Partida Rol por web

- La magia es todo, y está en todas las cosas. - dijo Marnan repitiendo el dogma del Dios al que también adoraba. Estrechó la mano con el semielfo sin dejar de mirarle a los ojos.

Estaba seguro de que por fin había encontrado a alguien que se le pareciera un poco, y eso le llenaba de satisfacción y de alegría a partes iguales.

- Que la luz sagrada de Iomedae os conceda a todos bondad de corazón, y ayuda en vuestros deseos. - dijo el semielfo barbudo con la cota de escamas, estrechando la mano tendida de Marnan Carter - Y mi compañera es Shaire. Supongo que todos somos miembros de la sociedad, así que estamos aqui por los mismos motivos  

Shaire se sintió abrumada, en un lugar tan pequeño rodeado de tantos hombres, acongojada ante tanta compañía fue retrocediendo hasta quedar lo más lejos posible del grupo.

- Soy Shaire -dijo desde la remota posición. Iba a añadir algo más pero guardó silencio, sin duda su compañero ya se encargaría de decir que era arquera en algún momento. Ella no tenía ganas de hablar. Cuando le habían recomendado la logia como modo de ganarse la vida, en un grupo de aventureros, nunca pensó que sería un grupo formado por cinco hombres y ella. Cinco, nada menos. Si entre todos se proponían... un escalofrío de terror recorrió su delgado cuerpo, y una vez más cerró los ojos para recrear el disparo perfecto, centrándose esta vez en la suelta, el fino momento en que relajaba los dedos para que la cuerda impulsase la flecha, un momento crítico en la fiabilidad del disparo donde un ligero roce con los dedos aún tensos y la flecha iría en cualquier dirección.

Cuando consiguió calmarse abrió los ojos de nuevo, y sólo en aquel momento se fijó en el hombre que aún no se había presentado. No necesitaba ni que lo hiciese, lo reconoció de inmediato como un Chelaxiano, los rasgos típicos eran inconfundibles para ella, que se había hecho niña en aquel país.

Shaire comenzó a temblar sin poder evitarlo, hasta que pudo controlar sus involuntarios movimientos abrazándose. Concentrando su disciplina en no salir corriendo de allí.

Nazredin se giró al ver como Shaire retrocedía. No es que fuera un lince el paladín, pero vista su reacción.... Necesitaba un capote

- Shaire es una arquera. Una gran arquera bastante capacitada para moverse por el bosque, además. También es alguien que necesita espacio y tranquilidad. Y a la que tengo un gran aprecio personal.

¿Quien le mandaba meterse en estos berengenales? En fin, ya estaba dicho. Y sin duda la joven es Chelaxiano, como el obviamente hombre de armas que falta por hablar. Problemas, problemas, problemas...

Los nuevos compañeros seguían presentándose. Al ser todos de la Sociedad, no dudaban de que irían juntos en su próxima aventura. Quizás la última para algunos, pero desde luego la primera para la mayoría.

Marnan continuó saludando uno a uno a todos los presentes. Parecía que la chica, la única chica del grupo, permanecía alejada, como si tuviese miedo de ellos. Quizás sus ropajes indicaran que era una de esas personas salidas de los bosques. Quizás se sintiera realmente sola,...

Él, debido a su extraño don, había sido marginado toda su vida, había tenido miedo de todo el mundo. Y poco a poco, había ido saliendo de ahi.

No quiso agoviar a la chica, sabía perfectamente como se sentía, y no quería hacerselo pasar mal. Por ahora, solo tenian que demostrar que estaban ahi, demostrarse que podían confiar los unos en los otros, al fin y al cabo, si la misión que les encomendaban era algo arriesgada, su vida dependerían de aquel que estuviera a su lado.

A pesar de que Marnan ya había hablado por él, Anhurmose quiso saludar a los presentes. Creyó que a los presentes les podría resultar agradable que se escuchara otra voz en la sala que no fuera la del hechicero.- Me llamo Anhurmose. Saludos a todos.-

Esta vez somos un grupo numeroso. Mi nombre es Markus. A ver si despachamos rápido esta misión, no me gusta estar en estas tierras de ladrones y rebeldes responde el fornido guerrero sin disimular su disgusto.

- Soy arquera, he vivido en un bosque, pero no me muevo demasiado bien por él. Y no sé como puedes tenerme aprecio cuando nos hemos conocido hace menos de una hora -replicó la muchacha.

- Tú eres del país de adoradores de demonios -añadió, sin preguntar, como una afirmación de un simple hecho, refiriéndose a Nazredin- Curioso que critiques a las gentes de otras tierras.

A través de la puerta de madera del despacho empezáis a oir voces...

