Partida Rol por web

Terminó la ceremonia, no el dolor. Los cinco supervivientes se ponen en marcha. Las suelas de sus botas se van desgastando, tanto como sus ánimos por seguir. Al cabo de media hora, serpenteando riesgos, encuentran carne. Se trata de una especie de pájaros emplumados, de la altura de un hombre, con largos y jugosos zancos y estilizados y largos cuellos. Están aún algo lejos para verlos en detalle. También parece que hay arbustos, lo suficientemente altos como para ofrecer a los animales protección del viento por las noches.

Están al otro extremo de un gran cañón. Se asoman tras los arbustos, se pelean jugando, y corren de un lado a otro hasta volver tras la vegetación. Es díficil saber cuántos son. Como mínimo cuatro. Suficiente carne como para alimentar a cuatro personas varios días a través de la montaña. Cuatro, contando que entre Alton y Drassil hacen un estómago. Las esquinas y salientes dan suficiente cobijo para que un solo cazador se acerque sin ser visto.

Por contra, este lugar parece el nido de esas bestias, y tal vez sería más prudente alejarse. A vuestra derecha las rocas se amontonan como grandes y desiguales escalones, seguramente parte de un todo que el viento y los cambios de temperatura han ido cincelando hasta convertirlo en una bajada. Lleva hasta la salida que usarían los pájaros gigantes para salir y entrar de este mismo cañón, solo que tras la cobertura del relieve.

Lott suspiró. Hubo un tiempo, durante su niñez, que habría acertado a aquellos pájaros en el ojo con un arco, pero había pasado demasiado tiempo desde aquello, y aunque portaba una ballesta a su espalda, no se veía capaz de dar caza a aquellos aves.

- La carne nos vendría bien para el viaje. Dijo finalmente rompiendo el silencio de sus compañeros. - ¿Alguno de vosotros se ve capacitado para dar caza a las emplumadas bestias?

Aun quedaba un trecho hasta llegar a su posición, pero Lott detuvo la marcha apara consultar el siguiente paso a seguir.

-En otra época, sin tanto metal encima, hubiera podido escalar esos riscos, cuando pequeño era mi deporte favorito, y era bueno en ello..... pero ahora he perdido la práctica y de escalar no quedan sino aquellos recuerdos de infancia, pero....

-Me saco el arco sobre el hombro derecho y acaricio la pluma de una de las flechas que se guardaba en el carcaj colgado de una de mis piernas -...Pero podría ayudar a quién vaya de voluntario con una de estas, la carne de esos pájaros se ve jugosa y deliciosa, y en estas montaña, no parece que haya mucho mas.

La tristeza sigue en primer plano, pero Drassil se concentra en el camino que tienen por delante y no tener que volver a recordar ese hecho para que los sentimientos del grupo afloraran de nuevo en pena y desgracia.

El mediano sacó la ballesta y la cargó con tranquilidad mientras contaba las aves, las subidas y bajadas de sus cabezas entre los arbustos y el continuo cruce entre ellos hace que sea difícil contarlos - Uno.. dos... tres... ese de ahí agachado cuatro... - El pequeño bardo va contando, no sería dificil abatir a un par de ellos antes de que el resto huyan o se abalancen al vuelo,  lo dificil será..

- ¿Como cruzaremos el cañón para recogerlos? En caso de abatirlos... Dudo que si les atacamos esas bestias crucen el cañón por nosotros... - El hobbit empezó a avanzar - Ahora vengo... voy a echarles un vistazo de cerca

El bardo buscó un rincón por el que cruzar, algo que les ayudara o calcular el tiempo que llevaría pasar al otro lado bajandolo y subiéndolo, así mismo, se acercó sigiloso entre arbustos para ver las aves mejor... al llegar al punto preciso... dejó la ballesta en el suelo para quedar a gatas inclinado hacia delante.... parecían... uhmm....

Un pájaro persigue a otro muy cerca de donde está Drassil, y por un momento al mediano se le encoge el corazón del susto. Aunque no sería correcto el término "pájaro"; después de todo, de cerca se ve que tiene dos pequeños bracitos en lugar de alas. Parte de la gravilla levantada por la carrera ensucia al mediano.

En total, el joven bardo cuenta unas cuatro o cinco criaturas, no puede estar seguro del todo.

Drassil se separa del grupo, desciende por la derecha hasta la salida del cañón. El bardo deshecha la salida y enfila el terreno plano y valdío que está entre los dos acantilados. En un momento, los elfos y los seguidores de Heironeous pierden de vista al mediano, que se habrá metido entre algún saliente rocoso.

