Por suerte para la pequeña, a pesar de haber perdido un poco de porcentaje a la hora de acertar su miedo, logró imbuir en terror a los tres enemigos que tenían delante. Ahora era el Turno de Ayame de actuar.

Momoka y Ayame intentaban sanar las heridas de sus compañeros. Aún a pesar de que las heridas de bala seguían ahí, y no podían sanarlas, al menos podían hacerlo con las demás heridas y si acaso aliviar un poco el dolor.

¡Gracias Ayame-chan! - comentaba dando un par de saltitos mientras se recuperaba. La bala seguía dentro de él... Pero se sentía mejor, dentro de lo que cabe.

    Por una parte estaba bastante alegre de que hubiera habido un cambio respecto de los caballos aliados de Ryland ... pareciera que despues de todo habia cierto patron detras de esto... o que sus aliados venian en todos los tamaños y colores... por lo mismo iba a dar el salto de Fe mas grande que podía en esta situación.

    Chicos... prometan que van a cuidar a la enana de mientras - comentaba mientras tomaba un fuerte respiro.

     Primero buscando cierto tema en mi catalogo de spotify, luego dejando que la misma comenzara a llenar el ambiente...

Para luego ver la Katana un ultimo momento antes de enterrarla en mi propio vientre, dejando salir un buen chorro de sangre real la cual comenzaba a esparcirse por el suelo hasta formar extrañamente un circulo perfecto.

 V...ve...ve por ellos... C...chunchumaru.... - dejaba escapar a la vez que débilmente apuntaba al jefe de aquella pandilla.

La pequeña Lilie miró el sacrificio que estaba haciendo Yuuta con su propia sangre para aquella invocación, algo que por un instante hizo que la pequeña se quedara sin habla, al menos hasta que miró con detenimiento el círculo mágico que Yuuta estaba haciendo en el suelo y esbozó una mueca de malestar.

-¡MAL!. -Gritó la pequeña señalando el círculo- ¡Este símbolo de Saturno no es lo suficientemente largo!. ¿Y a esto le llamas Azufre?. ¿¡Cómo podemos invocar a nuestra arma secreta si ni siquiera sigues bien el protocolo!. ¡Necesita más sangre para arreglar esto!. ¡Y ahora haz los cuernos a la cabra!. ¡Más puntiagudos!.

Y sin dudarlo, Lilie usó todo el maná que esta tenía para sanar a Yuuta y que este pudiera seguir sacrificándose más y mejor, puesto que aún no había terminado de invocar a Chunchunmaru para la batalla final.

¿EH? ¡¿EH?! ¿QUÉ HAGO AQUÍ? - preguntó aturdida y asustada la chica con el gato en brazos, sin saber donde estaba. Miró de un lado a otro en busca de alguien reconocible y al ver a Yuuta, se escondió detrás de él. - ¡Protegeme toca-tetas! - gritó fuerte mientras el gato pasaba a la acción y de una furia imparable, atacaba a todos los enemigos, para finalmente desaparecer tanto el gato como Iori también. Habían vuelto al mundo real.

Ryland también recibió un gran daño que, esta vez, no pudo disimular.

Todo parecía bastante perdido para Ryland, estaba muy malherido y ya no podía seguir aparentando. - Maestro... Ayuda. - mumuró de rodillas, alzando un brazo hacia el techo de la habitación. Desde hacia donde alzaba el brazo, se pudo escuchar un suspiro de decepción y fue entonces cuando de allí arriba cayó un revólver justo encima de Ryland.

Me ha abandonado. - comentó al principio algo deprimido, pero pronto empezó a reír. - No, no me ha abandonado. ¡Me está poniendo a prueba! - se alzó, con una sonrisa maníaca y revólver en la mano. - ¡No pienso fallarle!

