Partida Rol por web

Yuuta llegó al lugar y parecía que allí por alguna razón estaba también el señor K. - Pensaba que habías muerto. - comentó con un tono serio. - Hoy he venido aquí de manera excepcional porque tienen mucho trabajo y requerían mis habilidosas manos para hacer postres. Puedes empezar a trabajar por allí.

El señor K señaló a una pata de jamón bien grande, además de otros ingredientes. - Ve preparando el primer plato, tenemos unos invitados especiales. - parecía que Yuuta tenía que improvisar sobre lo que debía cocinar aquél día.

Momoka y Ayame fueron en la limusina hasta el restaurante, allí pudieron entrar sin problemas con la reserva que había realizado previamente Ayame. Era un lugar lujoso y... Bueno, las chicas lo habían seleccionado, por lo que ya sabían todo lo que había allí.

¡Bien! ¡Fase uno del plan completada! Momoka y Ayame fueron con la segunda limosina al restaurante, y la primera llevaría a los chicos también allí. Pero antes de que ello sucediera, ¡tenían que prepararse! ¡Primero, a vestirse! Lo bueno de ser la heredera de la gran fortuna empresarial de los Anemashi es que podías alquilar todo un restaurante. Como hasta la fecha Ayame no había entablado amistades de verdad no había tenido ocasión de compartir su dinero y lujos con nadie... ¡Ni mucho menos de hacer una gran fiesta de etiqueta como las que tanto le gustaban! Desde lo de su madre no había ya ido a ninguna ni hecho una ella...

Le hubiera gustado invitar también a Yuuta y a Lilie a pasar el dia allí, ya que había alquilado todo el restaurante para ella sola... Pero como no era una quedada de amigos sino una que las chicas querían hacer fuera muy romántica, pensó que tal vez Yuuta se sentiría incómodo y tendría que hacer de canguro de Lilie. Aunque bueno, Yuuta siempre estaba incómodo en la vida y últimamente también siempre le hacía de canguro en ausencia de su propia hermanita pequeña...

El Shinjika era un restaurante de dos pisos. Tras bajar unas escaleras en la entrada, se llegaba a la planta baja, con unas hermosas vistas submarinas. Esta planta hacía de recibidor o hall de entrada al hotel. Allí no servían comida, solo bebidas, y usualmente era donde los huéspedes esperaban a los otros huéspedes. Más al fondo se encontraba el área de restaurante propiamente dicha, donde también se encontraba el karaoke.

Era en estas dos zonas, primero el hall y luego la zona de karaoke más adentro, donde Ayame y Momoka recibirían a sus respectivos novios con un par de canciones. Y cuando terminaran la función, podrían subir todos juntos al piso de arriba...

En donde sería el tercer y último acto: ¡un baile de salón tranquilo de cada una de las parejas! Había hasta un piano y todo, donde Ayame podría también tocarles algo. Y finalmente, para cuando terminaran... tras cruzar aquellas grandes puertas rojas un poco más arriba...

¡La comida les estaría esperando con esas magníficas vistas, y con la brisa marina! ¡Una cita súper dúper romántica y divertida!

Ya en una habitación apartada del propio restaurante, las chicas se cambiaron de ropa y se pusieron aquellos vestidos que allá en la mansión de Ayame se habían probado haciendo aquel pase de modelos improvisado. Quién le iba a decir a Ayame que iban a acabar haciendo al final no uno... ¡sino tres actos! Momoka podía llegar a ser tan persuasiva... ¡Ahora se moría de nervios y vergüenza y eso que aún no habían llegado los chicos! Pero confiaba en su amiga, y en la idea de que combinaran lo que sería una cita súper divertida y romántica a la vez para las dos. ...¿Se lo pasarían bien los chicos también con todo esto? ¡E-esperaba que sí, eso era lo principal!

"V-vale..." dijo Anemashi cuando ya estaba en el recibidor con Momoka. "E-entonces, ahora nos escondemos... y-y cuando llegen apagamos las luces y empezamos, ¿v-v-verdad?"

