Partida Rol por web

Pasos en la ciénaga

Capítulo 2: Un camino largo y fatigoso

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17/05/2017, 11:35
Farald, hijo de Farnmann

Farald se había concentrado en las instrucciones que había dado su amigo Grimrow y trataba de emularlas a rajatabla. La mirada cómplice con el elfo que llevaba el timón de su esquife le ayudaba a controlarlo mejor de lo que hubiera esperado.

El lugar de acampada era bueno, Grimrow había elegido bien y pronto Farald se afanó en disponerlo todo.

—Será suficiente para pasar la noche —dijo mientras terminada de encender un fuego.

- Tiradas (1)
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19/05/2017, 22:24
Director

Una vez hubieron asegurado los botes en la orilla y los hubieron descargado, montaron el campamento para pasar la noche y se repartieron las tareas para la vigilancia mediante guardias. Después cenaron algo de las provisiones que llevaban y Mungo logró pescar algo de pescado fresco del lago con un trozo de cordel y un azuelo que llevaba consigo, lo asaron en la hoguera que Balmut había logrado prender y lo repartieron entre todos. La luz del fuego atrajo a los mosquitos que, con el calor de la primavera, comenzaban a poblar las orillas de las charcas de agua cercanas y la tierra mojada por el lago. Pero a parte de alguna picadura ocasional, no tuvieron que preocuparse de ningún acontecimiento más durante aquella noche placida y tranquila.

La mañana llegó con un cielo despejado en el que un sol radiante se abría paso para vencer el frescor que la noche había dejado en la húmeda tierra del lago. Unas débiles olas mecían la parte de los esquifes que todavía se encontraba sumergida y la hoguera que les había dado calor durante la noche se había consumido hasta quedar reducida a ascuas que todavía se iluminaban enrojecidas. Cuidoron, Balmut y Mungo notaban la fatiga del día anterior, y esperaban que aquel segundo día a los remos fuera algo más tranquilo. Cuidoron había manejado a duras penas el timón del esquife y tuvo que luchar contra la corriente para acercar la embarcación hasta la orilla. En su bote, Balmut también terminó cansado por el esfuerzo, pero Farald estaba ya acostumbrado a las barcas de la Ciudad del Lago. El cansancio de Mungo, en cambio, venía dado por el gran esfuerzo que había realizado para mantener el ritmo de la Gente Grande, quienes le doblaban en tamaño.

Como fuera, volvieron a empujar los botes hasta sumergirlos en el agua completamente y retomaron la marcha con unas leves agujetas en los brazos. Nuevamente, Grimrow puso su esquife en cabeza y Cuidoron le siguió manteniendo algo más de distancia que el día anterior para evitar su estela, lo cual fue acertado pues así logró controlar mejor su barca. La mañana fue pasando mientras ellos recorrían las aguas del lago y cuando el sol ya estaba en lo más alto, un rumor llegó hasta sus oídos y fue haciéndose más fuerte conforme iban acercándose a la orilla sur del Lago Largo hasta convertirse en un potente rugido. Eran las grandes cataratas en las que las aguas del lago se vertían en el Río Rápido.

Dirigieron los esquifes hasta la orilla occidental del lago, donde unos cuantos muelles de madera sobresalían de una playa de guijarros. Allí, cierto número de cabañas de madera se arracimaban cerca del agua. Eran los hogares de los hombres del lago, quienes trabajaban como porteadores en la llamada Escalera de Girion. La Escalera de Girion era un camino de portazgo pavimentado, construido mucho tiempo atrás por los hombres del lago con la ayuda de canteros enanos, que permitía un descenso rápido de los botes y de su contenido desde el Lago Largo hasta donde el río Rápido recuperaba su curso más allá de las cataratas, y de igual modo, proporcionaba un ascenso hasta el lago para los botes que venían del sur. Los botes eran cargados en soportes provistos de ruedas, que después eran arrastrados mediante surcos excavados en el pavimentado camino. La Escalera de Girion no había visto demasiado tráfico en los últimos siglos, por culpa de la inestable situación de la zona, culpa del Dragón de la Montaña Solitaria. Y ni siquiera la muere de Smaug le había proporcionado la posibilidad de que su uso se incrementara, puesto que sólo los mercaderes más valientes y bien armados se atrevían a acercarse directamente en bote al lago y adentrarse en las zonas más oscuras de las Ciénagas Largas. La mayoría preferían descargar sus mercancías a unos 150 kilómetros al sur del lago, donde el río Rápido entraba en el Bosque Negro y continuar el viaje por tierra a lo largo del lindero oriental del bosque.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Grimrow, Królin, Farald y Ella superan la tirada de fatiga. Balmut, Cuidoron y Mungo no. Os he sumado la fatiga en vuestras fichas.

