Partida Rol por web

-¡Vamos entonces, estoy preparada! -sonrió de nuevo Ayaka.. Y ambas se fueron pues en busca de dicho lugar, para tomar algo y combatir.

Siguiendo las indicaciones de la enfermera Joy, y dado que Pueblo Chicole no era precisamente grande, localizáis con suma facilidad la cafetería de la que os habían hablado.

La suave brisa y la temperatura os invitan a quedaros en la terraza, donde hay varias mesas libres para poder sentaros. En una de las mesas está sentada un chica y observáis cómo un pokémon de color azul, orejas y cola negras y bigotes blancos se acerca a ella, portando una copa burbujeante en una bandeja.

Por otro lado, un camarero os atiende en cuanto os acercáis. - Buenas tardes, bienvenidas  al Café del Mar. ¿Que se les ofrece a las señoritas?

Con lo bueno que hacía sería una pena no aprovechar los asientos que había en la terraza, así que allí se dirigió la entrenadora con su compañera de viaje.

 -El sitio no está mal. Parece muy agradable.

Si hasta tenían Pokémon de camareros, ¿eso era un dewott? Ester sacó la pokédex para asegurarse, pero no le dio tiempo a mirar mucho cuando un camarero se les acercó para preguntar qué querían.

 -Ah, buenos días. Veníamos a tomar algo y a combatir. ¿Nos puede explicar un poco cómo va lo de los combates?

- Claro que si, señorita. Tomen asiento, por favor - os indica el camarero al tiempo que os deja sobre la mesa la carta - Os explico cómo funciona. Mientras le preparamos su pedido, los clientes pueden desafiar a un combate a otros clientes o a los camareros. Si consiguen finalizar el combate antes de que llegue su pedido, obtienen un premio.

 -Entiendo.

La entrenadora echó un vistazo a la carta y rápidamente sus ojos golosos se posaron encima de los batidos ofrecidos por la cafetería.

 -Yo creo que voy a pedir un batido de chocolate. ¿Tú qué vas a querer Ayaka?

Un combate y un batido. ¿Había alguna manera mejor de pasar la tarde?

Mientras Ayaka se decidía por qué iba a tomar, el camarero tomó nota del pedido de Ester y entró a la cafetería para empezar a preparar el batido de chocolate.

En ese momento el rugido de un motor rompe la armonía y la tranquilidad que se respiraba en el ambiente. Un hombre pilotando una moto de gran cilindrada aparca a escasos metros de la terraza. De aspecto rudo (aunque con una chaqueta de un Plusle monísimo) se planta delante de vosotras. - Así que esta es la cafetería de entrenadores de la que tanto se habla... ¡Yo soy Héctor, y vengo a retaros! ¿Quién tiene las agallas suficientes para enfrentarme?

Y ahí llegaba su siguiente victoria, con pintas de matón con gusto por la ropa.

 -¡Yo acepto tu desafío Héctor! ¡Soy Ester Falivene y no tengo miedo a un buen combate!

La pregunta era, ¿con qué Pokémon empezar? Porque podía tener Pokémon de cualquier tipo en su equipo… Bueno, ante la duda, el más fuerte. Y ese era…

 -¡Adelante Bruteroot!

El bulbasaur de la joven entrenadora salió de su pokéball más que listo para darlo todo en combate.

- Jaja! Una chica valiente, así me gusta! ¿Qué te parece si luchamos al mejor de uno? Mi fiel compañero Gama contra tu Bruteroot. El que pierda, le paga la consumición al otro... y te advierto que yo como mucho!

Héctor saca de su pokéball a un pokémon de color azul similar a un sapo. El pokémon se pone de cuclillas en una actitud relajada, mirando con curiosidad a tu Bulbasaur y a la espera de las indicaciones de su entrenador.

Un croagunk… Un Pokémon de tipo veneno había sido la elección de aquel entrenador. Y habría sido una elección magnífica… Si bruteroot no fuera veneno también. La debilidad al veneno propia del tipo planta quedaba neutralizada gracias al doble tipo del bulbasaur. Pero claro, los ataques de tipo planta no iban a ser muy efectivos contra ese croagunk. Con la honrosa excepción, claro está, del ataque estrella de Bruteroot:

 -Muy bien, desafío aceptado. ¡Adelante Bruteroot, usa drenadoras!

