Partida Rol por web

Morrigan giró el rostro con suavidad, pero evidente sorpresa, hacia Feniel cuando éste llamó su atención desde esa cercanía que lograba incomodarla y atraerla por igual. Dió un paso a un lado para alejarse con disimulo del divino y observó el tintineo silencioso de aquel brillo.

Asintió con gravedad y los labios apretados en un gesto de preocupación. Estiró el brazo para tocar al can, como si sentir su pelaje contra la yema de sus dedos lograra influirle confianza. _{- Pero no lo entiendo. Solo son sonidos de angustia... -} adelantó un pie con tiento, inentando acercarse con sigilo para intentar discernir si había palabras en aquellos susurros.

A pesar del brillo violáceo de la sala Ekron se adentra sin miedo alguno y comprueba los cadáveres acompañado por Meriel. Entre los dos comprueban con cuidado de no mancharse las manos y aunque se nota que la humedad y el tiempo habían hecho algo de destrozo las telas tienen símbolos que reconocen con facilidad. El sol de Eothas.

El símbolo marcaba a los cadáveres o lo que quedaba de ellos como parte del clero, aparte de sus ropajes también tenían agarrado entre sus manos un símbolo sagrado de la misma efigie forjado en oro. En caso de quisieran quitárselo ambos arcanistas iban a tener que esforzarse.

Sin embargo lo que más debería llamar la atención en la sala era el origen de la extraña luz. Una silueta de forma humanoide la cual seguía sollozando en el lugar completamente ajena a sus nuevos visitantes. Al verla los tres sentisteis lo mismo, al fin y al cabo no era la primera vez que veíais una. Sin lugar a dudas era el mismo fenómeno que en las ruinas de Cilant Lîs.

Por su parte Perro responde con cercanía la caricia de su nueva dueña y avanza adelante sin notar el espectro pero gruñendo hacia un claro surco de sangre seca en el suelo que salía de la sala por otra puerta.

Guárdamelo que luego vengo a buscarlo - le digo al cadáver que sostiene el símbolo sagrado. Quién sabe, tal vez nos sea útil más adelante y no es que vaya a venir un fantasma vengativo si se lo quito. Eso ya ha pasado.

Así que eras tú - murmuro observando la figura sollozante. No parece que Meriel y el chucho la estén viendo, así que supongo que es una proyección a nuestras cabezas causada por el trasto aquél - ¿Y bien? ¿Qué va a ser? ¿Ataque de ultratumba, visión sin sentido o seguir esperando?...

- Ajá, campanas... Seguro que ibas a decir campanas. Pero sí, tienes razón. De todo hay que sacar el lado bueno, ¿verdad?
 
Casi estallo en carcajadas al escuchar a Ekron, pero me contengo para no llamar la atención de lo que sea que nos espere delante. Después me giro hacia Morrigan, levantando las cejas con ese "solo". Estoy seguro de que no va a quedar nadie con vida por aquí... Pero a lo mejor sí que es de lo más normal que nos hemos encontrado. 

Al llegar a la sala, echo un ojo a los cadáveres que está investigando Ekron pero tras ver que no tienen nada demasiado interesante, me giro hacia la silueta. Tal vez... Tal vez funcione otra vez. Le dirijo a Ekron una mirada de reproche y niego con la cabeza, chasqueando la lengua como lo haría una madre enfadada. 

- Por favor, qué poco tacto... ¿No ves lo triste que está? - soltando un pequeño suspiro, me acerco a la figura y me agacho un poco para poder verle la cara, mientras le sonrío cálidamente - ¿Oye, a qué vienen esos lloros? No pasa nada, no hay nada que pueda hacerte daño ahora. Así que ¿por qué no te secas esas lágrimas y nos cuentas qué te ha pasado? - digo, esperando por si reacciona antes de ponerle la mano en el hombro.

Morrigan avanzó con Perro al lado. Cautelosa y atenta. Necesitaba averiguar qué diantres eran esos surcos. 

_{- Ekron... Estate pendiente, porfavor -} le dijo al hechicero señalando a Feniel antes de continuar.

La joven peliblanca os mira extrañados a los dos hombres como si hablarais al aire, sin poder evitarlo termina por dirigir su mirada hacia Morrigan en busca de alguna respuesta a las preguntas que se debían estar formando. Sin embargo parecen ser tantas que no sabe como contestar y termina por soltar una con cierto fastidio.

- ¿Qué me estoy perdiendo?