Todo estaba yendo sobre ruedas. Con la enorme fortuna de Ayame habíamos conseguido organizar la cita romántica perfecta, combinando una típica cita adolescente con el lujo. Me había pasado varios días elaborando planes, horarios e investigaciones, buscando los lugares más románticos y populares, hasta que Ayame me había sugerido el restaurante haciendo que mis ojos brillaran de la emoción. Había planeado ir al acuario... pero el restaurante tenía su propio acuario. Había encontrado el lugar más popular y romántico para ir en parejas, un lugar fastuoso... que quedaba a la altura del betún en comparación con aquel lugar. Por supuesto, en mis planes también estaban el paseo a la luz del atardecer e ir al karaoke, pero las vistas del restaurante y su magnífico equipo de audio no tenían rival. 

La única pena que tenía era desperdiciar los lindos carteles que había preparado. A la vista del éxito que habían tenido la última vez que usé una, había hecho dos cartelitos para ponérselos a nuestros novios. En uno decía "Propiedad de Ayame, armada y peligrosa" y en el otro "Propiedad de Momoka, atrás largartas".

Con todo ya preparado, miré a Ayame y asentí.

- Allá voy - con una sonrisa emocionada cogí el móvil y mandé un mensaje a los chicos mientras me escondía dirigiéndome a mi escondite. 

La limusina dejó a los dos chicos en la puerta y al trote cochinero por el miedo de comerse una cena fría, entraron por la puerta. Tetsuya miró de un lado a otro y no vio a nadie, por lo que decidió hablar con su compañero.

¿Crees que habrán empezado a cenar sin nosotros?

A un ritmo mucho mas tranquilo camine detrás de mi amigo hacia el interior del local con las manos en los bolsillos. Tampoco hacía falta ir con tanta prisa que seguramente estarían esperando por nosotros para pedir la comida, por el camino Tetsu me había podido explicar bien lo que íbamos a hacer y es que era mucho mas fácil entender lo que me decía si no era arrastrado por ahí, al menos no siempre. También por alguna razón trataba de no flexionar mucho mi cuerpo como si tuviera miedo a algo por lo que veía raro al moverme.

- Puede que simplemente nos metieran prisa para llegar antes que ella al restaurante -le dije encogiéndome de hombros- A veces a las chicas les gusta llegar después para poder lucirse un poco... y sobre los de las bases... Aún hay cosas que no tengo claro ¿que se supone que pasa en la cuarta base? Incluso con la tercera tampoco se a que te referías -a veces hablar conmigo era como hacerlo como un niño pequeño y es que podía ser un héroe en su brillante armadura listo para dar la vuelta a un terrible combate a muerte o podía no saber nada sobre el amor a la vez sin ninguna clase de problema

       P...permiso - decía al pasar por el dindel del lugar y que la campanilla anunciara mi presencia, se podía notar lo sofisticado y pulcro del sitio tal que era totalmente entendible del por que Kinsho~sensei había usado este medio tan formal para... para...

   ¿ Sensei ? - preguntaba al notar su presencia - B...bueno, ya van un par de veces en la semana que pensé lo mismo - tocando un poco el pecho y como ese pulmón izquierdo seguía estando un tanto corrido - Pero, hey... si estamos los dos ya hay poco de que preocuparse, donde esta la harina.... - para verle mirarme con cierta duda y luego apuntarme aquel garrote de carne - Ehhhhhhh... ¿ ehh ?

     Bffff.... bueno - resoplaba mirando lo que tenia enfrente y un poco la variedad de platillos que se veian en este restauran .... vamos... que puedo hacer... son gente Pija... de seguro buscando algun tipo de canape, o botana...hmmmm... ¿ y si voy mas alla ?... - ¿ dijo entrada verdad ? - una vez mas preguntaba, solo para agarrar el cuchillo y comenzar  cortar en lonjas, bastante finas lo que lo volvía un poco lento, pero simétrico.

  Mi objetivo... era un consomé...

   Luego de salvar una buena porción para los canapé comencé a cortar en pequeños cuadritos de carne y grasa el resto de la pieza de carne con la que tenia que trabajar, un poco de cebolla y unas cuantas papas además de las especias tradicionales.

  El sofrito de la carne y la cebolla fue de unos cinco minutos por ambas partes mientras los condimentos iban sazonando la mescla, tal que cuando eche todo en la olla Express se podia notar ese colorcito carameloso. para terminar de montar junto con las papas, los puerros y una abundante cantidad de agua, para cerrar con la tapa bien y que durante una hora y cuarenta el calor hiciera que los sabores se mesclaran de la mejor manera posible.

