Partida Rol por web

Roxie se lanzó a por el esqueleto que luchaba contra Edriel pero su picotazo se coló entre los huesos sin impactar. La criatura graznó de rabia.

Edriel trató de acertarle de un puñetazo al esqueleto pero su ataque fue tan lamentable que casi se cae y todo

El viento se arremolinó alrededor de Lybious a medida que, viendo a los esqueletos que se acercaban a su compañero, descargó un impacto con las Ataduras de la Tempestad, e incluso pese a perder temporalmente su equilibrio gracias a la extraña aura de mala suerte que desprendían los pugwampis no muertos, impactó de lleno en su calavera y, al dejar un gran boquete, la malvada criatura cayó inerte al suelo.

Por su parte Elnara lanzó de nuevo un brillante arcoiris de colores desde las puntas de sus dedos, que cayó sobre el chamán gnoll que estaba controlando a los no muertos y, sabiendo que era su último conjuro, confió ciegamente en que esta vez si funcionase. El chamán gnoll, intentando resistirse de nuevo a los efectos de la magia de la hechicera ladró violentamente hasta que, finalmente, quedó completamente aturdido, incapaz de hacer nada más que balbucear inintelegiblemente.

A medida que el roc volaba por el aire, alejándola de los dos esqueletos que flanqueaban al gnoll, estos intentaron acertar con sus oxidadas cimitarras contra la majestuosa criatura, pero solamente resbalaron contra la magia protectiva que Elnara sabiamente había lanzado previamente sobre su compañero.

Edriel, por su parte, se debatía contra los dos pugwampis que le habían empezado a rodear, y trató de acertar a uno, pero aún no estaba acostumbrado a su gran tamaño y el impacto de su puño solamente dejó un gran boquete en el suelo.

Elnara se baja de Roxie y echa a correr hasta llegar a la espalda de Guijarro.

-El gnoll va a estar momentáneamente fuera de juego! Aprovechad para acabar con los esqueletos y luego vamos todos a por él!

Roxie siguió atacando al mismo esqueleto que Edriel.

Ignoró totalmente las palabras de Elnara, después de todo atacar a alguien que estaba aturdido y que posiblemente ordenaba a los esqueletos como actuar siempre era la mejor opción para el enano.

Así que dio unos pasos alejándose de los esqueletos diminutos y ya con una visión perfecta del gnoll aturdido disparó una esquirla de piedra, se quitó el sudor de la frente de nuevo con una mano y rugió -come esto gnoll inmundo. ¡La próxima vida espero que seas una babosa para aplastarte de nuevo! ¡Ja!

Cerca mía cae un virote de balleta.

En el está del proyectil reza escrito "Virote propiedad de la Maga Arcanista Flute"

Y pienso "¿Desde donde han disparado, y que tan mal lo han hecho"?

El gnoll balbuceaba incomprensiblemente mientras los esqueletos os miraban amenazadoramente, una enorme esquirla de piedra fue disparada por el enano mientras el gnoll veía con terror cómo era incapaz de esquivarla. Con un impacto de polvo y trozos de roca, cayó de culo al suelo sin ni siquiera poderse levantar. Keylissa mantuvo su bandera alzada mientras seguía mascullando órdenes al kineticista, por mal que le cayese, el enano estaba causando estragos con sus impactos y las órdenes no cesaban de llegar de la clériga, que casi tenía alma de sargento militar.

Los esqueletos, incluso con su maestro incapacitado, parecían seguir avanzando para descargar sus ataques sobre el grueso del grupo. Los dos pugwampis que intentaban sobreponerse a Edriel lanzaron sendos ataques contra el investigador, que a pesar de su ahora gran tamaño, los esquivó con celeridad. Eran criaturas miserables y la no muerte no les hacía ni un poco más agradables a la vista, o duchos en combate. Otro de ellos avanzó hacia la clériga, descargando otro ataque con su precaria daga, pero la clériga rápidamente reaccionó con su lanza, por un momento pareció que iba a resbalar con muy mala suerte por la pared, pero haciendo acopio de fuerzas, empaló la calavera de la miserable criatura, haciéndola deshacerse en huesos en un instante.

Ambos esqueletos de gnoll decidieron dejar el lado de su maestro y acercarse a las amenazas más cercanas. Por un lado uno se acercó al kineticista, que acababa de lanzar una poderosa descarga sobre el nigromante que los había levantado, y alzando su cimitarra la descargó sobre el enano, que rápidamente pudo desviarla con un certero movimiento de su mano cubierta de roca. El otro, por su parte, se acercó a Roxie, que estaba descargando su furia alada contra uno de los pugwampis que trataban de apuñalar a Edriel con sus minúsculas dagas, pero la furia alada que era en ese momento Roxie le impidió siquiera tratar de impactar con su cimitarra oxidada.

En ese instante, un pequeño virote de madera rueda abajo de las escaleras hasta los pies de Lybious.

