada de Personalidad. Puedes añadirle un +20 si tenéis la destreza Persuasión (esta tirada viene a ser como la Elocuencia en Aquelarre, o la "Charlatanería" en otros juegos).

Eso sí, con tu post, concrétame con quien hablas (que tipo de PNJ: alguien noble, algún licenciado, algún esclavo, algún clérigo, etc, puedes inventarlo al gusto, dentro de lo razonable).

No marques a tus compañeros, sólo a tí.

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25/04/2023, 11:32
Apotecario Gutiérrez

.

   Aprovechando no ser hombre de armas ni parecerlo, intenté indagar en los nativos y la gente de a pie a ver si soltaban prenda. Primero paseé sin rumbo, pues tras reponer los virotes de mi ballesta mi fortuna hacía la enorme cantidad de cero monedas.

   Luego me decidí a darle a la deshuesada entre la gente de a pie, que los mandamases ya me barrunto lo que van a decir, que son muy píos, muy inocentes y que la culpa es de la plebe, de los nativos, de una gaviota que pasaba por allí. Quería saber la versión de los nativos, y de los europeos de a pie que no tenían donde caerse muertos. A ver que me contaban de la situación. Pero parece que mi aspecto es poco nativo y no saco gran cosa, pero a pesar de sus recelos, todo lo que averigüe, pues eso, bueno es saberlo.

.

- Tiradas (2)

Notas de juego

   Vale, parece ser que por defecto está sacar igual o más en vez de sacar igual o menos, me lo apunto para la siguiente vez. Bueno, resumiendo, sorprendentemente sale la tirada. No sale la tirada, porque además de sacar igual o más, por defecto es un dado de 20, si ya me parecía a mí que buena tirada había sacado, contento que no pifio de entrada.

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25/04/2023, 16:44
Diego "El bizco"

Así como mucho no tuvieron que andar, ya que allí mismo en unos cercanos soportales había una taberna, si que fue trabajoso poder entrar y encontrar lugar aparente. Aquello estaba totalmente lleno, aun así el ambiente era fresco, y el olor a vino y comida le hizo la boca agua, al pobre Diego. Dos zagales les buscaron un buen sitio y hasta les atendieron. Más antes de mandar comanda, tanteo su miserable bolsa, pues si Apotecario había dicho que el la tenía vacía, la verdad es que la de Diego muy lejos no andaba. Por mas que busco y rebusco, allí tan solo tres reales encontró. Pero como era hombre de buen  conformar, no debería tener mayor problema.

-Si nos traes media jarra de vino y un buen trozo de pan, me daré por satisfecho.- Le dijo al joven que les atendía, y cuando se fue, en voz baja dijo a sus acompañantes. -A más no os puedo convidar ya que mi bolsa esta en las últimas, tan solo tres míseros reales. Ya podía el señor Mendoza habernos provisto de algunos dineros.- 

Mientras esperaban, vio a un tipo medio adormilado en la mesa más cercana, este se había espabilado cuando se habían sentado. Poco hablo con el antes de hacer las presentaciones, de nombre Pablo Miñón, y al poco le pregunto.

-Y que tal trataba Juan de Arce y los otros encomenderos a los indígenas. He escuchado de algunos abusos.- Le disparó, con la delicadeza de un cerdo en una sastrería.

- Tiradas (1)

Notas de juego

A ver si le dan media jarra de vino y un buen trozo de pan por los 3 reales que le quedan.

 

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26/04/2023, 21:05
"Ratona" Beatriz García

Apotecario se despidió momentáneamente y nosotros nos dirigimos a la taberna, que podía olerse y oírse desde la plaza. Dentro estaba a rebosar, lleno de gente de todo tipo y condición. Dos mozuelos nos acomodaron y nos sirvieron. Mis compadres no parecían tener ni blanca, así que estuve ojo avizor por si hacían un sinpa y me dejaban allí con todo el marrón.

-"Para mi una jarra de vino y una ración de comida normal, nada de exquisiteces. Quiero llenar el buche sin sangrarme la bolsa del dinero." Le dije a uno de los chicos.

