Partida Rol por web

Por lo que indicaba Eduardo, su expedición era lo bastante numerosa como para que no fuera conveniente cruzarse con ellos en caso de que hubieran enloquecido. Una docena de hombres contra ellos cuatro no auguraba nada bueno. El hippie aceptó la mochila que le tendía el superviviente, colgándosela a la espalda, y aceptando también la linterna y el cuchillo de caza que les ofreció.

-No creo que sea conveniente que entres tú en el avión. Puede afectarte mucho -comentó Mitch, recordando lo devastado que él había quedado tras haber visto tantos cadáveres-. Sería mejor que quien entrase fuera alguien que ya haya entrado, para que así le impacte menos. Yo podría hacerlo -Miró a Alisson y Melvin, sin saber si alguno de los dos también había entrado en el avión-. Aunque si alguien quiere echarme una mano, no me disgustaría.

Al escuchar a Melvin mencionar a su hija, inevitablemente el hippie hace un gesto de amargura. No podían olvidarse de Diana, aunque como había dicho Alisson, si la chica sabía que la cueva era el lugar más seguro, podían intentar que les siguiera de alguna forma.

-Diana conoce la cueva. Podemos ponerle alguna nota en la entrada de la cueva, indicándole que vamos hacia el avión, aunque si lo ven también los compañeros de Eduardo puede ser arriesgado.

Alisson se quedó escuchando respecto al numero de personas que habían ido en un inicio con Eduardo, sin duda era bueno tener esa información porque asi al menos se podría llevar un calculo de el numero de amenazas que había afuera, por supuesto los superaban en numero, un gran peligro sin duda alguna. De igual forma que el hippie, Alisson tomó tanto la mochila como la linterna y la navaja, pensando un poco en que esto junto a las lanzas que tenían ya los hacían al menos un poco mas competentes si se encontraba en alguna situación de peligro. —Al menos ya no se siente que estamos completamente expuestos de esta forma, me gusta— Comentó tranquilamente mirando lo que podía poner en la mochila y midiendo que fuera suficiente para que no hubiera ningun contratiempo (Aunque en aquella isla del demonio todo podía pasar)

En cuanto comentó Mitch respecto a lo mucho que podía afectar entrar en el avión se quedo un momento pensando, mirando al hippie y negando un par de veces con la cabeza —No entre en esos momentos, pero como vi a los que si entraron, no es algo fácil de soportar, por lo que tal vez si sería bueno que alguien que ya lo haya hecho lo haga de nuevo— Se quedó unos segundos pensando esto, la idea si bien era inteligente tampoco le acababa de gustar pues al final todos estaban en aquel dilema juntos, por lo que se encogió de hombros suavemente sin problema alguno —Aunque igual si es por el bien de la misión creo que también podría entrar yo en todo caso, lo importante es conseguir ese teléfono de una vez por todas y ver si podemos hacer que nos saquen de aquí— Aunque no tenía ya a nadie en esos momentos por lo cual desear salir de la isla, estaba dispuesta a colaborar con todos, por el bien de que puedan salir de aquella isla todos, ya se habían perdido muchas vidas y debían hacer todo lo posible para que no terminaran todos con ese mismo destino.

—Tal vez incluso podamos localizar a Diana mientras vamos al avión, no creo que se haya alejado mucho de estas zonas cercanas considerando que es donde tenemos agua— Había sido la prioridad en su momento y por lo que había visto de la hija del hombre mas rechoncho de los que estaban allí presentes, parecía una chica bastante inteligente y que sabía hacer bien las cosas, seguro ya estaría incluso regresando cerca de la cueva considerando que comenzaba a anochecer.

 Melvin agradeció las palabras de apoyo de sus compañeros, que entendían la preocupación del hombre. Pero tanto ellos como él mismo conocían a Diana y sabían que era una chica capaz y que debía de estar volviendo a la cueva dado que iba a anochecer dentro de poco. Melvin tomó la mochila con provisiones, la linterna y el cuchillo. Con el cuchillo, en particular, hizo una pequeña voltereta en el aire para mostrar el manejo que tenía con el mismo.