Drassil avanza entre los arbustos, tienen una forma peculiar y nada tranquilizadora para el pequeño bardo, eran muy grandes, y el jovencito mediano les hizo una señal a sus compañeros alzando un dedo y señalandoles, no se le podía escuchar, ni hubiera dicho demasiado con esos bichos tan cerca, la excitación de ver de cerca estos bichos le tenía ensimismado, la curiosidad era mala consejera y ahora aún les miraba entre las hojas de un arbusto cercano, observando su comportamiento.

Top top top top

Las enormes zancadas de los pájaros pasan tan cerca del mediano que casi le pisan, no es tan mala señal, por ahora no le han visto, una segunda ave persigue al primero hundiendo sus dedos en la grava y levantándola haciendo que el mediano tenga que escupir algunas piedrecillas

Tsk ese sí ha estado cerca.... espero que no tarde en comenzar la cacería

Una pareja de pájaros se había alejado del extremo opuesto a vosotros. Aún así corren en círculos y giran para volver con los demás. Están a trescientos pies de distancia, un tiro complicado hasta para el mejor arquero.

- Por la furia de Heironeus. Masculló contrariado el clérigo, mientras se pasaba la mano enguantada por su cabeza afeitada. - ¿Donde se habrá metido ahora el bueno de Drassil?

Lo había perdido de vista cuando este se alejó entre los matorrales para acercarse al nido de aquellas zancudas aves. Realmente empezaba a preocuparse por su pequeño compañero.

- Espero que no le haya sucedido nada... Se removió inquieto en su sitio. - Esperaré un poco más, y si no da señales, iré en su búsqueda. Comunicó a los demás, mientras fruncía el ceño, y su rostro denotaba la preocupación.

- Aunque actuando así ponga sobre aviso a los pájaros, no pienso correr el riesgo de perder a otro camarada. Había dolor en sus palabras.

Con más tiempo para fijarse, Drassil se da cuenta que el cañón es bastante árido y montañoso como para engendrar vegetación. Los pocos arbustos, forman un talud intermitente de matojos, con huecos para dejar paso a los pajarracos. Demasiado poco aleatorio como para ser la distribución que haría la naturaleza. Y es cierto, afinando la vista, cada supuesto arbusto era un montón de vegetación acumulada. Ramas, matas y hojarasca, seguramente traídos de una zona menos tosca. Esos fascinantes emplumados habían formado una especie de nido.

Los dos pájaros siguen corriendo, uno detrás de otro. Completan su giro y se pierden tras los arbustos. Parece que no ha habido ganador, y la carrera acaba en empate. El resto de la actividad al otro extremo del cañón es intermitente, con fugaces apariciones de las criaturas de tanto en tanto.

Ya han pasado cinco minutos sin ver a Drassil...

No había pasado demasiado tiempo, pero aquella espera impaciento a Lott, pues realmente temía por la integridad de su pequeño compañero. Desenvainó su espada, y apretó con fuerza, el escudo de madera que portaba, con su siniestra.

Cerró un momento los ojos, y entonó una muda plegaria a su dios.

- Me acercaré al lugar. Dijo secamente una vez acabada la oración.

Se agazapó levemente, con la clara intención de acercarse sigiloso hacia donde debería de encontrarse Drassil. Su armadura centelleaba con los rayos del sol, y tintineaba con el entrechocar del metal. Las ramas y piedras parecían cantar a cada paso que el devoto clérigo daba, como una advertencia a cualquiera que quisiera oírlo.

Los pasos lentos del clérigo se alejaron del resto del grupo, que permanecía a la espera de acontecimientos.

Lott es una auténtica antorcha en la oscuridad... un apestoso hombre lagarto en una perfumería... una gotita de tabasco sobre una tostada con miel... Destaca. Vaya si destaca. Un hombre grande, con las juntas de la armadura chirriando entre sí y su peto reflejando la luz del sol... Se ve a la legua.

ÑYAAAAAAAAAAAC...

Uno de los monstruos da la voz de alarma. Los pájaros giran la cabeza en vuestra dirección, con sus largos cuellos perfectamente alineados. Como una trampa de púas, otras tantas cabezas se asoman por encima de los arbustos. Total: ocho emplumados.

Los cuatro que jugaban a plena vista, se lanzan a correr contra Lott, que ya ha bajado los escalones de piedra y está en una esquina del cañón, junto a la bifurcación que hace de salida. Las otras cuatro pseudoavestruces bordean los arbustos sin llegar a tomar tanta velocidad, pero también se dirigen hacia el clérigo.

Se van acercando más y más hasta que se las puede ver con más detalle, con la altura de un hombre, y con dos pequeñas patas delanteras en lugar de alas.

Pregunta puedo atacar a la distancia casi maxima de mi proyectil magio es decir a 100?