   Mientras el tiempo hacia lo suyo con el consomé, pase a darle una mejor presentación a las tiras de carne ... una bandeja de picoteo... para que puedan degustar algo entre plato y plato.... , empezando primero por cortar un buen trozo de queso el cual reducia en pequeños cubitos y este lo dejaba a un lado, solo para coger otra de las variedades de queso que hubiera por la cocina y repetir el proceso, de manera que en el platillo se podía ver un pequeño cerro de colores distinto. Lo siguiente fue ir acomodando las tiras de jamón para formar un anillo alrededor del cerro, y por ultimo fueron las aceitunas... no a todos les gustaba, pero su fuerte sabor resaltaba el del resto.

Al entrar los dos chicos adentro todo quedó en silencio, incluso los sirvientes que les habían acompañado hasta allí habían desaparecido misteriosamente. Tan sólo el magnífico hall los había recibido. Unos segundos de largo silencio fueron interrumpidos cuando las luces se apagaron de pronto. Iluminados únicamente por las tenues luces de las distantes peceras, empezó a sonar una suave música que poco a poco fue subiendo de volumen. Entonces, un foco se encendió e iluminó una figura en lo alto de la escalera que baja del segundo piso. 

Ayame, vestida con un hermoso vestido azul de gala con flores y brillantes adornos, comenzó a cantar una dulce melodía a la vez que iba bajando lentamente por los escalones. Pequeñas lucecitas, cual luciérnagas, se iban encendiendo a su alrededor a su paso. Fue entonces cuando mi voz respondió a la suya, apareciendo entre las columnas que componían el hall. Lucía un vestido rosa y negro, más informal pero con un toque elegante.

Un camino de farolillos marcó mi camino hacia las escaleras por las que bajaba Ayame. Nuestras voces se unieron cantando un dueto armonioso, contestándonos la una a la otra y empastando a la perfección. Sincronizamos nuestros bailes con movimientos fluidos, mirándonos con complicidad, extendiendo la mano hacia la otra como amigas que nunca se separarían y luego hacia nuestros queridos novios con una dulce sonrisa. Hacia el final de la canción ambas nos juntamos a los pies de la escalinata y nos tomamos momentáneamente de las manos, para seguir con una coreografía conjunta y terminando espalda contra espalda mirando a lados opuestos. Y con el final de la canción las luces volvieron a apagarse.

Sin embargo, no dejamos a los chicos esperando mucho tiempo. Se escuchó como si alguien pusiera una cinta de música andando y las luces comenzaron a encenderse poco a poco para mostrar a unas Ayame y Momoka con unos trajes totalmente diferentes, más al estilo idol. Fue así como comenzamos nuestra segunda canción algo más travieso y "amoroso".

Con corazoncitos volando por todas partes, bailamos aquella coreografía divirtiéndonos y jugando entre nosotras, y guiñándoles el ojo y lanzando besos a los chicos a quienes dedicábamos la canción.

Al terminar, explotó una cegadora luz azulada con brillantina que cegó a todos en el lugar. Al volver todo a la normalidad, las luces estaban encendidas, y Ayame y yo volvíamos a vestir los trajes de elegantes del principio.

Tetsuya se sorprendió bastante ante lo que ocurría, al punto de intentar proteger a Saito. - ¡Cuidado, nos atacan! - comentó interponiéndose entre él y lo que fuera que apareciera delante, pero pronto se relajó al descubrir que eran Ayame y Momoka ¡les habían preparado unas bonitas canciones!

¡Estáis muy guapas!

Comentaba mientras daba palmas animado al ritmo de la música. Pero para su sorpresa otra vez la luz cegadora y de repente... ¡se habían cambiado de ropa! Miró de un lado a otro, buscando la ropa que acababan de usar. - ¿Habéis aprendido magia? ¿Cómo os habéis cambiado tan rápido? - preguntó cual inocente niño que acaba de ver a un mago actuar.

Un montón de música, luces y pasos de baile se podían escuchar al otro lado de la puerta de la cocina. El señor K se asomó y tras un gran flash en su cara, miró de nuevo a Yuuta, casi sin poder abrir los ojos. - Ya han terminado. Es tu momento de presentar el primer plato. - con eso dicho, abrió la puerta indicando al cocinero/camarero de que era hora de lucirse, con el ticket de la mesa que debía atender, claro estaba.