- Si nos cruzamos con algún grupo de personas... ya sean los compañeros del doc o alguna otra cosa... sepan que yo soy muy diestro con el cuchillo. Tengo *training* en defensa personal, como todo buen personal de correo que se precie. Así que, si tienen la sensación de no poder pelear contra alguien, déjenmelo a mi.

 El orondo hombre hablaba con una fuerte seguridad, como si aquello fuera algo en lo que finalmente se podía probar habilidoso; después de haber estado tantos días con una pierna inútil y haber mostrado escasas capacidades de buscar comida. Luego, Melvin se enfocó en la conversación sobre quién entraría al avión, y también quiso demostrar su heroísmo en ese frente.

- No sería bueno que te sigas exponiendo a esas imágenes, *hippie friend*... deja que uno de nosotros tenga que lidiar con eso. Yo no tengo problema en hacerlo. Después de todo, soy el que tiene el estomago más grande de los presentes... si vomitó, no me afectará tanto, ¿no? heh heh...

 Melvin se rió por lo bajo, pero se dio cuenta de que el remate del chiste no había sido bien elaborado. "En mi cabeza sonaba más gracioso", pensó el hombre. Cambió de tema rápidamente.

- ¡Como sea! Dejémosle *a note* a mi hija. No creo que nadie más venga a esta cueva en el lapso en el que nosotros no estemos aquí... no ha pasado hasta ahora. Y estoy seguro de que Diana debe de estar en camino hacia aquí...

Eduardo tendió papel y lápiz a sus rescatadores. Haced la nota cuanto antes, e incluso podríais dejar algún tipo de mensaje en clave, quizá Diana os pueda entender si así lo hacéis. Comentó tratando de dar alguna idea. Tenemos linternas para ir hasta el avión, pero se está haciendo de noche y empezáis a tener cara de cansados. Dijo en tono preocupado. No me gustaría tener que estar ni un día más, pero si el avión está muy lejos quizá no seais capaces de llegar hasta él antes de caer desmayados. 

Mitch escuchó a Melvin y supo que el orondo superviviente tenía razón. Había visto cómo Alistair perdía la cabeza de forma progresiva, primero creyendo ver sangre entre la espesura de la selva, después aparentemente creía haber visto a su esposa en el barco pirata y había llegado un punto en el que se había comportado de forma agresiva y un tanto grosera, como si hubiera enloquecido cada vez más tras haber contemplado tanto horror. El hippie ya había tenido su ración de locura después de salir del barco y luego al ver a los diplodocus, por lo que era más inteligente dejar la búsqueda del teléfono móvil en manos de sus compañeros.

-Tienes razón -le indicó a Melvin, asintiendo-. El que debería entrar a buscar el teléfono móvil debería ser uno de vosotros dos, el que considere que se encuentra más cabal ahora mismo -expuso su pensamiento-. Doc estuvo sometido a mucha presión, vio demasiados cadáveres y eso le afectó mucho. Si podemos evitar que alguien pierda la cabeza, mejor -Al oír a Eduardo sugerir que le dejasen a Diana un mensaje en clave, supo que era una buena idea-. Creo que Melvin debería escribir la nota. Quizá llamando a Diana por un apodo o diminutivo que solo le llamas tú o algo así. Lo importante es que sepa que has estado aquí.

El hippie se ajustó bien la mochila a la espalda, aguardando a sus compañeros para disponerse a partir.

 Dejar una nota se escuchaba como la mejor opción. Y además, para evitar que la gente equivocada la lleyese, había que pensar en algún tipo de código.

- Pues yo estoy muy cabal. No será un problema. En cuanto a la nota para Diana, creo que tengo *the perfect solution*: la escribiré en inglés y con un código.

