Partida Rol por web

Plaga

[Capítulo 1] - Primera plaga

Cargando editor
08/08/2019, 19:58
Darya Gólubev

Darya salió del lugar con la rebelde encañonada, con el ego en su sitio y, por una vez, sintiéndose bien por haber salvado, quizá de un futuro peor que el de Svetlana a su compatriota y compañera Vera.

Con todo... Había algo extraño. ¿Había sido demasiado fácil, quizá? ¿Sería otra trampa? Ya no sabía bien si se trataba de simple paranoia o realmente parecía extraño, aunque no sería ella quien lo consultaría con sus compañeros, tampoco quería parecer... ¿Una loca?

- Sí, señor. - Se hizo a un lado para no estorbar de cara a que atasen a la mujer mientras continuaba apuntándole con su arma. Después de todo, no sabía qué as podría tener en la manga.

Notas de juego

Eh, eh, eh, eh, eh, esa arma tiene puesto mi nombre en la empuñadura, mírala bien. :P

Cargando editor
08/08/2019, 20:26
Grigory Záitsev

Grigory estaba vigilando cuando escuchó la mención sobre el arma por parte de  Vera. Se olvidó de todo y caminó como un juggernaut hacia la mujer para observar la pistola en condiciones.

-Sargento, ese arma es única. Pido permiso para estudiarla antes de que alguien la estropee porque, a primera vista, parece de una época pre-imperial. El Mechanicus estaría agradecido por poder estudiarla -extendió una mano hacia la mujer- tras un estudio minucioso se verá que se hace. Preguntad a la prisionera como consiguió un arma así.

Parecía haberse activado por completo ante la aparición de ese arma.

Cargando editor
08/08/2019, 20:44
Ulrich Morgenstern

Ulrich acudió al centro de la calle cuando Darya y Vera regresaron de su exploración con aquél premio tan inesperado. Había supuesto que la líder rebelde sería mucho más difícil de atrapar, no que estaría observando como les daban una paliza a un puñado de sus hombres. ¿Qué esperaba conseguir con aquello? Al menos ella sí que había presentado una lucha decente, a juzgar por el estado de Svetlana.

Ató a la mujer tal y como ordenó el sargento y se mantuvo a la espera mientras este empezaba a interrogarla, junto a los demás. Observó con curiosidad el arma mostrada por Vera, alzando una ceja ante la sorpresa de que algo así se encontrara en un lugar tan perdido de la colmena y en manos de una enemiga del Imperio. De momento, que el tecnosacerdote la cuidara si quería, seguramente la requisarían cuando volvieran a la base. Aunque si que se le pasó por la mente lo que se sentiría al empuñar algo así...

Notas de juego

Le da tiempo a Sina a ponerme un parche?

Cargando editor
08/08/2019, 22:02
Ibn Sina

Llamar a su posición hospital de campaña sería como llamar a una esquina de mala muerte burdel de lujo... Pero tendrían que conformarse por el momento. Además, mejor una herida atendida en mal sitio, que no atendida en absoluto. Como poco, más valía que echara mano con rapidez del spray desinfectante, porque no le gustaba nada la higiene de aquella zona, y los brotes de septicemia por heridas contaminadas siempre eran problemáticos. 

Aunque claro, no contaba con la sorpresa de la líder, ni que le trajeran a una casi moribunda Svetlana. Con rapidez se acercó a la mujer y echó mano del botiquín para cerrar la herida en la medida de lo posible. De fondo empezaba a escucharse un choque entre unos y otros por un arma, además de las amenazas del sargento a la líder, cosa que realmente le daba igual. Aunque sí había un detalle que necesitaba saber. 

-¿Láser, proyectil sólido, explosiva?-preguntó mientras empezaba a examinar la herida. De la respuesta dependía lo mucho o poco que tendría que hurgar dentro de aquella desgraciada para remendarla. 

Cargando editor
09/08/2019, 17:19
????

