Partida Rol por web

Agitados por lo violento del impacto, los Pilotos de EDEN salen de los humeantes restos de la ELO, de la que no queda ni la mitad de lo que saliera de la Seraphim. Han aterrizado horriblemente lejos del punto programado en un mundo desconocido y peligroso, con sus Mechs a saber dónde.

Aquí Talmage - suenan las radios de sus trajes con la voz calma y ronca de la General Marshall -. No estamos seguros de qué le ha pasado a la ELO, pero la vaina con vuestros Mechs ha aterrizado a varios klicks de vuestra posición. Transmitiendo coordenadas - termina antes de cortar la transmisión.

La prioridad es cruzar la franja de espesura y asegurar los trajes cuanto antes.

Un breve reconocimiento de la zona les dice que eso puede ser más fácil de decir que de hacer. Una tormenta feroz azota el suelo. Los pilotos han aterrizado en mitad de una densa jungla; gruesos árboles gitgantes se alzan rodeando los esqueletos de viejos edificios. Un grito siniestro reverbera desde el follaje superior. Las sombras se mueven a toda velocidad entre las ramas. Han llamado mucho la atención; y aquí, en esta nueva Tierra, la atención es algo peligroso.

Alexander saca su escáner e introduce las coordenadas, parece que el destino se alía en contra de esta misión ya que los mechs han caído lejos y deberán atravesar una jungla para llegar hasta ellos.

- Deberíamos tener cuidado con lo que nos encontramos, sin las armaduras somos pasto de bestias por no decir Kaiju.

Tras e aterrizaje forzoso daba gracias de estar en una pieza, aunque hubiera sido mejor quedar junto a los Mechas ya que nuestra mision sin ellos era el triple de peligrosa y tendiente a fallar. La comunicación la general Marshall me deja ligeramente tranquilo de saber que nuestros mechas estan "a salvo" aunque tuvieramos una jungla en medio de distancia.
Las presencias que se dejan observar en torno a las copas de los gigantescos arboles llaman mi atencion, por lo que rebusco rapidamente en mi equipo el tomador de muestras de ADN y activo la bitacora para proceder a documentar nuevas especies. 
Vere si por arriba me entero de algo, Athena cubrame con sus armas pero intente no disparar a menos que este en riesgo real.
Desconocíamos por completo el ecosistema del lugar y no sabíamos como podíamos afectarlo con nuestra presencia. Quizas incluso nuestras propias bacterias xenobas estaban comenzando una silenciosa guerra que acabaría modificando todo para peor, pero no podiamos de ninguna manera arriesgarnos a activamente romper el equilibrio. 
Con la agilidad de un primate me intente trepar al uno de los arboles màs cercanos, cuidando de no invadir a las presencias oscuras que pululaban.
 

Hay que darse prisa. Un poco de reconocimiento y a movernos rápido. Si nos quedamos quietos algo puede decidir de pronto que somos comestibles.

Coge sus armas y su equipo de supervivencia de entre los restos de la nave. Cantimplora y mochila.

No se como va a ser el tiempo en este planeta pero deberiamos buscar como protegernos del ambiente y mantenernos hidratados o el planeta nos matará antes que los depredadores.

Alexander recoge sus equipo y asiente a la propuesta de Athena. Estaba pensando en montar una especie de detector pero le llevará demasiado tiempo así que saca su arma y espera a que George baje de su exploración a gran altura.

La vida vegetal de esta jungla ha tenido siglos para crecer sin que ninguna "especie inteligente" que le frustre, por lo que George tarda un buen rato en alcanzar la copa y salir de ella. A varios klicks a la redonda sólo se ve espesura - salvo, quizá, por el cráter humeante de su aterrizaje - y nubarrones oscuros que presagian una gran tormenta. Quizá sea por eso que no ha encontrado fauna autóctona a lo largo de su trayecto.

Desanimado bajo del árbol, hubiera jurado que había oído y avistado algunas criaturas. Sin embargo era poaible que al no estar acostumbrados a visitantes huyeran en cuanto nos aproximamos.
la tormenta es inminente, mejor avanzar al resguardo de estos colosos arbóreos y apretar el paso para llegar con el resto antes que el agua los dañe
Le digo a mi equipo ni bien estoy a la vista mientras acabo el descenso y toco tierra de un salto.

El grupo se apertrecha recuperando cuanto puede de los restos humeantes de la ELO y se zambulle en la espesura. Athena encabeza abriendo camino a machetazos entre siglos de vida vegetal. Aquí y allá se intuyen estructuras humanas engullidas por la jungla. Diez humanos adultos no podrían abarcar unos troncos que se alzan pareciera que hasta el infinito, y los arbustos están tan desarrollados que pasarían por árboles jóvenes. La única luz con la que cuentan es la de sus trajes.

El tiempo parece no avanzar, allá dónde miran sólo ven más árboles y arbustos centenarios. Sólo algún trueno lejano y el silbido del viento entre las ramas más altas acompañan al sonido del machete. Es fácil que la mente vague por los derroteros más insospechados cuando tamaña monotonía invade.

