Partida Rol por web

¡Amanece un nuevo día en Pueblo Amatista! Pero este no es un día cualquiera, sabías que era el principio de un camino que estabas deseando de comenzar. Ya tienes doce años y eso implicaba que tenías la edad suficiente para poder iniciar tus primeros pasos como entrenador pokémon. Actualmente te encuentras en la calidez de tu hogar, tu padre te está esperando en el piso de abajo, parece que tiene algo que decirte...

Tu padre estaba sentado encima de una mesa. Sobre ella había una pequeña mochila de cuero. Notaste que su rostro era afable, como de costumbre, pero no por ello quería decir que no estuviera nervioso, quizás estaba igual o más que tú.

- Buenos días hijo - comentó cuando estuviste cerca de el

- Parece que al final ha llegado tu gran día - suspiró mientras echaba un vistazo a la mochila que estaba encima de la mesa.

Abro los ojos lentamente.

¿Qué hora es?

Miro el reloj que tengo sobre la mesa.

Las 8 de la mañana. Yo quiero dormir un poco más. 

Me doy media vuelta en la cama. Y a los pocos segundos doy un salto.

Espera un momento. Si hoy es cuando puedo empezar mi viaje.

Me levanto deprisa de la cama y me visto. 

¿Dónde tengo mi mochila? - La busco pero no la veo.

Da lo mismo, luego la busco.

Papaaaaaaaaaaaaaa, ya estoy despierto - Siempre era costumbre de Morti al levantarse avisar a su padre de que ya estaba en pie.

Entré al servicio, me aseé y finalmente decidí bajar al piso de abajo.

¡Qué nervios tengo!

Buenos días papá - le digo 

Veo la mochila encima de la mesa.

Vale, con que aquí estaba.

Papá, ¿Has hecho algo con la mochila? La estaba buscando y no la encontraba.

Sin parar de hablar.

Papá, ¿te puedo hacer una pregunta? ¿Crees que puedo llegar a ser un buen entrenador pokemon?

¿Sabré cuidar bien de mis pokemons? Espera un momento, si todavía no tengo ninguno. Debería haber preguntado como lograrlo.

Papá, ahora que puedo comenzar mi viaje, ¿Hacia dónde me dirijo para intentar capturar un pokemon?

Tu padre esbozó una sonrisa a la vez que acariciaba tu pelo.

- Con calma, con calma hijo mío, primero desayuna que lo preparé hace un momento - te sirvió tu desayuno favorito, se notaba que hoy era tu día.

- Tu mochila está aquí, te la devolveré antes de que te marches, te he preparado algunas cosas que necesitarás en tu viaje ¿no querrás irte sin estar equipado no? - comentó alegre. Después sonrió al ver tu inquietud ante si serías un buen entrenador

- Sinceramente hijo mío, pienso que destacarás tanto que te convertirás en toda una celebridad de Isla Iris, confío plenamente en tus capacidades - después asintió ante tu última pregunta

- Ve paso a paso hijo - suspiró mientras de tu mochila sacaba dos pokéball.

- Como bien sabes, un entrenador no se ha completado hasta que no ha cazado a su primer pokémon, sé que eres un digno miembro de esta familia y que sabrás qué hacer con ellas ¿sobre dónde buscarlos? esta Isla está repleta de rutas, en la hierba seguro que encontrarás alguno salvaje - dejó con cautela las dos pokéball encima de la mesa, eran relucientes y dispuestas a ser entrenadas.

- También tengo que hacerte entrega de esto... - sacó de otro bolsillo de la mochila una pequeña bolsa de cuero.

- En su interior hay Irisinas, como sabrás decidieron no usar la moneda nacional, los pokedólares, para así forzar a todos los habitantes a comenzar de cero, quiero que te quedes este dinero para que puedas afrontar tus necesidades como entrenador - si rebuscas la bolsa encontrarás que hay 11 Irisinas en total.

- Debes recordar que esta moneda deberás emplearla sabiamente, si ganas un combate contra otro entrenador, éste deberá darte una moneda, y si pierdes deberás hacer tú lo mismo - te explicó con calma

- Además, sin estas monedas es imposible que puedas pagar tu derecho a enfrentarte a un líder de gimnasio, así que procura no quedarte sin monedas o tu camino como entrenador habrá llegado a su fin y deberás volver a casa - aquellas palabras eran algo duras, pero intentó transmitirte la realidad de la situación.

- ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte, hijo mío? -

Me siento en la mesa delante de mi desayuno. Como un poco pero la mayor parte del tiempo lo que hago es darle vueltas a la comida.

¿De verdad piensa qué puedo destacar o lo dice solo para animarme?
¿De verdad se que camino debo tomar para atrapar un pokemon?
¿Qué pasará si fallo en mi misión de ser entrenador pokemon?

Cuando salgo de mis pensamientos, veo que he mezclado toda la comida del plato y no se parece en nada al desayuno que me había preparado mi padre:

Lo siento papá, soy un torpe. Siempre me has dicho que no debo jugar con la comida - digo mientras me como otro trozo de desayuno.

¿Hacia dónde debo partir?

Vuelvo a comerme otro trozo y miro la bolsa de dinero.

Papá, espero que no pase, pero ¿Qué pasará si pierdo todo el dinero? ¿Me seguirás tratando igual?

Morti, era un chico decidido para la mayoría de las cosas pero él mismo sabía que cuando su mente pensaba en negativo, solía darle un bajón y necesitaba el apoyo de la gente.

¿Por qué pienso en estas cosas si todavía no he comenzado mi viaje? - Pensaba mientras esperaba aún la respuesta de su padre.

¡Sé fuerte Morti y demuéstralo a todos lo que vale!

Morti, aún recordaba las palabras de su madre hace unos años:

"Morti cariño, siempre quiero que recuerdes esto, estás destinado a ser alguien grande y aunque el camino sea difícil, tu meta es alcanzarlo, sea más tarde o más temprano, pero por favor, nunca dejes que nadie te lo impida sin luchar." 

Eran múltiples las ocasiones en las que Morti recordaba a su madre.

Tu padre de nuevo frotó tu cabeza

- ¿Qué diría tu madre si yo no te recibiera con los brazos abiertos si eso ocurriera? olvida el miedo, despeja tu mente, siempre has sido muy inseguro, te crees torpe pero eso solo es porque tú te ves a ti mismo así. Céntrate en lo que haces y en lo que te rodea, pide ayuda cuando sea necesario y sobre todo no dejes que nadie decida por ti, creo que es lo mismo que diría tu madre en un momento como este - la voz de tu padre tambaleaba un poco cuando hablaba de tu madre, su fallecimiento aún le pesa en su corazón, al igual que en el tuyo.

Papaaa... - digo mientras le doy un abrazo.

Me prometí no ponerme sentimental. Vamos Morti, hazte el fuerte.

Perdona papá que no me termine el desayuno, tengo el estomago revuelto y debo comenzar mi aventura. - digo sin mirarle a la cara para que no vea mis lágrimas.

Mientras miro en los armarios como haciendo que busco algo, me quito las lágrimas y con una sonrisa miro a mi padre y le digo:

Papá, llegó la hora, por favor, solo dime una cosa, ¿qué camino debo coger para atrapar a mi primer pokemon?

Tu padre reaccionaba al igual que tu, ambos disimulaban como podían la emoción al recordar a tu madre.

- Es difícil de decir hijo, hay cuatro rutas en total que conectan con Pueblo Amatista, nunca fui entrenador así que no sé como asesorarte, tendrás que guiarte por tus instintos... pero hagas lo que hagas, no te metas en sitios que puedan ser peligrosos, tampoco busques pokémon que puedan hacerte daño, estoy seguro que hay una gran variedad de ellos que sean herbívoros o que sean inofensivos. - se notaba que quería que tu integridad física estuviera intacta

Bueno, entonces papá, creo que ya si ha llegado el momento de que comience mi viaje - digo mientras me retoco la gorra y cojo la mochila.

Mi aventura ha comenzado de forma extraña.

Acabo de decidir hacia donde dirigirme papá, hacia donde quiera el destino. Hay muchos gimnasios pokemons y pokemons a los que atrapar, si lo elijo a suertes donde ir, será que mi destino era dirigirme hacia allí.

Y si me equivoco, siempre podré darme la vuelta.

Se me empezaba a ocurrir una idea:

Papá, si tuvieras que compararme con un pokemon, ¿Con cuál pokemon me compararías?

A ver la cara que pone, porque la verdad la pregunta es difícil

Comienzo a poner cara de expectante pero con una sonrisa de oreja a oreja.

