Partida Rol por web

Lady Scarlett no entendía porqué sus palabras no habían surtido el efecto deseado.  Eran tan buenas que hubieran convencido al propio Montaña de unirse a los Gorriones.  Ah, los designios de los dioses son inescrutables.

Se acercó entonces mejor a Ser Roshar.  ¿Qué se lee entre líneas en la carta del desafío? 

Viendo la necedad de los hombres como una pérdida irreparable, Lady Scarlett pide disculpas y se dispone a ir a visitar el gran templo de los 7.  Esta harta de esta discusión y sabe que todo saldrá mal.  

Bueno, al menos a Whalen lo cuidarán como oro y heredero que es, con su vida.  Y eso es lo único que le importaba.

Ser Roshar reía, divertido por la actitud del viejo caballero. Ser Joris estaba dispuesto a creer que la carta pertenecía al Caballero Zorro. Ni siquiera aceptaba la duda. Ni las cautivadoras palabras de Lady Scarlett. Llevaba tanto tiempo esperando por ello que ahora no permitiría que nadie se lo arrebatase. Aún así, Lord Archay era orgulloso, ¿sería capaz de faltar a su honor? ¿hasta dónde es capaz de llegar? 

El Blackfist sabía que el encuentro se daría. Lo que no tenía tan claro era si la familia debía unirse. Pensó que era muy arriesgado, sumando que irían acompañados de desconocidos. Cuando no puedes fiarte de tus amigos ir hacia una emboscada resulta el doble de peligroso. 

El caballero acercó la carta a Lady Scarlett como respuesta a su pregunta. Mostró cierto desinterés y observó al heredero Lugus. Se reía de su hermano pequeño y Ser Roshar decidió intervenir. Quizás por desviar la atención o por darse el gusto.

- ¿Y vos, mi señor Natan, lo sois? - su rostro serio y la mirada fija en el joven. No quiso que pareciera broma, pero sí dejarlo en un aprieto. ¿Sería capaz de unirse a la comitiva del viejo? 

Apenas devolvió el saludo del dorniense con un ligero gesto, cuando la atención de lady Varya se vio inevitablemente desviada por la apresurada entrada de ser Joris. La señora de la casa contuvo el rodamiento de ojos y el suspiro, que las acciones y el elevado tono de voz del caballero le suscitaron, y escuchó las nuevas y los comentarios que éstas suscitaron. Lo que Orten sugirió le pareció interesante a la dama, ciertamente sería una buena solución, pero no creyó que fuese a ser tan fácil.
La pulla por parte del otro miembro de la casa Lugus le hizo recapacitar sobre la predisposición del joven a ayudarles, Varya no tenía ningún motivo pero no pudo evitar comenzar a desconfiar de la buena disposición del inesperado aliado. Se propuso vigilarlo de cerca.

-Ser Naton. -Le corrigió enseguida el orgulloso heredero de la casa Lugus alzando su mandíbula cuadrada y robusta.

El joven mantuvo la mirada desafiante de Roshar y los acompañantes a su mesa enseguida se tensaron. Por cosas menores que aquella habían estallado terribles peleas en las tabernas y posadas a lo ancho y largo de los Siete Reinos. Pero el joven caballero Lugus soltó una risotada y su séquito se calmó de inmediato.

-Por el Guerrero que lo soy. -Aseguró alzando su fuerte brazo. -Si queréis comprobarlo no os perdáis las justas y veréis como mis adversarios se apartan al galope de mi caballo. Las historias de un viejo loco son sólo cuentos, y los cuentos son una perdida de tiempo. -Se giró con desdén perdiendo el interés en la conversación y llamó a gritos al posadero para que llenara sus jarras. -¡Más cerveza, Lyle! Mis amigos están secos.

La tranquilidad de la posada en aquella noche se vio interrumpida súbitamente por la atropellada llegada del anciano caballero Ser Joris y las noticias que portaba, las cuales no dudó en vociferar para disgusto del Señor de los Crogall quien se mantuvo serio y callado, conteniendo el disgusto que aquello le suscitaba, puesto que toda la posada se enteró de su conversación y tiró al traste la idea de pasar lo más desapercibidos posibles. Los dedos de Lord Crogall bailaron impacientes sobre la madera de la mesa mientras repetía como un mantra el lema de su casa.

