Partida Rol por web

La aparente timidez de Silask me resulta graciosa y un tanto enternecedora. Con una sonrisa sincera, le digo:-Desde luego, Silaski. Al menos por mi parte no hay ningún problema en que nos acompañes. Me sentiré especialmente feliz si lo haces. ¿Qué decis, amigos?-digo girándome a los demás.

Esperé pacientemente a que ellos decidieran, las chicas parecían buenas personas y ellos lo serían, de lo contrario ellas no estarían con ellos. Quizás era mi salida al mundo el haber conocido a aquellos cuatro pero me tenía una duda: ¿Para qué querían ellos encontrar al capitán Jackson?

Pues claro que sí. Es más, yo se lo he propuesto al principio...Ay Deadeye, que caballero...ves una falda y te salen solas las palabras. Dice guiñándole un ojo para indicarle que era una broma. Así que vas en busca de Jackson...¿no sabes nada más de él?

-No sé nada más de él-respondí con el gesto contrariado por las palabras de Lily a Deadeye pero nada dije al respecto, ellos eran más.-Pero pretendo averiguarlo, así que vayamos y veamos qué tiene para decir el buen capitán...

Me adelanté un par de pasos, sólo para volver después.

-¿Ustedes son...?-iba a decir piratas pero podría ofenderlos y me volví sin que me respondieran, maldiciéndome por ser tan bocazas.

Mi nombre es Morgana sparrown y soyla hermana pequeña de Jack o del capitan Jack Sparrown como le gustan que le llamne y si soy una pirata y a mucha honra y como comprenderas quiero encontrarle porque temo que se haya metido en uno de sus lios y este en apuros tendre que ayudarle y vos que buscais de el no series alguna de sus amantes o no mejor te debe dinero un barco o?¿

Luego de observar callado toda la conversación, saco mi fusil de la Compañía de las Indias ante la sorpresa de todos...
Luego lo miro detenidamente y veo que tiene símbolos de la Compañía, saco mi cuchillo y lo acerco para rayarle una cruz en los símbolos, pero me detengo de repente levanto la mirada para ver a mis compañeros.
Mejor no... nunca se sabe cuando nos podría servir que nos confundan con soldados de la compañía y tener los símbolos tachados podría jugarnos en contra
finalmente cuelgo el fusil a mi espalda nuevamente y escondo una vez más el cuchillo en mi bota de manera tal que pueda moverme tranquilo sin que me moleste.

Miro a la joven que había estado charlado con Deadeye Señorita como dijo el señor aquí presente, soy el Sr. Murray, mi nombre completo es Benjamin Murray. Conozco bien al Capitán Jackson y lo que nosotros somos es igual a lo que sea el capitán para usted.

Me da curiosidad saber porque lo busca Sea cual sea la razón a Jackson le gustará que aparezca con 3 mujeres, jajajaja, ya me imagino su cara
Pero decido no preguntar, la confianza es algo que se gana, mejor no pregunto si después puede ser que yo no quiera contestar

El hombre que iba con ellos saca un fusil, lo observo detenidamente con el corazón saltando, pensando en lo peor, confieso. Nunca nadie me cuidó, me hicieron crecer que es distinto pero a nadie le importaba si aprendía cosas o no, si me sabía defender o no. Lo cierto es que sola me había ido haciendo, crecía entre chicos y vagos y no me fue tan mal, por eso el ponerme a la defensiva cuando aquel hombre sacó el fusil pero luego lo guardó y aunque sus palabras pudieron tranquilizarme, ahora nunca estaría en paz en su presencia.

-Puede llamarme Silask, señor Murray-dije.

Había entendido perfectamente lo que había dicho sobre ser como Jackson y entonces me emocioné pero no dije nada, no aún al menos, sobre mi padre.

-Entiendo... Quizás yo también sea así-respondí y luego miré a Deadeye y a la chica.-Ya que tenemos el mismo destino, asumo que cogeremos el mismo camino, vayamos a buscarle entonces.

-Vayamos, pues-digo cortésmente. El temor de Silask no me pasa desapercibido y siento cierta compasión por ella.
No tienes nada que temer,pienso, siempre que tus intenciones sean buenas.
-Bueno, aquí todos somos extranjeros. ¿Alguien sabe a dónde ir, o por dónde deberíamos comenzar nuestra búsqueda?

Antes de dejar que alguien conteste me apresuro a comentar Conociendo a Jackson debe estar en un bar sonrío y me envuelven los recuerdos de las copas en el mar con Jackson y los otros cuando el viaje estaba tranquilo.
¿Cómo estará la tripulación?

¿Un bar? Eso sería bueno, muero de sed y quizás podría comer algo...