¿Ataque...? NO - empieza a decir casi como susurros la figura que no termina de parecer consciente de vuestra presencia pero si de lo que decís.- Esperando... Sí. Nos dijo que esperásemos. Qué los soldados solo buscarían y pensarían que nos habríamos ido, que nos avisaría que cuando se fueran. Pero nunca vino, intentamos salir por nosotros mismos pero el piso estaba sellado, teníamos agua pero no comida. Poco a poco nos quedamos sin fuerzas, hasta que finalmente la luz de Eothas nos abandono... ¿Donde estás, Wirtan?

A diferencia de cuando tocaste a la emperatriz, esta alma le falta "consistencia". Sabes que no es la palabra correcta pero es lo único que tu mente consigue asociar a ello. Apenas queda ego de ella o incluso energía, notas que puedes liberarla o consumirla pero son con migajas que no van aportarte nada.

A pesar de escuchar lo que dice el alma, como buena seguidora de Berath, Morrigan no se siente perturbada por la muerte y se centra en algo más practico como los rastros y aparte de que son fáciles de seguir puede concluir varias cosas.

Primero, que son rastros de varios cuerpos y que han sido arrastrados sin cuidado por otras criaturas claramente fuertes. Por último pero no menos importante, los susodichos eran ya cadáveres cuando ocurrió. Lo cual junto con lo que decía el alma, dejaba clara una cosa. El rastro conducía a un más que probable nido de criaturas carroñeras como a las que se habían enfrentando hace poco.

Con una rodilla clavada al suelo, inspeccionó el surco, lo tocó ligeramente con la yema de su indice y lo olió. Aquella sangre y la forma dejada en el suelo indicaba que no era sangre fresca cuando arrastraron los cuerpos. Se incorporó con normalidad y miró a sus compañeros

- hay un nido de carroñeros en esta dirección - se quedó pensativa cuando aquella luz morada hizo mención a Wirtan. Podía encajar con la historia que él les habia contado.

- Creo que tu no puedes verlo, pero una de las almas de los sacerdotes de Eothas que fallecieron aquí está ahi mismo - le señaló a la hechicera donde se encontraba la esencia de aquel espiritu sin descanso. Berath no estaría muy satisfecho con aquello, pero... ¿que otra cosa podían hacer?

- ¿Tu sabes como darles descanso espiritual? - le preguntó a ella, aunque luego miró a su otro compañero hechicero, por si acaso

Normal que Wirtan intentase recuperar los huesos... Es lo menos que puede hacer. Suelto un largo suspiro y frunzo el ceño al escuchar lo de los carroñeros. Lo normal sería pensar que los cuerpos estarían aquí con el espíritu, pero si hay bichos así por aquí, es muy posible que se los hayan llevado para la cena. Levanto una ceja al escuchar a Morrigan y esbozo media sonrisa, sin apartar la mano del fantasma.

- Wirtan nos ha mandado a nosotros. Ya no tienes que seguir esperando. - digo con tono tranquilizador. Muevo los dedos sobre su hombro como intentando deshacer esa poca consciencia que quede, intentando dejarla libre de lo que sea que la ate aquí. Finalmente me giro hacia Morrigan y hago un gesto hacia la puerta donde se encuentran los carroñeros - ¿Haces los honores esta vez?

- ¿Darle descanso a qué?- pregunta la mujer algo descolocada hasta que al fin parece que algo cuadra en su cabeza.- ¿Estáis viendo un eco? Quizás con la maquinaria adecuada podría hacer algo pero no tengo equipo animántico aquí. Tampoco que fuera factible traerlo pero lo siento es algo que se escapa de mis facultades. Eso sí, ¿puedes decirme que es lo que ves o como lo sientes?- esa última pregunta iba con un claro deseo de curiosidad, que rompía claramente con la tranquilidad que normalmente intentaba mostrar.

Es curioso como te resulta instintivo conseguir lo que te propones aunque no tengas ni idea de como hacerlo. Simplemente tu voluntad se impone y ves como un hilo que cortas con tu propia mano sin ningún problema. Ni te preguntas el porque tienen ese hilo ni nada, mientras el espíritu se deshace y termina por desaparecer.

Al instante el alma se deshace ante vuestros ojos como si algo lo hubiera liberado dejando otra vez la sala iluminada exclusivamente por la luz de la espada de Morrigan.

- Gracias...- oís por un segundo a la vez que el ambiente de la sala se nota más ligero y un ligero viento mueve algo el polvo de la sala alertando tanto a Perro como a Meriel que miran a los alrededores alertados. El segundo se calma ante la caricia casi inconsciente de Morrigan, mientras que Meriel al ver al resto tan tranquila se pone algo colorada y se fuerza serenarse.