Tu padre no pudo evitar reírse ante tal pregunta, pero no por ello dejó de contestarla

- ¿Tú? lo tendría demasiado claro - parecía que tenía la respuesta en la mente con antelación

- Eres como un Pupitar, fuerte aún en su estado de transición pero que dará lugar a un poderoso Tyranitar cuando se desarrolla lo suficiente ¿a qué te gusta la idea? -

Digamos que no me desagrada - digo mientras empiezo a reirme muy fuerte.

Bueno, papá, ya si que ha llegado la hora de que comience mi viaje. Se dice que el destino me espera.

Espero que si mi destino está escrito, sea que me encontraré entre los mejores entrenadores del mundo.

Te avisaré cuando capture a mi primer pokemon para enseñártelo, que ganas tengo.

¿De qué tipo será?¿Bicho, Eléctrico, Fuego, Agua, Planta...? 

Empiezo a darme cuenta de que me había ido a mi mundo en la propia puerta de mi casa con mi padre enfrente.

Lo siento Papá, a veces me distraigo con facilidad, pero que te voy a contar - digo con una media sonrisa delatadora de la  vergüenza que estaba sintiendo en ese momento.

No tiene sentido pensar ahora en el tipo de pokemon, ya que no se ni hacia donde me dirigiré.

Miro a mi padre y le digo:

¿Sabes Papá? Esta mañana tenía muchas dudas de lo que podía y de lo que no podía ser capaz de hacer pero después de hablar contigo, creo que soy más fuerte y no pienso tanto las cosas, que a veces es necesario que la vida siga para conocer algunas respuestas - digo con semblante serio ya que nunca me hubiera imaginado decir algo parecido delante de mi padre.

Papá, te voy a echar de menos. Volveré en cuanto pueda - digo dándole un abrazo y empezando a irme del que había sido mi hogar durante 12 años.

Tu padre te devolvió un abrazo mientras de demostró lo orgulloso que se sentía de la madurez que demostrabas con aquella última reflexión. Te dio una palmada en el hombro y te abrió la puerta de casa, donde siempre serías recibido.

- No te detengas nunca ante lo que te apasiona hijo, tu padre siempre te apoyará - aquellas fueron las últimas palabras que escuchaste de tu padre tras salir de casa ¿qué era lo que te depararía ahora? tenías toda una región para ti solo...

Empiezo a andar por el pueblo.

¿Hacia donde debo dirigirme? Debería coger una ruta para intentar capturar mi primer pokemon.

Empiezo a soñar despierto:

"Siiiiiiiii, un pokemon..."

¿Cómo se captura un pokemon? Bueno da igual, ya descubriré como debilitarlo.

"Adelante Pokeball"

Espera un momento, ¿Tengo pokeballs? Creo que debo revisar que tengo en la mochila.

Vale, dos pokeballs y el dinero. Pues entonces solo me falta conocer como capturar pokemons.

Empiezo a pensar.

Claro, por supuesto, mira que soy tonto, con la de veces que me lo ha dicho mi padre.

"He visto hoy como llevaban un nuevo pokemon al Laboratorio de Investagación".

Me acercaré a ver si me dan alguna información útil.

Diste un pequeño paseo hasta el edificio de investigación pokémon de pueblo amatista. El edificio en sí era enorme, tenía unas 5-6 plantas y una glamurosa puerta de madera bien tallada, como si fuera una mansión privada. El acceso estaba cerrado, sin embargo había un timbre al que se podía llamar, no parecía que tuvieran las puertas abiertas a cualquier público...

Me pongo a mirar hacia arriba.

¡Qué grande es esto! Y yo que me creía que sería una casa pequeña.

Intento ver a través de algunos de los cristales.

Aquí no se ve nada.

Miro al timbre.

No pierdo nada por llamar.

Llamo al timbre, mientras vuelvo a mirar hacia arriba contemplando la altitud del edificio.

Seguro que desde allí arriba veo mi casa.

Ante tu llamada al timbre tan solo bastaron cinco segundos para que alguien abriera la puerta. Se trataba de un hombre bien vestido con su bata, lo le hacía fácilmente reconocible como un científico de aquel edificio. Se quedó unos instantes observándote a la vez que limpiaba sus gafas, aquel tipo daba un poco de miedo, tenía espasmos extraños con la boca...

- Emmmm ¿si? ¿deseas algo? -

Si, Hola...

Este tipo parece salido de una película de miedo.

... Solo quería hacerle una pregunta. 

Acabo de hacerme entrenador pokemon. Por si ustedes podían darme algún consejo de como atrapar mi primer pokemon.