No sé qué camino seguir pero si avanzamos, quizás podamos preguntar a alguien del pueblo. Y lo creía de verdad. Luego me volví a Lily, la otra joven no había hablado para nada y yo no sabía mucho de ellos.

-No hace mucho que llegué-dije a la chica pero luego también miré a Deadeye.-Quizás no lo parezca pero me alegra haberlos encontrado...

Y eso era verdad, aún con el temor que sentía por Murray.

-Y a mí me alegra que tú te alegres, Silask... bonito nombre-digo pensativo, llevándome la mano a la barbilla.
-Y perdona que te lo diga, pero no he podido evitar fijarme que pareces asustada. Si quieres puedo ofrecerte un sable, pues llevo dos, o mi pistola. Quizás así sientas más confianza en nosotros.

Me estaba ofreciendo un sable, su sable y si con aquello no le tenía confianza, no entendía con qué más se lo iba a tener. Yo tenía una daga, pequeña y afilada pero pequeña al fin y una pistola, bueno, eso era otra cosa.

-Temo porque es mi naturaleza, señor-respondí sin dejar de mirarle a los ojos.-Desconfío porque nadie nunca ha confiado en mí.

Traté de sonreír pero se notaba que continuaba nerviosa.

-No sé usar una pistola, señor pero aceptaré con gusto uno de sus sables...-¿por qué me lo cedía? no lo sabía pero tampoco importaba.

Observo como Deadeye le da su sable a la nueva muchacha.
Las mujeres son sus debilidad
Por más que la decisión me toma por sorpresa no digo ni hago nada, ningún gesto me mueve. Yo confiaba en Morgana y en Lily porque habían sido presentadas ante nosotros por Gibbs. Pero confiar en una extraña así nomás y armarla no me parecía prudente.
Me vuelvo hacia Morgana y Lily Vamos entonces, vayamos hacia el pueblo y busquemos un bar, ¿que les parece?

Le tiendo el sable con un movimiento caballeresco y se lo coloco suavemente en las manos.
-Que sienta un ligero desdén por las leyes no significa que no sea amable y caballeroso. Con un sable la gente te tomará más en serio, creemé. Y dices que nadie había confiado nunca en tí... ¡pues ya va siendo hora, caray!-digo amigablemente.
Durante unos segundos contemplo el mar y me dejo llevar por mis recuerdos: aquellos días en que trabajaba para aquel maldito mercader. Pero pronto regresé al mundo real. Me giré hacia el señor Murray y le hablé.
-En lo que dijiste del bar, amigo Benjamin, creo que tienes razón. Además, nunca viene mal parar en una taberna: ¡podremos comer algo!-exclamo con alegría, siempre pensando con el estómago más que con la cabeza.

Bien, ahora que todos somos amiguitos, podremos empezar a movernos. Yo estoy con Deadeye, ¡tengo un hambre de loba!

Sujeto el sable, suavemente, tal como él me lo ha entregado, siento un ligero cosquilleo y más aún una emoción sobre todo al verle sonreír y hablar de que va siendo hora que alguien me tenga confianza. Me siento de algún lado, capaz de cosas y si encuentro al hombre que busco, no hará falta más.

-En lo de las leyes estamos de acuerdo, Dead...-digo acortando su nombre y esperando que no me odie por ello.-Gracias.

Lo observo detenidamente cuando se dirige a Murray, si, le seguiría a donde fuera, aún si ese no fuera el destino que me he marcado primero.

Observo divertido la caballerosidad de Deadeye, aunque yo también soy muy caballeroso me gusta ver al jóven tan emocionado.
Miro a Silask a los ojos pero ella está centrada en Deadeye y parece no notar que la observo, eso me inspira confianza, luego volteo nuevamente para ver a Lily y Morgana esperando su respuesta
¿Y lindas? ¿Qué dicen, vamos ya?

-Señoritas, dense prisa en responder. Mi estómago está vacío y mi garganta me pide a gritos un trago de ron-les insté tanto a Lily como a Morgana, que aún no habían respondido.
Dead... nunca antes me había llamado así nadie, pero me gusta: simple y contundente.
No pude evitarlo. Me giré una vez más hacia Silask con ese pensamiento en la cabeza y una sonrisa brotó de mis labios. Imaginé que ella no entendería por qué hacía eso, pero no importaba. Me seguía resultando familiar...

Yo ya he dicho que estoy hambrienta, por mi cuando querais... Esos dos parecen llevarse extrañamente bien teniendo en cuenta lo poco que llevan juntos...el amor, vaya tontería...Dice apoyándose de espaldas en lo primero que ve para esperar la respuesta de la última camarada.