Partida Rol por web

Jueves. 4:37 de la madrugada. Las calles están oscuras. Aún más de lo normal, ya que en los barrios bajos la energía eléctrica suele fallar regularmente y los carteles luminosos se apagan, dejando a la oscuridad inundar las calles. Sólo aquellas luces de emergencia siguen prendidas, y aunque son suficientes para alumbrar algunos caminos principales, los callejones y calles estrechas aún son un peligro constante: violadores, ladrones, secuestradores... Y cosas mucho peores se esconden allí.

Pero entre estas calles oscuras siempre hay algunas personas que se preocupan por los demás. Particularmente, aquellos que se identifican con la pandilla de "El Bastión", son quienes circulan en las calles defendiendo a aquellos que no pueden hacerlo por sí mismos, siempre escondidos para no ser detectados por los constantes drones policiales que rondan en la zona.

Como pandilla, los del Bastión se organizan generalmente en los túneles subterráneos y barrios pobres. Arman estrategias semanales, y observan las calles mediante cámaras, drones y espías; obteniendo información sobre gente desaparecida o asesinada: todos aquellos por quienes la Policía y la "Justicia" no se interesan. Aunque aún no son los suficientes para poder abordar todos los problemas, tratan de encontrar a los culpables rápidamente, antes que escapen. Quien los conozca podría decir que son un pequeño grupo de activistas vigilantes... Para la Policía y la Corporaciones son, sin duda, malvivientes y criminales.

En esta particular noche, una chica vestida de una forma muy sexy camina por estos callejones oscuros, como si estuviera buscando algo. Sentado en una escalera hay un hombre negro fumando un cigarrillo electrónico. Detrás de él, la entrada a un club de placeres. Al parecer, este hombre acaba de salir de allí, como si se estuviera tomando un respiro de tanta "acción".

La chica pasa por allí, y escucha que el hombre le habla:

Acabo de terminar con alguien, pero sin duda tengo tiempo para ti, preciosa. Ven conmigo, está oscurito y lindo para disfrutar la noche acompañados uno del otro, ¿qué dices?

En la mente de esta chica, conocida por sus amigos como "KT", sólo un nombre resuena. Es el nombre del supuesto asesino y violador de Karli, una niña de 13 años cuya vida terminó rápida y drásticamente hace una semana aproximadamente.

¿Su cuerpo? Hallado a 2km de donde vivía. Sin ropa. Lastimada, con obvias lesiones de estrangulamiento, y ultrajada de su inocencia.

¿La Policía? Ni pareció haberse enterado del suceso.

¿Las Corporaciones? No hacen dinero con menores de 15 años, y menos aún con menores de 15 años muertos, por lo que ni siquiera movieron un dedo al respecto.

Sólo un nombre se escuchó en las calles, y llegó a los oídos de El Bastión: Maurice.

Maurice, quien podría haber sido el profesor de piano de la pequeña Karli, según dicen sus conocidos. Dos amigas la escucharon tocar el piano una vez, y no les gustó nada. Quizás Maurice nunca le dio lecciones reales de piano, aunque nadie sabe muy bien realmente... Y a nadie le importa mucho, tampoco.

Esta noche se ve perfecta para encontrar a Maurice, y averiguar qué sucedió exactamente. Si no está en esta calle... Maurice estará en alguna otra.

La muchacha se había producido mucho esa noche. Se había maquillado como una cualquiera y se había puesto la ropa más ajustada que había encontrado entre sus cosas.

Llevaba un pequeño top blanco, sin sostén, y un short de jean negro, tan pequeño que apenas tapaba algo de su trasero. Completaba el atuendo con una media de red y botas a tono con el short, y con la campera de cuero.

Antes de salir, terminó de ponerse una peluca rubia platinada, muy llamativa, y unos… lentes de sol? Sí, unos lentes de sol, que resultaban extraños ya que la noche era particularmente oscura en aquella parte de la ciudad. Dentro de una de las botas llevaba una daga escondida, y en la pequeña cartera, una pistola. Esta noche salía a cazar.

Durante unos minutos deambulo por la oscuridad de la calle, sin que le llamara nada la atención. De pronto, a lo lejos divisó unos carteles luminosos que no podían provenir de otro lado que de una “casa de diversión”. Excelente, pensó. No sé si voy a encontrar a mi depravado allí dentro, pero quizás encuentre a algún depravado que conozca a mi depravado.

Se dirigía hacia allí lentamente, y al acercarse un poco más comenzó a divisar el humo. Había alguien allí sentado.

Activó un pequeño botón en sus lentes de sol, y de pronto su vista se volvió más clara, aunque todo tomó diferentes tonos de verde. Allí, en las puertas del local, podía ver a un hombre sentado, fumando. Al acercarse, se dio cuenta de que se trataba de un hombre de color. Nadie mencionó de que raza es Maurice, supongo que no será de color o nos hubiésemos enterado.

Acabo de terminar con alguien, pero sin duda tengo tiempo para ti, preciosa. Ven conmigo, está oscurito y lindo para disfrutar la noche acompañados uno del otro, ¿qué dices?

El muchacho de color la había interpelado.

- Oh cariño, creo que mi precio es un poco más alto que el de tus amigas de allí dentro. Además, no suelo estar con gente de color, vienen tan bien cargados que no me entran en la boca. – le dijo al tiempo que se bajaba un poco los lentes para lanzarle un guiño que el negro pudiera ver, y que combinado con el masticar de un chicle, con esos labios pintados de rojo, resultara muy sugerente.