Observé a los demás parroquianos, mientras escuchaba a Diego hablar con un tipo que estaba en la mesa de enfrente. Era buena idea preguntar por lo sucedido en un sitio como este, donde las lenguas volaban por el alcohol. Al rato vinieron con las viandas y las bebidas. Me eché vino en un vaso y me inmiscuí también en la conversación que mantenía Diego.

-"Buenas compañero. ¿Corre algún rumor sobre lo sucedido a Juan de Arce?" Le pregunté acercándole un vaso de vino.

- Tiradas (1)
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26/04/2023, 21:53
Lucca Alciato

Las tabernas siempre parecían un buen sitio para soltar la lengua, al fin y al cabo la gente iba allí a olvidar sus miserias y por tanto eran vulnerables.

Seguía barruntando el tema de entrar a la gente de calidad atraves de la iglesia y así pretendía hacerlo más tarde pero parecía un buen momento para sondear al clero y el hermano franciscano que estaba cerca de ellos parecía que podía ser una muy buena opción.

Defensores de los menesterosos, y quien más que los pobres diablos de los indios, se movían entre ellos como ellos peces en el agua, consolándoles y trayendo la religión verdadera a estos paganos.

Bien sabía Dios que le importaban muy poco esos desharrapados y que solo era profesional su afán, pero para el hermano franciscano, era una vocación y los sinsabores esta gente eran los suyos.

O eso suponía, porque su presencia en este sitio parecía un poco fuera de lugar, a menos que viniera a recaudar para sus pobres y en eso podía ayudarle.

Sin perder la conversación que habían iniciado sus compañeros, tras pedir una jarra de vino, y tras un cortes…

-Disculpadme un momento, los caminos el alma me llaman.

Se puso al lado del clérigo y tras un permítame hermano que me siente, creo que puede ayudarme, sin dar opción a que contestara se sentó con él.

-Disculpe la intromisión, hermano, me llamo Lucca, no soy castellano como notara por mi acento aunque soy un buen hijo de la iglesia. Trabajo en la real audiencia, vengo por trabajo a su ciudad. Al llegar me han contado que han ocurrido algunas cosas inquietantes sobre el asesinato de Juan de Arce. No le voy a ocultar que están preocupados por allí. La mujer del Virrey es una devota de san Francisco y ha alertado a su excelencia, movida por la piedad, de los abusos que los encomenderos cometen sobre los más humildes entre los hijos de Dios. Y claro, el Virrey es Virrey, pero también amante esposo y fiel servidor de Dios, no ha querido disgustar a sus dos devociones. Le ruego que esta conversación quede entre nosotros, claro. Me gustaría esclarecer los motivos por los cuales ha ocurrido esto, y que se ponga remedio, no vaya a ser que movidos por estos abusos estas pobres almas, rescatadas hace tan poco del pecado y la condenación, vuelvan a sus anteriores errores causando problemas a la buena gente y condenándose. Estoy seguro que sus feligreses podrán hablar atraves de usted o bien indicarme quienes pueden saber mas, presentándome a ellos. Estoy seguro, mi señora, la esposa del Virrey le gustaría que ayudara de alguna forma al trabajo de su noble orden, soy humilde, pero me gustaría que aceptara esta limosna para sus pobres si no encuentra la cantidad indigna.

Dejo sobre la mesa cinco reales, mientras suspiro pensando en el gasto y que esa era la comida de hoy.

-Todo sea por la corona...

- Tiradas (1)

Notas de juego

gasto 8 reales, creo.

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28/04/2023, 15:33
Pablo Miñón

No tardaron los dos jóvenes en llevaros algunas viandas y algo de beber*.

