Partida Rol por web

Pétalos de cerezo en el lago

Prologo III-Los cachorros de Lynn

Cargando editor
28/09/2011, 11:47
Director

Alton no puede evitarlo. Le gustan las faldas. Pero se lo ha ganado a pulso. Ha hecho muchas cosas buenas por los demás, y unos pequeños pecadillos no lograrán emborronar su intachable rectitud. Con esa mentalidad, había que reconocer que terminó en el grupo de aventureros ideal para él.

Dos hermanas elfas, bellas, rubias y vigorosas. Que además compartían con él su devoción por el bien. Lástima que además no compartiesen el gusto por sus encantos. Aún así, alegraban la vista. Además, estar tan bien rodeado siempre da buena fama de amante, y lo que no le daban las dos hermanas podía conseguirlo en otro sitio. ¿Con su sonrisa? Claro que sí, no había fémina que se le resistiera.

La Dama Perlada era una elfa buena y dulce. Su nombre era Lynn. Sus cabellos eran de un rubio casi blanco. La clériga tenía un aura de santidad que alimentaba la leyenda. Corellon Larethian puede estar orgulloso. Sus viajes le habían granjeado fama y, sobretodo, el favor de los desvalidos.

Jilokasina era una elfa firme y estricta. Algo mandona, como todo paladín de San Cuthbert con más de cinco pies de altura. No por eso iba a dejar de tener su morbillo. Siempre a la sombra de su hermana. Nunca nadie entendió porqué dos hermanas procesaban devoción por dioses distintos.

Lott era el único humano de la pandilla. Un clérigo de Heironeous, cabezahueca que solo sirve para pelear. Los hacen con molde. Alton tenía el placer de saber que era mejor que Lott. Heironeous convirtió al señor Jenssen en una espada, y guardó para Alton el privilegio de ser un espadachín.

Orodreth era otro soldado. Pero no como Lott. Orodreth era un soldado al estilo elfo: un lanzador de conjuros, un mágico de guerra. Fue un pequeño obsequio de los altos mandos élficos para la Dama Perlada. Una especie de guardaespaldas.

Y Drassil... bueno, toda heroína como Lynn necesita un bardo que cante sus prodigiosas hazañas. Ese era el papel del mediano conocido como Drassil.

Alton fue el último en incorporarse al grupo. Nadie confiaba en un mediano para combatir en primera linea de ataque, pero Lynn intercedió por él. Confió en un pequeñajo de escasos tres pies de altura. Fue un gesto muy propio de la Dama Perlada: saber ver el valor en el corazón de las personas sin mirar su estatura ni la fuerza de sus brazos.

Cargando editor
30/09/2011, 10:49
Director

¿Qué significa ser un buen bardo? Esa es la pregunta. Ser un buen bardo implica estar en pleno combate, sobrevivir a la lucha y conservar todos los dedos para atestiguar con los acordes la gloria del vencedor. Drassil lo sabía. Se pegó como una sombra al joven héroe Vizantium, hasta que un azotamentes le agarró con sus tentáculos para tomar sopa de sesos de Vizantium. Estuvo allí cuando el gnomo Gubblin el "Matagigantes" fue pisado por el gigante de las nubes Jim convirtiéndolo en poco más que una pequeña alfombra. Y esa es la cuestión: ser un buen bardo también significa tener suerte. La suerte de encontrar, entre los miles de aventureros que plagan la tierra, a aquel que saldrá vencedor. Drassil parece haber encontrado a su héroe: la Dama Perlada.

Una prometedora historia que contar: tres hermanos elfos, separados de niños y criados bajo el paraguas de tres distintas religiones. La elfa Lynn, la Dama Perlada, fue criada por la cúpula de Corellon Larethian, el dios de los de su raza. La elfa Jilokasina se convirtió en la ruda perra guardiana de los Garra Ópalo, el escuadrón de la congregación élfica de los Guardianes Negros de San Cuthbert creado para mantener el orden en el cada vez más grande y más caótico reino de los elfos. El elfo Erin, el hermano mayor, fue acogido como pupilo de un clérigo de Elhona, un elfo como él, cuyo nombre se pierde en el tiempo.

Y Drassil estaba allí, cuando conoció a la Dama Perlada. Sus cabellos eran de un rubio casi blanco. La clériga tenía un aura de santidad que alimentaba la leyenda. Corellon Larethian puede estar orgulloso. Sus viajes le habían granjeado fama y, sobretodo, el favor de los desvalidos.

Y Drassil estaba allí, cuando el humano Lott se les unió. Un clérigo de Heironeous, cabezahueca que solo sirve para pelear. Los hacen con molde, pero siempre dan buenas historias que contar.

Y Drassil estaba allí, cuando poco después cuando un mágico de la guerra conocido como Orodreth, se presentó marcialmente ante Lynn por orden del Estado Mayor del Reino de los Elfos, para servir y proteger a la joven que tantas veces había demostrado ya su valía.

Y Drassil estaba allí, cuando tras una larga búsqueda, Lynn al fin encuentra a su hermana. Jilokasina era una elfa firme y estricta. Algo mandona, como todo paladín de San Cuthbert con más de cinco pies de altura.