   Hmmmm... - musitaba alegre mientras el hervor del consomé anunciaba su tiempo, lo cierto... es que tras todas estas aventuras atemporales y sitios que terminaban  siendo cualquier otro lugar menos Italia, un poco de tiempo al lado del fuego no me caía mal.

    ... Tu, yo... y la mejor fruta de estación para decorar el platillo a elección...

¿ Esta sensación de control y satisfacción tuvo que haber sentido mi bisabuelo... ?

Aunque...

no lo envidio...

Quizás si aquello no hubiera ocurrido, nuestro apellido estaría en otras categoría...

pero.. si eso significa el no haberles conocido a ninguno de ellos...

realmente no es la vida que me hubiera gustado tener...

     Pero antes de seguir divagando en aquel océano de sopa y especias la voz de mi maestro me hacia volver a la realidad.

      Ahhh...eh... s..si ¡si! - comentaba un tanto sobresaltado mientras dejaba de jugar con el cucharon y comenzaba a coger los platillos e irles vertiendo el consomé en su interior de manera que antes de que Sensei dejara de refregarse los ojos por aquel flash ya tenia el ultimo de los pocillos sobre el carrito que se iría a la parte delantera del local.

       Bueno... no voy a negar que un poco de espectáculo no me caería mal - le respondía a la vez que tomaba la manilla del carrito y comenzaba a andar al otro ambiente...

    Quizás fuera por que ingresara por la parte trasera o por el nerviosismo del primer día no me dejara ver bien en su momento, pero mientras mas avanzaba por el sitio, mas podía notar lo amplio que era el lugar .... ademas de bullicios-...

    Ehhh...- detenía en el acto el carrito al notar la presencia del que si no fuera por que el cabello del Momo y Arashi sobresaltaba lo suficiente, les hubiera confundido con jóvenes del lado pomposo de la ciudad ... hablando de eso tengo que preguntarle que tal las vacaciones en aquel resort...

    Fueran o no ellos a los que tenia que atender no iba haber diferencia a la hora de mi proceder, pues en este tipo de cosas simpre iba a primar mi magnetismo natural....

     Muuuuy buenas tardes, aqui el bueno y poco humilde de Akuhi sera vuestro camarero por esta bonita velada, no se corten en pedir pues para eso estoy aqui... - todo esto acompañado de una leve reverencia a la gente de la mesa

    Pero basta de mi chachara, que mientras mas tiempo les quito, menos tiempo van a tener para disfrutar en su punto el primero de muchos platillos... 

     Y hablando de eso - usando ambas manos para presentar rápidamente el carrito - Este consomé será perfecto para que puedan ir entrando en calor mientras dure su estancia en nuestro humilde local - y a la vez que iba hablando comenzaba servir cada una de las porciones a los comensales de la mesa - de echo - para volver de inmediato al carrito - tenemos estas bandejas de Apetizer para que vayan quemando tiempo entre platillo y platillo...

Empecé a mirar hacia nuestro alrededor al notar que todo se había quedado en un extraño silencio, no había nadie en el lugar... o al menos eso parecía por la quietud absoluta que reinaba en el lugar. Buscaba la presencia de alguien mas en el lugar, para ser exacto la de las chicas y es que pese a lo raro de la situación confiaba en que fuera cosa suya y por tanto no debía preocuparme de nada. Por lo cual ni siquiera cuando las luces se apagaron sin previo aviso y Tetsu se puso a la defensiva me sentí amenazado, al contrario de hecho, le puse una mano en el hombro para dedicarle una sonrisa tranquilizadora. Y no me faltaba razón ya que no tardar en encenderse un foco acompañado de una música para descubrirnos a una persona en lo alto de las escaleras.

