Partida Rol por web

En su camarote, estudiando, Lenín no se da cuenta de nada de lo que está sucediendo.

-Si llega antes que yo, vaya buscando algún arma corta y fácil de camuflar en el arsenal. Es posible que el resto de la tripulación se haya metido en algún lío, aunque espero que no haya que recurrir a la violencia...

Voy hacia la nave, sí. Y con la tirada que he sacado (menuda racha...), empiezo a buscar el "teléfono" de Pattinari...

- Entendido, Capitán. Me daré prisa en llegar a la nave.

Renzio no logró dar con ninguno de sus viejos conocidos de la Armada, y al final optó por hablar con el Ingeniero jefe del Palacio Flotante.

- Ah, Capitán Gormanidi, cuénteme, en qué puedo ayudarle. - Como de costumbre, se escuchaban ruidos de maquinaria mientras Pattinari hablaba: sin duda, estaría con su equipo, ensuciándose las manos.

- Ah, señor. Me temo que creo que se encontraba temporalmente indispuesta. – le hizo un gesto de asentimiento a Darko para que se marchara a comenzar con los registros – Ya le he indicado a otra compañera que vaya a buscarla para comprobar si podrá regresar pronto a la fiesta. Si me indica su nombre estaré encantado de indicarle que le busque en cuanto se encuentre mejor. – le indicó tratando de ser educado tal y como le indicaba el programa de su cabeza.

Mientras se dirigía al interior de la nave, el comunicador de Inovaz comenzó a sonar. Era Irina. Probablemente ya se habían dado cuenta de que tanto ella como Adriana habían desaparecido de la fiesta.

Si el interlocutor de Malta se sorprendió de que no supiera su nombre, solo lo reflejó en una muy ligera sonrisa. - Oh, no se preocupe, no se preocupe. Mi nombre es Thao Poloc. Y, ¿podría usted contarme un poco cuáles son los objetivos de esta... FRESCA? - El hombre tenía una sonrisa amable y solícita, aunque Malta no estaba seguro de si le preguntaba por genuino interés o porque simplemente se aburría y quería hablar con alguien. La forma de ser de los nobles era hasta cierto punto un misterio para el marine.

Darko aprovechó el momento para escabullirse discretamente y echarle un ojo a los miembros de la seguridad. Mientras tanto, Irina había empezado a llamar al comunicador de Inovaz y, si no contestaba, lo intentaría con el de Adriana.

-Cassian... -Renzio se aseguró de llamar al ingeniero por su nombre de pila para intentar ganarse su complicidad de primeras–, necesito su ayuda con urgencia. Ayuda de la discreta, de la que solo puede quedar entre usted y yo, y de la que le granjeará una sustanciosa recompensa si nos echa una mano. Nada de comentarle a nadie lo que le voy a decir, y mucho menos al chambelán.

Tras aguardar a la presumible respuesta positiva del ingeniero, Gormadini continuó:

-Ingeniero, necesito acceder con urgencia al listado de naves estacionadas en el espaciopuerto de Drinax. Tenemos la sospecha de que se está preparando un robo que puede afectarnos directamente a mí y a mi tripulación, y de que los implicados podrían tener preparado algún vehículo para abandonar Drinax a toda velocidad. En mi situación actual soy incapaz de acceder a esa información, pero sé que usted tiene contactos en todos lados y podría ayudarme. Entiendo que lo que le pido es un tanto irregular, pero confío en que nuestra relación previa le permita tranquilizarle y tener por seguro que no haré nada con esa información que no sea proteger nuestra integridad y nuestras propiedades. ¿Qué me dice, buen amigo? ¿Me puede echar una mano?

Darko hizo caso inmediato a Malta y se alejó para cachear sin demasiados miramientos a los miembros de seguridad más sospechosos. Empieza por el primero que haya visto haciendo algún gesto, si ha visto a alguno. Se lo llevará aparte y, literalmente, lo cacheará para asegurarse de que no lleva ningún armamento "innecesario".

Al otro lado del comunicador, la voz de Pattinari tarda un poco en responder, aunque se siguen oyendo los ruidos de trabajo y maquinaria, por lo que Renzio entiende que la conexión no se ha cortado. Al fin, el ingeniero responde. - Eeeeh, verá, Capitán, no es que no quiera ayudarle, en serio, pero me pilla usted muy ocupado, no puedo dejar lo que estoy haciendo ahora mismo, ¿verdad?. De todas formas, usted es, digamos, miembro de la Armada, ¿verdad? Seguro que le pueden hacer llegar esa información desde Control de Vuelo, ¿verdad? - Se escucha más ruido y entonces Pattinari chasquea la lengua, con disgusto. - Lo siento, Capitán, tengo que dejarle, ¡tú! ¡Torres! ¿Qué crees que estás...? - La transmisión se interrumpe en ese momento.

- Moza, pide pista y nos vamos. Se sentía apresurada, con una tensión interna que no era suficiente como para hacer que se rindiera en su empeño.

Al poco rato, Irina desistió de seguir intentando contactar con Inovaz y lo intentó con Adriana 

Mientras Adriana toma los mandos y va sacando la nave para hacerla despegar la ingeniero toma su comunicador ... y le graba un mensaje de contestador automático. Con voz lasciva dice: - Dejarnos echar un polvo por una vez.... le contestaré tras el tecer orgasmo.

- Los objetivos de la FRESCA es apoyar el resurgimiento del espacio sindaliano, señor sr. Poloc. – contestó Malta con educación y una breve sonrisa – Me temo que no soy el mejor conversador ni quien mejor puede explicarle todas las iniciativas de la FRESCA. Yo me ocupo más de la cuestión de seguridad y no debería descuidarme de mis obligaciones. Si me disculpa un momento avisaré al sr. De Blight, quien escribió los estatutos de la FRESCA, y él podrá responder a todas sus preguntas de una manera mucho más detallada que yo y regresare a controlar la seguridad de la fiesta. – concluyó educadamente haciendo un ademán con la cabeza de despedida para ir a los cacheos mientras llamaba a De Blight por el comunicador.

En su camarote, por fin Lenin se da cuenta de que los motores están arrancando y que la nave se mueve.

21:00 - 198-1097

Después de enviar el mensaje grabado a Irina, Inovaz entró en la nave por la escotilla y se dirigió a la zona de motores para determinar si todo estaba listo. Tanto los motores de impulso como los de salto parecían funcionar perfectamente, por lo que todo estaba listo para salir. 

Inovaz subió por el ascensor hasta la segunda planta de la nave, donde se encontraban los camarotes, la sala común y el puente en el que se encontraba Adriana. Notó cómo la nave comenzaba a moverse, preparándose para salir del hangar.