Partida Rol por web

Lorik no se fiaba un pelo, con la mano agarrando el asa del espadón por si tuviera que enzarzarse en una batalla, avanzó hacia el círculo megalítico atento y mirando en todas direcciones.

Si han preparado una emboscada sera su ultimo error

Murmuro avanzando junto con Lorik, preparando tambien mi espadon

Ethelnir asiente, preocupado por una posible emboscada.

- Mejor como decís, no dividirnos.

Cuando os acercáis, algo te llama la atención de los montículos de nieve. Están perfectamente camuflados pero no se te escapa que tres de ellos se mueven imperceptiblemente en cuanto estáis un pelín más cerca.

De repente, Clarissa levantó su símbolo sagrado y gritó

-¡Asaltantes! ¡Criminales! ¡Sufrid el temor a la ley y la Justicia!

Un poder divino surcó el ambiente y luego la clériga de un paso se colocó detrás del guerrero más cercano. Para por supuesto curarle de todo daño sufrido. Y además era Lorik... -Hala muchachote, tanto te gusta pelear... son todos para tí.

Harold comenzó a sacar el arco y una flecha cuando Clarissa gritó la amenaza a los invisibles atacantes y lanzó un hechizo a una zona aparentemente vacía.

¿Qué has divisado, Matadragones? preguntó tratando de otear algún atacante.

El paladin se prepara para el combate al lado de Lorik.

Las palabras de Clarissa os pillan a todos desprevenidos, pero en respuesta a ellas, un guerrero kellid surge de entre la nieve y comienza a retirarse de vuestra dirección.

Un poco delante, otros dos guerreros surgen de sendos montículos con una jabalina en una mano y un hacha de guerra en la otra. Las jabalinas vuelan hacia Ethelnir y aunque el elfo desvía una instintivamente con el escudo, la otra le hace un feo rasguño en un brazo.

- ¡Alto! - gritó Lorik en Kellid - No somos enemigos, no queremos haceros daño. No nos ataqueis.

No le apetecía tener que verter sangre inocente. Y le daba la impresión de que les habían confundido con los esclavistas.

- No ataqueis - gritó Lorik - Son Kellid. Dejadme intentar hablar con ellos. - después dijo unas palabras en Kellid.

Harold tensó la flecha en su arco y empezó a seguir el movimiento del que huía, sabiendo que era quien podría dar la alarma. Que sea rápido, uno huye... respondió Harold a Lorik.

El elfo sale del interior del circulo de piedra parapetandose tras una de ellas a la espera de acontecimientos.

Tal vez debamos dominarles antes de razonar con ellos ...

Clarissa escuchó a Lorik hablando otra vez en Kellid, pero no iba a dejar a un compañero herido, y sanar a alguien nunca había provocado más hostilidad.

Te estás ablandando, rubia, hace unos meses habría sacado tu ballesta y dicho algo como. "Cuando dejéis de hablar en simiés ¿Podemos pasar a la parte donde os matamos justamente por salteadores de caminos"

Ignorando a su parte más cínica, Clarissa se acercó a Ethelnir y procedió a sanar sus heridas.

Los dos guerreros no afectados por la magia de Clarissa se disponen a atacar...

La flecha de Harold salió disparada pero, claro, Harold realmente no había estado muchas veces involucrados en conflictos de verdad, más después de una larga jornada de caminar sobre la nieve.

Así, la flecha salió mal dirigida y golpeó contra una de las rocas.