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24/05/2017, 18:38
Ella

Con las nuevas luces del día, el viaje prosiguió; y el buen humor de la beórnida, también. Con voz cascada, rememoró antiguas canciones de su pueblo y, de tanto en tanto, indagó con genuina curiosidad sobre las características de la geografía local. Todo la asombraba, tan distintas aquellas tierras de la que la viera nacer, apenas un puñado de años atrás.

Poco después, el furioso clamor de las aguas cayendo anunciaba una nueva parada en el camino. Según le explicó Grimrow, eran las cataratas que desembocaban en el Río Rápido.

Fue entonces cuando los esquifes, aquellos enormes cisnes de madera, apuntaron hacia los muelles donde se apretujaban un puñado de viviendas. De un salto, la muchacha abandonó la embarcación y oteó en derredor en busca de los moradores de aquel solitario rincón de Arda.

Notas de juego

Desde el móvil.

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28/05/2017, 21:26
Director

Los porteadores eran hombres jóvenes y sencillos; que se excitaban fácilmente cuando veían a unos aventureros que se atrevían a ir hacía el sur en bote. Por tanto el recibimiento que dieron al grupo fue tan cálido y alegre como si se tratasen de reyes de épocas antiguas visitando una animada ciudad. Les ofrecieron comida y descanso junto a un fuego a cambio de escuchar algún buen relato o una canción de los días antiguos.

-Venid con nosotros, -dijo uno de ellos con el pelo negro como el azabache y la cara morena por las horas de trabajo al sol lucía una barba incipiente en un rostro lampiño - tenemos comida y la compartiremos con vosotros. No recibimos muchas visitas últimamente. -El muchacho era delgado, podían ver la marca de las costillas en su costado desnudo, flaco y nervudo. No tendría mucho más de 20 años y aún que había algún otro más mayor, él parecía ser el líder del grupo. Mostraba una amplia sonrisa mientras con una mano les ofrecía asiento junto a ellos. El resto de muchachos los observaban con ojos abiertos y expectantes. -Nos encantaría que nos obsequiaseis con algún relato de aventuras. O alguna canción.

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31/05/2017, 08:51
Grimrow

Grimrow saludo con igual efusividad a aquellos hombres con los que ya había coincidido en el pasado y agradeció su exquisita hospitalidad.

El descanso era necesario para todos, y pese a que para él aquella parte del descenso había sido muy placentera podía ver que el cansancio se empezaba a reflejar en los rostros de alguno de sus compañeros.

A Grimrow no le importó lanzarse a hablar y a contarles todo lo relativo a la preparación de los festejos conmemorativos de la batalla de los cinco ejércitos. Cómo las calles llenas de vida estaban atestadas de gentes de todas las razas y venidas de todos lados, las tabernas rebosaban y las risas sin fin inundaban la ciudad del lago. La parte mala, para aquellos que tenía que velar por la seguridad, era las largas horas de guardia y de patrulla lidiando con gente que lo único que quiere es pasárselo bien. 

Aprovechó para narrar con detalle la historia de Smaug y lo que realmente se celebraba en aquellos días, los actos de heroísmo, la entrega y la amistad que aquella celebración conmemoraba1.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Utiliza la especialidad versos del saber.

He tirado cortesía por si hacía falta (Espero que no porque vaya con las tiradas sociales de Grimrow).

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31/05/2017, 15:40
Balmut

Balmut no estaba acostumbrado a tan alegre recibimiento fuera de los territorios de los hombres del bosque. No dudó en sonreír abiertamente, aunque mantuvo su actitud distante. Estar rodeado de rostros sonrientes no era suficiente para soltar su arma ni para bajar su guardia.