 El orondo hombre se remitió a escribir una nota un tanto compleja pero que escondía un simple mensaje. Mientras lo hacía, los demás podían comprobar que Melvin tenía una prosa y una caligrafía digna de ser envidiada. Producto de haber trabajado con el trato del correo durante toda su vida adulta.

- Aquí está la nota. Lean la primera letra de cada reglón. Creo que mi niña no tendrá problema en descifrar en dónde estamos:

Angel Diana:

Visiting this place? Your father was here

I'm sure you will enjoy the food and the water

Or perhaps you're not thirsty

Nevertheless, take care of yourself.

Alisson asintió un par de veces ante el comentario de Melvin respecto a que era mejor que el hippie no se arriesgara de nuevo a poner en riesgo su propio estado mental, pensando un momento en lo que ellos dos habían pasado antes de encontrarse con Melvin y poner la dinamita —Melvin tiene razón, ademas Mitch ya tuvo un episodio al ver a los dinosaurios, fue como si quedara sin memoria por un tiempo... Es mejor que no se repita algo asi de nuevo— Comentó como un dato que sin duda era bueno recordar, despues de todo tener episodios de ese estilo por eventos traumantes o impactantes nunca era bueno e indicaba que era mucho mejor cuidarse, no fuera que pasara como Alistair.

En cuanto al comentario de Eduardo respecto al cansancio, Alisson soltó un pequeño suspiro —No se si yo pueda aguantar mucho por mi cuenta, si terminó agotada y no puedo continuar sería una carga para ustedes y en medio de la noche es lo que menos necesitamos— Externo tranquilamente, conocía su cuerpo y sabía que a comparación de su hermana era mucho mas débil si se hablaba de físico, y como era mas que obvio no tenía el aguante de los otros hombres que estaban allí presentes, prefería comentarlo pues ser una carga y que tuvieran que arrastrar con ella era algo que no era lo mas ideal.

Asintió un par de veces, igualmente al ver lo que Melvin escribía para dejarle a su hija, sonriendo un momento pues era algo bastante fácil de descifrar y seguro Diana lo haría sin problemas —Suena bien para mi— 

Eduardo miró a Alisson, ¿y si tú esperas aquí a Diana y nosotros tres marchamos en busca de un móvil y del cargador? Supongo que aquí estarás relativamente segura y así si tardamos mucho o si se hace de noche, no supondrás una carga para nosotros. El hombre parecía hablar en un tono bastante más serio que antes, daba a entender que no estaba dispuesto a perder más tiempo y que le daba igual todo. Él quería salir cuanto antes y estaba cansado ya de esperar. ¿Nos vamos de una vez?

-Deberíamos ponernos en marcha cuanto antes -coincidió el hippie con Eduardo.

El superviviente se mostraba deseoso de que partieran hacia el avión, y Mitch no podía estar más de acuerdo con él, pues en cuanto obtuvieran el teléfono móvil podrían hacer un intento por llamar a alguien. No obstante, no le gustó demasiado oír que Eduardo le sugería quedarse a Alisson. Después ver cómo Nataly y la rusa habían desaparecido sin dejar ni rastro tras haberse separado, no estaba muy seguro de que separarse fuera una buena opción.

-No sé si deberías quedarte aquí, Alisson -le dijo a la chica, no muy seguro de lo que ella debería hacer. Al fin y al cabo, era una decisión que únicamente podía tomar Alisson-. Puede ser tan arriesgado que vengas como que te quedes en la cueva.

Sin más, el joven hippie echó a andar detrás de Eduardo para abandonar la cueva.

 Melvin terminó la nota, viendo que Alisson le daba el visto bueno, y la dejó en frente de la entrada debajo de una roca, siendo bastante visible. Luego, se puso la mochila en sus hombros y se dispuso a seguir a los dos hombres que ya se disponían a salir de la cueva sin dejar pasar más tiempo. Pero antes de irse, se presentó el escenario de que Alisson se quede en la cueva mientras los demás iban al avión. Escenario con el que Mitch no estaba del todo de acuerdo y con el que el propio Melvin tenía dudas.

