Partida Rol por web

Claro era eso, queria saber si podia preparar los proyectiles cuando esten a 100 pies de distancias, y asi poder atacar con ellos.

Definitivamente el clérigo no tenía madera para lo que intentaba hacer, eso era claro, pero lo hecho estaba hecho, levanto mi arco y tenso la cuerda lo mas que mis frágiles brazos permitían, calculando la distancia a la que se encontraban las primeras cuatro aves y apuntando a donde "iban" a estar unos segundos después, cuando la flecha descendiera sobre ellas.

La flecha sale disparada por los aires, mientras ágilmente dejo caer el arco a mis pies y me precipito por alcanzar al clérigo y acompañarlo en la lucha -No te preocupes amigo mio, Alton está aquí para cuidarte la espalda una vez mas....

Lott sonrió satisfecho al oír a su compañero, pues no se podía negar el valor del mediano, y siempre era bueno tener a un amigo cubriéndote las espaldas. Más su corazón temía que Drassil hubiera sufrido daño, y no quería ni pensar en aquella posibilidad.

Con determinación, el clérigo plantó los pies en el pedregoso suelo, y se preparó para el inminente encontronazo contra aquellas bestias. Descolgó su escudo de la espalda, y lo tomó con la zurda, preparándose para lo que se le avecinaba.

- Hoy cenaremos carne. Murmuró a Alton mientras dibujaba una media sonrisa.

Uiuiuiui - Drassil se echó a un lado cuando una de las bestias pasó a su lado al galope, las enormes zancadas podrían aplastarle como a un bicho, mas su preocupación aumentó al ver otras cuatro aves que se levantaban y seguían a las primeras, que ahora se abalanzaban sobre suscompañeros.... - Pues resultará que sí son carnívoras...

El valiente bardo vió como el primer grupo se alejaba y tras ellos lanzó una bolsa de abrojos, para cuando pasara el segundo grupo tal vez uno o dos se detuvieran donde él, aún y esto permaneció escondido, si aparecía... lo haría con el segundo grupo, no hay cerebro, por muy pequeño que sea, en el que quepa salir ahora para que ambos grupos de aves se lancen sobre un bocadito tan tierno como Drassil.

Jilokasina y Alton descienden al campo de batalla. Orodreth se queda arriba, esperando... Los monstruos siguen a su carrera, cada vez más cerca. Pero uno pisa algo y pierde velocidad, entre piares quejosos. La compañera que la seguía, sin llegar a darle alcance, empieza a torcer su rumbo para adelantar a la de la pata herida, evitando los abrojos que Drassil había arrojado con astucia.

Ya hay tres lo suficientemente cerca para Orodreth, que empieza a conjurar.

La respiración de todos se corta cuando, al otro extremo del cañón, una novena ave levanta el cuello por encima de los arbustos. Es... grande, muy grande. Unos doce o trece pies de altura. Eso le confiere un aspecto más feroz. Más...

NGROOOOOOOOOOOOIIIICH

Su rugido hace temblar las paredes de roca y resuena en un gran estallido de eco. Sus enormes patas pasan por encima del arbusto que la tapaba como si nada, y empieza a dirigirse hacia vosotros.

- Esto se nos complica por momentos. Dijo Lott con voz sombría, pues la sonrisa ya había desaparecido de su rostro.

La visión de la enorme ave, endureció el semblante del clérigo. Sin duda había cometido un error de cálculo, y había expuesto a sus compañeros a un peligro mayor. Pero su corazón aun sentía preocupación por lo que le podía haber ocurrido al mediano Drassil. Si alguna de aquellas aves lo había destripado y alimentado de sus vísceras, lo pagaría.

Preparado para el combate, con el escudo alzado y la espada en la mano, los pies bien anclados en el pedregoso suelo, Lott levantó la voz. Alzó una plegaría a Heironeous. siempre con la misma cadencia monótona. Pedía la bendición para sus compañeros y para él mismo.

Una de las aves pisa los abrojos y queda rezagada - Bien, uno menos - Se dice Drassil a sí mismo como si la cabeza del pollo estuviera ya por el suelo, el siguiente grupo de aves pasa junto a él y sacando el arpa de la mochila humedece sus labios, es su momento, el momento de que esas aves sepan que el grupo de presas que han escogido tienen a un valiente compañero escondido como una rata cobarde, el momento de....

Un ave cuya cabeza es tan grande como Drassil emerge ya a la carrera desde un lugar muy cercano - ¡¡Sapristi!! - El mediano vuelve a agazaparse observando con bastante horror al enorme pajarraco que se lanza a la carrera, sus potentes zancas hacen retumbar el suelo.