La proposición del excéntrico caballero de acompañarles al desafío lanzado por el Caballero Zorro hizo dudar a Lord Crogall, que rápidamente lanzó una mirada a Ser Roshar que indicaba lo delicado de la situación. ¿Sería una trampa? ?Aquel viejo caballero que parecía un perturbado estaría siendo sincero?. De ser así tenían una oportunidad de oro para capturar a quien tantos problemas les había causado. Sólo quedaba evaluar si los riesgos eran asumibles.

Rápidamente Ser Bryan se ofreció, más por lástima que por convicción, en apoyar a Ser Joris. Whalen se animó a acompañarles antes de que Lord Crogall tomara su decisión y eso no le dejaba otra opción, no podía provocar que su hijo faltara a su palabra y quedara como un cobarde. También Orten Lugus se sumó a la contienda, planteando una conversación con el Caballero, lo cual pareció más sensato e inteligente para Evan.

-Tendréis que disculparme, Ser Joris. Pero mi vieja rodilla no me deja cabalgar como antaño. Mi hijo Whalen tendrá el honor de acompañaros. Ser Adrik y Galdrín también irán con vos. Creedme, no podría daros mejores hombres. - Esperaba que ambos pudieran proteger a Whalen en caso de que las cosas se pusieran demasiado feas.

Por un momento Whalen temió que fuera a estallar una pelea entre esos Lugus y su familia, pero el nubarrón pasó y todo volvió a la calma.

Apenas sabía nada de esos Lugus. No había hablado con ninguno de ellos y si iban a ir con ese tal Orten, seguro que tendría oportunidad de conversar con él y saber más de su familia. Parecían amistosos con ellos, y eso no tenía precio con los tiempos que corrían. Aunque también podría ser un espía. O un simple noble curioso por saber de primera mano la veracidad o falsedad de los rumores sobre ellos. En cualquier caso iría bien un testimonio de un noble de lo que allí iba a pasar... Si ese caballero Zorro se dignaba a venir. Sería nefasto que cayeran en una emboscada y Orten muriera. Sería el último clavo sobre el ataud de los Crogall.

Pero eso no va a pasar. Y vamos a ir con Bryan...

Y entonces su padre ratifica la decisión de Whalen así como el anuncio de los hombres que también irán con él.

Galdrín y Adrik. Dos hombres de armas más que capaces. No tengo nada que temer.

Wilard. ¡Wilard! Diablo de muchacho. ven aquí. ¿Ya has llevado la piel de los lobos al curtidor? Le especificaste que son para hacer una capa? Mi señora tendrá una capa magnífica para cuando llegue el invierno. Si ya has hecho eso prepara mis armas. Nos dirigimos a una justa liza, y se ha de ir preparado. ¡Venga! venga! Corre! Que no te lo tenga que repetir.

Ser Roshar se mantuvo imperturbable hasta que Ser Naton Lugus regresó su atención a sus asuntos, la cerveza. Su intervención le había divertido, en especial la mención de su título, pero no era momento de forzarlo. Los Lugus aún podían participar como aliados en la trama que se cernía sobre ellos y no debía arrastrarlos a una situación difícil de reconciliar. 

La tensión pareció desaparecer y el caballero volvió a su actitud habitual, paseando la vista por entre los presentes. Escuchó las palabras de Lord Evan con atención y no pudo evitar preguntarse por el resto del plan. ¿Qué papel tenía reservado para él? ¿acaso lo mandaría para apoyar la comitiva principal o su presencia iba a ser requerida en la ciudad? Su señor no podía quedar sin protección e iba a mandar a sus más habilidosos guerreros, ¿sería ese su encargo? 