Athena se detiene repentinamente, ha oído algo que no le gusta. El pequeño George, siempre atento al menor atisbo de fauna autóctona, señala a las copas de los árboles: la luz de su casco les permite vislumbrar un grupo de enormes criaturas voladoras se dirige hacia ellos en picado, con un chirrido que les hiela la sangre. El único que, ensimismado en sus pensamientos, no es consciente del peligro que se acerca es la víctima de la batida

Athena busca una cobertura parcial y retrasa su acción hasta tener una buena linea de visión con las criaturas aladas antes de hacer una cortina de fuego de cobertura por delante de su trayectoria. La intención es sorprenderlos y obligarles  a desistir de su ataque.

Retrocede hasta aqui. Manteneos juntos y no descuideis la espalda

Alexander va pendiente del escáner intentando encontrar la forma de detectar vida para que no les sorprendan cuando son sorprendidos por una bandada de bichos voladores que se lanza a por ellos. Cuando alza la vista sólo tiene tiempo de correr tras Athena y pegar la espalda contra el enorme árbol mientras apunta con su pistola.

Con mi tamaño era la principal carnada de aquellas criaturas, por lo que sin resignarme a ocultarme de ellos, me acerco a Athena que prepara sus armas y aprovecho para Utilizar el equipo de evaluación de nuevas especies, para toda mi raza nos era vital aquella información.
yo hago se carnada Athena, tu procura despacharlos si se acercan demasiado y a lo dicho comienzo a avanzar con el equipo apuntando a las criaturas en el aire y agitando mi cola anillada de manera que llame más la atención. No sería difícil inducir a "ir por la presa facil" a aquellos seres para distraerles del potencial peligro de la mujer clon.

Las criaturas descienden entre chillidos escalofriantes buscando lo que pensaban era una presa fácil en Alexander, pero éste reaccionó a tiempo y se coló entre los pliegues cuasivaricosos del tronco más cercano. Quizá con demasiado ímpetu. En ese momento, el Cloak con cuerpo de lemúrido corretea por entre las raíces como si estuviera completamente aterrado, yendo en un aparente sinrumbo que acaba por atraer la atención de los - ahora visibles a la luz del casco de Athena - bichos voladores. Éstos son grandes como un niño pequeño, y las alas membranosas recuerdan a las de los murciélagos... Si los murciélagos fueran tan grandes y tan desagradables a la vista. Habrá unos cuatro, pero se mueven rápido y parecen ser peligrosos.

Analizando mediante el sensor del casco la situación no parece contenta. Los enemigos de tipo desconocido en un ambiente desconocido y hostil no es su escenario de batalla favorito. Fija una de las criaturas y espera atener un blanco claro antes de sipararle una buena ráfaga.
 

Me planto en alguna parte desde la cual mis compañeros tengan buen tiro contra las criaturas y me concentro en esquivar sus intentos de atraparme. Al menos mis estudios de criaturas similares me daban cierto entendimiento de la manera en que pudieran encararme, esperaba que la naturaleza no les dotara de una inteligencia excepcional que les enseñara a desarrollar tacticas de ataque.

Me espero hasta el último instante de que se me vengan en picada y hago el caracteristico salto de los Lemúridos para treparme de una rama cercana con la cola de manera de ponerme resguardo de su ataque.
Esperaba mis compañeros aprovecharan para dejarlos fuera de combate o no habría tanta suerte en el próximo asalto

Alexander puede ver ahora a los seres lo suficientemente cerca para disparar con su arma al grupo aprovechando que están pendientes de George.

La unidad Saber fija su atención en el grupo de deformidades voladoras buscando el momento de disparo adecuado mientras un diminuto lemúrido corretea entre raíces y escombros intentando no ser devorado por las mismas y saliendo con un leve arañazo del encuentro. Mientras, Alexander realiza una serie de disparos con su pistola pesada, pero no logra impacto alguno.

Los murciélagos mutantes han probado la sangre del lemur y la deben haber encontrado apetitosa, porque se lanzan contra él una vez más.

Athena consigue fijar a las criaturas en su visor mientras ve al lemúrido corretear atrayendo su atención. Espera a que se lancen sobre George y dispara una ráfaga sobre ellos con la intención de abatirlos y dificultar el ataque de los que pudieran sobrevivir.

Las criaturas parecian cebadas con el primer intento, esperaba que nis compañeros se pusieran a tiro o no sé si lograria esquivar una vez más.
Intente acercarlos hacia el centro de mis compañeros y repetir la maniobra de esquiva al momento de que se me lanzaran en picada, solo que esta vez intento aprovechar mi flexibilidad para escabullirme por los escombros de la Jungla Urbana

La ráfaga de Athena impacta de lleno a la ¿bandada? de mutantes chupasangre diezmándola. Eso sí, el que queda parece insistente en querer hacer de George su snack de medianoche.