Partida Rol por web

Es un troll, no creo que caiga de un solo chispazo

Veo como el mago empieza a realizar movimientos extraños y a mascullar algo entre dientes. ¡Dioses! Que poco me gusta la magia.

Tengo claro que contra la fuerza bruta solamente vale más fuerza bruta aún. Preparo mis armas* y me coloco en posición de combate, con las piernas separadas y ligeramente agachado. Vamos a ver que hace la chispa del mago. Seguramente nada. Ese tipo necesita jarabe de palo.

Con un rápido movimiento, ruedo hacia un costado para quitarme de la línea de visión de Eerlich, evitando también uno de los pies del enorme troll. Consigo sacar una de las flechas de mi remendado carcaj, apunto bien al cuello de la bestia y suelto la cuerda. La flecha se desliza por encima de mis dedos, abandona el viejo arco de madera, y atraviesa la habitación con un claro objetivo...

El combate comienza, y el troll es alcanzado por la magia del mago, aunque no parece estar muy afectado por ella, pues devuelve un golpe de maza que hace volar unos metros al mago. 

Silverfinger calcula y lanza una flecha, que al final va a parar al hombro de semejante troll. Éste se la arranca con la otra mano y mira al arquero, acercándose ahora para golpearle a éste. 

El guerrero parece que está quieto.

Los ataques de mis compañeros no han servido de nada, menuda novedad... Es la hora de las tortas! Me lanzó espada en ristre mientras está distraído con el pícaro y atacó por un punto ciego.

Veo como los horribles ojos del troll se fijan en mi y sus enormes brazos se acercan, y no con ganas de abrazarme. <<Ahora sí, Will, no puedes fallar>>. Mientras rozo una de las flechas con los dedos, recuerdos de mi infancia recorren mi mente. Hubo una época en la que fui uno de los mejores arqueros del reino. Pero aquella maldita mujer me hizo perder mi tacto, mis dedos... Por algo me llamaban 'Silverfinger'.

Suelto la flecha con decisión, confiado en que esta vez mi disparo conseguirá frenar a la criatura. El proyectil se acerca a su objetivo, parece que un poco más acertado esta vez. Ahora solo queda confiar en que Grebin ayude a que este agradable señor no me aplaste.

- Vamos Hércules, ¡dale fuerte!

de un salto me pongo en pie y limpio mi boca de sangre. El tiro anterior simplemente era un tanteo para probar al troll y probarse a si mismo... Estaba claro que debía ponerse en serio si quería sobrevivir a la mazmorra.

Cierro el puño y concentro la energía en éste asdiojn aidfaasdiu fñaisdfñaof abro la palma de mi mano y de allí surge una esfera de llamas azuladas falkjdieasd jfaiief jdfjiowpq la lanzo con furia y explota en su rostro. BROOOMG

Con este ataque debería dejar tocado al enemigo, tras recibir el golpe del troll no estoy para tonterías.

La segunda flecha se le clava en el pecho, más concretamente cerca de la clavícula, por lo que la bestia da un alarido y se dispone a atacar al arquero. Pero en ese momento el guerrero se interpone en el camino y asesta un espadazo a la pierna de la criatura, lo que le rasga superficialmente, sin hacerle mucho daño.

Ahora interviene el mago, que cegado por su ira lanza una bola que le explota cerca de la cara, derribando a la criatura... ésta al cabo de dos segundos comienza a moverse de nuevo y se va incorporando...

-Este bicharraco es duro!- digo mientras me lanzo sobre él asestandole un tajo con la inercia de mi carrera.

- ¡Vamos! ¡Sin tregua! - grito a mis compañeros.

Parece que la criatura está tocada, es hora de acabar el trabajo. Vuelvo a alzar las palmas de mis manos y recito la salmodia, tras la palmada de nuevo un rayo impacta en el pecho de la criatura.