A Diego le pusieron delante un trozo de pan y media jarra de vino, y el Bizque quedó mirando la ración del menú diario que le llevaron a beatriz, que era un caldo con unos variopintos tubérculos de la zona, aderezado con dos pedazos pequeños de carne y especias varias. Lo cierto es que olía bien. Beatriz tomó la jarra entre sus manos (llena ésta), y a Lucca le sirvieron más de lo mismo, similar a la "Ratona". Mientras ésta y Diego se dispusieron a hablar con un tal Diego Miñón, Lucca prefirió presentarse a un fraile franciscano que había entrado un poco antes que vosotros en la taberna.

Aquel tipo adormilado, con un vaso de vino entre sus manos, andábase apoyado en la mesa, junto a otros que no conocía; pero que era conocido que en las tabernas solía hacerse ello para, pues solían ser, algunas, sitios pequeños donde el espacio había de ser aprovechado. Parpadeó un poco y tragó saliva cuando Diego le habló. Al principio pensó que el Bizco era un simple cimarrón, muy atrevido por venir a esconderse con su condición esclava en una taberna concurrida. Pero luego se refregó un poco los ojos, vio la espada y sus prendas, y no le pareció así.  Pablo Miñón, se decía.

Pues eso se comenta, lo de los abusos sí... -no añadió nada más, pues quizá le parecía extraño que un hombre portentoso y con pintas tal vez de marino dedicado a otros lugares le preguntara por el comendador. Acto seguido se acercó a ambos dos aquella mujer con ropas de cuero. Le preguntó exactamente lo mismo pero, ella debió caerle en gracia (puesto que la miró también de abajo arriba). Entendió entonces que ambos debían ser compañeros, alguien que preguntaba por los hechos locales (que no eran precisamente algo normal, sino una delicada cuestión).

Bueno... ehmmm... -titubeó un poco-. Ya... ya se sabe. Todo se sabe y cualquiera podrá contarle... El señor don Juan murió a manos de los Chichimecas. Una horda de esos poblados Hutim, Hutam... ¿cómo era? Huaynota... ¡No! ¡Huaynamota! -logró acertar-, y también otro que no sé decirle. Los dos al norte de esta ciudad.

Después le insistísteis un poco, y éste dio un sorbo a su vino.

Le mataron como venganza, aunque son así la suya naturaleza. Atacaron al encomendero don Juan en su propia Hacienda, al que, según se rumorea, asaron y devoraron después -hizo entonces consternado la señal de la cruz, aunque con mal tino, señal de que comenzaba a estar ebrio-. Este canibalismo no es extraño en los esos insufribles, de veras... Los encomenderos, desde años hace ya, tienen miedo. ¿Acaso vos van a visitar la encomienda del de Arze? -preguntó intrigado a Diego y Beatriz-.

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28/04/2023, 15:35
Antonio de Cuellar

Aquel franciscano de pelo corto y oscuro tenía una especie de sotana sobre su hábito, pues seguramente le había dado reparo entrar con los hábitos al descubierto en la taberna (por si alguien hubiera de verlo mal). No tuvo a mal las palabras de Lucca, pues le parecía hombre de mundo y gran interés, y entonces escuchó lo que hubo de decir.

No tengo aquí cerca a los míos feligreses -le respondió al comerciante-. De ser así, bien que se los presentaría, quede claro -las palabras de aquel hombre eran cálidas y apacibles. Se le veía un buen tipo-. Entonces, es vos a quien espero, y creo tamibén a tales dos... -hizo el joven clérigo de San Francisco una señal con la cabeza hacia dos mesas más allá, donde Beatriz y Diego hablaban con el Miñón. ¿Acaso estaría esperándoos?-. Permítame presentarme: Fray Antonio de Cuellar, para servirle -le dijo a Lucca-. He de decir que el ilustre virrey Mendoza me citó aquí, para averiguar lo que pasó con el de Arze y los indios chichimecas, y para ver cómo están los ánimos en la zona. Quizá esos abusos sean algo exagerado, o quizá no. Me dijo el virrey que mandaría ayuda con ello, aquí a Tecuila, y esa ayuda han de ser vosotros -dedujo con claridad-. Quisiera yo tratar de mediar entre unos y otros para evitar más derramamiento de sangre. 