Atar a la mujer, la mujer que hasta el momento se había mantenido seria y estoica, atar era lo que Tannhäuser quería y Ulrich pretendía; pero quedó en ello, en orden e intención. Era dificil de explicar, la sensación que los droverianos sintieron era similar a la de estar inmersos en una balsa de aceite o como cuando uno tenía un mal sueño donde la impotencia se agarraba con fuerza a la garganta y no dejaba hacer un movimiento fluido. ¿Cual sería el resumen más sencillo? que el tiempo había sido ralentizado para todos, menos para la anónima mujer.

Sin previo aviso, ella se agachó a gran velocidad evitando el disparo del sargento y le propinó una patada en el abdomen a Ulrich. El golpe no fue fuerte como para herirlo, pero la potencia que le imprimió fue suficiente como para apartarlo de ella e impedir que pudiera atarla. Lentamente, el resto, con sus armas preparadas para abatirla, dispararon contra ella iluminando la calle con sus destellos, pero esa velocidad, esa agilidad, no era normal, no era lo habitual en un ser humano. Fuere como fuere, ahí estaba, semi agachada, en medio de todos y llevándose la mano al interior de la ropa, concretamente a su pecho izquierdo y comenzó a sacar una pequeña tablilla de color negra mate - ¡Parad! - gritó viéndose superada después de que pasara el factor sorpresa y los soldados de élite pudieran anticipar sus movimientos - ¡Soy miem... - pero la frase jamás llegó a su fin, la cabeza le desapareció de los hombros y su cuerpo cayó inerte al suelo. El eco de un disparo llegó a los oídos de todos y el ciclo de lluvia artificial se activó.

La intensidad de la lluvia fue suficiente como para empezaran a aparecer charcos por el asfalto a gran velocidad y calara a todos los soldados que corrían para ponerse a cubierto. La sangre se fue diluyendo y siendo conducida por los regueros de agua directamente hacía los sistemas de alcantarillado del sector. ¿Un francotirador? sea soldado de élite o regular, aquel sonido disparaba los instintos de supervivencia de cada uno, eso, o el pánico. Por ello, los droverianos se pusieron a cubierto mientras esperaban el siguiente disparo que nunca llegó. El tiempo fue pasando con lentitud mientras iban mirando las distantes ventanas, salientes y demás lugares donde uno podría apostarse, pero nada vieron, la lluvia lo dificultaba todo además de la oscuridad. Nada volvió a ocurrir, la lluvia cesó y Al-Razi, junto con Petrov, se atrevieron a salir para constatar que al menos a ellos no le dispararon. Con la llegada de la relajación y el calor por la evaporación del agua, la radio chasqueó con ordenes nuevas. 

Era hora de volver a la base.

Notas de juego

Armas requisadas: Archeopistola láser (solo para grigory, para los demás no es más que una pistola láser genuinamente bonita), pistola de plasma, porra aturdidora y 6 cuchillos arrojadizos.

Cargando editor
10/08/2019, 00:28
Karl Tannhäuser

- Que el señor Záitsev, se encargue del arma extraña hasta que bajemos del chimera, momento en que me la entregará. - contestó poniendo fin a la discusión. No tenía tiempo para recordarles quienes eran ellos, pero a su debido tiempo lo haría.

El Sargento, muy escamado por cómo había sucedido todo, esperaba tenso la respuesta de la mujer mientras ésta era atada, a pesar de su típica sonrisa sardónica tan característica de él, por eso cuando comenzó a notar una sensación extraña, su dedo apretó el gatillo sin dudar ni un instante. A pesar de las precauciones que había tomado, la mujer demostró ser una rival rápida y dura...pero estúpida, como segundos más tarde se comprobaría. Tras la asombrosa demostración de lo que sin dudas era un poder psíquico, drogas de combate o algo similar, ella esquivó varios disparos a quemarropa y comenzó a extraer una tablilla negra de su pechera izquierda tratando de decir algo, cuando de golpe y porrazo su cabeza estalló prácticamente a la vez que se activó el sistema antiincendios. - ¡Todos a cubierto! - gritó el Sargento, indicando a unos y otros las coberturas más próximas mientras el permanecía a tiro hasta ser el último en retirarse con un fluido y elegante movimiento, sin prisa, pero sin pausa, tras el chimera. A pesar del instinto de supervivencia, él estaba hecho de otra pasta, y su promesa no había sido hecha en balde. Él tenía que demostrar que tenía los huevos de acero, y con esa actitud permaneció a tiro, desafiando al francotirador hasta el último momento, cuando ya solo quedaba él por cubrirse.