Me quede por completo sin palabras al ver lo hermosa que estaba Ayame con ese vestido y tan arreglada, parecía un ángel, mi cara se puso completamente roja por consecuencia y no pude apartar la mirada de ella mientras bajaba hacia nosotros. Encima cantando esa canción tan bonita, eso era injusto... ¿cómo iba a soportar algo así? Un poco mas tarde Momoka apareció por un lado cantando junto a ella, le di un toque a Tetsu para que se fijara en ella y es que tener algo mas que mirar aparte de mi novia me había hecho poder recuperarme un poco del embobamiento. Ahora que lo pensaba... ¿cuánto tiempo han estado ensayando esto para poder cantar y bailar tan bien juntas las dos? Eso daba un poco igual y es que en aquel momento solo estaba disfrutando del espectáculo con una sonrisa tonta y dando palmas junto a Tetsu. Hubo incluso un momento al acabar la canción en el cual de alguna forma desconocida consiguieron cambiarse de ropa en la oscuridad a la vez que ponían otra cinta de audio en algún reproductor en muy muy poco tiempo, en ese rato Tetsu y yo aún nos habríamos estado poniendo los pantalones. Al acabar ya la segunda canción mis palmas se volvieron aplausos sonoros junto a algún silbido de felicitación por el espectáculo que habían dado las dos. No tardaron mucho mas en volver a sus ropas de antes dando por concluido la parte de cantar... al menos de momento y al menos ellos dos solas.

- Eso ha sido genial... lo habéis hecho muy bien, con una coordinación genial y cantando muy muy bien... -felicite a ambas junto a mi amigo- Y Ayame... estás preciosa en ese vestido, en serio estas totalmente deslumbrante.

Otra sorpresa fue el hecho de que Yuuta fuera el camarero para nuestra cita doble, no sabía si eso también era cosa de ellas, casualidad o que se había intentado colar para no perderse nada pero fuera cual fuera me gustaba contar con su ayuda.

¡Espectacular! - comentó aplaudiendo al acabar la función y ver la comida. - Tiene todo buena pinta. - miró a Momoka y guiñó un ojo. - Y no solo la comida.

Yuuta dejó la comida en la mesa que tenían designada y acto seguido empezó a escribir en el móvil. Tetsuya lo miró y un escalofrío recorrió su espalda, como si supiera que algo terrible fuera a pasar. Miró entonces la comida y lo dejó estar. - Bueno... Vamos a comer, que tiene muy buena pinta.

Intentó que no se notase, pero al principio de la función había estado muy nerviosa. Pero el llevar su vestido favorito y que Momoka la acompañase en el canto , preparándola para el segundo acto con la segunda canción, que era de un corte más juguetón y pese a ser más fácil le daba aún más vergüenza.

Parecía que lo consiguió. Los chicos se quedaron primero embobados, y luego aplaudiendo animadamente. ¡Momoka-chan había dado en el clavo, había sido un éxito!

"El truquito está en hacer parecer que ha pasado menos tiempo del que realmente ha pasado. El juego de luces que paulatinamente se van apagando con la música... luego lo mismo pero al revés, el principio de la siguiente canción y las luces encendiéndose poco a poco antes de que aparezcamos... "

Se acercó a Saito mientras se reajustaba los guantes, escuchar aquellos comentarios de Kitagawa-kun sobre lo bien que se la veía la hicieron muy feliz "¿De veras?" sonrió alegremente "Es mi vestido favorito desde siempre... Me alegra muchísimo que te guste... Quería una excusa para poder ponérmelo y enseñartelo, y verte también vestido de etiqueta..." estiró una mano para agarrar su corbata con suavidad y soltarla con igual delicadeza. "Ha merecido la pena..."

Lo cierto es que, vistiendo así, con su vestido y joyas favoritas, en lugar del uniforme escolar, Ayame quizá por primera vez sí que parecía una señorita rica. A pesar de que ella al principio se había esforzado por ocultar que lo era, se veía muy cómoda y natural. Ello era porque poco a poco había logrado la confianza de poder mostrarle a sus amigos la otra cara de ella misma que le faltaba por mostrar. No era otra Ayame, era una faceta más de sí misma, y podía mostrársela a todos sin ningún temor.

Se agarró a Saito del brazo y guió al grupo escaleras arriba al segundo piso...

Allí había un gran salón de baile con piano y todo, donde después de la cena, como colofón final, Ayame esperaba poder bailar al son de un vals. Se lo había pasado genial imitando con Momoka a las Idols, ¡pero ese era terreno inexplorado para ella! En cambio la música clásica, los bailes de etiqueta, lentos, elegantes... en esos sí que se manejaba mejor. ¡Y tenía de verdad muchas ganas de bailar con Saito! Pero primero... ¡a cenar! Subieron las pequeñas escaleras y salieron por aquellas dos grandes puertas rojas, saliendo a la terraza del restaurante con vistas al mar.

