Partida Rol por web

-¿Ves como no había que decirle nada?. -Dice la Baronesa echando pecho- Bueno, por si acaso...

A-P-A-Ñ-L-F-D-K-D-P-P-D-U-A-N-A-A-I-A-Ñ-A-S-C-A-P-A-J-F-N-G-D-O-A-H-D-H-G-I-A-E-S-H-S-Ñ-W-G-L-F-Y-S-Ñ-R-A-O-A-L-S-H-G-Ñ-Y-A-L-I-C-A-O-L-S-Ñ

Con eso dicho, no vaya a ser que rompa la ley del espacio tiempo al no trollear al otro lado con letras al azar, la Baronesa abre la puerta nueva.

-No entiendo nada, esto no tiene sentido ninguno, ¡TENGO HAMBRE!

Avanzáis a la siguiente sala. Está todo oscuro, pero os las apañáis para encontrar un manillar y "clack" abrís la puerta, abandonando aquél oscuro sitio en el que habíais acabado. Para vuestra sorpresa, al daros la vuelta, veis que habéis salido de unas cámaras mortuorias, por lo que podíais suponer que las demás estaban llenas de cadáveres. Aunque una en concreto os llamó la atención, una en la que ponía "OTRA OPORTUNIDAD".

En mitad de la sala había una mesa con sangre, además de un montón de herramientas por todas partes. También algunos planos sobre anatomía, de todo tipo de pokémon y humanos.

La Baronesa no tardaría en corretear por aquella nueva estancia con cierto aire de curiosidad, primero fijándose en aquella mesa ensangrentada y luego saltando a los planos de anatomía humana y pokemon. Sin pensarlo demasiado pasó a las herramientas, recogiendo la más afilada.

-Creo que sé donde estamos... esto es... -La Baronesa tragó saliva- ¡Una cocina!. ¡Mira esas neveras llenas de deliciosa comida!. 

Antes de hacer nada, volvió a los planos de anatomía por si hubiera algún mensaje más.

En uno de los planos pone claramente "Como insertar una llave en un Shinx". Curiosamente los planos y la herida que se aprecian en ellos, te recuerdan a tu compañero, el que viste malherido en la cocina.

-La Baronesa se acaricia la barbilla mientras mira esos planos- Mmmm... -Dice meditandolo un poco- ¿Qué opinas de un Shushi de carne?.

La Baronesa señala a aquellas neveras y le ordena a su compañero actuar. Al compañero que aún estaba con vida, evidentemente, claro está.

-¡Abre esas y busca a TBDr-Ake!. ¡Es hora de cocinar!.

Al comprobar las cámaras ven que todas están llenas de otros pokémons que no son el que buscáis, todos parecen haber sido empalados. Al cerrar nuevamente las cámaras puedes oír un sonoro "CLANCK", parece que al cerrarse, el pokémon que queda dentro acaba empalado.

Te llama mucho la atención que la única vacía es la que pone "Otra oportunidad"

Heroicamente la Baronesa de Maxwell se dirige hacia el apartado donde ponía "Ultima Oportunidad", y sin ser corta ni perezosa abrió el receptáculo, y miró en el interior, por si ya había un ocupante ahí dentro, o si, por el contrario, estaba vacío. Había visto demasiados trucos de mágia como para saber que abrir y cerrar algo, podría dar distintos resultados. Cosa que, desgraciadamente no suele ocurrir con neveras.

-¡Veamos que hay por aquí!.

Tras abrirlo y cerrarlo un cuadrillón de veces, el cajón se bloquea de forma que se queda abierto, al menos hasta que se tenga que cerrar haciendo algo útil.

Quedando siempre vacio, nunca invacio.

Teniendo el conocimiento que la Baronesa tenía acerca de cajones, decidió hacer otra cosa completamente distinta a la planeada por aquel cajón sintiente y fantasmagórico, fijándose a groso modo en las medidas de aquel cajón, y luego fijándose en las orondas medidas de su compañero de aventura, el vivo. Hizo cálculos mentales.