Finalmente el grupo avanza siguiendo el rastro y por tanto ignorando ciertos caminos que tenían delante hasta llegar a ciertas escaleras que bajaban a un lugar de reposo con una fuente. El lugar sería agradable incluso siendo un sótano si no fuese por la peste a cuerpos y sangre que se intuía en dirección a las otras escaleras. que parecían conectar con la sala.

Eco, fantasma... no lo tengo muy claro - le hago a Meriel una descripción detallada de la aparición y contestando a las preguntas que le surjan. Cuando se levanta la ráfaga de aire le pongo una mano en el hombro - Tranquila, creo que ese fantasma nos está indicando el camino que tenemos que seguir. No sé para qué pero supongo que tiene algo que ver con su reposo eterno. O al menos eso espero.

Una vez llegamos a la fuente arrugo la nariz ante el hedor sangra y cuerpos - Blegh ¿Qué es esto? ¿La despensa de los bichos de antes?...

La divina no pensó mencionar a Wirtan, pero cuando Feniel lo hizo, algo en su interior supo que era lo que hacia falta. Giró con suavidad su rostro hacia Meriel. Si la mujer parecia curiosa, ella no se quedaba atrás.

"Eco. Así que es eso lo que vemos... y lo que vimos..." pensó antes de preguntar _{- ¿Que maquinaria es esa? Quizás sea eso lo que necesitamos.. -} sus ojos alternaron ahora entre Ekron y Feniel. Pero su mente seguía preguntandose ¿necesitar para que? tampoco tenia muy claro porque veían esos Ecos. _{- se ve imagenes. parecen muy reales y puedes sentir que lo que les pasa te pasa a ti... -} se envolvió el pecho con su brazo izquierdo. No sabia como explicarlo mejor, porque tampoco habian sido todas las veces igual. En ese momento el "fantasma" desapareció y ella inspiró con sincero alivio.

Finalmente siguieron andando, ella en cabeza tal y como le habian pedido. Se paró en la entrada del sitio donde estaba la fuente y escudriñó en busca de trampas o algo que pudiera llamar su atención. Su nariz la llevaba hacia la izquierda, hacia esas escaleras donde seguramente se habrían llevado los cuerpos.

_{- ¿Veis algo peligroso? -} preguntó por encima de su hombro ya que su cuerpo bloqueaba a los demás el paso. Fue entonces cuando se apartó ligeramente por si querían echar un vistazo

Le dirijo una última sonrisa dulce al alma, bajando la mirada con algo de pena. Cambiando totalmente de humor, levanto una ceja al escuchar a Meriel y se me escapa media sonrisa. Tanta maquinaria o lo que quiera, mientras que en mi caso vale con un simple gesto... Como no me apetece darle demasiada información, me encojo de hombros como si eso no fuera conmigo y dejo que sea Ekron quien se encargue de darle las atenciones que pide. 

- No llames fantasma a Morrigan... - le digo al mago medio riéndome por eso de que nos va a indicar el camino, dedicándole después una mirada de arriba a abajo a la divina - Yo la veo bastante viva y entera.

Avanzando detrás de ella, voy echando algún que otro vistazo a las salas y arrugo la nariz al llegar al sitio con semejante hedor. Está claro que si hay cadáveres putrefactos en algún sitio, es bastante probable que sea en la sala de al lado. Antes de subir por las escaleras, me detengo un buen momento en la sala como respuesta a Morrigan, buscando algún peligro, algo en la fuente o algo incluso en las paredes. Porque si hubiese que esconder algo, ¿por qué no aquí?

Meriel atiende a la explicación de Morrigan y asiente.

- Sin duda suena a un eco anímico...- se le notaba cierto fastidio y quizás incluso envidia. Si iba a decir algo más se interrumpe ante el viento y aunque en un principio salta ante el contacto de Ekron, termina por sonreír hacia este.- Si tú lo dices...

No obstante a quién sigue el grupo es a Morrigan y el rastro claramente obvio. Perro avanza junto a su nueva ama mostrando esos momentos de valor que rápidamente se esfuman ante un verdadero peligro, dejándoos claro que por ahora no había realmente ninguna amenaza.

- Probablemente sea en nido, si lo destruimos acabaríamos con la plaga antes de que empiece, además que probablemente estén el resto de cuerpos... o lo que queden de ellos.- comenta la peliblanca con cierta pena.

Por su parte Feniel no encuentra interruptor alguno, al igual que ni puerta ni trampa en la sala. Sin embargo al acercarse a las escaleras sí que puede notar una respiración profunda. Sin lugar a dudas de una criatura de mayor tamaño que las que se han encontrado hasta ahora.