Observó al viejo Ser Joris, para comprobar como se tomaba la noticia de cooperación, y se mantuvo a la espera de los acontecimientos. Aguardaba la marcha de la comitiva con intranquilidad creciente. Así como sus posibles ordenes, las que podrían no llegar hasta encontrarse con su señor en un lugar discreto.

-¡De inmediato, señor!- Willard se alzó con un sobresalto de su silla y corrió a toda velocidad hacia la puerta para ir a preparar el caballo de Whalen y todo lo que necesitaba para ir bien armado y preparado. Hasta el momento el muchacho había estado perdido en sus ensoñaciones sin prestar demasiada atención a la conversación de sus mayores. Pero asintió con la cabeza rápidamente a las preguntas de Whalen y no tardó ni un segundo en salir corriendo para realizar su tarea.

La mujer se relajó con la intervención del señor de la casa, que enviase a los dos mejores espadas de la comitiva era una muy buena medida para prevenir sorpresas, aunque esperaba que no hiciesen falta y lograsen algo en claro con el tal Archay.

La mano derecha de la dama se movió, en un ademán mecánico, para acomodar el mechón de cabello rebelde en su sitio y después acercó la copa a sus labios, sin apenas mojarlos, antes de devolverla a su sitio en la mesa. La atención de Varya se centró entonces en su caballero dorniense, atenta por si le hacía algún gesto de que tenía alguna nueva que le quisiera comentar, para buscar algún pretexto y reunirse con discreción.

-¡Estupendo!. -El anciano caballero se mostró entusiasmado con la noticia de que Lord Evan uniría sus fuerzas para escoltarle en el desafío que el Caballero Zorro le había lanzado. -Será todo un honor combatir al lado del lagarto-león una vez más. - No sería directamente con Lord Crogall como en los viejos tiempos de Lord Duncan, pero para Ser Joris era suficiente. Quería atrapar al Zorro y no cejaría en su empeño, tener a su lado a los Crogall reforzaba su deseo de acudir al duelo, poco le importaban las burlas de los demás que parecía no escuchar.

-Mis señores, -añadió tras una inclinación de cabeza hacía Lord Evan como muestra de agradecimiento, -nos veremos en una hora en la puerta de esta misma posada. Voy a ensillar mi caballo.

Cuando logró encontrar un momento de intimidad que no delatara sus intenciones, Lord Evan se acercó a Ser Roshar para susurrarle unas palabras. A pesar de que enviaba a dos de los mejores hombres de la casa junto a Whalen no iba a dejar que los enemigos ganaran una buena posición para emboscar a los Crogall.

-Este asunto hay que tratarlo con delicadeza. -Le susurro. -Sigue al grupo a cierta distancia, que no te vean. Si consideras necesario intervenir, hazlo.

El caballero dorniense se estaba riendo, al igual que muchos de los parroquianos que se congregaban en el Árbolverde, del viejo caballero Ser Joris, quien era el objetivo de las burlas y escarnios de quienes allí se encontraban. Sólo la voz de Lord Evan al tomar en serio al anciano logró que las risas se detuvieran, y en ese momento el caballero dorniense fue consciente de la mirada de Lady Varya y afirmó con la cabeza lentamente. Después, Ser Gennady se levantó y se fue con discreción hacía la salida de la posada confiando en que la dama no tardara en seguirlo.

El anciano caballero se retiró para preparar un momento tan esperado. Ya parecía estar saboreándolo. Ser Roshar retomó su conversación con el posadero, aprovechando la camaradería por compartir las bromas acerca de Ser Joris e intentando sonsacar más información de aquella altiva prostituta que se permitía seleccionar su clientela. 

La atención del Blackfist estaba dividida. Pues, haciendo uso de su trabajado disimulo, controlaba el posible interés de su señor por reunirse de manera discreta.

Acabó abandonando la posada con paso lento y despreocupado. Su mente trabajaba en la multitud de asuntos que preocupaban a la familia. No podía permitirse pasar más tiempo con la jarra en la mano y debía empezar a actuar.