-¡Es un trabajo muy... y me mandan a estos nin...!-

Un murmullo bajo y tranquilizador sigue a estas palabras, pero los gritos siguen... aunque vosotros los oís bastante atenuados tras la puerta.

-Dos expertos que vienen de Cassomir, me decían... ¡Voy contratar un alquimista para mandar una bomba a esa petarda de Hestia Themis mañana mismo! ¡Me ha traido a un condenado chelaxiano y a un cegato! ¡Se ha librado de la escoria!.

Murmullos

-Que dice que han cumplido con creces otras misiones... seguro... no me creo una palabra...

Murmullos

-¡Y lo que me traen de Absalom! ¡los tipos más raros que tienen! No se que están pensando los Diez...

Más murmullos

- No, solo puedo mandar a dos de los nuestros y encima son dos novatos... la arquera rara esa y el chaval con ínfulas de guerrero sagrado... ¿que ya están esperando fuera? bueno, veamos.-

La puerta se abre...

De la puerta sale un hombre alto y fornido que os observa con la cara algo colorada, sus atentos ojos situados detrás de su nariz de lechuza no pierden detalle de vuestro aspecto e indumentaria...

-Bueno, creo que serviréis...- Y sin más detalle os explica la misión.

-A la sociedad se le ha dado una oportunidad única y espero que estéis a la altura de la tarea. La última semana recibí una carta de Syntira, la reina ninfa del Bosque de la Luna Oscura en el norte. Parece que una mortífera plaga afecta a las hadas del Bosque y están desesperadas por encontrar su fuente y una cura. Mientraso no desperdiciaríamos tiempo y recursos en este tipo de empresa, esta particular situación presenta varias recompensas potenciales que no podemos pasar por alto.-

-Syntira ha intentado desde hace mucho mejorar las relaciones entre sus súbitos feericos y los habitantes humanos de la ciudad cercana de Refugio del Halcón. Tristemente los agentes del Consorcio Maderero que gobiernan la ciudad no están abiertos a una solución diplomática, y las tensiones permanecen elevadas. La sociedad espera aprender mucho sobre las hadas, acerca de su naturaleza mágica y de el elusivo Primer Mundo, y podemos beneficiarnos de un poderoso aliado en el Valle de la Luna Oscura. Haced lo que tengáis que hacer para llegar al fondo de esta plaga y econtrar una solución. Debemos mostrar a Syntira que la sociedad Pathfinder merece su confianza-

-Creemos que la extraña enfermedad se origina de una reliquia maldita conocida como "el Cuenco de Isandrea" y que se encuentra escondida en en Bosque de la Luna Oscura, si la teoría se comprueba correcta, quiero que obtengáis el cuenco y lo traigáis aquí para que lo estudie. Imagino que una fuerza externa consiguió el poder de artefacto y lo proteje fuertemente, así que estad preparados-

-Un Campamento de Leñadores del Consorcio Maderero en particular estuvo envuelto en muchos conflictos con los residentes feericos del bosque el año pasado y tanto Syntira como yo creemos que empezar vuestra investigación allí será lo más productivo. Os proporcionaré un mapa de la localización porque es un buen lugar para empezar vuestra investigación. Una vez hayáis localizado e identificado la enfermedad, buscad a Syntira y ayudadla en lo posible. Conseguid provisiones aquí en Almas antes de subir hacia el norte, porque encontraréis Refugio del Halcón demasiado pequeño y provinciano para muchas de vuestras necesidades. Tampoco os retraséis porque la enfermedad se extiende rápidamente y queroemos detenerla antes de que se escape de nuestras manos, para que lleguéis cuanto antes os he contratado pasaje en una gabarra que remontará el río hacia el norte, sale en dos horas.-

-¿alguna pregunta?-

Mientras espera vuestras preguntas os entrega un mapa de Refugio del Halcón.

Los saludos continúan, pero cuando los gritos comienzan, los miembros del grupo se miran sorprendidos los unos a los otros.

Marnan, curioso como siempre, se acerca a la puerta para escuchar mejor. Coloca la mano en curva y la pega a la puerta, la oreja justo detrás. De vez en cuando asiente un poco, como dándole la razón a algo de lo que dicen. Parece que el capitán piensa que son presa fácil, que no conseguirán el objetivo, sin siquiera verles... Bien, era labor de ellos demostrar que no era así.

Las voces se detienen y se oyen pasos hacia la puerta. Marnan tarda unos segundos en reaccionar, pero de pronto sale disparado para colocarse en posición de "firmes" al lado del clérigo. Su gesto es serio, esperando por dentro que no le hayan pillado.

El tiempo que tarda el capitán en salir, le da la razón. Alguno de los miembros del grupo, miran a Marnan con sorpresa o con diversión.