Y Drassil estaba allí, cuando el azar quiso que otro mediano se uniera al grupo. Alton Buenbarril, un paladín casanova, buena gente y valiente, pero con gustos fetichistas extraños... hacia las elfas guapas. Aunque esa parte siempre se puede omitir para que los cantares de Drassil sobre esta historia queden lo suficientemente épicos y heroicos para convertirse en el mayor relato jamás trovado: "Lynn, Erin y Jilokasina, tres hermanos elfos y un destino. La gloriosa historia jamás narrada sobre la Dama Perlada"... Bueno, Drassil aún está trabajando en el título...

Cargando editor
30/09/2011, 11:32
Director

La raza es importante. La sangre es importante. La familia es importante. Jilokasina lo sabía. Fue separada por la fuerza de sus otros hermanos, Erin y Lynn, cuando los tres no eran más que niños. Y criada en el seno estricto de los Guardianes Negros, como si fuera un perro rabioso. Se volvió dura, se volvió firme... y sus convicciones sobre raza... sangre... familia... fueron grabadas al fuego en su mente.

Por eso, cuando un día volvió a ver a Lynn, la opción estaba clara. Tenía que elegir entre la Garra Ópalo y su hermana, y eligió a su hermana. Jilokasina la desertora. No le importaba. Jilokasina era de ese tipo de elfas a las que no le importaba lo que los demás pensaran de ella.

Al reencontrarse con Lynn conoció la vida que le había deparado a su hermana. Lynn, al contrario que Jilokasina, había tenido una vida fácil y dulce. Mimada entre suaves cojines entre los seguidores del dios de los elfos Corellon Larethian, una vida de viajera granjeándose el apodo de la Dama Perlada, querida por todos como ejemplo de bondad y compasión... Una clériga... una beata... una santa... A medida que viajaba con Lynn en busca de Erin, Jilokasina se sintió en más de una ocasión a la sombra de su hermana.

Pero esa es otra historia. Cuando las hermanas elfas se conocieron, Lynn ya tenía su propio séquito de idiotas.

El mediano Drassil era un bardo que había sido deslumbrado por el carisma de la Dama Perlada y que ahora contribuía a su fama alabándola en poemas y cantares.

Lott era el único humano de la pandilla. Un clérigo de Heironeous, cabezahueca que solo sirve para pelear. Los hacen con molde. Y aún así, le es cercano. Jilokasina también había sido criada como perra de pelea. Pero seguía siendo un humano, una de las razas más despreciables de la tierra, tan poco longevos como para nunca llegar a darse cuenta de su patético papel en el mundo.

Orodreth era el colmo. Orodreth era otro soldado. Pero no como Lott. Orodreth era un soldado al estilo elfo: un lanzador de conjuros, un mágico de guerra. Fue un pequeño obsequio de los altos mandos élficos para la Dama Perlada. Una especie de guardaespaldas. Otro ejemplo más de lo bien que había tratado la vida a Lynn.

Con el tiempo, a este grupo de aventureros se le unió otro paladín. Alton Buenbarril, un paladín casanova, buena gente y valiente como predica su dios Heironeous, pero con gustos fetichistas extraños... hacia las elfas guapas. Era desquiciante, tan presuntuoso... Y sin embargo su lascivia era la única capaz de tratar por igual a las dos hermanas. Era el único que no trataba mejor a la Dama Perlada, la derrochadora de virtudes, la predilecta de los desfavorecidos...

¡Qué ganas tenía ya Jilokasina de encontrarse con Erin! Una vez que los tres hermanos estuvieran reunidos, podría dar la patada a ese grupo de pelagatos. Quizás volvieran los tres a las tierras de los elfos. Viviendo juntos... o como vecinos... Y podría tratar de reingresar en los Guardianes Negros. Aceptaría el castigo que decidieran para ella por haber desertado. Cualquier cosa antes de seguir con estos santurrones.

Cargando editor
01/10/2011, 09:40
Director

El extraño encargo era algo que Orodreth no tendría problemas en cumplir. El mensajero era un pequeño mediano llamado Drassil, un simple bardo. Podría incluso sacarle a golpes la información de dónde debía ser entregada la carta. Pero por aquel entonces, el pequeño trovador iba acompañado de dos clérigos: una mujer y un hombre.

La mujer era una elfa llamada Lynn, pero todos la conocían como la Dama Perlada. Sus cabellos eran de un rubio casi blanco. La clériga tenía un aura de santidad que alimentaba la leyenda. Corellon Larethian puede estar orgulloso. Sus viajes le habían granjeado fama y, sobretodo, el favor de los desvalidos.

El hombre... Lott Jenssen era un humano. Un clérigo de Heironeous, cabezahueca que solo sirve para pelear. Los hacen con molde.

Ante tal compañía, Orodreth debía ser discreto. Un pequeño pedazo de su vida podría darle el disfraz perfecto. Orodreth estuvo dos años en el servicio militar obligatorio, destinado en una escuela de mágicos de guerra. Apenas un retazo reseñable si algún día alguien escribía su biografía. Aún conservaba el uniforme, en un polvoriento baúl de una casa que ya no era suya. Como un ladrón, se escurrió en plena noche por una ventana abierta al interior de lo que con anterioridad llamó hogar. Subió las escaleras hasta el desván. En las mudanzas, nunca nadie se preocupa por ver los trastos del desván. El baúl seguía ahí. Y el uniforme también. Y multitud de pequeños recuerdos... juguetes de su infancia, la pulserita de oro que le regalaron al cumplir su primer centenario de vida, un pergamino en el que dibujó la cara de su padre... antes dibujaba bien, cuando era un adolescente. Con el tiempo dejó de practicar, ya no sabría dibujar ni la mitad de bien. A lo largo del tiempo de un elfo, se pierden muchas cualidades para las artes y se ganan otras nuevas durante un par de décadas, pero todo muere por falta de uso, incluso el talento.