- Gama, ya sabes lo que hacer al principio. Impresionar!

El combate daba comienzo y los dos pokémon empezaban a ejecutar sus movimientos. Croagunk era más rápido que Bulbasaur y golpeó al pokémon de tipo planta con un ataque que podía hacerle retroceder.

Por suerte Bulbasaur no se dejó impresionar tan fácilmente y lanzó su movimiento Drenadoras con mucha precisión. La semilla infectó a Croagunk y comenzó a sustraer las energías del pokémon veneno.

- Esto va a ser tedioso. Gama, obligalo a atacarte, utiliza Mofa!

¡Perfecto! Ahora que le tenía infectado con las drenadoras, mucho daño tendría que hacer a su bulbasaur para tumbarle.

 -¡Buen trabajo Bruteroot! ¡Ahora golpéale con un ataque placaje!

No tenía a Ayaka para apoyarla con sus ataques, por lo que tenía que pensar muy bien si usar gruñido para bajar el ataque a su rival o no. Y en esos momentos, la entrenadora de las gafas prefirió optar por un ataque directo antes que por su habitual estrategia. No merecía la pena gastar tiempo en gruñidos para debilitar al croagunk si éste tenía la defensa por los suelos y podía caer con un par de placajes.

Hector intuyó que su rival utilizaría una estrategia de desgaste, así que trató de cortar dicha estrategia de raíz. Su Croagunk adopta una pose de gallito y provoca a Bulbasaur, impidiendo que realice más movimientos de estado.

Pero Esther decidió pasar directamente a la acción. Bruteroot le hace un placaje al Croagunk rival. Si bien no es un golpe muy potente, sirve para mermar sus fuerzas y junto a las drenadoras, Croagunk se va debilitando cada vez más, mientras Bulbasaur está prácticamente recuperado del primer golpe.

- Se nos ha adelantado! Vamos Gama, dale con todo, utiliza Picotazo Venenoso!

Mierda… El tal Héctor no era ningún principiante al que ella pudiera predecir y controlar. Pero ni por asomo pensaba dejar que eso le amilanase.

 -¡Vas muy bien Bruteroot!

El croagunk había perdido un valioso turno lanzándole esa mofa y ahora lo iba a pagar muy caro. Si su bulbasaur no podía realizar otra cosa que no fueran ataques… Ataques le iba a dar. En cantidad.

 -¡Dale otro placaje más!

Porque el Pokémon veneno tenía pinta de estar empezándolo a pasar mal de verdad. Con suerte tal vez el combate terminara en dos turnos más. Antes incluso si Héctor reconocía la fuerza superior de Bruteroot y tiraba la toalla para salvar a su amigo Pokémon.

Croagunk volvió a atacar, esta vez lanzando unas pequeñas púas, a modo de alfileres, que impactaron en Bulbasaur. Pero no eran muy dañinas. 

Bruteroot contraatacó con otro placaje más. El impacto junto con el desgaste paulatino de las Drenadoras hicieron que Croagunk empezase a tambalearse. No aguantaría otro turno más y Héctor lo sabía muy bien.

- Gama, regresa a tu pokéball - El entrenador retira a su pokémon - Acepto mi derrota antes de que Gama sufra más. Chica, debo reconocer que tu y tu Bulbasaur sois unos duros contrincantes! Y lo prometido es deuda, así que yo pagaré tu consumición.

Seguidamente el camarero hace acto de presencia con tu batido de chocolate. - Aquí tiene, señorita, su batido. He de decir que ha sido impresionante! - el camarero abandona por un momento la compostura propia de su puesto - Desde dentro, mis compañeros y yo hemos visto cómo ha resuelto su combate contra ese otro entrenador. Aquí tiene su premio, por tan pronta victoria - Del bolsillo de su mandil el camarero saca una pequeña seta de vivos colores que desprende un aroma muy dulce.

 -¡Bien!

La joven entrenadora fue corriendo a abrazar a su bulbasaur.

 -¡Eres el mejor Bruteroot!