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Tras el discurso del general, y tendiendo el mapa hacia ellos, lo único que queda es salir en ayuda de la Reina Ninfa.

¿Ninfas? ¡Ninfas! - piensa el hechicero para sí mismo - Seres mágicos por naturaleza. Belleza impensable, y sentido del humor único, muchas veces hasta demasiado único.

Cuando aquel capitán abre la veda de preguntas, Marnan se estaba preguntando si podía comprar algo. Llevaba todo lo que necesitaba, asi pues, era mejor que se centrara en otras cosas.

- Yo tengo una - dice, dándo un paso adelante - Nos van a dar de comer. Llevo muchas horas de viaje y vengo con el estómago vacío. - se inclina un poco hacia la persona que tiene más cerca, en éste caso el clérigo y susurra, - Me mareo en los barcos y... ya no tengo nada dentro - Ante los gestos de disgusto de algunos de los presentes, y la sonrisa de otros, el hechicero permanece impasible, esperando una respuesta y demostrando que su pregunta iba completamente en serio.

Perdona. Esa enfermedad. ¿Es contagiosa o solo afecta a las hadas? ¿Que pinta tienen los que la llevan? No querría morir por algo que no sea el filo de una espada.

¿Tenemos alguna tapadera para la investigación o tenemos que inventarnos algo?

Cita:

-Mira hijo,-dice con tono cansado- cómprate un bollo en cualquier pastelería de por aquí... tenéis dos horas para comprar equipo antes de que salga vuestro transporte de los muelles y remonte el río. .Los pasajes tienen incluida la comida así que no pasaréis hambre en el río.-

Cita:

No hemos oído rumores de humanoides afectados en el área, sólo hadas, pero deberías tener cuidado por si los humanos pueden enfermar. Os interesa tomar precauciones hasta que encontréis una cura.

Cita:

-Eso lo tenéis que decidir vosotros, no hay ningún delito en investigar una enfermedad y encontrar una cura... así que como os venga mejor...- el capitán se queda mirando al semielfo de piel morena un momento...-¿Eres Klatet-Is verdad?, tengo algo para tí- entra un momento en su despacho y sale con un extraño objeto que parece una brújula...

-Espero que te sirva para encontrar tu camino...- dice, por fin con algo de respeto en su voz.

Oh. - dice solamente el semielfo al recibir el wayfinder.

Le daré buen uso.

Anhurmose no tenía con qué comprar absolutamente nada, y menos con esos precios que había visto en Absalom. Parece que los rumores sobre el abuso de los mercaderes en las grandes capitales norteñas se quedaban cortos. Esperó a que Marnan saliera con él. Era un tipo molesto, con la boca demasiado grande, exceso de entusiasmo y una carencia absoluta de filtros entre su cerebro y su boca, pero al menos era afable y agradable. Dirigió sus pasos hacia los muelles mientras le sacaba algo de amena conversación al taldano:-En mi opinión esta enfermedad debe tratarse sin duda alguna de una maldición disfrazada de enfermedad, similar a la que transmiten la momias.- Anhurmose sintió un escalofrío recorriendo su espalda al recordar lo que se siente ante el contacto de una de ellas.- O los ghouls. Se trata de enfermedades fascinantes que consumen el cuerpo, concretamente los líquidos, y hacen que el portador se acartone y le sangren las encías. La única forma de mitigarlo es consumiendo carne y sangre de otras criaturas pero esto sólo les proporciona una satisfacción momentánea ya que no pueden digerirlo. No tienen líquidos gástricos, ¿sabes? A veces lo regurgitan todo sólo para volverlo a engullir, incapaces de encontrar alivio alguno.- Pasaron junto a un puesto de carne en salazón y el clérigo se detuvo.- ¿No tenías hambre?

Cuando estáis saliendo de la catedral, y ya habéis bajado los escalones y casi empezado a perderos entre las tiendas, el eficiente secretario que trabaja para el Capitán Brackett aparece en la puerta del templo y baja corriendo, sujetando un par de pergaminos...

-Esperen, esperen... casi se me olvida, el señor Anhurmose tiene correspondencia de su templo-dice entregándole un papiro enrollado y lacrado. -Se me olvidó dárselo antes, pero es que el destinatario venía en Osirioni y no encontraba mi diccionario.-

-Ah, y para usted-dice acercando unas hojas de papel sujetas entre dos cartones a Klatet- Las instrucciones para su wayfinder, recuerde destruirlas después de leerlas, es algo privado no sólo de la sociedad, sino de los que poseen uno de estos maravillosos objetos...-

-Mucha suerte en su misión- dice subiendo otra vez las escaleras y perdiéndose en la catedral.