Fue sorprendido por un niño, un niño elfo. El hijo de los nuevos dueños de la casa. Estaba allí parado, sorprendido, mirando asustado al extraño ladrón. Ocupaba el principio de las escaleras que descendían al primer piso, interponiéndose en la ruta de huída. Los labios del pequeño se empezaban a abrir como si estuvieran a punto de delatarle con un grito.

Orodreth no puede estar orgulloso de ello. Tampoco lo estaría su padre, si es que aún viviese. Orodreth golpeó al niño con un cacharro de bronce: una réplica de un pegaso, regalo de su padre, su juguete preferido, su más preciado recuerdo. El chico cayó al suelo, inconsciente, con una brecha en la frente. El juguete apenas resultó aboyado, corrió mejor suerte. Asustado de sus propios actos, Orodreth salió huyendo de la casa. Todas las cosas valiosas... los recuerdos importantes... todo quedó atrás. Tan solo se llevó el uniforme de mágico de guerra que había venido a buscar, pero que tan poca relevancia tenía en sus recuerdos.

Siguió adelante. Se presentó uniformado ante la Dama Perlada y le entregó una falsificación, cortesía del mismo mediano que le había encargado seguir la carta. Unas órdenes falsas de un falso general élfico, en el que Orodreth se ponía al servicio de la dama para protegerla y ayudarla en lo que fuera posible. Se convirtió en el guardaespaldas de Lynn y se unió a su grupo.

Preocupado por vigilar a Drassil, poco a poco se enteró de la historia de Lynn. Buscaba a sus dos hermanos: Erin y Jilokasina. A Jilokasina la llegasteis a encontrar con el tiempo. Era una paladina de San Cuthbert, de la orden de los Guardianes Negros, del escuadrón Garra Ópalo, blablablá blablablá. Eran dos ojos más de los que estar pendiente y una persona más a la que mentir. Jilokasina era tan ruda y estricta como lo era Lynn en los campos del amor y la compasión. El único parecido era el físico.

A lo largo del viaje por encontrar a Erin, el hermano mayor, también se les unió Alton, un paladín mediano, de la misma escuela que Lott: valor, justicia, bien y Heironeous. Y se diferenciaban mediano y humano en algo más que en la altura. Alton resultó ser un mujeriego, con especial predilección por las elfas. No hay que ser un genio para saber que lo que le unió a vosotros fue la belleza de Lynn y Jilokasina.

Cargando editor
01/10/2011, 10:42
Director

Son extrañas las cosas que pasan en este mundo. Los fuertes abusando de los débiles en lugar de ofrecer su protección... El Mal luchando en eterna confrontación con el Bien... Y luego hay cosas de menor calado, que pueden llegar a ser mucho más extrañas que el cosmos y los dioses.

Desde hace años, dos Iglesias del Bien rivalizaban entre ellas en lugar de centrarse en exterminar el mal. "¡Por San Cuthbert!", gritaban unos. "¡Qué Heironeous me dé fuerzas!", clamaban otros. Estas dos congregaciones tenían gran auge en las tierras de los humanos, desde las que podían reclutar a aventureros y fieles de cualquier raza, siempre en eterna competencia por cual llenaba más catedrales. Llegó un momento en el que los devotos de San Cuthbert desnivelaron la balanza. Habían logrado establecerse en el Reino de los Elfos, y empezaba a desplazar a Corellon Larethian de las oraciones élficas. Todo gracias a establecer los contactos adecuados con la corte y a servirla cada vez que algún peligro asolaba los bosques.

Con ese mismo principio, la Iglesia de Heironeous quiso emular a San Cuthbert. Enviaron un emisario llamado Lott Jenssen al Reino, y válgame el cielo si el mejor diplomático que puede enviar la Santa Iglesia es un tipo como Lott. Lógicamente fracasó, y los reyes elfos no quisieron facilitar la invasión de otra religión extranjera en su territorio.

Por aquel tiempo, una sacerdotisa de Corellion Larethian empezaba a tomar notoriedad. La Dama Perlada era una elfa buena y dulce. Su nombre era Lynn. Sus cabellos eran de un rubio casi blanco. La clériga tenía un aura de santidad que alimentaba la leyenda. Sus viajes le habían granjeado fama y, sobretodo, el favor de los desvalidos. Siendo una gran oportunidad para la colaboración entre iglesias, y estando la Dama Perlada tan bien vista por los ojos de la corte, Lott creyó que era una buena oportunidad para ganarse el favor de los reyes elfos y se unió a Lynn en su búsqueda.

Se unió a ella, y a Drassil, el pequeño bardo mediano que la acompañaba. Bueno, toda heroína como Lynn necesita un bardo que cante sus prodigiosas hazañas, pero no es que Drassil fuera un portento en la batalla.