Los segundos pasaban y su mirada permanecía fija en la mano del cadáver y la tablilla, mientras el resto buscaba al francotirador, pero Karl ya sabía que ya no estaba allí. Pensó en lo sucedido en esos pocos segundos y comenzó a atar cabos...en su mente las deducciones se sucedían unas tras otras. - Se dejó coger, podía haber matado a Svetlana con ese arma tan potente capaz de atravesar con insultante facilidad nuestra sagrada armadura, pero no lo hizo. "Soy miem...bro" eso iba ha decir, cuando la asesinaron. Miembro de qué? Aquí huele ha algo raro por parte del inquisidor. ¿Sería una de sus agentes? Y si se dejó coger, es porque se sabía amenazada, probablemente la habían descubierto y estaba intentando ser extraída...¿porqué, si temía por su vida, no se introdujo en el chimera y se rindió de rodillas? Luego podría haber contado lo que hubiera querido. Por cierto, ésto me recuerda que debo moderar mi lengua con respecto a lo que digo sobre el inquisidor. Sigue siendo miembro de la sagrada I y por lo tanto, un superior que puede destrozarnos con una sola orden. - Con todo, los segundos dieron la razón a Karl y sin dudar, salió de su cobertura para acercarse a la caída y registrarla a fondo mientras el agua seguía cayendo a su alrededor, quería ver esa tablilla de más de cerca y de paso requisó el resto de objetos que ella portaba consigo, no fueran a meterse en algún problema extra por las manos largas e inconscientes de sus soldados.

Las órdenes que recibieron fueron claras y contundentes. - Todos adentro. Cojan el material encontrado y el cadáver de la mujer. Nos vamos. - Miró al pater y su sombría mirada se dirigió al edificio donde había dejado a los dos exsoldados maniatados. - No cabemos todos en el chimera y no creo que envíen a nadie a recogerlos. Si deniegan mi petición de recogida, deles la oportunidad de ir en paz a sus almas antes de imprimir la justicia divina, si me hace el favor, pater. - ahora le cuadraba más la extraña respuesta de los exsoldados. Sin duda la historia de la "líder rebelde" era eso, una historia. Ellos no sabían nada, simplemente porque no existía tal líder. Con ésto, la sentencia ya estaba dicha en caso de negarles la recogida de los prisioneros. - Pide extracción para dos prisioneros y da las coordenadas. - le dijo a su ayudante. Tocaba volver y ver en qué se estaban metiendo...lo que estaba claro es que en apenas unos minutos, su posición había pasado de ser "imprescindible de ser bloqueada" a "veniros y que salga por ahí quién quiera".

Manda huevos.

Y lo peor de todo es que tenía un mal, muy mal presentimiento. Estaba prácticamente seguro de que iban a acabar bajo las órdenes directas de aquel hijo de la gran puta. Cuánto más quería alejarse de él, más parecía el destino empeñado en acercarlo a él.

Notas de juego

El sargento va sin el casco puesto, para poder interrogar mejor a la gente, fumarse el lho, etcétera. Lo llevo colgado en la cintura. Registro el cadáver de la mujer antes de que lo introduzcan en el chimera. Luego examino la tablilla y lo que encuentre. Tira tú por mí de ser necesario para no relentizar. Y sí, estoy convencido de que vamos de cabeza a ser los perros personales del puto inquisidor. XD

Cargando editor
10/08/2019, 12:37
Darya Gólubev

Todo pasó muy rápido... O muy despacio. Darya se había dado cuenta de que ocurría algo extraño, tenía esa sensación. Y resultó ser cierta. Las cosas habían sido demasiado fáciles, hasta que ya fue demasiado tarde y lo único que pudo ver fue la sangre y los pedazos del cerebro de la rebelde mancharlo todo, incluida ella misma, que se hallaba a su lado. Se agachó con las manos en la cabeza al darse cuenta de que se trataba de un francotirador y a la espera de un segundo o incluso un tercer tiro, mirando de reojo al sargento, que seguía en pie. Bien por valor, o bien por estupidez.