Una victoria más al bolsillo y además un batido gratis además de una aromática miniseta (a la cual ya le buscaría utilidad más adelante). ¡Si el día podía mejorar algo más la entrenadora no podía imaginarse cómo! Y ya que había ganado y que su rival iba a cumplir su palabra, Ester se acercó a él para darle la mano.

 -Ha sido un combate muy bueno. Se nota que eres un buen entrenador y que Gama y tú sois grandes amigos. ¡Espero que nos volvamos a encontrar en otra ocasión!

Tras la victoria y las recompensas llega el momento de que Ester disfrute del rico batido de chocolate que le han preparado. Pero es entonces cuando algo interrumpe el buen ambiente que se respiraba hasta ese momento.

Un par de chavales de la edad de Ester más o menos, con pintas de pandilleros, cadenas colgadas al cuello y las caras medio tapadas con pañuelos, llegan a la terraza de la cafetería. Sin cruzar palabra empiezan a patear y tirar las sillas y las mesas.

- Tron, es esta la cafetería? - le pregunta uno al otro.

- Si, tron, aquí es donde hay peña fuerte. Ja! os vamos a dar una paliza y nos vamos a llevar a vuestros pokémon!

- Eso, empezando por las dos criajas que están ahí sentadas!

Los dos chavales se dirigen a la mesa de Ester y Ayaka mientras sacan a sus pokémon para buscar pelea. Uno de ellos es un pokémon volador archiconocido y que vive en prácticamente todas las regiones, se trata de un Zubat. El otro es más exótico, tiene aspecto de lagarto de color gris y una línea roja por las que le sale fuego de vez en cuando. 

Ayaka mira a Ester con determinación, dispuesta a combatir codo con codo junto a su amiga.

¡Desde luego, si había algo que hiciera saber mejor a un buen batido, eso era que saliera gratis! Aquel día estaba demostrando ser uno de los mejores en la vida de Ester Falivene… Hasta que esos dos idiotas de vestimenta cuestionable entraron en escena.

 -¿De qué van esos dos?

Pregunta que fue rápidamente contestada en cuanto aquellos gamberros comenzaron a patear el mobiliario de la cafetería.

 -¡¿Pero qué pasa con vosotros?!

¡Y encima las llamaban criajas y las retaban! Pues se iban a acordar de aquello, ¡vaya que sí!

 -¡Vamos allá Ayaka! ¡Démosles la lección que están pidiendo!

Y mientras decía esto, la entrenadora sacó una pokéball de su cinto.

 -¡Adelante Tenacitas! ¡Vamos a enseñarles de qué pasta estamos hechos!

Porque aunque no había visto a aquel extraño Pokémon en su vida, estaba claro que tenía el tipo fuego. Y si podía sacar ventaja, por Arceus que lo haría.

 -¡Tenacitas, ataque burbuja a Pokémon gris!

- Shinx, adelante!

Ayaka no dudó nin un momento en apoyar a su amiga Ester. Aunque fuese una niña no era una niña indefensa e iba a demostrarle a esos maleantes de lo que era capaz. Así que sacó a su querido Shinx.

- Salandit, usa Gas venenoso, gaséalos a todos!!!

- Qué haces, loco! Le vas a dar a mi Zubat!! Batman, tío, no respires esa mierda y usa Supersónico contra ese Shinx.

Nada más aparecer el pokémon eléctrico de Ayaka, los dos pokémon rivales titubearon un poco ante su presencia pero aún así acataron las órdenes de sus entrenadores. El más rápido en moverse fue la exótica lagartija grisácea que respondía al nombre de Salandit. Cogió aire y exhaló una pestilente nube de gas venenoso que afectó a Shinx y Corphis. Tal vez fuera por estar a cierta altura del suelo pero Zubat logró librarse de la nube de gas y dirigió un chirrido desorientante hacia Shinx, que empezó a dar tumbos.

Pero pese a estar confundido, Shinx escuchó la voz de su entrenadora y se abalanzó sobre el Zubat enemigo, asestándole un buen golpe. Por su parte Tenacitas lanzó un chorro de burbujas contra Salandit y resultó ser un movimiento muy eficaz. Ester había dado en el clavo con el tipo Fuego de ese Salandit. No obstante Shinx y Corphis empezaban a temblar mientras su salud se resentía por culpa del veneno.