Mientras Lucca bebía, el franciscano le contó que venía de su pequeño monasterio de Ezatlán, en una cordillera cercana, movido por la orden del virrey de esclarecer los hechos. Por lo visto lleva unos días en la pequeña ciudad, esperando a ver a esos refuerzos.

Por lo que he podido esclarecer, hace unos meses, tras varios ataques de los chichimecas a las encomiendas de la zona, el gobernador Cristóbal de Oñate decidió dar un castigo ejemplar para acabar con la situación. Para ello ordenó al capitán Domingo de Artaga que ejecutara a un grupo de chichimecas capturados. En algunas versiones, todos los prisioneros fueron ahorcados en el patíbulo y asistidos por un fraile, mientras que en otras algunos de ellos fueron golpeados hasta morir y dados de comer a los perros. Algo terrible, sin duda -el fraile resopló un poco, pues le costaba hablar de ello-. También se dice que dos de ellos fueron obligados a verlo todo y liberados para que advirtiesen a sus compañeros de lo ocurrido.

Una cosa más... -añadió Fray Antonio-. También sé donde se celebró el ritual: a las afueras de un poblado llamado Huazamota. Seguro que los restos de don Juan, si es que aún existen, están en ese lugar.

Ahora teníais un aliado unido a vuestra investigación, por mandato del Virrey.

Notas de juego

*Dineros restantes:
Diego, quedas a 0 reales.
Beatriz, quedas a 9 reales.
Lucca, quedas a 11 reales (entiendo que has pedido "comida sencilla"+"jarra de vino").

No marquéis a Apotecario ;)

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28/04/2023, 15:37
Alonso Espiga

Las gentes de Tecuila eran en su mayoría vecinos cristianos y devotos, criollos muchos de ellos; pero había mucho indígena que trabajaba en las ciudades y encomiendas cercanas. A estas humildes gentes te encomendaste para tratar de obtener datos sobre los abusos que se decían en la zona. No tardaste en hablar, junto a la iglesia, con un muchacho que estaba recostado en un callejón lateral de la plaza. Tu instinto hizo que le echaras el brazo para levantarle, pues por sus vestiduras no se trataba de vagabundo o un necesitado. Debía ser un habitante corriente de Tecuila, vecino del mismo, que llevaba un zurrón consigo.

Gra... gracias... -te dijo, mientras se levantaba-. El calor me nubla a veces la vista. No es nada.

Entonces, preguntaste por los asuntos que Juan de Arze.

Pues, he de deciros, que los encomenderos tienen ahora miedo de los indios chichimecas. Sí he oído de la muerte de ese encomendero, pero ningún detalle más sé... Sin embargo, alguien hay en esta ciudad que sí que puede ayudaros, buen hombre. Ehm... se llamaba... -entonces se puso a pensar un instante-. ¡Antonio! -recordó-, Antonio de Cuellar, creo. Es un fraile, franciscano para mas señas, que ha venido preguntando también por ese asunto... como vos. Se aloja detrás de la iglesia, en la vivienda de don Juan Márquez de Coria, alférez de esta ciudad.

Poco más añadió el hombre*, despidiéndose con agradecimiento de tí.

Notas de juego

*No has sacado la tirada, pero al menos te ha dado un hilo del que seguir indagando.

No marques a tus compañeros aún ;)

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28/04/2023, 18:21
Diego "El bizco"

No estuvo mal el refrigerio, no fue como el de sus acompañantes, más con un poco de vino y otro de pan, nada más necesitaba por el momento. Ya más doloroso fue tener que dejar allí, sus últimos 3 reales. Y es que en su pequeña bolsa, nada quedaba. Ya encontrarían algo de provecho, y comida tenían de la que les había provisto el virrey. Y siempre se podía buscar un lugar adecuado para poder pasar la noche.

El tal Pablo, nada le dijo, pero si un poco a Ratona. Al parecer abusos y muertes, eran la causa de la muerte de Don Juan de Arce. Escuchar al Miñón, ya les indicó que de ese lado venían los problemas.