Recibieron nuevas órdenes, mas nadie parecía muy por la labor de llevarlas a cabo con presteza. A fin de cuentas, la mujer ya había pasado a mejor vida. Poco más había dejado que esa pistola y la tablilla negra. De todas formas, eran órdenes de obligado cumplimiento y no sería ella quien llevase la contraria a un superior. Y menos en esos momentos.

- Sí, señor.

Cual autómata obedeció y se metió dentro seguida de Petrov, quien parecía tan impactado como ella misma.

Cargando editor
10/08/2019, 18:06
Ibn Sina

Ibn, nada más ver estallar aquella cabeza, cubrió con su cuerpo al paciente que atendía, para después arrastrar a ambos a una cobertura, intentando ponerles a salvo. Aparentemente de nada más, pues solo la supuesta rebelde fue ejecutada. 

"Rebelde, ya... Si ese disparo no viene del Inquisidor o alguno de los suyos, yo soy San Drusus" pensó Ibn con amargura. No tenía claro aún que acababa de ocurrir, pero lo que sí le parecía cristalino es que era malo. Fuera lo que fuera, lo que les contaban no era la verdad, o no toda al menos. Claro que no eran inquisidores, solo soldados que habían tenido la suerte o la desgracia de ser salvados de la hoguera. No era asunto suyo. 

Y sin embargo... Sin embargo el filósofo de su interior le decía que aquello iba a tener negras repercusiones... Si no averiguaban lo que ocurría, todo aquello se iría a la mierda a una velocidad propia de un crucero espacial. 

-Sí señor-respondió con tono neutro a su sargento, tras asegurarse de que su paciente estuviera bien. Asintió quedamente a su asistente por los huevos que le había echado al salir, y se preparó para largarse de aquel sitio. 

Cargando editor
11/08/2019, 01:18
Fray Ollanius de Sanguiny

El Páter se había desentendido de todo aquello. Esto es, hasta que todo empezó a ocurrir y se encontró de alguna manera atrincherado bajo cobertura segundos más tarde, el adoctrinamiento que le habían transmitido durante meses de asedio contra las fuerzas de las tinieblas apoderándose de su cuerpo antes de que su mente pudiera reaccionar. Aún se sentía desorientado de lo militar que se había vuelto, en algunas ocasiones.

"BRUJERÍA"

Lo que había pasado no tenía otra explicación. La armadura le reportaba una presión cardíaca extrema, lo que le resultó vergonzoso, y se forzó a mover un pie delante de otro, para reforzarse e imponer su humana voluntad a la situación. La mujer había sido una clara bruja.

-...

Asintió al Sargento ante sus órdenes, agradeciendo que no pudiera ver la preocupación en sus ojos.

-*Espero que lo que trató de enseñarnos no sea una Roseta*

Una bruja había muerto... triste en el sentido en que es triste que muera un ser humano, pero no especialmente trágico. Estaba más preocupado por haber servido de cebo claro, que quien quiera que fuese el equipo de caza estuviese usando también poderes impíos, y que estuviesen en medio de una posible guerra de intereses. Una no muy sutil a juzgar por como la misión parecía haber cambiado de repente sin ningún prolegómeno ni comunicación de por medio.

"Hmmmmf. ¿Por qué no se habría identificado cuando fue detenida, en lugar de exponerse a fuego abierto? Qué necedad. Y de esa forma podríamos haber recibido respuesta a las preguntas..."

Suspiró y sacó el hisopo, preparándolo. Suponía que no habría respuestas a sus preguntas. Sólo le quedaba ayudar a aquellos descarriados a morir lo más imperialmente si era lo que deseaban.

Notas de juego

¿Podemos comprobar la tablilla, máster?