¡Eso era! Los caballos, según el daño se acumulaba iban desapareciendo, por mucho que se hiciera el duro teníamos frente a nosotros la clara muestra de que no aguantaría para siempre y lo había confirmado la oportunidad que nos dio Tetsuya para hacerle mas daño de lo habitual. Entonces lo que teníamos que hacer ahora era... ¿A que venían esas palabras de Yuuta? Mis ojos se abrieron de par en par al ver como él mismo se clavaba su propia espada... Era... era... como el ataque que habíamos preparado Ayame y yo pero... mucho mas... rídiculamente arriesgado, les iba a dar una paliza a los cuando esto acabara por hacer algo como eso.

Al menos había hecho un daño brutal y solo nos quedaba terminar el trabajo- Joder... -inspire para concentrarme y expulsé todo el aire de mis pulmones alzando mi katana contra Ryland- Ayame, es ahora o nunca. Hora de hacer un buen espectáculo para asegurarnos de que al suicida no le pase nada- Yuuta estaba en las últimas y aunque ahora Ryland no tenía ninguna ayuda si le daba por usar el arma que le habían dejado contra nuestro amigo lo mataría de verdad y no solo dejarlo inconsciente como hasta ahora había ocurrido con las sombras, quizás por eso Sanada parecía crecer detrás mía dispuesto a darlo todo aún así mi mano temblaba ante la idea de que fallara y el arma se disparara...

"¡¡Akuhi-kun!!" ¡No! Ayame comprendía por qué estaban haciendo eso. Sus vidas, las de todos, no importaban nada en comparación con salvar las del mundo entero. De no ser por las esperanzas que Saito había sembrado en el corazón de la chica, ella misma habría contemplado la posibilidad de suicidarse de igual manera, tal vez incluso antes que el propio Yuuta. Entendía muy bien por qué lo había hecho.

No obstante, su mundo había cambiado y con él, ella misma, y mucho. Ahora tenía esperanza. Ahora tenía ganas de vivir, fuerzas para poder afrontar su pasado y su presente, la voluntad de construirse un nuevo presente, el deseo de seguir viviendo y ver qué le esperaba en el futuro. Aquellas semillas de esperanza sembradas por sus seres queridos habían germinado en el corazón de Ayame, y estaba a dispuesta a luchar no solo por el mundo, sino también por ella misma, y por sus compañeros.

Estaba dispuesta a luchar por salvarlos a todos. Sin sacrificar a nadie, ni siquiera a ella misma.

"¡Vamos!" asintió cuando Saito la instó a que comenzaran juntos el ataque conjunto. A Saito no le hizo falta más, se lanzó a correr hacia el enemigo katana en mano. Ayame extendió los brazos y concentró toda su magia de viento en el chico, acelerando sus movimientos a límites sobrehumanos. Ryland trataba de bloquear cada movimiento con su perfecta defensa, pero Saito se movía cada vez más y más rápido. Cuando por fin logró encajar un golpe, clavó la katana en Ryland, Saito chasqueó los dedos y la misma se prendió en llamas. Antes de que Ryland pudiera reaccionar y contraatacar, Ayame apareció por detrás dándole una patada voladora, enviándolo un poco lejos del golpetazo. En aquel momento, Saito y Ayame agarraron con fuerza la mano y con la mano libre señalaron a Ryland, gritando al unísino un: "¡¡AHORA!!" Sanada y Sumizome en aquel momento desataron toda su magia sobre Ryland: las llamas de la katana empezaron a extenderse por un torbellino de viento alrededor de Ryland, quemándolo y golpeándolo por todas partes.

Yuuta estaba mal de la cabeza, al igual que Lilie. - ¡¿Era realmente necesario?! - preguntó preocupado al ver caer a su compañero de cocinas en tan mal estado. Aún así, entre el daño brutal que hicieron, sumado al daño combinado de la parejita feliz conformada por Saito y Ayame, fue increíblemente alto.

Sin embargo, Ryland tenía una pistola de verdad, cargada con balas de verdad y Yuuta estaba verdaderamente jodido. Una sola bala y terminaría todo para él. Debían acabar aquél combate en ese mismo turno si no querían perderle. Era todo o nada.

Ahora o nunca. - murmuraba. - Ahora o nunca. - se animaba a si mismo. - ¡Ahora o nunca Sigmar! - gritó con gran emoción mientras invocaba a su persona, dispuesto a derribar a Ryland.