La mención de compartir comida fue un regalo para sus oídos. Siempre estaba más que dispuesto a compartir sus historias a cambio de un plato caliente. O a inventarse otras muchas. A fin de cuentas todos obtendrían lo que querían. Aunque tampoco sentía ninguna necesidad de ser el centro de atención, por lo que agradeció que Grimrow se hiciera cargo. Él se mantendría en segundo plano, pensando qué relato podía contar si era necesario dar el relevo.

Inzim se alegró de pisar tierra firme y acompañó al grupo con serenidad. Observaba con atención cada gesto y movimiento de los porteadores, así como la actitud que asumía su compañero en la situación. No se alejó de él, y tomó asiento a su vera. El hombre del bosque pediría un plato para el sabueso antes de probar bocado. 

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04/06/2017, 03:07
Mungo Bolger

Mungo se alegró mucho por la hospitalidad de los porteadores. A pesar de haber dormido, se sentía agotado por tener que mantener el ritmo del enano y la beórnida. La perspectiva de sentarse junto al fuego y disfrutar de comida caliente, era suficiente para calentar su corazón.

Tomó asiento cerca de Grimrow y prestó atención, con ojos como platos, a la historia sobre el último dragón: Smaug, aquel que aterrorizó años atrás la Montaña Solitaria. Cuando Bilbo narraba sus aventuras, la escena del dragón siempre era la que más aterrorizaba a los niños. Ahora tenía oportunidad de escuchar la gran caída de la bestia a manos de Bardo.

Tengo entendido que hubo una gran batalla después de la caída de Smaug, ¿no es así?— preguntó. 
 

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04/06/2017, 03:21
Ella

La beórnida respondió con una enorme sonrisa al cálido y alegre recibimiento con el que fueron agazajados por los jóvenes lugareños y, tras las presentaciones, tomó un lugar junto al fuego mientras Grimrow se despachaba con una larga retahíla sobre los últimos acontecimientos y otros acaecidos durante la última guerra cuando la Gran Sierpe azotara aquellas tierras. Ella, que antes había bostezado ostensiblemente con la reseña de los preparativos de los festejos, escuchó con mucha atención el relato de la Batalla de los Cinco Ejércitos. Un relato que, años atrás, había recorrido La Carroca y sus alrededores de la boca del mismísimo Beorn y que, ahora, escuchaba de los labios de un hombre que había vivido aquellos hechos. Historias de heroísmo, de codicia, de lealtades y de traiciones, de luces y de sombras. Lentamente, saboreó los matices, el múltiple entramado de los acontecimientos, las similitudes y diferencias de un relato que se reinventaba a sí mismo.

"Porque la memoria solo perdura si se reinventa. Solo así es capaz de perdurar y atravesar el tiempo", repetía el anciano Gerold.

Y era cierto.

Cuando Grimrow concluyó su relato, la muchacha tomó la palabra. Había observado la extrema delgadez de sus anfitriones y pensó que quizá la comida no abundaba por aquellos parajes, pero sí la mucha prodigalidad de quienes compartían lo poco que poseían. Fue entonces que decidió retribuir tanta generosidad y nobleza de espíritu compartiendo algún relato de su pueblo y lo poco o mucho que atesoraba en sus alforjas, pero para ello necesitaría las dotes artísticas del hobbit. Y es que la música dispone de inmensidad, más que el horizonte y el desierto.

—Mungo, ¿acompañarías mi relato con un poco de música para complacer a nuestros anfitriones?

Y, mientras esto decía, fue vaciando sus alforjas y repartiendo entre sus anfitriones y compañeros de viaje unos gruesos puñados de frutos secos, algunas raíces dulces y varias hogazas de pan de viaje: unos bizcochos de miel dos veces horneados para que se conservasen en perfecto estado durante mucho tiempo. Un manjar cuya receta los beórnidas guardaban con gran celo, un pan que alimentaba cuerpo y espíritu, y que Ella compartió por primera vez a lo largo de todo aquel viaje que la había alejado de su añorada tierra. Y mientras los bizcochos de miel y los puñados de semillas pasaban de mano en mano, la muchacha relató:

—En las tierras del Gran Oso, a orillas del Anduin y más allá al pie de las Nubladas, donde reinan las Grandes Águilas, se cuentan muchas historias. De hombres cuya piel cambia por la de un oso, como el Gran Cambiapiel conocido por los otros pueblos como Beorn. En esas tierras las criaturas salvajes son una con los hombres, donde los sueños tienen la misma consistencia de la vigilia. Donde los sueños poseen anchura y extensión como cualquier bosque, duración y profundidad como cualquier criatura…

Y, así, la muchacha fue desgranando algunas antiguas historias, unas terribles y otras fantásticas, pero todas salvajemente bellas como las que había escuchado cuando muy niña al calor de las fogatas y de los labios de los ancianos de su tierra. Historias a las que los bizcochos de miel, compartidos de mano en mano, trajeron el sabor único de un pueblo tan solitario y austero como valiente y generoso.

Notas de juego

Invoco rasgo "Narrar"

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04/06/2017, 22:35
Director

Para los porteadores las nuevas que contaba Grimrow no suponían nada que no conocieran ya. La Escalera de Girion recibía pocas visitas últimamente, pero no vivían ajenos a lo que ocurría en el otro extremo del Lago. Conocían la historia del Dragón y la Batalla de los Cinco Ejércitos, los más jóvenes habían perdido allí a sus padres y los más veteranos habían luchando en ella. Y por supuesto conocían la celebración que se acercaba como conmemoración del quinto aniversario de la batalla. Las pocas barcas que se acercaban por allí tenían que ver con eso. Por tanto, los porteadores estaban al corriente de la situación en la Ciudad del Lago, y no era eso lo que pretendían escuchar cuando pidieron un relato. No interrumpieron a Grimrow, pues eran educados y nada dijeron de los bastos modales del hombre.

En cambio la historia de Ella dejó a todos anonadados. Las palabras de la beórnida fluían hasta sus orejas con cierta melodía, y la manera de narrar de Ella era magnífica: lograba captar su atención con estratégicas pausas, subía o bajaba el tono de voz según requería la historia. Todos, boquiabiertos, permanecieron atentos hasta que la beórnida terminó de hablar. Y cuando lo hizo, el silencio se prolongó unos instantes. Hasta que empezaron a sentir que algún hechizo que les había mantenido cautivos se empezó a difuminar en el ambiente.

-No habíamos oído jamas un relato como ese. -La felicitó el muchacho delgado que les había invitado a sentarse a comer con ellos. -Deberíais conocer al Viejo Nerulf. A él le encanta conocer viajeros como vosotros.

Notas de juego

Grimrow, el rasgo de Versos del saber es parar recordar algún hecho histórico.

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06/06/2017, 16:19
Ella

La joven beórnida agradeció el elogio por su relato con una enorme y franca sonrisa:

—Y yo nunca antes gocé de tan espléndido auditorio —respondió, exultante. —Será un placer conocer a Nerulf antes de proseguir nuestro camino.

Como todos los Hijos del Gran Oso, Ella valoraba la sabiduría que dan los años. Un buen consejo en el largo viaje que debían enfrentar tanto como cualquier noticia sobre los enanos desaparecidos serían bienvenidos… y nadie mejor que el anciano del lugar para tal propósito.

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07/06/2017, 13:19
Balmut

La idea del relevo se esfumó de la mente de Balmut cuando Ella tomó la palabra. Lo contado por Grimrow había resultado de interés para el hombre del bosque, al darle a conocer datos y la posibilidad de contrastar otras versiones que habían llegado a sus oídos. Pero la intervención de la beórnida concentró la atención de su público para hacerles danzar al son de su voz. El joven se dejó llevar a los escenarios narrados, e incluso Inzim parecía seguir los cambios en la tonalidad. 

Cuando mencionaron al viejo Nerulf, Balmut estudió sus gestos y caras en busca de alguna intención oculta. Una costumbre que le había salvado de más de una complicación a lo largo de su vida. 

