-Mira que obligarme a trabajar... -Con eso dicho, lleva las tres mascaras y las coloca en el orden que el disco había indicado, Zorro, Pato, Oveja y arrancándole la máscara de la cara a su compañero, Cerdo-. Ea, ya está.
El cuadro que había justo debajo de los enganches empieza a desplazarse hacia abajo con un mecanismo. Por lo visto estaba bien pegado a la pared y no se podía mover sin las máscaras.
Al bajar el cuadro, revela un pequeño orificio en el interior del que podéis sacar una caja de metal bien dura, la cual está cerrado por un candado con tres números.
-Bueno, pues hasta aquí hemos llegado, ese candado parece a prueba de cabezas de Tate, no nos queda otra que dar la vuelta y volver por donde hemos venido.
Dice mientras examina si Drake podría abrir eso usándolo de ariete otra vez.
La Baronesa de Maxwell veía como sus otros compañeros no parecían dispuestos a resolver el puzzle, por lo que haciendo lo que mejor sabía hacer, bueno no, si hiciera lo que mejor sabía hacer estaría comiendo o aterrorizando a sus sirvientes; por lo que haciendo otra cosa, se dirigió hacia las máscaras, desenganchó y reviso la mascara del zorro.
-Mmmm... -Dijo mientras se la ponía tras comprobar que no había peligro- Veamos que hay por aquí...
Con la máscara, la Baronesa mira a aquellas otras tres mascaras que había colgado previamente.
Jacobo prueba una combinación según la posición de las máscaras: 2(Psyduck), 1(Mareep), 3(Tepig)
A través de la máscara del Vulpix, puedes ver que el resto de máscaras tienen unos números. En orden serían 3, 6 y 5.
Por su parte la Baronesa trata de apartar a Jacobo, sin éxito trató de escabullirse por un lado y poner ella su propia combinación de números, a fin de cuentas, si no era una persona hermosa, buena, amigable, agradable o minimamente un ser humano, tenía que destacar por su inteligencia.
3 6 5
Maxwell abre el candado que cerraba la caja y consigue una llave, llave que usa para abrir ambas puertas que conducían a la siguiente habitación. Jacobo entra por la de la izquierda y Maxwell por la de la derecha pero ¡cuando Drake va a pasar la puerta se cierra en sus narices! Podría volver a pasar con la llave, si no fuera porque la baronesa se la había comido pensando que ya no tendría utildad.
¡Mala suerte para el pobre Shinx que está destinado a morir de hambre!
-Ups... -Dijo soltando un leve eructo- Maldita sea, al parecer las lentejas mienten, el "hierro" no es tan bueno como debería haber sido... ¡No te preocupes, Blake, Tate, Lake... Como te llames! ¡Enseguida volvemos a rescatar- ¡Uy!, ¿Pero que es eso?.
La Baronesa se distrajo mirando otra cosa.
-Madre mía, no nos hemos enfrentado a nadie y ya hemos perdido a dos compañeros manada y encima a este no nos lo hemos podido comer... ya no podemos dar marcha atrás, baronesa hay que echarle huevos a lo Español.
Jacobo acompaña a Maxwell a la siguiente zona
Un gran cristal separaba la sala. En el lado de Maxwell había una oficina con muchos papeles sobre una mesa y una máquina de escribir. En el lado de Jacobo, una cocina con un horno, una nevera, una mesa central y un teléfono en la pared.
En una pared, cortado por la mitad por el cristal, había un espejo en la pared, la mitad de este reloj estaba en el lado de Jacobo y la otra mitad en la de Maxwell.
Mira dentro del horno, de la nevera y debajo de la mesa para ver si encuentra algo y luego dice:
-Anda mira, ahora podemos llamar para que nos traigan una pizza, eso de llamar para que salven al Drake casi como que no
-Nunca me toca la cocina -Dice la Baronesa lamentándose levemente mientras revisa por alto su lado- ¿Es cosa mía o ese espejo y reloj van a ser importantes?.
Con esto la Baronesa se acerca al Espejo y lo toca, lo mismo trata de hacer con el reloj.
El espejo es para dividir la sala pero que os podáis seguir viendo, no podéis interactuar con él #aviso.
Al ponerte en el teléfono, oyes una voz al otro lado de la línea. La voz te habla despacio, de forma que puedas entender.
A-P-A-Ñ-L-F-D-K-D-P-P-D-U-A-N-A-A-I-A-Ñ-A-S-C-A-P-A-J-F-N-G-D-O-A-H-D-H-G-I-A-E-S-H-S-Ñ-W-G-L-F-Y-S-Ñ-R-A-O-A-L-S-H-G-Ñ-Y-A-L-I-C-A-O-L-S-Ñ
Tio he llamao al telepizza, pero tienen un menú muy raro, a ver si tu lo entiendes.
A-P-A-Ñ-L-F-D-K-D-P-P-D-U-A-N-A-A-I-A-Ñ-A-S-C-A-P-A-J-F-N-G-D-O-A-H-D-H-G-I-A-E-S-H-S-Ñ-W-G-L-F-Y-S-Ñ-R-A-O-A-L-S-H-G-Ñ-Y-A-L-I-C-A-O-L-S-Ñ
Pnjtizado para que Maxwell no se aburra sin su puzzle diario.
La Baronesa no entiende aquel mensaje, pese a ello se dirige a aquella máquina de escribir, comprueba que tiene tinta y papel y comienza a mecanografiar aquellas letras y símbolos que su compañero al otro lado de la pared le iba diciendo, a fin de cuentas, al menos lo tendrían escrito... además de lo evidente... ¡Al fin podía usar una maquina de escribir!. En su anterior cuerpo pulsaba 8 teclas a la vez.
Al teclear en la máquina... No pasó nada, parecía estropeada. Sin embargo, te fijaste en su teclado.
Parece que tendrías que escribir la respuesta a pluma y papel.
Si, sé que es de un teclado de ordenador, no había otra cosa.
El mensaje que aquella noble consiguió tenía bastante sentido, pero en cierto momento parecía perderlo, quizás porque el que lo escribió era un Pokemon inculto que se hacía pasar por uno medianamente listo con puzzles sencillos que cualquiera pudiera resolver sin mayores inconvenientes.
-Pon el reloj a las 9 y dos minutos. -Dice la Baronesa mientras se acercaba al reloj y empujaba las agujas que tuviera hacia donde debieran.
Jacobo pone la aguja pequeña marcando a las nueve y le pasa la aguja grande a Maxwell para que pueda ponerla un poco más adelante de las doce.
-¿Las nueve y dos minutos ya? Ya es la hora de cenar, vamos a ver si la nevera tiene algo para mí...
Jacobo abre la nevera de su parte