Cargando editor
12/08/2019, 20:14
Safwan Assad

En nada mis camaradas de escuadra, habían atrapado a la líder de los rebeldes y teníamos a dos de ellos maniatados tras el chimera, esta misión se podía dar por una victoria total, tan solo unos arañazos en la chapa de nuestro vehículo y un par de quemaduras leves en los soldados. Era demasiado bueno para ser real, cuando intentan poner los grillos a la "líder" se desata el pandemonium, disparos al suelo, rebotes al interior del chimera .... unas palabras de rendición y un último estallido demoledor.

Pues nos ha durado mucho la alegría ... Miro hacia la cabeza semi destrozada de la rebelde y los intentos desesperados de Ibn por estabilizarla ... ahora si que estamos donde empezamos. Bien jodidos.  Recupero mi posición en el asiento del piloto que había dejado vacío cuando la lluvia de balas había empezado, y empiezo a caldear el motor que hasta ahora había estado al ralentí. - Cuando estemos todos arriba salimos ... y esperemos que no haya mas sorpresas. ¿Sargento, no deberíamos llevarnos alguno de los prisioneros para dárselo a nuestro comisario?.  Por no decir que hemos perdido el tiempo, combustible y municiones mas que nada. 

Cargando editor
13/08/2019, 17:15
+++ Director +++

La ciudad estaba callada, en silencio. Parecía una ciudad fantasma, el sector olvidado, carcomido por el tiempo y la vergüenza. Olvidados y sin que nadie quisiera saber de aquel lugar. Uno a uno fueron entrando en el chimera después de dejar a los prisioneros en el exterior, desde el centro de mando habían sido claros, se habían movilizado arbitres del interior de la colmena para ocupar sus posiciones después de que la rebelión hubiera sido eliminada o, al menos frenada. Con ese respiro, el administratum de la colmena, con su sabio consejo de nobles, decidió que era bueno movilizar a las reservas después de que los extramundanos hicieran el trabajo duro. También se hizo saber, que el Inquisidor Orr requería del cadáver de la líder rebelde, necesitaba comprobar de primera mano que era ella; ni que decir tiene, que la tablilla negra que el sacerdote trató de investigar, no era más que un trozo de metal y plástico, sin ranuras, sin pantalla. Parecía un peso muerto.

El canal del regimiento estaba algo tranquilo, pero cuando el transporte inicio la marcha de vuelta a la base, empezaron a llegar los distintos reportes. Casi ninguna escuadra había combatido, solo la del sargento Tannhäuser y la del especialista Jean. La buena noticia era que no había habido bajas, la mala es que la escuadra del especialista Jean había desaparecido por completo.

Al atravesar el primer túnel, Safwan pudo ver con claridad como los vehículos de los arbitres iban en dirección contraria, a ocupar los puestos designados y el terreno perdido. Parecía que era cierto, y podrían volver a casa tras esa extraña misión que había durado demasiado poco para la experiencia de los soldados.

En silencio, el chimera recorrió las macroautopistas hasta la base, el blindado aún tenía algunos pequeños fuegos sobre su blindaje, pero nada grave, además de que se extinguieron cuando llegó a la velocidad de crucero. El viento y la humedad ambiental fueron suficientes. Una vez en la base, Haydn los estaba esperando.

Cargando editor
13/08/2019, 17:31
Comandante Haydn

Los chimeras estaban llegando con cuenta gotas, aparcando en las zonas habilitadas para ello, guiados por el personal de tierra. Cuando el Inquisidor detectó que llegaba la escuadra, señaló el transporte y los operarios condujeron el transporte hacía donde estaba con su séquito.

Decir que el comandante estaba bien era mentir. Tenía el rostro enrojecido, gotas de sudor el caían por las sienes y el Inquisidor no le quitaba ojo alguno. Desembarcaron, sacaron el cadáver de la mujer y unos camilleros la condujeron hacía un destino incierto. El Inquisidor sonrió y se marchó sin decir nada dejando al Comandante con los "héroes" del día.

Buen trabajo - dijo con cierta dificultad, parecía que se estaba recuperando de alguna enfermedad o crisis asmática, le costaba respirar y hablar - ahora mismo la situación... esta... controlada - respiró nuevamente y una de las capitanas, concretamente Sigga, apareció. Le puso la mano en el hombro al comandante y este dio un paso hacía atrás. 