Edriel agarró el escudo con ambas manos y se lo estampó al esqueleto que flanqueaba con Roxie

"Tor Shezag ash Adez!!" exclamo en un idioma orco muy cerrado. Una exclamación que suelen gritar los mestizos al cargar en la arena. Al menos mientras intento ignorar ese misterioso virote ¿Que clase de mal tirador lo habrá lanzado¹?.

"Por la gloria y la sangre"

Y es que finalmente, ni Kei ni yo no tenemos molestos enemigos a los que enfrentarnos mano a mano, y podemos cargar contra el líder, el chamán gnoll. Tratando de usar uno de los trucos de los pugilistas, para prolongar el aturdimiento que bien le ha iniciado la hechicera Elnara

Monasterio de San Vardishal — Fireday 8 de Sarenith??? 4719 A.R.

Silene y Mondo no tardan en reencontrar el rastro y lo siguen a través de las áridas estepas katapeshis. A medida que avanzáis hacia el noroeste, el terreno montañoso se abre el un recodo que retrocede para mostrar a la vista un antiguo monasterio sarenita. A pesar de que está en ruinas y grandes partes de su estructura han caído por el desuso, parece estar actualmente habitado. Los estandartes rojos y dorados de los Maestros del Pacto ondean en sus paredes, la luz de las antorchas emana del interior, y varias estructuras de madera parecen haber sido construidas a su alrededor.

Vuestros pasos os dirigen hacia él, evidenciándose que el rastro se ha dirigido hacia esta ubicación. Lybious no tarda en reconocer este lugar como el Monasterio de San Vardishal, y vuestros corazones se llenan de ilusión, pues son precisamente los estandartes de los Maestros del Pacto los que portan Lady Almah y su cohorte. Vuestros pasos os dirigen hacia la construcción hasta que, eventualmente, os acercáis a una distancia en que parece que sois percibidos por algún guardia.

"¡Alto ahí! ¡En nombre los Maestros del Pacto, ident-!" — la voz se detiene en media exclamación, pareciendo haber reconocido algo familiar — "¿¡Lybious, eres tú!? ¡Alabado sea Abadar!"

Uno de los Guardias del Pacto se acerca hacia vosotros con una antorcha desde la puerta del monasterio, quitándose el casco para que Lybious pueda reconocer a Nurabdil, quien extiende sus brazos en bienvenida a su amigo.

Me acerco con ánimos a Nurabdil

"Mi buen amigo ¡Pues si, soy yo! ¡En carne y hueso!"
"Acabé cayendo en una fosa, y en unas catacumbas, pero traigo buenas noticias, y aparte traigo bravos guerreros y buenos aliados, como puedes ver. Mas aun ¿Como está el equipo? ¿Tu unidad?"

"¿Y mis compañeros, estan bien? Supongo que estarán preocupados tras mi desaparición"

En verdad, dejamos este monasterio casi a punto de caramelo, limpio de amenazas. Tan sólo quedaban las habitaciones por limpiar.

- Fuiiiiii, expiró aire Mondo al ver que los guardas eran amigos de Lubious, se giro a sus compañeros con alivio, Lo logramos, amigos, cuando me desperte con esa arpia dando vueltas alrededor nuestro pensaba que iba a acabar como un sacrificio a los malvados dioses, pero fijate tu.

Hizo una pausa, Vivito y coleando, mientras se tocaba los brazos y las piernas para sacudirse el polvo del camino.

- No tendreis algo de aguardiente y algo que llevar a la boca?, pregunto a los guardias - Tenemos noticias pero llevamos muchas horas de camino y no hemos probado nada decente hace dias.

Aquí tienes cerveza si quieres echarte algo de alcohol al gaznate, Mondo. Volvió a ofrecer Halem, aunque cada vez tenía más claro que debería encargarse él mismo de vaciar el odre si quería volver a llenarlo.

Era una suerte que el guardia conociese a Lybious, era tiempo de aclarar si podían contar con este ejército o debían buscar ayuda en otra parte.

No tardaron en encontrar el campamento pareciéndole que todo estaba bien, no se veía ningún rastro de gnolls lo que significaba que no llegaron, estaba casi seguro de que el aullido era para mover a una partida de caza hacia aquí.

- Saludos guardián, no sé si nos viste cuando estuvimos por aquí. Veníamos con vosotros pero nos hicieron prisioneros tras el ataque de la quimera.

Él era de un color blanco azulado fácil de reconocer, Bakji sonrió por lo bajo sabiendo además que por aquí cerca estaría la llave roja que necesitaba su amigo Xulthos, ¿pero dónde? la debía de tener un maestro del pacto en el cuello o guardada en un cofre. Estuvo pensando si era oportuno hablar con esa gente ahora o esperar a que el campamento gnoll hubiera sido vencido, claro que si la criatura atrapada les ayudaba sería un factor que les daría ventaja, así que tenía que sacar el tema pronto.

- Permítanos el paso por favor, hemos visto el campamento enemigo y además diría que ellos saben que están aquí, e incluso podrían estar viniendo.

Había mucho por hablar.