¡Hora de usar toda la suerte que nos queda! ¡Súper Lucky Punch! - fue corriendo junto a su Persona y ambos a la vez le dieron un puñetazo en toda la cara a Ryland, la cual no le causó un daño muy notable, pero si el suficiente como para hacerlo caer. - ¡Ya está! - comentó feliz de no haberla pifiado en ese último ataque. - ¡Todos juntos chicos, es hora de un All Out Attack!

La primera en entrar fue Momoka, quien le dio tremenda patada al enemigo que se encontraba en el suelo... Al no saber luchar, esa fue toda su contribución durante el ataque ¡pero casi le hace vomitar, pues le dio en el estómago!

El siguiente fue un malherido Yuuta, quien al no contar con habilidades ofensivas y estar con un pie en el cementerio, solo pudo darle un par de espadazos al enemigo con su Katana roja.

Esa misma arma, aunque la de otro portador más habilidoso llamado Saito, sería utilizada para realizarle un corte increíblemente preciso, rodeando su espada de llamas para hacer el ataque aún más efectivo y dejar al enemigo ardiendo.

Aprovechando estas llamas, Ayame usaría su viento para acrecentar el fuego que ya rodeaba al enemigo y hacerlo arder aún más.

Fue cuando Lilie, sin dudar un segundo, se acercó y le pegó un mordisco en el tobillo... Si hubiera tenido algo de SP disponible, podría haber hecho que las llamas se tornaran oscuras o algo similar. Pero el mordisco también fue bastante molesto.

Y el último en actuar fue quien inició el ataque, apuntando con su revólver que tanto le había costado comprar en la tienda de recreaciones, realizó una sucesión de tiros tan potente que acabaron exterminando las llamas del enemigo.

Y con aquél golpe final, la batalla terminó.

VS Ayame Anemashi

"Esto es importante para mí, sígueme el rollo, ¿quieres?"

"Más vale que no te retengas... ¡Porque yo no pienso hacerlo!"

"¡Esto es para mí más bien una lucha contra mí misma! ¡Contra mis sentimientos negativos hacia mi misma y hacia ti! ¡Ayúdame a sacarlos! ¡Ayudame a vencer al verte dándolo tú todo también! ¡No importa quién gane! Solo... ¡¡lucha!!"

Tetsuya recibió los objetos que le daba Ayame y esta parecía dispuesta a defenderse como su primera acción. Solo quería luchar, a cualquier coste, parecía muy importante para ella. Sacó su pistola y de preparó para disparar.

Está bien, no me contendré.

Para vencer la parte de ella misma que quería ver muerto a Tetsuya Arashi, su mejor amigo pero al mismo tiempo el responsable de la muerte de su madre y el abandono de su padre, tenía primero que dejar salir esa parte de ella. Aguantó el primer "Allá cuando Arlek me medio controlaba para tratar de matarte, una mitad de mi misma deseaba aquello, ya lo sabes..." corrió hacia Tetsuya comenzó a tratar de acertarle golpes con los puños y palmas, él iba bloqueando los golpes con facilidad ya que los de Ayame eran lentos, como una danza de artes marciales. "Mientras que la otra mitad... lo que quería era que me derrotarais, encontrar una excusa para morir y escapar de este mundo..." empezó a acelerar el ritmo de los golpes, y Tetsuya, menos ágil, empezó a tener problemas para bloquearla. "Ahora no quiero morir... ni matarte... Pero hay una gran ira que sigue dentro de mí... mucho resentimiento e ira... Se hace insoportable ya.  ...Siempre ha estado ahí... siempre ha sido insoportable..."

Se separó unos metros de un salto, y en postura marcial, observaba a Tetsuya con expresión concentrada e incluso fría.

"Es ira y resentimiento hacia ti, sí... pero también hacia mí misma. Te odio. Me odio. Pero también eres mi mejor amigo y te quiero por eso. Supongo que conmigo misma... pasa algo parecido. Por eso el combate. Por eso esta danza. Necesito golpear y ser golpeada. Necesito soltar esta ira, este odio que me carcome... para despedirme de él para siempre."