Cargando editor
13/08/2019, 17:43
Capitana Sigga

La situación esta bajo control. No tenemos demasiada información porque no nos la facilitan - sacó un pequeño aparato, una diminuta memoria de datos y se la entregó al sargento - lean eso en sus tablas de datos en exactamente tres días. Sabrán que hacer llegado el momento - susurró mientras una sonrisa cansada asomó en su rostro y se paso la diestra sobre la blanquecina cabellera - nos estamos jugando mucho, contamos con vosotros - se giró un instante, justo para ver como el comandante se marchaba, y ahora que andaba, todos pudieron ver que iba con la espalda encorvada, como derrotado. Sigga se giró poniendo cara de circunstancia - la perdida de la escuadra de Jean ha sido un duro golpe para todos - estaba mintiendo, pero se cuadró, firme, con el aspecto feroz de los de Enceland - ahora, ¡Reporte de misión! 

Cargando editor
15/08/2019, 18:50
Ulrich Morgenstern

La situación se descontroló en apenas unos segundos. La mujer se movió de una manera casi sobrenatural y esquivó el disparo de Karl para luego apartarlo de ella con una simple pero fuerte patada. El resto de la escuadra disparó, pero para sorpresa de todos, ninguna de las ráfagas dio en el blanco. Echó mano a algo que ocultaba bajo el abrigo, pero antes de que pudiera hacer o decir nada más, un estruendoso disparó se oyó sobre todo lo demás, arrancando de cuajo la cabeza de la líder rebelde sin que nadie pudiera hacer nada.

— ¡Francotirador! — gritó al tiempo que se lanzaba hacia el Chimera para cubrirse tras el mismo y desde allí empezar a buscar al tirador inesperado. Pero de la misma forma que había empezado, todo acabó. No se produjeron más disparos y todo volvió a la calma previa, con la torrencial lluvia como lo único que rompía el silencio de la macroautopista.

Tras aquello, sin darles oportunidad a preguntarse qué acababa de pasar, llegó la hora de regresar a la base. Ante la orden del sargento, cogió el cuerpo decapitado de la mujer por los brazos y lo fue arrastrando hasta llevarlo al interior del vehículo. Se fijó en la pistola de plasma que llevaba, pero no tocaría nada hasta que los encargados de decidir que hacer con sus cosas les dieran permiso para ello.

Se mantuvo callado durante todo el viaje, algo bastante poco habitual en Ulrich, que normalmente habría presumido de su habilidad con el rifle de salvas. Pero no estaba de ánimos, visto lo poco que le gustaba en lo que se estaban metiendo. Y cuando llegó el informe de la desaparición de una escuadra entera, solo empeoró su estado.

Al llegar a la base, los apartaron de los demás y los llevaron ante Haydn y el propio Inquisidor, cuyos acólitos no tardaron en hacerse cargo del cuerpo de la rebelde y de su equipo, tras lo que desaparecieron como si nada. Odiaba aquél secretismo y que los usaran de aquella manera, pero no podían hacer otra cosa si no obedecer.

O no... Lo dicho por la capitana Sigga y aquellas enigmáticas y específicas instrucciones lo intrigó a la par que preocupó. ¿A qué demonios estaban jugado ahora? Todo aquello le daba muy mala espina, pero no dependía de él lo que sucediera. Ulrich sería leal a su regimiento y a su escuadra hasta las últimas consecuencias. Se mantuvo en posición de firmes con el rifle al lado, dejando que fuera el sargento el que diera cuenta de lo sucedido.

Notas de juego

Dibs en la pistola de plasma si nos la dejan xD
 

Cargando editor
16/08/2019, 17:07
Karl Tannhäuser

El Sargento y el Pater estuvieron dándole vueltas a la misteriosa tablilla negra, sin sacar nada en claro. Parecía algún tipo de tarjeta rara, aunque no sabía si contenía datos, si servía para abrir algo o qué puñetas sería. Se la guardó junto al resto del equipo excepto la arcano pistola, que dejó en manos del miembro del mechanicum hasta que estuvieron a punto de bajar del transporte. Justo antes de bajar la requisó de nuevo, lo guardó todo y se aseguró de estar presentable antes de salir.