Las aventuras empezaron a sucederse. Todas con final feliz, salvo dos inconclusas. Una de ellas era una misión confiada en privado no a Lynn sino a Lott. Una semielfa acudió a él para entregar una carta. La misión, como tantas pequeñas cosas de este mundo, era más extraña que las grandes cosas. Por supuesto, la carta no debía ser abierta, contenido que cualquier tipo con honor evitaría espiar. El mensaje debía ser entregado al dueño del "Picachifle", un local que la elfa no supo especificar a qué se dedicaba ni en qué ciudad estaba ubicado. Y el plazo en el que debía entregarse el correo era inexistente. ¿No había prisa? La chica semielfa insistió en que sí, que era prioritario, pero consciente de lo difícil de la empresa, la desconocida se conformaba con que el mensaje fuera entregado en su destino.

Por otro lado, la búsqueda de Lynn consistía en reencontrar a su hermano Erin y a su hermana Jilokasina. Los tres fueron separados de niños y adoctrinados en distintas religiones. Jilokasina no tardó en aparecer, poco después de que la corte enviara a un mágico de la guerra de su ejército para proteger y salvaguardar a la tan querida por el pueblo Dama Perlada.

El guardaespaldas de Lynn era un elfo llamado Orodreth, un soldado de la magia. Quizás no tan fuerte según los criterios de Lott como correspondería a un guardaespalda. Pero la bella Lynn también tenía al señor Jenssen, por supuesto.

Jilokasina era más particular... Tan bella como Lynn, pero con un carácter más estricto, y... Bueno, desde que los tres hermanos fueron separados, a Jilokasina le tocó crecer bajo las enseñanzas de San Cuthbert. Vaya ironía. Si hubiera sido la Iglesia de Heironeous la que se hubiera adelantado a San Cuthbert, ahora Lott y Jilokasina compartirían fé. Según pudo sonsacar, Jilokasina pertenecía a la Orden de los Guardianes Negros de San Cuthbert, y en concreto, mantenía la paz y el orden desde su puesto en el escuadrón de la Garra Ópalo. Podía ser un pequeño inconveniente para que Heironeous obtuviera su propio bastión en tierras élficas.

Siendo así, solo quedaba encontrar a Erin, el hermano mayor, quizás con edad suficiente como para recordar qué había pasado el día en el que los lazos fraternales fueron cortados. Entonces se incorporó al grupo un paladín llamado Alton, camarada de la Orden, y sin embargo un seguidor de Heironeous que hasta entonces Lott no había tenido el gusto de conocer. Y maldito el gusto. Alton era un mediano desvergonzado que iba detrás de las faldas a toda buena moza que se pusiese por delante. Incluidas Lynn y Jilokasina, aunque con estas dos por lo menos nunca llegó a consumar nada.

En cuanto a la carta... debido a la delicadeza de la misión, Lott ha guardado secreto y no ha contado nada a sus compañeros. Pero a cada ciudad, pueblo y villa a la que llegaban buscando a Erin, el clérigo siempre encontraba tiempo para recorrer las calles en busca de Picachifle, ya fuera nombre de taberna, tenderete o lupanar. Oh, cielos... sería tan bochornoso si el clérigo estuviera preguntando al final por un prostíbulo... Entre eso y el comportamiento de Alton, buena sería la fama que se llevarían los de Heironeous.

Cargando editor
01/10/2011, 11:48
Director

El viaje ya se estaba haciendo demasiado largo, y Erin, el hermano mayor de las dos elfas, seguía sin aparecer. Habían peinado casi todo el norte y casi todo el oeste del continente, cuando una humana anciana, ya ciega por tantos años usando la vista, les dió la primera pista en años.

Al parecer, cuando la humana era niña, un elfo mayor y otro joven pasaron por el pueblo de camino a Loki. De aquella ciudad, en la frontera entre los reinos humanos de Arquiona y Velvetia, ya solo quedan las ruinas. Todo por culpa de dos países que no supieron vivir en paz. Y ahora estábamos en un periodo de entreguerras, porque nadie dudaba que el odio de los dos reinos les haría alzar las armas de nuevo. Pero Velvetia tenía sus propios problemas en estos momentos... Uno de sus territorios, una gran isla del sur, se había declarado en rebeldía y los vélvetos ya no podían dedicar tropas a un enfrentamiento con los arquiones. Bendita sea la paz, con las extrañas formas que adopta en estos tiempos convulsos.

Partieron así los seguidores de la Dama Perlada hacia Loki, y cuando llegaron se encontraron con... eso, ruinas. Una vez que has visto una ciudad en ruinas por culpa del fuego del odio y los tambores de la guerra, las has visto todas. La agrupación de edificios semiderruídos estaba al pie de las montañas. Era verano y la tramontana hacía más llevadero el calor de la tarde. El grupo de aventureros se dividió para explorar aquella extinta ciudad humana mientras Lynn consultó a los dioses através de una serie de conjuros de adivinación.

Nuevamente, como era habitual, los talentos de la clériga de Corellion Larethian dieron mayores frutos que los esfuerzos individuales de Jilokasina y los chicos. Ubicó un gran edificio entre los cascotes y un sótano debajo de él. Todos bajaron y el sótano pronto dió paso a galerías y habitaciones, formando una mazmorra tan profunda que llevó días explorar.