Una vez encontrado el campamento, y viendo que no estaba bajo ataque, la adrenalina que había estado manteniendo despierta a Silene comenzó a desvanecerse a toda velocidad.

Despertadme si pasa algo. Le susurró al extraño brujo que les acompañaba mientras le agarraba momentaneamente del brazo, saludó al vigía con la mano, y se escabulló por detrás del grupo mientras éste hablaba con el guardián, metiéndose entre las tiendas hasta que encontró una zona donde calculaba que daría la sombra cuando amaneciera.

Modificando su vestimenta* se compuso una ropa más apropiada para dormir entre desconocidos, y se echó sobre la blanda arena usando su mochila como almohada mientras la consciencia iba desapareciendo a toda velocidad.

Al acercaros al antiguo monasterio, los Guardias del Pacto os recibieron con los brazos abiertos, su mirada pareció recaer en vuestras caras, siendo reconocidos como los mercenarios contratados por Lady Almah.

"Vuestras caras me resultan familiares..." — se giró hacia su compañero — "¿No son esos los primeros mercenarios que llegaron con Garavel?" — al recibir un asentimiento de su compañero, las actitudes se alegran y prosiguen — "Es bueno veros de nuevo amigos, han pasado unos días complicados desde que os fuisteis... Ya temíamos que no regresaríais y... Espera un momento... ¿Una quimera? Abadar nos proteja, ¿dónde están el resto? Ninguno de tus compañeros regresó, Lybious..." — pese a la alegría de volver a ver de nuevo a Lybious, el guardia parecía confuso y trastocado al respecto de las circunstancias de vuestra llegada — "Pero por supuesto, pasad y poneos a gusto, en la nave principal hemos colocado unas cuantas hamacas y sacos de dormir, deben quedar restos de comida en la hoguera seguro." — miró a un lado y a otro antes de añadir discretamente — "Pero id con cuidado con los nuevos... "invitados" de Dashki..."

Otro de los guardias apreció la petición de Mondo, pues no era extraño que en aquellas regiones se celebrase un regreso triunfante con un buen trago de alcohol, por lo que le ofreció una cantimplora medio llena de aguardiente. Con la amabilidad de haber encontrado a un grupo de gente de confianza, os acompañaron al interior de una antigua nave arruinada, donde pudisteis ver un techo parcialmente derribado y expuesto a los elementos durante años, en cada uno de los extremos se hallaba una hoguera rodeada de diversas tiendas, por lo que mientras que en un lado se encontraban otros guardias durmiendo a pierna suelta, así como Umar y su esposa, los camelleros; en el otro lado de la nave, opuesto a vosotros, se hallaba la macabra figura de tres gnolls atracándose de algún tipo de carne, acompañados por un desaliñado y casi feral hombre de mediana edad, tan sucio y vicioso como las criaturas con quien compartía festín, que parecía cojear de la pierna derecha.

"Aparentemente, ahora los putos gnolls son nuestros aliados..." — maldijo en silencio Nurabdil, mientras escupía al suelo en muestra de repulsión ante la idea — "Bah... Aún quedan restos del asado, poneos a gusto. Estáis a salvo. Lady Almah estará durmiendo ahora mismo, pero seguro que mañana deseará veros."

El agotamiento, el sueño y los golpes acumulados se han encargado de ir mermando mi capacidad de atención -y por no decir la de responder- sin embargo, hay asuntos que me hacen responder con la (poca) energia que tengo.

"¿No han vuelto? ¿Ni Edriel? ¿Ni tampoco Guijarro?" con un silencio, intento asimilar sus pérdidas. Si desapareces demasiado tiempo en el desierto, al final no quedan ni tus restos. "Nurabdil, amigo mio. Te agradezco de veras el detalle. Me gustaría poder informar a Garavel y a su Alteza, pero de todo corazón no me veo capaz apenas de montar tres frases sin que se me cierren los ojos. En cuanto nos recuperemos, presentaremos la situación a nues..."

Si, los ojos se me cierran.

"Pues... eso"

Conforme voy a las estancias (Cargando a Silene, si es posible) le dedico una agotada pero amigable sonrisa a los cabreros y camelleros. Y un saludo más seco al hombre desaliñado, sucio y feral. El hombre que es mas hiena que los mismos Gnolls
"Dashki" me refiero a él.

Una vez ahi, con un esfuerzo me quito uno de los zapatos. Con otro esfuerzo mayor me quito otro. Y finalmente tan sólo consigo aflojar  un poco las ataduras de mis brazos antes de caer en los brazos de Desna, la diosa de los sueños.

- Más Gnolls ?, acerto a decir mientras el licor calentaba su garganta y el resto del cuerpo.

Gracias amigo, le dijo al guarda. Las criaturas de Kelmarane no traian nada bueno entre manos, se estaban preparando para salir, un bostezo se le escapo mientras hablaba.

- Necesito dormir un rato, que el dia ha sido largo, se tumbo en el primer sitio que vio comodo y saco su esterilla, gracias por el trago, me ha sentado genialllll, grooooo pruuuuu, groooo pruuuuu Mondo comenzo a roncar levemente