Cuando se percató, el caballero facilitó con discreción la aproximación de su señor para escuchar con atención sus palabras. No hubo ninguna muestra de la recepción de información. Ni un gesto, ni una palabra, ni un contacto... Ser Roshar se mantuvo imperturbable con la copa en la mano. Y una vez Lord Evan se hubo separado permaneció durante largos minutos en su sitio, conversando de forma trivial con los más cercanos y haciendo algún comentario al posadero como si nada hubiera sucedido. Finalmente, cuando acabó el vino, se retiró. Un guiño a Lyle podía insinuar su próximo destino a quién lo viese. 

Durante la siguiente hora el grupo que iba a servir de acompañantes de Ser Joris Landseer para el desafío que el Caballero Zorro le había hecho llegar comenzó a prepararse para la partida. Willard no tardó en regresar con el caballo y la armadura de Whalen, todo preparado para el escueto viaje y los problemas que pudieran surgir en el camino. Ser Adrik también se había colocado su armadura de semiplacas y lucía una sobrevesta con los colores de la casa, engalanado de tal forma parecía el Guerrero en persona. Junto a él aguardaba Galdrín, tan sobrio como de costumbre. Sin duda Whalen estaría bien protegido.

Ser Bryan Telson mantenía la misma apariencia de caballero errante que le conocían, pero montaba a lomos de un caballo dorniense tan delgado y nervudo como el propio jinete. Orten Lugus se había puesto una armadura acolchada que abultaba bajo la ropa y le daba un aspecto extraño y ciertamente ridículo en él. A varias leguas podía verse que el muchacho no estaba acostumbrado a llevar armaduras y para evitar ser nuevamente objeto de burlas por parte de su hermano prefirió esperar fuera.

Ser Joris en cambio lucia sus mejores galas: una sobrevesta granate y una larga capa de seda roja con su escudo bordado en el centro, un perro en oro sobre campo de gules. El caballero se había dado un baño y lucía mejor aspecto que nunca. Se encontraba motivado, sonriente y confiado. Montaba una vieja yegua canela y animó a los presentes asegurando el éxito de su misión.

Lady Varya vio salir al anciano caballero y cómo los miembros de su casa empezaban a hacer los preparativos para partir con él, con calma se levantó y se despidió de los presentes.

-Salgo a respirar un poco de aire fresco, no me alejaré -dijo dando a entender que se quedaría a la vista de los integrantes de la comitiva que había fuera.

Dirigió una inclinación de cabeza a su esposo y se alejó con paso lento hacia la puerta.

Al salir del establecimiento los ojos de la dama buscaron al caballero dorniense mientras con sus manos atusaba el vestido ocre y marrón que portaba, quitando alguna arruga invisible para todos menos para ella, una vez localizado se dirigió hacia él como quien se acerca a un viejo amigo.

-Ser Gennady, agradable sorpresa volver a verle. -comentó llegando a su lado y poniendo el mechón de pelo revelde en su sitio, luego cuando estaba más cerca continuó en un tono más bajo -¿Alguna nueva?

-Mi señora, el placer es mío. -El caballero dorniense hizo una ligera inclinación de cabeza a modo de saludo cuando Lady Varya se acercó hasta él. Fingió sorpresa de igual modo que había hecho la dama, pero la sonrisa que dibujaban sus labios le delataban como un mal actor. -¿Habéis visto como lucen de hermosos los pendones en los chapiteles para el torneo?- Señaló hacía la parte interior de la ciudad, donde se levantaban los edificios más altos.

-He descubierto algo sobre un par de esos nombres que me distéis. Dannett y Lugus. ¿Cuál queréis primero?. 

Varya dirigió su mirada hacia los capiteles mientras decidía por cuál de las dos familias empezar, en vista del encuentro inminente con el caballero zorro y el ofrecimiento del joven Orten de acompañarlos y mediar, supuso que era mejor empezar por ellos. Tampoco esperaba que le llevasen mucho tiempo ambas noticias.

-Sí, hermosos. La capital está engalanada para la ocasión, -contestó volviendo a mirar a ser Gennady -parece que todas las casas nobles de Poniente se van a dar cita en el torneo. Hablarme de los Lugus primero.