Y al final de la última puerta, aguardaba una reliquia de la guerra... Un golem de hierro, de más de tres pies de alto, y mucho más peligroso de lo que unos aventureros de su nivel podían afrontar. Una vez más, la Dama Perlada estuvo proverbial, reteniendo el ataque del golem mientras los demás tomaban posiciones y atacaban con todas sus fuerzas. Pero...

En un movimiento imprevisto, el gólem embistió a Lynn varias yardas, hasta que ambos chocaron con una columna. Demasiado para las ruinas de aquella mazmorra, seguramente más antiguas que la propia guerra que destruyó Loki. El techo empezó a soltar cascotes, amenazando con convertir aquel lugar en una tumba. A un lado quedaron Jilokasina, Lott, Orodreth, y los pequeños Alton y Drassil. Al otro lado, más allá de una cortinilla de pedruscos que seguían y seguían cayendo, Lynn luchaba por soltarse mientras que el guardián la empujaba más y más contra la pared.

En un momento dado, a un par de pies de Drassil, la pared aguantó menos que el techo, y dejó abierta una empinada cuesta de rocas hacia un hueco abierto por la que se colaba la luz del día. Lynn arrojó su espada larga, volando entre trozos del techo que seguían cayendo, hasta que el arma quedó a los pies de Jilokasina.

¡MARCHAOS!

El cara de la Dama Perlada se constriñó de dolor cuando el gólem la siguió apretando contra la pared. Si no fuera tan bella, su rostro arrugado y su ceño fruncido hasta la habrían hecho parecer fea. Jilokasina tomó la espada. Todos, con gran pena, salieron por la abertura bajo el cielo despejado y la luz brillante del sol. Y detrás, en la oscuridad de la mazmorra, el gólem y la doncella eran sepultados.

La tierra dejó de moverse. Significaba que la sala donde tuvo lugar la lucha había sido llenada por toneladas y toneladas de roca. La vía de escape que les salvó la vida a los supervivientes estaba ahora impracticable. La espada de la Dama Perlada era lo único que había quedado de Lynn, y ahora estaba clavada en la tierra, en el centro de un círculo formado por los compañeros que ahora la lloraban. Los mismos que no fueron capaces de salvarla. Los mismos que la dejaron a su suerte en el subsuelo. Las caras de los presentes lo decían todo.

Cargando editor
01/10/2011, 20:31
Alton Buenbarril

El cariño que le había cogido a la Elfa era demasiado grande, había intercedido por mí para unirme al grupo aún con la NO total aprobación del resto, quienes me veían como un pequeño que no debía estar en primera línea.

Mientras el techo se derrumbaba, luchaba para tratar de alcanzar a Lynn, luchaba tratando de zafarme del clérigo Lott Jensen mientras me cogía y me arrastraba a la superficie, donde estraríamos a salvo ante la catástrofe que estaba por dejar sepultada a la dama plateada; aún no caía en cuenta que el sapiente clérigo me había salvado la vida de un tonto intento por salvar lo insalvable.

Cuando finalmente el clérigo solto mi cuerpo, pude salir corriendo hacía lo que antes fué la salida y ahora eran escombros, intentaba excavar, quitando rocas mas grandes que yo con mis propias manos en un esfuerzo "sobremediano", alegando la ayuda de mis compañeros, quienes veían -congojados también por la situación- como las lágrimas caían sobre mis coloradas mejillas intentando inútilmente alcanzar algo que ya era un hecho y que me rehusaba aceptarlo.

Luego de un rato de mi desesperado intento, cuando mi mente se me había calmado un poco y razonaba mejor, me siento sobre una roca, totalmente extenuado, a llorar la partida de este mundo de la que había sido hasta el momento un ejemplo de detrminación y valor; la despedida de un ser que había despertado en mí un sentimiento de amor fraternal.
Mientras recordaba en mi cabeza uno de los proverbios que Lynn solía citar en los largos viajes juntos, cuando se presentaban debates sobre los dioses que venerabamos y protegíamos.

Corellon el creador,
Corellon el preservador de vida
quien danzará eternamente
bajo la música de sus hijos que se encuentran junto a él

Como podría ese Dios autoproclamarse preservador de vida?, cuando había permitido que una de sus mas fervientes pregonadoras cayera bajo las sombras?, porqué no había intercedido, si su obligación era esa?, por esa hipocresía era que prefería luchar en nombre de un Dios que promulgaba sentimientos y virtudes inherentes a las criaturas terrenales, y no -como corellon- a preservar la vida........

Pensamientos extremistas se ocupaban en este omento agónico sobre mi mente, reusándome a ver con claridad la realidad de la situación.......

Cargando editor
01/10/2011, 20:45
Lott Jenssen

Lott, con una rodilla hincada sobre la tierra rezó. Con su espada en la mano, rezó a su dios por el alama de la Dama Perlada. Rezó con dolor, y rezó con gratitud por el sacrificio que Linn había realizado, un sacrificio que les había salvado a todos.

Su cara permanecía severa mientras sus labios alzaban la plegaria, una plegaria que se alzaba hacia el firmamento. La letanía fue larga, pues muchos eran los méritos de la Dama, y mucho había que recordar, más cuando hubo acabado, se incorporó ceremoniosamente y contempló el rostro de sus compañeros.