Guardó sus opiniones y mantuvo una expresión seria y neutral, poco habitual en él, cuando se encontró cara a cara con el inquisidor y su séquito. Mantuvo la boca cerrada y se permitió una ligera sonrisa al ver como el inquisidor se iba sin requerir el equipo del cadáver, que él no había entregado ni revelado. 

No le costó mucho trabajo imaginar qué es lo que le había sucedido al comandante al recordar lo que le había sucedido a él allá en el briefing. Su odio y asco por el inquisidor subió un punto. - Gracias Señor. - contestó a su superior. Sin embargo le extrañó verlo tan derrotado. Podía imaginar que, si había sucedido lo que él creía, aquel hombre estuviera nervioso e intranquilo... pero parecía acobardado.

Al llegar la Capitana Sigga hizo la señal del aquila y se la quedó mirando con una ceja levantada, a la que acompañó la otra al entregarle ésta un diminuto dispositivo de memoria con instrucciones. Aquel tono y aquellas instrucciones para leer las órdenes, sumado a la situación que habían pasado, le estaba dando a todo aquel asunto un tono conspirador terrible. - Qué puñetas está sucediendo aquí... - pensó Karl. 

La mujer les explico que el comandante estaba así por la pérdida de otra de las escuadras, pero era obvio que mentía...y acto seguido pidió el reporte.

En apenas unos instantes, Karl tuvo que tomar una decisión. - Sufrimos una emboscada y repelimos a las fuerzas rebeldes con facilidad, mi escuadra se comportó como tocaba e hicieron un buen trabajo. - dijo. - Atrapamos a dos soldados y a la líder rebelde, que hirió a la soldado Svetlana. Al parecer, no todos los enemigos fueron abatidos, pues antes de huir decidieron sacrificar a su líder con un disparo afortunado antes de que pudiera ser interrogada. - 

Bajó la voz y con disimulo le enseñó la placa negra, tratando que nadie más la viera. - Sospecho que se entregó y quería decirnos que pertenecía a alguna organización, pero un francotirador le voló la cabeza y desapareció. Llevaba ésto. - guardó la placa y siguió hablando en voz alta. - Disparamos y buscamos, pero no pudimos cogerlos. El resto ya lo conoce, Señora.

Se quedó mirándola, esperando su respuesta. Si la mujer quería un informe más exhaustivo de lo que había sucedido realmente, tendría que verse con él en un lugar menos público.

Cargando editor
16/08/2019, 18:18
Safwan Assad

Desoyendo mis últimas palabras, dejamos a los prisioneros atrás, acelero nuestro vehículo y lo pongo de regreso a nuestra base. A mitad del viaje de vuelta ya pudimos recabar información, una escuadra perdida y un combate realizado por nosotros, al ver los vehículos de los arbites sentí una pequeña punzada de odio, bien podían haber resuelto ellos el problema en un principio.

En la base, un chimera tras otro iba tomando la posición marcada por el personal de tierra, siguiendo las indicaciones hago lo propio y paro los motores una vez he dado un tiempo prudencial para que el motor se tranquilice. - Estamos en casa. Gracias por viajar con los Dragones Drovelianos. Dicho esto, desbloqueo la puerta trasera. Ver al inquisidor nada mas bajar las puertas es como un jarro de agua fría, daba la sensación que todo nuestro esfuerzo no es mas que algo orquestado por él mismo. La sonrisa de nuestra victoria muere en mis labios, pero intento no demostrar el asco que me da el destructor de nuestro mundo. 

Cuando el inquisidor nos deja, es momento de dar la explicaciones a nuestros "verdaderos mandos", y el mejor que podía hacerlo era el sargento, cosa que hace sin dudar, pero también sin contar toda la verdad.

Cargando editor
18/08/2019, 13:38
Ibn Sina

Ibn no tenía más que decir o hacer, una vez sus compañeros estuvieron debidamente atendidos. El viaje de vuelta a la base fue tranquilo, todo estaba como debía. De no ser por lo extraordinariamente breve de la situación, claro, y por aquella misteriosa ejecución. No sabían nada, lo que era normal para los meros soldados. Pero en aquellas circunstancias, no saber nada le hacía sentir terriblemente intranquilo. Había algo que estaba mal en todo aquello. 