Echó a correr ahora con toda su agilidad y la que Sumizome le amplificaba, saltando de un lado izquierdo a un lado derecho, acercándose hasta conseguir alcanzar a Tetsuya con un gancho justo a la altura del vientre de Tetsuya. A pesar de que pudo encajar el golpe, Tetsuya era muy resistente. ¿Lograría siquiera dañarlo?

"Gracias por ayudarme. Esto algo que sólo podía pedirte a ti. Antes te dije que no te contengas... pero tal vez sea mejor ir a tu manera. In crescendo, empezando primero por lo más básico e ir subiendo el nivel. Sí, es buena idea."

Los ojos de Tetsuya parecían los mismos que los de un muerto, no había expresión alguna en su rostro mientras escuchaba lo que su amiga le decía. No podía permitirse el lujo de mostrar debilidad, ni de sentirse mal. La que necesitaba sacar todo lo que llevaba dentro era Ayame, la que necesitaba purgar sus demonios era ella.

Apretó los puños y recibió sin inmutarse el golpe. - Has crecido mucho durante nuestro viaje, pero los puñetazos nunca han sido lo tuyo. - comentó serio. - Te enseñaré como han evolucionado mis golpes. No pienso cortarme por bien que me caigas, soy tu enemigo y debes derrotarme. - comentó mientras le devolvía el golpe usando a su persona.

A pesar de que el segundo golpe fue más potente que el primero, ambos hicieron exactamente el mismo daño. - ¡Si solo te defiendes, no vas a poder sacar lo que llevas dentro! ¡Pégame!

"¡Nnghh!" fue empujada hacia atrás por Tetsuya, en un golpe que ella pudo bloquear a duras penas. "Hasta que os conocí a todos... no pude borrarme ese mismo rostro que llevas... Es mi reflejo. ¡No es... a ti quien debo de derrotar!" se veía reflejada en esa mirada, era aquella que había tenido mucho tiempo, la que a menudo llamaba 'modo zombie'. "No quiero que seas más mi enemigo... ¡nunca más! ¡PERSONA!" llamó a Sumizome enérgicamente. "¡Garu!"

¡Tus golpes no reflejan tus palabras! - dijo algo enfadado Tetsuya. - ¡Pelea! ¡Pelea de una vez! - el peliblanco por su parte, no se cortó ni un pelo y atacó in crescendo con toda la suerte de la que disponía antes de que esta se desvaneciera en su última acción.

"¡Ngggh!" fue empujada hacia atrás una y dos veces ¡Qué fuerza! ¡Qué poder! Pero era justo esto lo que necesitaba, una buena paliza a partes iguales, una buena forma de soltarse de todo ese odio, y al mismo tiempo pegarse una paliza a si misma. ¡El plan estaba saliendo bien! Bueno, no del todo: Tetsuya Arashi era fuerte. Muy fuerte. ¡Mucho más fuerte que ella! Pero no se arrepentía de pedirle que fuera a por todas, e incluso le agradecía que fuera in cresscendo. Muy probablemente él ganaría la batalla. Solo necesitaba que ésta durara lo suficiente como para que ella pudiera ganar la guerra. "¡Sumizome! ¡Diarama! ¡Garula!"

¡Más fuerte! - gritó Tetsuya. - ¡Sé que puedes hacerlo mucho más fuerte! - alzó una mano y cerró el puño. - ¡Es la hora de que use mi última habilidad! ¡La que aprendí con tanto esfuerzo y sudor, de la que me siento orgulloso pues significa que me he esforzado y he evolucionado! - su persona apareció detrás de él y se lanzó dispuesto a atacar a Ayame. - ¡Burdensome Lungue! - un ataque devastador arrasó con Ayame, la cual cayó al suelo inevitablemente.