Observando la carrera del ave, el mediano calcula que en unos pocos segundos pasará por su lado, coge inflandose como un globo y queda a la espera, agazapado con la linea de los ojos entre los arbustos, observando al gigante líder de la bandada, esperando que se acerque... confiando en que la suerte se ponga de su lado.

Los dedos comienzan a acariciar las cuerdas, un tímido tintineo empieza a dejarse oir, algo como un afinamiento de las cuerdas que pretende emerger desde el silencio con cautela.

Una media sonrisa se forma en mi cara, aguardando impaciente a los bichos mientras desenfundo mi escudo y lo pongo firmemente en el brazo, de repente observo una gran criatura asomada a lo lejos, doy un paso atrás al ver una criatura de semejante tamaño, una criatura que no podría alcanzar con mi espada siquiera el pecho, sino que tendría que atacarle las patas; me repongo rápidamente y empiezo a abalanzar mi pequeña espada a la espera de la primera de las criaturas.

-Amigo Lott, todo por un poco de carne...... y ahora que vamos a hacer con tanta?, ni siquiera mis dos desayunos, el alm,uerzo, las onces, las medias nueves, las merienda, la cena y el postre van a ser suficientes para poder acabar con toda esa...... comida; me pregunto a que sabrá.

El miedo había desaparecido por completo y la confianza en la protección de Heirouneos me acompañaba, al punto quizá de la arrogancia: Jmmm veo que tienen algunas bonitas plumas, quizá cuando esto acabe pueda hacerme una bella corona de plumas para adornar mi hermosa vestimenta, Demonios, debo recordar hacerme una túnica ordinaria para los combates y los viajes, mi ropa se va a ensuciar de sangre!! Aghh, tendré que comprar mas e cuanto llegue a la civiliza...... pero que.... concéntrate en el combate, concéntrate en el combate, concéntrate en el combate....
 

Jilokasin ,bajo rauda y veloz hacia los compañeros que estaban mas abajo ,viendo que estaban en peligro saco su espada y escudo y se puso delante del madiano su escudo cubriendole parcialmente el flanco , le habia cogido cariño a su compañero en poco tiempo por su afabilidad que contrastaba con la frialdad de la elfa

-Mano a mano compañero , protegere tu flanco y parare su golpe

Dicho esto manejo el enorme escudo con su brazo izquierdo con una soltura asombrosa

-Tengo una gran pericia con mi pequeño escudito (dijo ironicamente) , mi maestro me enseño varias meses a parar los mas diestros golpes con el

La confianza incrementa aún mas al ver a la paladina posarse a mi lado, lo que decía era en serio así sonara divertido, puesto que en mas de una ocasión, era su escudo quien me había librado de mas de una fea herida o incluos -sabrán los dioses- de la muerte.

Esbozo una ligere sonrisa de nuevo mientras pongo mi pequeñisimo escudo al lado de la elfa -Y yo protegeré........ tu pierna, no alcanzo a proteger mas!!, ten por seguro que tu pierna no será herida en este combate......

Se prepara para la embestida, viendo que las aves se acercaban mas y mas a gran velocidad......

- Que gran honor que os decidáis a combatir a nuestro lado, elfa. Dijo Lott sin apartar la vista de sus enemigos. - Por un momento creí que no vendríais. Y esbozó una media sonrisa con cierta ironía. - Lástima no tengáis otro escudo para proteger mi flanco, sin duda también os lo agradecería con bonitas palabras.

El clérigo estaba preparado para recibir con acero a aquellas bestias emplumadas y con cara de pocos amigos.

- Que Heironeous nos proteja, y guía nuestras hojas con mortal precisión.

Orodreth lanza un proyectil mágico a la criatura en la que se hundió la flecha de Alton. El enemigo no cae. Lanza un segundo proyectil mágico. Atina, como el primero, pero sigue sin lograr abatirlo.

Los tres primeros pájaros frenan su carrera a cincuenta pies de sus enemigos. Demasiado lejos para que las pesadas armaduras de los héroes les permitan cargar contra ellas. Se pían entre sí, como si se dieran instrucciones. Parece que esperan a que el resto de las aves les den alcance. Ante vosotros, siete monstruos. Y un cuarto, con la pata herida se acerca tan deprisa como puede.

Lejos, Drassil lanza un hechizo contra el gran pájaro. El pajarraco se gira, y los dos contendientes se cruzan la mirada. Por el giro de pescuezo del ave, los demás ya intuyen que Drassil estará a unos trescientos pies de distancia.