- Yo no creo que debamos separarnos, Ali... *together, we're strong*. Nos podemos cuidar. Solos... bueno, estar solo nunca es bueno es estas situaciones. Pero *it's your choice*.

 Era su decisión, de una forma u otra. Por lo que Melvin se dispuso a seguir a los demás y dejar la cueva atrás.

Alisson se quedó pensando en sus posibilidades en esos momentos, podría aceptar la sugerencia de Eduardo y quedarse allí de forma que pudiera descansar un poco y reponer energías, sin embargo sabía que el hippie no mentía al decir que ambas opciones podían ser igual de peligrosas en esos momentos, ademas que seguramente necesitarían toda la ayuda posible para poder ir al avión, sacar ese teléfono rápido y regresar para poder irse de allí cuanto antes, ya no quería seguir en esa isla que le había arrebatado todo (Aunque no sabía ni siquiera como continuar su vida despues de ello, pero lo pensaría despues) Por lo que despues de analizar la situación, se acomodo la mochila correctamente, tomando como primer arma la lanza y dejando a fácil acceso la otra arma cortesía de Eduardo.

—Iré con ustedes, creo que es mejor estar con todos a separarnos, tienen razón, ademas teniendo comida y agua las fuerzas son mucho mayores— Ademas si bien Eduardo parecía un tanto impredecible y claramente harto de estar allí como era mas que entendible, sabía que podía contar con los otros dos hombres en el caso de que pasara algo o al menos tenía aquella esperanza despues de todo lo que habían pasado juntos, el trabajar en equipo era lo mas adecuado en esos momentos para sobrevivir y al final tenía que hacer su parte si esperaba que los demas hicieran lo mismo. —Quizá hasta tengamos suerte y nos encontremos con Diana al salir, aunque ya estamos bien cubiertos con la nota— Con esto dicho dio un par de palmadas en el hombro del hippie, para indicarle que los seguía fuera de aquel lugar y rumbo al avión que ante todo pronostico era la única esperanza que tenían para encontrar un teléfono y salir de allí.

Tras andar un rato bastante largo, trepar algunas zonas de la montaña y empaparse para poder cruzar la cascada llegaron al interior de una cueva cuyos techos tenían un tamaño de más de 3 metros. Aquel lugar era perfecto para poder pasar la noche que se avecinaba y la temperatura era fresca pero agradable. ¡No tendrían que preocuparse de encender ningún fuego! Además, estaba a una determinada altura que dificultaría la entrada de cualquier posible depredador, si es que los había.

En cuanto recorrieron unos pocos metros se encontraron con un extraño aparato eléctrico seguido de unos cables. Debía de ser una batería que antiguamente habría funcionado para algo. El aparato parecía viejo y en un lateral tenía una pegatina que indicaba que había sido creado hacía más de 15 años.

Los cables se extendían hacia el interior de la cueva. Con aquel detalle las dudas ya habían sido despejadas. La isla había sido habitada en algún momento, o quizá aún lo seguía estando.

Diana pudo ver que el sonido constante que se escuchaba a través del muro se había incrementado. El interior desprendía un olor al polvo que se había levantado por culpa de la explosión, y a una oficina repleta de ordenadores que llevaran trabajando durante días seguidos. También olía a comida. Diana comprendió que su padre y el resto de supervivientes habían logrado echar abajo las piedras derrumbadas. ¡Ese había sido el origen de la columna de humo que había visto el día anterior!

Al mirar tras él se dieron cuenta que el muro de piedras había bloqueado una especie de búnquer lleno de estanterías y ordenadores. Las estanterías estaban repletas de comida enlatada y bebidas, tanto refrescos como agua mineral. ¡Aquello parecía el puto paraíso!

Algunos de los ordenadores estaban destrozados como si algún objeto contundente los hubiera golpeado, algunos incluso estaba aplastados. Aún así, otros estaban conectados al cable que habían visto en el exterior.