Lagrimas e impotencia era lo que había en los rostros de ellos, tanto como en el suyo propio, igual que en su corazón. Pues la perdida de Linn le afligía en extremo. De pie, con su espada y su escudo en las manos, guardó un respetuoso silencio, mientras mudo, contemplaba la espada de la Dama Perlada.

Suspiró profundamente, y elevó de nuevo su vista al cielo.

- Debemos sobreponernos, compañeros, pues nada podemos hacer aquí. Sabed que su alma se encuentra en un lugar mejor, junto a su dios y creador, y ya nada tenemos que sufrir por ella. Su tono era seguro y recio, y su voz reverberaba a través del silencio.

- Debemos seguir adelante.

Cargando editor
02/10/2011, 11:17
Drassil

Drassil permanecía un pasito por detrás de sus compañeros, el sabor salado de las resbaladizas lágrimas entraba por la comisura de los labios que permanecían apretados en un forzado mutismo, Drassil no era un aventurero fuerte y sentía la muerte de la muchacha como si hubiera presenciado la suya propia. No había música, canciones ni poemas, los dedos no jugaban con el arpa para dejar que emitiera un sonido tenue y vibrante que ayudara a todos a profundizar en sus propios pensamientos, no había gloria que cantar, habían perdido a Lynn, habían sido derrotados.

Ni mucho menos a ojos de Drassil había el grupo de aventureros logrado escapar de aquel gólem, les había combatido, y les habia derrotado, y aquél socavón lleno de tierra y piedra era ahora la tumba de sus hazañas y alegrías, dificilmente el grupo recuperaría sus andares sin la bella elfa.... cabe esperar que ante un desastre como este el grupo se disuelva y se pierdan las motivaciones, cabe esperar, que no volvamos a ser los mismos, si tan solo uno de nosotros hubiera sido más fuerte para ayudar a Lynn...

Drassil miró a sus compañeros desde retaguardia, las cabezas estaban gachas, se recogían cada uno en sus propias oraciones y el sacerdote trata de infundir ánimos durante el momento de duelo. Drassil se limpia con la manga, algunos mocos líquidos habían resbalado hasta el labio, fruto del pánico de hace unos minutos junto al berrinche melancólico al que estaba a punto de comenzar.

El hobbit fué el primero en alejarse, entre sollozos, esperando escuchar algo de jilokasina cuando lograra reponerse, sentado en una roca, el mediano lanzaba rápidas miradas a la tumba y al cielo, preguntando en silencio a Larethian, si no podía haber actuado unos momentos antes. La gran búsqueda de fraternidad y esperanza.... se convertía en drama....

Cargando editor
02/10/2011, 17:13
Orodreth Fëfalas

Orodreth no lloro, su cara no se inmuto en ningún momento, pero el dolor que sentía por dentro era atroz, ya era la segunda vez que había cometido un erro que causara la muerte de alguien, lastimosamente se acerco a la tierra poniendo una rodilla en el suelo y dijo al viento unas palabras mientras su palma estaba en el suelo- Imnus soleno, itelmas samatkra-luego coloco su mano en su frente y suspiro, ya no se podía hacer nada de nada, por mas dolor en su corazón ya todo había terminado para la muchacha, no estaba acostumbrado a ser alguien sentimental pero había cosas de las que no estaba nada orgulloso.


Hace años que viajaba solo y luego de la nada un grupo se formo, su primera vez en compañía, a decir verdad le gustaba mucho, la soledad esta bueno solo a veces, pero de vez en cuando una compañía no viene mal, y ahora tenía que soportar que no fue lo suficientemente fuerte como para salvar a su compañera, eso lo atormentaría como lo del chico en su escape.


El escapa de aquella mazmorra fue terrible, correr mientras todo se derrumbaba y los gritos de la chica, como no fuimos más listos y nos alejamos del golem, no teníamos oportunidad alguna contra el gigante de metal, pero la imprudencia nos gano, y por esa misma razón una compañera murió.


Orodreth se levanto y miro a sus compañeros firme y sin hacer ninguna mueca con el rostro-Bueno mis estimados compañeros de viaje, se que a todos le pesa la perdida de Lynn, pero no haremos nada en quedarnos, no hagamos que su muerte haya sido en vano, sigamos con nuestra misión- soltó el aire y miro el cielo- no malgastemos el sacrificio que hizo ella por nosotros- dicho esto se perdió su mirada en las nubes, como si tratara de ver algo, luego de unos minutos miro a los alrededores como buscando algo y silencioso como para escuchar cualquier cosa.