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07/06/2017, 22:28
Cuidoron "Arcoderoble"

La navegación por el Lago Largo había resultado ser mucho mas difícil de lo que el elfo había pensado. Él no solía ir a pescar y cuando lo hacia era en ligeras barcas elficas, pequeñas y maniobrables. Además la distancia que recorrían no se parecía a aquello. Arcoderoble era fuerte, y aun así el bregar con el timón del esquife le había supuesto un terrible esfuerzo que le dejo bastante cansado. Cuando por fin llegaron a los muelles se sintió aliviado, podrían descansar y recuperarse del agotamiento.

Al llegar los trataron bien, aquellas personas gustaban de recibir visitas, escuchar historias y saber de lo que ocurría mas allá del montón de cabañas que conformaban el asentamiento. Incluso fueron invitados a comer y beber al calor de un hogar. El elfo agradecía, con parcas palabras el tratamiento.

Cuidoron permanecía en silencio mientras sus compañeros relataban sus historias. La beornida en particular propinaba un sugerente dramatismo a sus palabras. Ella había conseguido encandilar a su publico, que agradecidos la encomiaron a conocer a uno de sus amigos, un hombre llamado Nerulf y, que por como se dirigían a el, debía ser ya mayor.

- Tendrás que satisfacer a nuestros amigos - dijo sonriendo a Ella. - Se han portado bien con nosotros, gracias - dijo esta vez al muchacho. - Y decidme, ¿Seria posible encontrar una cama para descansar nuestros agotados cuerpos? No estoy acostumbrado a navegar y mis brazos piden a gritos un poco de descanso - dijo mientras se masajeaba los músculos del brazo.

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08/06/2017, 13:14
Mungo Bolger

Mungo pensó en alguna historia para continuar el buen ambiente que estaban creando Grimrow y Ella con sus historias. Sin embargo, decidió sentarse a escuchar y dejarse llevar. 
En La Comarca, era conocido por entretener a los niños y a los viajeros (o a cualquiera que quisiese escucharle) con anécdotas, cuentos, canciones y chistes. Ante la petición de su compañera, sacó una sencilla viola de arco[1] y acompañó suavemente el relato de Ella. Rasgó las cuerdas casi como una caricia, haciendo sonar acordes en una escala menor: más melancólica pero perfecta para crear una atmósfera adecuada para la historia. Silencios para los silencios, notas breves y rápidas para las partes de más tensión; pero siempre manteniendo un volumen adecuado para no eclipsar la voz de la beornida.

***

Cuando mencionaron al viejo Nerulf, bajó la viola y prestó atención. Tenía la sensación de que se trataría de un personaje de lo más interesante, sobretodo si estaba interesado en las historias.
Miró de reojo a Krölin, preguntándose si el enano se animaría a contar alguna de las evocadoras anécdotas que acostumbraba a contar en la taberna donde le conoció.

Notas de juego

[1]: como la que dibujé en mi imagen de avatar.

¿Tengo que realizar alguna tirada?

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11/06/2017, 21:45
Nerulf

El Viejo Nerulf, tal como indicaba su nombre, era un hombre mayor de escaso pelo en la cabeza, cara arrugada y un montón alborotado de pelo gris cayendo de los laterales de su cabeza. Un larga barba igual de cana lucía en su rostro que por lo demás se mostraba tan arrugado y envejecido como los de un hombre que hubiera vivido innumerables primaveras. Caminaba encorvado con la ayuda de un bastón de madera lleno de retorcidos nudos y sus ojos no tenían color, sino que mostraban una niebla blanquecina tan turbia como las aguas de aquel Lago. Su boca mantenía un tembloroso contoneo y mostró una breve sonrisa a la que le faltaban la mitad de los amarillentos dientes cuando los otros porteadores les presentaron al grupo. Con una voz igualmente temblorosa y de la que tuvieron que hacer buena oreja para poder entender lo que decía, el decrépito anciano les preguntó:

-¿Norte o Sur? ¿Qué camino lleváis?

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14/06/2017, 05:15
Ella

La mirada de la joven beórnida se cruzó con los marchitos ojos del anciano. Está ciego, pensó. Pero quizá aquellos ojos aún contemplaban la luz y algún último color. Y, quizá, como la anciana Avina, sus fatigados ojos se contentaron con la sola contemplación del vasto azul de los cielos...