Eduardo no tardó ni un minuto en poner a cargar los móviles que había encontrado, llevaban días sin cargar y ninguno de ellos tenía batería. Tampoco parecían pertenecer a nadie de ellos.

Esperaron algunas horas a que los móviles se cargasen, mientras tanto Eduardo les preparó algo de comida para hacer que aquellos supervivientes recuperasen algo de masa corporal y energía, pues su alimentación había sido muy escasa.

Después de comer, todos los móviles estaban cargados y uno de ellos, el más antiguo, no parecía tener ningún tipo de control de acceso. Eduardo lo cogió y llamó.

Tras una conversación breve y concisa. El hombre reapareció con la cara llena de lágrimas. ¡Van a venir a rescatarnos! ¡Van a venir! ¡Cuando estemos fuera, les contaremos todo lo que ha pasado y rescatarán a todos los supervivientes de esta horrible isla!

Mitch respiró con alivio cuando vio a Eduardo regresar, emocionado, con el rostro lleno de lágrimas después de haber utilizado el teléfono móvil. Había conseguido contactar con alguien y no tardarían en venir a rescatarles. El hippie no pudo evitar sentir que se le llenaban de lágrimas ante el hecho de que pronto serían rescatados. Después de tanta muerte y dolor, buscando alimentos o cargando con sus compañeros heridos, al fin parecía que les sacarían de aquella isla.

-Menos mal -dijo Mitch, secándose las lágrimas de emoción que corrían por su rostro-. ¿Han dicho cuánto tardarán en llegar? Si no saben nueva ubicación, tal vez lo mejor fuera marchar a la playa y aguardar junto al avión hasta que nos recojan.

 Melvin esperaba impaciente que Eduardo consiguiese contactarse con el exterior. Estaba sentado en una silla, con la mirada tensa contra el suelo y una de sus piernas temblando. Quizá aquella sería la única esperanza de escape que iban a tener, y si no funcionaba, sería devastador. Sin embargo, no hubo que pensar más en eso, pues el científico volvió triunfal habiéndose podido contactar con la población continental. Al orondo hombre se le aguaron los ojos.

- *YES! Oh God, yes... we did it!*

 Inmediatamente fue a abrazar a Diana, dándole un beso en la frente. Si había algo mejor que sabía que iban a poder escapar, era saber que iba a hacerlo con hija.

Alisson se encontraba si bien nerviosa por saber si Eduardo lo había logrado o no, también estaba completamente indiferente, despues de todo ya no tenía nada por lo que regresar al mundo real y mas bien, no sabía que iba a hacer una vez pudiera volver con sus abuelos, darles tantas malas noticias seguro los destrozaría.

En cuanto regreso el científico y comentó las buenas noticias, Alisson no pudo evitar soltar una pequeña risa a la par que sus labios mostraron una amplia sonrisa, al final de todo y pese a no tener ya ningun motivo para sentir gozo como Melvin lo estaba haciendo, era un respiro saber que por fin habían logrado contactar con alguien para rescatarlos. —¡Menos mal! Por fin podremos salir de toda esta locura... Ya solo queda saber a que zona es mas seguro para los rescatistas venir ¿Dijeron algo?— Preguntó a Eduardo mucho mas aliviada y ya sin ninguna preocupación respecto a la sobrevivencia de todos, tan solo debían moverse tal como dijo Mitch a alguna zona donde fuera cómoda para todos.

Diana no encontró su móvil entre los recuperados por Eduardo, pero al final encontraron uno que sí funcionaba e incluso tenía cobertura. Por fin había una posibilidad de ser rescatados.

Se encontraba mucho mejor. La comida había hecho verdaderas maravillas en su organismo y gracias a su juventud se recuperaba de las penurias pasadas.

Tras unos minutos Eduardo pudo darles la buena noticia, había contactado y serían rescatados en breve. Su padre gritó aliviado y le dio un fuerte abrazo y un beso en la frente. Diana no solo se dejó, incluso sonreía ante la efusividad de su padre. Hacía tiempo que no se sentía cómoda en sus brazos, pero ahora recibía el abrazo con satisfacción a la vez que correspondía al mismo.