- Tiradas (2)

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Resultado: 18

Motivo: Escuchar

Tirada: 1d20

Resultado: 19(+1)=20

Cargando editor
02/10/2011, 19:36
Jilokasina

los musculos de Jilokasina se tensaron hasta su maximo cuando el golem luchaba mano a mano con su hermana , tenso su arco y disparo intentando alcanzar alguna hendidura de la armadura del golem para inutilizar alguna articulacion y que asi su hermana tuviera alguna ventaja,pero fallo ;parecia que auella armadura era inpenetrable y sus flechas rebotaban sin hacerle mella. Maldijo su suerte y decidio enfundar su arco y desenfundar su espada

-Probemos tu acero contra mi acero ,aberracion¡

Fue entonces cuando el golem cogio a su hermana en un abrazo mortal contra una pared derribando una columna maestra , que estuvo apunto de sepultar a JIlokasina ,pero su hermana estaba en peligro, tiro su espada a los aires tan alto como pudo y con las manos libres salto el obstaculo ,al caer al otro lado la espada caia del cielo girando ante jilokasina. La cogio segun caia por la empuñadura ,aprovecho el impulso trazando una arco circular y golpeo al golem an el talon de aquiles. Chispas saltaron y un vapor salio del pie del gigante,pero no fue suficiente

 

La columna que habia caido , y la fuerza de la embestida produjo que el edificio se colapsara y cuando Jilokasina iba a efectuar un segundo golpe un cascote cayo delante suyo, Por la presion del el humanoide metalico la pared cedio y apsaron a la otra habitacion ,vayendo mas cascotes

 

La estructura principal del edificio cedio y eempezo a derrumbarse, su hermana que vio que no habia salida, grito pese al abrazo del gigante

-Salvate hermana , yo ya estoy condenada.

A lo que JIlokasina contesto.

-Con lo que me a costado encontrarte ahora no te dejare.

EL edificio era evidente que se venia abajo y habia que salir de esa trampa mortal , para su hermana ya era tarde, la tuvieron que sacar entre dos , mentras ellamordia y arañaba y solo pudo gritar:

-HERMANAAAAAAAAAAAAA¡¡¡¡, NOOOOOOOOOOOOOOO¡¡¡¡¡¡¡

La construccion entera se vino abajo ,sepultandolos vivos a los dos , el resto ,salieron por los pelos y reino una calma y un silencio como el de un funeral

Solo se oyo un sonido de espada cayendo al suelo , y el de un cuerpo vencido cuando sus rodillas se clarvaron en el suelo. Agarro un puñadp de arena y exploto a llorar como una niña, suave al principio desconsolada al final

Alguien dijo algo , JIlokasina le miro con odio y grito:

-CIERRA EL PICO ESTUPIDO¡¡¡¡ , O TE CORTARE EL CUELLO CON EL FILO DE MI ESPADA¡¡¡¡

Se hizo de nuevo el silencio, las lagrimas de pena se tornaron belleza cuando de la boca de la elfa salio una cancion elfa mientras imagenes de su hermana sucedian en su mente

Era el ultimo adios a su hermana

http://www.youtube.com/watch?v=nfw-a8CF2OY

 

 

Cargando editor
02/10/2011, 20:38
Alton Buenbarril

Seguía sumido en mis pensamientos, ignorándo toda palabra del clérigo y del elfo, hasta que una balada élfica me saca precipitadamente del letargo en el que me encontraba.
Realzo la mirada, observando la pena de Jilokasina, si mi dolor era inmenso, no podría imaginarme el de ella, quien había perdido un ser que llevava su misma sangre por las venas, dos hermanas que a pesar de tener grandes diferencias, siempre irradiaban un aura de amor puro la una por la otra.

Me levanto e intento consolar como puedo a la elfa, poniéndole una mano sobre su hombro y susurrándole amablemente -Querida mia, entiendo tu pérdida como si fuera mia, de la dama perlada no quedan mas que muy gratos recuerdos que debemos atesorar en nuestras mentes, ahora está al lado del Dios que tanto veneraba, por el que sin pensarlo hubiera dado la vida.
Pero también queda una misión que cumplir en honor a ella, la búsqueda de vuestro hermano, una misión que debemos llevar en nuestros corazones, como estándarte en su honor...... Su muerte no ha sido en vano, y mas adelante se cantarán baladas de la dama perlada y sus inspiradoras hazañas a lo largo y ancho del continente, se oirán historias de ella hasta en la mas oscura y desolada taberna, lucharemos por su honor y su ventura, eso te lo juro por mi bienamado heironeous.

Me levanto de su lado, no sin antes acariciarle el cabello de manera amorosa, terminando con una frase en tono inspirador -Guarda su espada, cuidala bien, es el único recuerdo físico que tenemos de ella..... Por ahora, debemos seguir con paso firme nuestra marcha, en una misión por lynn; en una misión en nombre de la dama perlada......

Cargando editor
03/10/2011, 16:55
Director

Cuando Orodreth echa un vistazo a su alrededor, no ve más que montaña y más montaña. Parece que la mazmorra de las ruinas se internaba en las mismas cúspides escarpadas que bordeaban la ciudad de Loki. No será fácil volver a los caminos de la civilización, ni tampoco caminar entre estas rocas. La vegetación brilla por su ausencia, lo que dificultará la obtención de alimento.

A la vista de Orodreth también queda un pequeño paso entre dos riscos, aparentemente el lugar más probable para abandonar esta zona... hacia otra zona con similar orografía. La otra opción sería trepar, pero ninguno de ellos dispone de material de escalada, y la mayoría hasta carga con pesadas armaduras y mochilas.

Cargando editor
03/10/2011, 17:08
Jilokasina

Jilokasina esta demasiado afectada ,como para tomar ninguna decision, se queda inmovil y triste todavia ante el derrumbe

Cargando editor
03/10/2011, 18:42
Drassil

Drassil se acerca por detrás hacia la elfa, que yace en el suelo contemplando el lugar donde hace un rato gozábamos de la compañía de Lynn, las manos del mediano pasan a los hombros de la elfa y las palabras salen tan suaves y melodiosas de la voz del pequeño que parece que provengan de su propia conciencia.