Allí el servicio les esperaba. ¡Una nueva sorpresa! Y esta no se la esperaban ni ella misma. ¡¿Akuhi-kun era el camarero?! Ayame se quedó sorprendida primero y su sorpresa cambió a una gran sonrisa de bienvenida. "¡Akuhi-kun! ¡Qué alegría verte! ¡No sabía que ahora trabajabas aquí!" exclamó mientras enseñaba a Saito su sitio y se sentaba ella en el suyo. Muy profesionalmente Yuuta empezó a servirles los entrantes. "Momoka-chan, ¿esto es cosa tuya?" preguntó animadamente.

La pequeña Lilie Blutsauger hizo su aparición en el lugar, y no estaba sola, junto a ella se encontraba la líder del club de ocultismo de la escuela y ambas las dos parecían no solo hambrientas sino molestas. -Busquemos un sitio donde sentar... -El silencio se hizo cuando a lo lejos vio ahí, casualmente, a sus compañeros cenando todos juntos ^{_{(Salvo Yuuta)}}- ¡Oh!. - Parecía ser evidente cual iba a ser su siguiente paso, Lilie se acercó a la mesa en la que estaban sentados y arrastrando una silla cercana, se sentó. -¿Vosotros dos también le dijisteis a Yuuta que os de comida gratis a cambio de tocarle la teta o algo así a vuestras invitadas?. -Preguntó a Tetsuya y a Saito.- ¡Hola Ayame y Momoka-chan!

Iori miraba de lado a lado el restaurante ¿de verdad podían entrar allí? Es la primera vez que iba a un sitio tan caro. Miró entonces a los chicos donde se había acoplado Lilie. - ¿Cuál de vosotros es el pervertido que me quiere tocar una teta por comida? La enana esta me perdió toda la comida que tenía. Pero toda toda. Y ahora me vas a dar de comer si no quieres que te denuncie por querer tocarme los pechos. - le dijo a Saito con un tono firme y serio.

Yuuta, que había ido a seguir ayudando en cocinas, desde la ventana de la puerta pudo ver como Lilie llegó al restaurante con una chica nueva y estaba molestando a los tortolitos.

Sonreí al ver el guiño de Tetsuya, incluso me sonrojé. Había lanzado guiños y algún que otro besito a Tetsuya durante nuestra actuación y ahora me acercaba a él aparentando elegancia. Sin embargo, me costaba no sonreír como tonta al ver lo guapo que estaba.

- Me alegro de que te haya gustado, tu también estás muy elegante - dije haciendo una elegante reverencia, o al menos lo que yo creía que era elegante, pues más pareció un saludo pomposo y exagerado - uh, bueno, esto no es lo mío - dije echando la toalla y lanzándome a los brazos de Tetsuya. Yo no tenía la gracia y finura de Ayame.

Me volví hacia que Yuuta iba a ser nuestro camarero, una agradable sorpresa en medio de la cita.

- ¡Yuuta! ¡Eso tiene una pinta genial! Vete preparándote, porque vamos a hacerte trabajar mucho - bromeé divertida - Te juro que no es cosa mía, Ayame-chan, pero así estamos todo. Sólo nos faltaría...

No tardó en llegar el alma que faltaba. Con una nueva sorpresa del destino, Lilie-chan apareció por la puerta con una amiguita y diciendo cosas adorables como siempre.

- Lilie-chan, qué bien que estés por aquí tu también - dije con mirada que daba miedo - no me esperaba que pasarás por aquí, pero ya que estás, ¿porqué no os unís? ¡Y mira! - enseñé un vestido amarillo con muchos lazos y volantes - tengo un vestido de repuesto que puedes usar - lamentablemente no tenía ninguno más para su amiguita, no era tan "previsora".

Me levanté de la mesa, cogí a Lilie-chan en brazos y desaparecimos entre las columnas del restaurante. Poco después, volví con la pequeña en brazos vestida con el vestido. Extrañamente, el vestido le quedaba perfecto a Lilie-chan. Puuura casualidad, nunca llevaba un vestido lleno lazos encima por si podía en algún momento ponérselo a mi pequeña imoto.

- ¡A que está mona! - exclamé abrazándola muy fuertemente y dándole muchos besos.