¿Podía ser que se estuviera sugestionando por la opinión generalizada sobre el Inquisidor? Quizás. Pero aún así, tenía la impresión de que las piezas no encajaban, y los mecanismos de su mente empezaron a girar y rechinar, intentando vislumbrar qué se les había escapado. ¿Conspiración? Diablos, todo olía demasiado a eso... Pero a veces la respuesta evidente no era la correcta. 

La situación al bajar del chimera, sin embargo, no hizo más que empujarle más hacia aquel supuesto. Con ojo crítico no perdió de vista a su comandante, mientras hablaba y se alejaba. Si tenía algún problema, sentía su obligación como sanitario ayudarle a salir de ello... O quizás era por obra del condenado Inquisidor. El caso es que todo ello no ayudó precisamente a calmar a Ibn, que dejó el informe en manos del sargento... Junto a aquella misteriosa placa e instrucciones. ¿A qué estaban jugando?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro medicae por el comandante, a pelo sin bonos de aparatos evidentemente, para intentar saber qué le puede pasar... Aunque desde luego "brujería" es una respuesta totalmente esperable. 

Cargando editor
18/08/2019, 21:31
+++ Director +++

El abatimiento del comandante es el habitual que se ve en sujetos que han sufrido torturas e interrogatorios, donde se intenta doblegar la mente con un sinfín de técnicas diversas, desde el daño físico más elemental, hasta juegos mentales o tortura psicológica. Imposible le es a Ibn diferenciar que tipo de tortura ha podido padecer, pero sin duda, secuelas físicas no tiene, al menos, visibles.

Cargando editor
18/08/2019, 23:24
Darya Gólubev

No hubo mucho que comentar en el viaje, la macroautopista se iba ante sus ojos. Tanto Darya como su compañero Petrov estaban en el más absoluto mutismo, probablemente con una mezcla de cansancio y cierta sensación de ansiedad.

El viaje terminó pronto, para alivio de los ocupantes del chimera. Llegaron a la base, donde vieron cómo el comandante ofrecía un aspecto considerablemente enfermizo. ¿El estrés de la situación? ¿El francotirador? Probablemente no llegasen a saber nunca que le ocurría. Ni ella ni su compañero habían optado por tomar el camino de la sanidad.

Cargando editor
19/08/2019, 11:04
Grigory Záitsev

Grigory habría fruncido el ceño ante esa extraña sensación si aún tuviera un rostro humano y habría gritado de sorpresa ante la explosión de la cabeza de la prisionera, pero en el mechanicum le habían retirado la inmensa mayoría de emociones y los implantes y cambios habían hecho que se quedara quieto más cual autómata que reaccionar ante lo que había ocurrido que era, sencillamente, horrendo. Ni siquiera se dio cuenta de que se movía hasta estar completamente a cubierto del ángulo del tirador, pero tenía que centrarse en ver qué ocurría.

-¿Tal vez podría echar un ojo a esa tablilla? -preguntó el tecnosacerdote, simplemente por si era algún tipo de pieza tecnológica muy poco común, aunque era bastante poco probable.

Todo era demasiado rápido y demasiado extraño. Ellos tenían a la líder, y normalmente ahí era el lugar más fuertemente defendido, pero una escuadra entera había desaparecido y eso no le gustaba nada a Grigory. A eso, sumarle el estado del Comandante y las palabras extrañas de la capitana Sigga. No le gustaba eso, no le gustaba nada porque recordaba como parte de su familia empezó con los susurros y los secretos antes de que todo su mundo natal se fuera al garete.

Odiaba el gris y sus matices, no distinguir verdades de mentiras, lo odiaba con todo su ser y esa era quizás la única emoción que jamás le quitarían. Quería estudiar la caja y quería estudiar esa pistola, tal vez, quizás, podría obtener algo de información sobre lo que ocurría o sobre quién demonios era la líder rebelde.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tirada para la tablilla (si puedo) o la pistola.