Tetsuya se acercó a ella, la cogió de la camisa con brusquedad y la puso en pie. - ¡No tienes permitido caer aún! - le dio un ligero empujón, para evocar la rabia de la chica y mientras ella se recomponía como pudiera, el peliblanco se quitó la camiseta. - ¡Dame tu mejor ataque, ahora mismo! ¡Demuestra que has evolucionado! ¡DEMUÉSTRALO! ¡ACABA CON TUS DEMONIOS! - gritaba con los brazos abiertos, sin ningún tipo de defensa.

De pequeña, se juró que mataría a la persona responsable de todo aquel sufrimiento. Esa persona había resultado no ser solamente ella, sino también Tetsuya Arashi, así que ahora tenía a dos personas a las que matar. Tetsuya la animaba a usar todas sus fuerzas en golpearle, la animaba a desprenderse de dudas y mostrarse a si misma, de una vez por todas, quién era, qué quería y qué no. A elegir, sabiendo sin duda que su amiga eligiría qué parte de las dos que había en la balanza quedarse. Entendiendo el por qué le había llamado ese día, recordando aquellas palabras que a menudo le decía de 'no tienes permiso para morir hasta que yo te lo de'. Ya habían visto parte de esa agresividad en cómo le sacaba el dinero a las sombras o las trataba a veces, esa ira acumulada y reprimida, contra sí misma, contra Tetsuya, contra el mundo entero. Durante la batalla contra Arlek en el interior de Arashi también lo habían visto, y aunque allí encontró una razón para seguir viviendo, y aprendió a amarse a si misma y a mostrarse como era, eso no significaba que hubiera dejado de odiarse tampoco. Ni de odiar a Tetsuya.

Y así, la usuaria de la templanza en una balanza perfectamente equilibrada tenía su odio y su amor. Con el apoyo de sus amigos había logrado salvar el mundo, y con el apoyo de Saito-kun había podido salvar su voluntad de vivir, pero había un peso terrible del que todavía no se había deshecho. Pero eso se acababa hoy.

Cuando Tetsuya la levantó de la camisa con fuerza, encontró en Ayame esa mirada que estaba buscando, por fin. Una de pura ira, la ira que llevaba reprimiendo desde el mismo día en que falleció su madre. La ira que Arlek desenterró en ella, y que ella misma volvió a enterrar una vez liberada su mente. Esa ira que llevaba reprimiendo desde entonces, consumiéndola, como pudieron ver el espíritu de Sumizome en la batalla de Arlek, un árbol completamente hecho cenizas a causa del fuego que la consumía. Esa ira, por fin, había salido fuera. Por fin a la luz.

"IT'S SHOWTIME!"
"¡¡GARUDYNEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!"

(Post 2 de 2, leer el anterior antes).

Juntó ambas manos con las palmas apuntando hacia Tetsuya, y con aquel grito el tornado de viento más grande que hasta la fecha había invocado fue disparado a Tetsuya Arashi, lanzándole directo contra las paredes de madera del estrado del juez en los juzgados, una lluvia de madera y astillas desprendiéndose en un estallido. "Hah... hah... hah..." Tetsuya Arashi no había caído inconsciente del golpe, había sobrevivido a pesar del tremendo poder del tornado. Medio enterrado en una pequeña montaña de trocitos de madera, podía oir los pasos de Ayame acercándose a él.

Y cuando llegó, vio que la mano de ella se tendía hacia él, para que la agarrase y ayudarle a levantase.

"Lo he conseguido, Arashi-kun... he ganado..." sonreía, una sonrisa genuina de felicidad, con los ojos incluso un poquito humedecidos de la emoción. "...Porque no te he matado, ¿sabes?... No te he matado a ti... no era a ti a quien tenía que derrotar... sino a mi misma. A esos sentimientos que no quería ya más en mí... y que me han acompañado tanto, tanto tiempo... Demasiado. Era hora de deshacerse de ellos, y tú me has ayudado a conseguirlo, a soltarlos de una vez. Ayudé a salvarte la vida allá cuando lo de Arlek, pero tú me has ayudado a salvar la mía hoy. Ahora estamos en paz." le tendió la ropa, devolviéndosela.  "Anda, ponte la camiseta de vuelta... ¡Y luego dame un abrazo de oso, por favor!"