—Nos aguarda un largo viaje hacia el sur, tras los pasos de dos Hijos de las Montañas —respondió con sencillez, e inquirió a su vez: —¿Acaso os habéis encontrado con ellos?

Y, dicho esto, echó una mirada sobre el anciano y los jóvenes porteadores sopesando sus reacciones ante aquella pregunta.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada de merd... xD

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15/06/2017, 18:50
Balmut

El hombre del bosque se mostró interesado por el cambio de tema. Habían llegado hasta allí tras la pista de los enanos y era necesario recabar la máxima información posible. Tenían que encontrar el rastro para poder seguirlo. Y Balmut esperaba que no fuera tarde. 

Se acercó al anciano esperando su respuesta. O la de cualquiera de los porteadores. Pensó que deberían haberles dado un recibimiento parecido, por lo que compartirían alguna historia con ellos antes de proseguir el viaje. Y como no recibían demasiadas visitas era muy posible que los recordaran bien. 

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17/06/2017, 20:06
Nerulf

Los porteadores asintieron a la pregunta de Ella, y les proporcionaron algo de información sobre ellos los dos enanos desaparecidos pasaron días atrás por la Escalera de Girion siguiendo la misma ruta que llevaban ellos, tal y como Gloin les había hecho saber. Los recordaban compartiendo comida y bebida junto a una hoguera y contando interesantes historias sobre la Montaña Solitaria. A la mañana siguiente descendieron sus barcas y continuaron su camino río abajo, en dirección sur.

Pero las palabras de Ella habían afectado en cierto modo a Nerulf, quien había permanecido con una sonrisa desdentada en su rostro todo ese tiempo. Cuando los porteadores terminaron de explicar su encuentro con los enanos, Nerulf comenzó a tararear una extraña melodía que ninguno de ellos había escuchado antes para después canturrear unos raros versos.

-Si vais al sur en las ciénagas tened cuidado; pisad ligero y temed a la hierba del ahorcado...

Repetía una y otra vez el mismo verso, y no le pudieron sacar mucha más información sobre a que se refería. Las palabras parecían una advertencia o algún tipo de verso antiguo que no conocían. Lo único que dijo a partir de ese momento fue ese verso, y tras repetir su cante varias veces se marchó sonriendo por donde había venido. Ninguno del resto de porteadores tenía idea sobre a qué se estaba refiriendo el anciano, pues nunca le habían escuchado cantar ese verso ni nada semejante.

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17/06/2017, 23:31
Ella

"Si vais al sur en las ciénagas tened cuidado; pisad ligero y temed a la hierba del ahorcado..."repitió la muchacha para sí misma mientras contemplaba al anciano alejarse canturreando aquellas extrañas palabras. "Pisad ligero y temed a la hierba del ahorcado..." ¿La hierba del ahorcado? ¿Acaso antes había escuchado alguna historia sobre eso?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Espero el resultado de la tirada para hacer otro posteo para mis compañeros.

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20/06/2017, 11:13
Grimrow

Grimrow, que había agradecido la oportuna intervención de Ella tras su fallido intento de ser cordial con sus compatriotas, se mantuvo en silencio el resto de la velada. Acompañando a los demás para conocer a Nerulf.

La información que obtuvieron en relación con los enanos era relevante e indicativo de que iban por buen camino, siguiendo los pasos que aquellos siguieron en su día. No obstante las últimas palabras del invidente fueron perturbadoras, razón por la cual se quedó meditativo al escucharlas. 

Sus compañeros no eran capaces de arrojar luz alguna sobre ellas, pero a él, a él le sonaban...

Notas de juego

¿Para esto sí vale lo de versos del saber?

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20/06/2017, 22:22
Mungo Bolger

La cancioncilla del anciano le puso los pelos de punta a Mungo. Des de luego, no era como se imaginaba a raíz de su presentación. Había algo extraño en la forma en que entonaba el último verso, que parecía más un susurro que una declamación.

No era la primera vez que había oído hablar de las ciénagas, pero no tenía constancia de ningún poema semejante.
Con cautela, preguntó al viejo Nerulf mientras este se marchaba:
Disculpe señor, pero... ¿sabe usted algo acerca de las ciénagas? 

Notas de juego