El bardo ya había oído hablar de ello. El conjuro que había lanzado no funciona contra monstruos especialmente fuertes. Tenía la esperanza de que no fuera el caso.

Drassil sonreía, la bestia caería presa de la nana..... o no....no era la primera vez que Drassil arrojaba su red al pez equivocado, el mediano se puso recto como una estaca, apenas sobresalía de los matorrales pero se sintió como un niño al que pillaran haciendo trampas, quedó unos momentos mirándose con el animal gigante... si esa bestia decidía cargar contra él, le despedazaría como a una muñeca de trapo.

Presa del nerviosismo el bardo empezó a tararear - Naranaranaraná - Sus dedos acariciaban el arpa y el aterrado Drassil se contoneaba, algo sudoroso a lado y lado, dejando que el ave siguiera sus movimientos con su mirada asesina, su maestro de música Müller le dijo que la música amansaba a las bestias, que un buen bardo podía encantar el alma de las criaturas que le rodearan con una buena interpretación, claro que su maestro murió en brazos de un oso poniendo a prueba su teoría; Pero Drassil no recordaba ahora mismo otra cosa, ni sentía que tuviera otra cosa que hacer.

Linda-Linda-ga-lli-ni-ta-qué-da-te-tú-quie-te-ci-ta - Drassil sudaba, sería dificil escapar de esto si el ave no atendía a acordes

-Que así sea!! respondo con un ademán al clérigo que inculcaba la misma fe en la que yo mismo creía, las palabras del clérigo me inspiraban a atacar a las bestias y la impaciencia por la llegada empezaba a calar mi mente; aprieto duramente los pies sobre la tierra y no aguantaría a que llegaran las bestias a mi, tenía que ir en su encuentro directamente.

Ahora que el halfing habia tomado el primer paso y decidi escudarlo va y sale corriendo, eso me pasa por seguir los pasos de un halfing

Asi que jilokasina corre tambien

Al ver a sus compañeros abalanzarse hacia el peligro de la batalla, Lott meneó la cabeza negativamente, pero al contrario de su gesto, sus labios dibujaron una sonrisa. Tal vez de orgullo por sus camaradas, tal vez una sonrisa de pura locura.

- Concédenos tu gracia poderoso Heironeous, concédenos valor y danos la victoria. Que tu espada caiga sobre nuestros enemigos!! Gritó el clérigo mientras seguía a sus dos compañeros hacia la batalla.

La proverbial canción de Drassil fascina a la "linda gallinita". Primero observa al mediano. En un segundo momento, estira el cuello hacia arriba. En tercer lugar, las plumas del penacho de su cabeza se yerguen y cerca de la cola se despliega un abanico de plumas de colores que hasta ahora se ocultaba bajo las más feuchas plumas negras. Parece que la "linda gallinita" ha comenzado algún tipo de baile de apareamiento.

Mientras, en el frente principal, el grupo de siete se despliega. Tras recibir tres proyectiles mágicos y un flechazo, una de ellas se ve obligada a retroceder hacia el nido. Quedan seis. Dos de ellas avanzan hacia los guerreros religiosos, y estos a su vez cargan. Parece que van a chocar, como los caballeros en una justa, pero los pájaros tenían otros planes. Se ponen a cantar.

ÑiiiiIiiiiiiiiiiiiiiOiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiIC...

El agudo chillido frena en seco a Lott, que se lleva las muñecas a las orejas intentando no escuchar la horrible interpretación. Sin embargo no son capaces de frenar a la elfa y el mediano Alton, que embisten con las espadas en alto contra los cantantes.

Mientras tanto, un grupo de cuatro se acerca a la pared de roca que cierra el cañón. También cantan, pero hacia lo alto, como un grupo de tunos entonando hacia una balconada. Igual de horrible que los tunos, Orodreth se atolondra. Es más, debido a la cantidad mayor de pájaros cantores, el ruido es más estridente, y siente cómo sus tímpanos están a punto de explotar. Le cuesta oír, hasta las palabras de un conjuro salido de sus labios se hace difícil de escuchar.

El ave coja está cada vez más cerca.

Aquel dichoso y maldito ruido se metió en la cabeza de Lott como un millón de agujas punzantes. El dolor intenso le impidió continuar su avance hacia la batalla, y quedó rezagado de sus compañeros.

El clérigo, movía la cabeza y se llevaba las manos a las orejas, intentando que aquel sonido infernal desapareciera. Por un momento todo a su alrededor se desvaneció y dejó de importar. Tan solo podía concentrarse en el horrible graznido de las bestias emplumadas.