Luego llegó un Franciscano que decía estarles esperando. Aquel Antonio, también parecía informado y al parecer iba a colaborar en la empresa que Mendoza les había encomendado.

Se levanto y le saludo con respeto, los hábitos le ponían un poco nervioso.

-Mi nombre es Diego, y le ayudaré en lo que pueda y usted necesite.- Tal vez aquel tipo podría proveer de información y contactos de los que ellos carecían. Eran unos recién llegados al lugar, mientras que Antonio vivía cerca. Aunque tener a uno con sotana encima todo el tiempo, era algo que si podría tenía que evitar.

Y ya comenzó a inquietarse por Apotecario, no pensaba que aquel fuese un lugar peligroso, pero andar solo metiendo los morros donde no te llaman, puede traer problemas hasta en los sitios más tranquilos. Una vez alimentados, con algo de información, y hasta con alguien que podría ayudarles, ya iba siendo el momento de visitar otros lugares de aquel pueblo. 

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30/04/2023, 21:49
Lucca Alciato

El tener ayuda le alegro bastante, la larga mano de la iglesia siempre era un eficaz auxiliar y simplificaba un poco lo que tenía pensado de usar a esta para acceder a quienes, quizás no hablarían con ellos.

Había una cosa que le inquietaba un poco,¿ porque el virrey no les había informado de la existencia de este buen fraile?.

Solo había una organización que podía rivalizar en recursos y poder con el gobierno y era la inquisición, que podía tener interés por estos asesinatos, quizás vieran la mano del diablo en ello.

La inquisición no era tan poderosa en su Génova como en los territorios de la corona castellana pero aun así estaba al tanto de su poder y métodos. Cierto es que los franciscanos poco tenían que ver con los dominicos, que eran la voz cantante en esta organización pero nadie nos decía que el fuera franciscano.

En cualquier caso podía ser una buena ayuda y si el fin era el mismo, ¿qué lo mismo daba?.

-Podría ser una buena idea, antes de ir a visitar los restos, entrevistar a Don Domingo de Arteaga para que nos cuente como fueron las cosas, según él, claro. Luego podríamos confrontarlo con lo que diga el fraile que les auxilio espiritualmente, que me imagino que será de la congregación local, a ver que nos dice. Y a ver si nos pueden decir quiénes eran esos indios que pudieran ser liberados. La visita al lugar de los hechos para más tarde. Como lleva aquí unos días Fray Antonio, quizás nos pueda decir dónde encontrar al tal capitán Arteaga. ¿La cuestión del alojamiento y manutención podría resolverse en el convento?, el virrey nos mandó algo cortos de recursos supongo que fio en la caridad de los cristianos. Pero no todo el mundo es un buen cristiano. También estamos a la espera de un amigo que ha ido a investigar por su cuenta mientras reponíamos fuerzas, persona diligente, aunque hemos tenido la fortuna de encontrarle a su merced. Quizás los compañeros presentes tengan alguna otra idea, que el asunto me parece oscuro y cualquier luz será de agradecer,

 

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30/04/2023, 23:06
"Ratona" Beatriz García

El tipo ebrio no soltó mucha prenda, pero algo sacamos de información. No obstante, el franciscano que había por allí, resultó ser otro enviado del virrey. Tenía mucha más información que el tipo al que preguntamos, ya que residía en la zona y llevaba ya unos días en Tecuila. Solo faltaba por ver qué había descubierto Apotecario en su investigación.

-"¿Canívales? Había oído de esa práctica en los salvajes de algunas islas del Caribe, ¿pero tan adentro de tierra firme...? No sé si será verdad o mentira, pero habrá que tener cuidado con esos chichimecas si nos cruzamos con ellos." Le comenté al negraco grandullón en bajo.

Me acerqué al franciscano y a mi compañero para escuchar lo que se hablaba en aquel momento.

-"Veo bien terminar de investigar aquí antes de partir hacia Huazamota o a donde el destino nos lleve, y hablar con todas esas personas que aquí ha referido fray Antonio hace unos instantes." Les dije a los demás.