Partida Rol por web

El Capitán Brackett os contempla en la opulenta Gran Catedral de Aroden en la ciudad de Almas, la bulliciosa capital de Andoran.

Las tintadas vidrieras reflejan luz coloreada en su delgada cara con nariz de lechuza mientras os presenta vuestras órdenes.

Aquí debería aparecerte la misión que te han encomendado...

En cuanto te la encomienden claro.

Como sabéis el botín que consigáis podéis usarlo durante la partida pero no quedároslo al final (yo os daré en vez de ello monedas de oro según diga la partida).

Sin embargo los objetos que compréis o vendáis quedan disponibles inmediatamente y son permanetes pero hay que apuntarlos en la hoja final.

Por eso y para mi comodidad (para haceros las crónicas de final de misión) y la vuestra hago la escena, en la que cuando tengáis algo de botín me pondréis quien lo lleva (en vez de apuntárselo en la hoja) y cuando alguien compre o venda algo también lo apuntará, ya que así al final no tendré que estar leyéndome toda la partida para saber quien hizo qué.

Apretando el paso seguís al voluntarioso rastreador durante una hora hasta la entrada a un gran claro en el bosque.

En el claro hileras de plantas floridas pintan esta gran apertura de colores rojo, naranja y amarillo. Una cálida brisa sopla y un olor agradable sale de las incontables flores y capulos, llenando el bosque de una fragancia maravillosa.

Pero entre las flores parece que hay jardineros cuidándolas, y están atentos...