- Sí, papá, saldremos de ésta.

Abrazada contra su padre se sentía como si tuviera muchos menos años, como si viviera en otra época en la que eran más felices. Solo faltaba su madre para que todo estuviera perfecto.

Sentía que había hecho lo que había podido. Se sentía satisfecha del esfuerzo puesto en buscar a su madre, aunque no de los resultados. En el fondo seguía siendo una niña y su capacidad tenía un límite. No la había encontrado viva, pero tampoco muerta por lo que aún le quedaba la esperanza de que una patrulla de rescate pudiera encontrarla, aunque para ello tendrían que ser rápidos ya que en la isla no había apenas comida y bebida. Sabía que se estaba aferrando a una remota posibilidad, pero mientras no viera su cadáver, esa posibilidad seguiría existiendo.

- Espero que también manden un equipo de rescate, por si hay más supervivientes... - No quiso hacer una mención específica a su madre, otros también podrían estar aún vivos en la isla.

Cerró los ojos mientras mantenía el abrazo. ¿Sería el principio de una reconciliación entre los dos?

Eduardo había llamado a la empresa para la que trabajaba pero estos ya no existían, así que terminó contactando con uno de sus seres queridos que rápidamente informó al equipo de rescate. En menos de 12 horas, un grupo de sanitarios, policías y bomberos llegaron con un helicóptero hasta la ubicación que el científico le había enviado.

El sonido de las hélices fue como escuchar el sonido de la esperanza. La llegada de aquel vehículo solo significaba que estaban salvados y que pronto podrían salir de allí. ¡Por fin había llegado su hora! ¡Tras lo que se había convertido en los 7 días más largos de su vida... Habían sobrevivido!

Cuando subieron al helicóptero, Eduardo empezó a relatar su historia:

Su equipo y él habían llegado a aquella isla desierta para investigar con ADN de dinosaurios. Hasta ahora habían logrado clonar a tres tipos de ellos. Varios Diplodocus, un T-Rex y varios Gallimimus. Un mal día, un derrumbe en el interior de la cueva donde tenían todos sus aparatos electrónicos y con los que mantenían el contacto con el exterior, destrozó varios aparatos y además clausuró la cueva dejando a Eduardo aislado del resto de sus compañeros.

Eduardo no supo nunca nada más de sus compañeros, y obviamente les dio por muertos. 

Algunos de ellos habían encontrado una barricada, sin puertas, en el centro de la isla. Aquella empalizada había sido construido por el equipo de científicos para protegerse del Tiranosaurius que habían creado. Y mientras el reptil crecía y se hacía más grande y poderoso, ellos pudieron crear lo que fue la aldea donde se guarecieron y a la que André, el francés amante de los perros se unió.

Durante la semana que estuvieron allí, algunos de los científicos, que ya habían perdido la cabeza, decidieron secuestrar o atacar a los supervivientes. Los veían como una amenaza y un riesgo para su integridad (y ya de paso justificaba los abandonos de la partida). Además, entre el grupo había muy pocas mujeres y desgraciadamente se habían vuelto tan salvajes que querían encontrar a otras para... bueno... dejémoslo ahí...

Y en la isla no quedaba absolutamente nada de comida, tan solo un poco en la playa donde se estrelló el avión, porque tanto los supervivientes como los dinosaurios que se habían empezado a reproducir por la isla habían acabado con la mayoría de los recursos que daba la vegetación. Los supervivientes habían logrado cultivar algunas semillas y más o menos pudieron llevar una vida de pesca y agricultura.

André se rascó la barba mientras contemplaba el helicóptero en la lejanía. Una misión de rescate. Su barba era corta y áspera, como una lija. Tendría que empezar a moverse. Por mucho que hubiese delirado, aun no había perdido la cordura como aquellos tipos. Por mucho que lo fingiera.