El pre-Snorlax cabe perfectamente en el cajón.

La Baronesa de Maxwell meditó por unos instantes antes de tomar una decisión, viendo cómo el Pre-Snorlax podía entrar y como ella, de alguna forma extraña, había desarrollado repentina y casualmente una especie de fobia a los espacios cerrados, algo como "Claustrofobia", pero especialmente destinatado hacia esos cajones, se acercó a su compañero.

¡Ese cajón tiene un hueco por el otro lado cuando se cierra! ¡Métete en él! ¡Yo te cierro, sales por el otro lado, coges la llave y vuelves!.

Un plan perfecto a pruebas de fallos.

-Por cierto, si tienes dinero suelto, ¿Me lo prestas?. Te lo devuelvo después...

Quizás.

-Y un cojón, en el ataúd te metes tú, Jacobo es demasiado joven y guapo para estar bajo tierra.

Aún con las quejas de Jacobo, al final acaba metiéndose cuando le insisten.

La Baronesa de Maxwell sonríe, no antes avisar a su compañero.

-Por cierto, que en los otros cajones hubiera estacas que empalaban a los de dentro cuando se cerraba el cajón es solo casualidad, en esta quizás eso no ocurra así. ¡Buena suerte!.

Y con esto dicho, la Baronesa de Maxwell cierra el cajón usando toda su fuerza, esperando oír el "Click" del mecanismo empalando a su compañero, o el "click" del cajón cerrándose, uno u otro, sea como sea, la Baronesa de Maxwell no sabía distinguir los "clicks" de iniciar una trampa que empala de los "clicks" de puertas abriendose/cerrándose.

Al cerrarse el cajón, apareces en otra habitación, donde puedes ver a Drake y al otro pokémon que parecía haber muerto al principio junto con Dialga, el Pokedios del tiempo. Con una buena risotada te da la bienvenida a su "Sala de las bromas pesadas" donde manipulando el tiempo hace una macabra Scape Room.

Al cerrar los cajones oyes un "CLANK", tal como en los cajones anteriores, parece que no lo puedes reabrir. Sin embargo la caja mortuaria por donde has entrado si que se ha reabierto, parece que puedes volver bastante atrás. Al menos hasta la sala de la cocina y el despacho.

La Baronesa de Maxwell más contenta que una perdiz por el mero hecho de encontrar la forma de salir de aquel lugar sin tener que arriesgarse a ser empalada, fue a junto los instrumentos quirurjicos y se armó con un bisturí y una sierra para huesos antes de salir del lugar y volver a la zona del despacho-cocina, en particular, en la zona de la cocina.

-¡Y ahora unos filetitos de BTDr-ake! -Exclamaba mientras daba saltitos de alegría.

Al llegar a la sala de la cocina y el despacho, te sorprende ver que ahora toda la habitación es despacho, además de que está todo hecho bastante mierda y pone algo por las paredes, escrito en algo rojo y goteante.

SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO SOLO 

Además las puertas se habían vuelto a cerras nuevamente, parece que tenías que volver a resolver este puzzle. 

Jacobo se pone blanco al ver al dios Pokemon delante suya, nunca había sentido tanto poder emanar de un ser y el comelón sabía que esto no podían ser buenas noticias, intenta achinar los ojos para que su ceguera le permita ver un poco mejor, fue entonces cuando sus peores pesadillas se hicieron realidad, era lo último que deseaba ver.

-No puede ser, ¿eres tú Di... Diego? ¿Has venido a cobrarte las mil pesetas de whisky que te debo? Lo siento mucho máquina, me lo he dejado al otro lado de la caja, las tiene mi compañero de ahí afuera, no quiero problemas.

La Baronesa no estaba satisfecha con el resultado, un montón de "Solo" en las paredes no eran una buena decoración, y mucho menos cuando la opción con la que competía era probar un delicioso Drake, perfectamente cortado en pequeños pedazos, listos y dispuestos para ser correctamente ingeridos.

-¿Solo? -Preguntó mientras iba hacia el reloj- ¡Menudo perdedor!.