Vamos, salgamos de aquí tal como nos dijo Lynn, el dolor paraliza ahora tu corazón, pero no deberías permitirte el lujo de quedarte aquí, continuemos la búsqueda de tu hermano

Drassil no ejerce fuerza alguna en el cuerpo de Jilokasina, esperando que ésta sea quien encuentre algun confort en las palabras del bardo y logre moverse por sí misma. Ha dado su vida por todos nosotros, y jamás saldaremos esa deuda con ella, pero tal vez podamos devolverle algo, si conseguimos que tú y tu hermano os reunais sanos y salvos.

Las lágrimas de Drassil ya estaban secas, habian dejado una húmeda huella por sus mejillas y procuraba no pensar en lo que había sucedido para que no volvieran a derramarse ahora, pensar en la horrible muerte de la elfa le llevaba a pensar que su hermano pudiera estar en una situación similar, y si su muerte hubiera sido en vano seria algo que Lynn no les perdonaría.... ni Drassil tampoco.

Cargando editor
04/10/2011, 09:59
Lott Jenssen

- Ya hemos llorado demasiado, es momento de partir. La voz gélida de Lott rompió el susurrante ambiente que había crecido en la improvisada tumba de Linn.

Su corazón seguía compungido por la perdida de la Dama, una perdida irremplazable y una amiga que echaría en falta muchas lunas después. Pero para Lott, la muerto no era más que otro estado del alma, el inicio de un viaje hacia un lugar mejor.

- Sigamos el camino más evidente, por el sendero entre aquellos riscos. Señaló con la mono el camino que Orodreth les había hecho ver.

El clérigo tomó sus cosas, y se dispuso a emprender la marcha, Esperando a que sus compañeros se repusieran de su dolor.

Cargando editor
04/10/2011, 12:42
Orodreth Fëfalas

Orodreth observa todo a su alrededor mientras escucha los llantos de Jilokasina, sin embargo le parece una pérdida de tiempo andar llorando sobre algo que no tiene remedio, cuando el había quedado abandonado y solo en el mundo sin nadie más que sus pies, ¿se puso a llorar? no, las lagrimas curan las penas, pero no reviven a los muertos, le molestaba que esto fuera una distracción para el grupo, en especial para Jilokasina, sin embargo, a pesar de todo el escándalo que estaba haciendo logro concentrarse lo suficiente como para ver un paso entre los riscos, no era el lugar más seguro para andar pero era su alternativa más fiable.


Comenzó a dar vueltas mientras rascaba su cabeza, como si pensara en algo que lo tenía preocupado, miro a los demás y siguió dando vueltas sin parar, luego de un rato levanto la cabeza y al parecer se puso a palpar la tierra, mientras hacía esto recitaba unas palabras- albeannnn oooo miiiiiitaaaaaa ittttt meeeeeeeeeee laaaaaa ooooooo itttttt meeeeeeeeee laaaaaaaaaaa-paró en seco levantándose de golpe.


-Muchachos, les voy a decir la verdad, tenemos dos opciones para seguir, una es escalar estos riscos, pero dudo que tengan material de escalar, ni siquiera ya pensé que deberíamos escalar, y el otro es atravesar ese paso entre los grandes riscos-señala el lugar-¿díganme que quieren? ¿Qué les parece?-callo para esperar la respuesta de sus amigos.

Cargando editor
04/10/2011, 14:25
Lott Jenssen

- Lott ya se ha pronunciado. Con voz glacial, mientras, con los brazos cruzados sobre el pecho de su armadura esperaba a los demás.

- Escalar no es una opción, al menos, no viable. No hay pues nada que discutir. Solamente hay que poner un pie frente al otro, y emprender la marcha. El clérigo cambió su peso de un pie al otro.

- Abre el camino, Orodreth, pues pareces ser al más indicado. Yo te seguiré.

Cargando editor
04/10/2011, 15:02
Alton Buenbarril

Si vamos a partir, hagamoslo ya que pronto cae el sol y se alza la luna junto a la oscuridad de la noche... -El mediano parecía mas calmado y ya no lloraba desconsoladamente pero en su rostro aún se reflejaba el dolor que sentía, un dolor que no se iba a borrar tan prontamente de su alma, sin embargo ya era consciente de la realidad y sabía que el clérigo y el mago tenían la razón -....opto por ir entre los riscos, escalar es muy arriesgado -Recojo el poco de equipo que aún me quedaba y preparo mis pies para una dura marcha -...vamos pues!!.

Cargando editor
04/10/2011, 15:58
Jilokasina

- Ya hemos llorado demasiado, es momento de partir. 

Jilokasina se gira al oir esas palabras ,y ase con fuerza la espada de su hermana por un momento siente ganas de enarbolarla tan alto como puede y abrirle la cabeza calva por la espalda al clerigo como si fuese un melon maduro. Pero recapacita:

Un cabeza de sandia como el, puede serme mas util vivo que muerto . puede que hasta te salve la vida en el trascurso de la busqueda que te queda por cumplir o puede que alreves

La pena la sustituye la sensacion de desafio, y de su boca fluyen pocas palabras ,pero determinantes

-Iremos por el camino entonces.