- Atila, Alamein, aqui... -se agachó para recibir a sus magnificos animales- Vamos a tener que ser listos. Tendréis que escapar si os lo pido y tendréis que atacar si os lo pido. Esta gente... no se como va a reaccionar a un rescate. Se van a sentir bastante culpables de lo que han hecho. Creo que será mejor que nos escondamos, pero hagamos ver que nos hemos escapado...

André preparo una liana en la zona donde la empalizada llegaba a la zona del mar. Eso justificaría la ausencia de huellas. Dejó sus huellas claras por el lado de dentro y finalmente, encendió una gran hoguera en el centro del pueblo. Aquello atraería al helicóptero. Y ahora, tocaba esconderse. 

El helicóptero llegaría pronto. Y quizás, si tenía suerte, volvería a su vida.

Mientras marchaba en el helicóptero, Mitch no pudo evitar pensar en que aquella sería una experiencia que nunca olvidaría. Durante toda una semana había estado recorriendo la isla, cargando con sus compañeros heridos o agotados, divisando los cuerpos sin vida de los que no lo habían conseguido, e incluso él mismo había llegado a perder el juego. La lucha por la supervivencia se había convertido en un infierno y había conseguido sobrevivir por muy poco. Lo único positivo es que aquella experiencia le había demostrado que no era solo un hippie marihuanero y que estaba capacitado para más.

Inevitablemente también había llegado a una conclusión, y es que su trabajo como mula había terminado. Había tomado aquel vuelo para transportar un paquete de droga dentro de su cuerpo con el que pagar el anillo para su novia, y ese era el único motivo por el que había terminado estrellado en la isla. Aún no era tarde para cambiar. Desde luego, era el momento oportuno para dejar ese trabajo.

Pero tampoco podía quejarse. Sus compañeros supervivientes habían pasado por una experiencia mucho peor que la suya. Alisson había perdido a su hermana, que podía estar perdida o incluso muerta en la isla. Y Melvin y Diana tampoco habían sido capaces de encontrar a la esposa de Melvin. El joven hippie pensó en lo que hubiera sucedido si hubiera viajado con su novia Sam y sintió un vuelco en el estómago. Imaginaba por lo que estarían pasando sus compañeros.

-Volvemos a casa -les dijo, con una sonrisa esperanzadora, mientras pensaba en qué haría cuando regresase a casa.

Alisson había hablado con Eduardo para que pudieran rescatar los cadáveres que estaban esparcidos por la isla de igual forma, de aquellos que habían perecido en un intento de sobrevivir. Después de todo ella consideraba que era justo que los familiares de todas esas personas pudieran tener el cuerpo de sus seres queridos, de modo que pudieran enterrarles y realizar los honores correspondientes cada uno como lo considerara correspondiente. De esta forma al menos también ella podría tener el consuelo de tener el cuerpo de su hermana y enterrarla junto a sus padres, no sabía realmente como le iba a explicar a sus abuelos todo lo ocurrido y como se fue su familia en su totalidad de un momento a otro pero al menos tenía a alguien esperando por ella, eso sin duda ya era un gran alivio para ella.

—Por fin salimos de toda esa locura... Creo que ahora voy a odiar a los aviones— Comentó en un suspiro al escuchar la voz de Mitch diciendo que regresaban a casa, al final habían salido de aquella isla muy pocas personas con vida pero se alegraba mucho por todas ellas, despues de todo Mitch fue alguien que siempre ayudo tanto a ella como a su hermana y estaba segura que si no hubiera sido por el, hubiera muerto antes de poner siquiera la dinamita en la cueva. De igual forma estaba feliz de ver que tanto Melvin como su hija se habían salvado, al menos no todos terminarían con el mismo destino de ella.

Sin mas Alisson procedió a mirar por la ventana del helicóptero, al menos iba a poder terminar su carrera ahora y estaba mas que segura que despues de todo lo que había pasado en aquella isla, iba a poder contar como experiencia en el campo para futuros puestos de trabajo, al menos tenía que ser positiva y sacar algo bueno de todo aquel infierno.