El centro pokémon de Ciudad Trigal es enorme y muy moderno. Al entrar pueden verse un montón de entrenadores distribuidos en los asientos de espera del vestíbulo y dos mostradores con varias enfermeras Joy. Verlas juntas causa una extraña impresión, como una ilusión óptica. Uno de los mostradores es el de información, tras el cual hay sentada una única Joy con una amable sonrisa. En el otro hay una cola doble con una docena de personas a las que dos enfermeras Joy y otra no Joy atienden lo más eficientemente que pueden.
La habitación está bien iluminada y tiene algunas plantas para darle un aire algo más confortable, dentro del típico ambiente de hospital. También hay varios ordenadores en un lado a disposición de los usuarios, un enorme mapa conjunto de Johto y Kanto y unas escaleras mecánicas y unos ascensores que suben a los otros pisos.
Incluso siendo de noche, hay bastante ajetreo. Lo que más llama la atención es la doble cola del mostrador de ingreso de pacientes: parece que han creado una cola adicional por algo.
Tharion pasea la vista por la habitación y encuentra una cara conocida: es la chica que encontraron hoy en las vías del Magnetotrén. Está sentada con su shuckle y parece que espera a alguien.
La doble puerta automática de cristal del centro se abre cada tanto y van entrando entrenadores con sus pokémon y saliendo otros. A la cuarta o quinta vez que las puertas se abren, una cara conocida aparece: se trata del hombre con barba del charmeleon que iba junto a Bill y los otros dos chicos cuando fueron a buscarlo a las vías del Magnetotrén. Entra mirando alrededor, parece que busca a alguien.
Astrid se levantó de la silla y se acercó a Tharion.
-Hola, parece que nos encontramos de nuevo -comentó con voz cansada, pero animada.
Tharion entra en centro pokemon lentamente y algo nervioso, cuando entra pasa la mirada por todo el centro, una voz familiar lo saca un poco de su agobio, -eh, hola- Tharion le sonríe, -que haces aquí, atrapaste al tipo que buscabas?- si hay donde sentarse, Tharion se deja caer sobre el asiento
Hay las típicas sillas de sala de espera.
Tharion se deja caer en una de las sillas junto a Astrid
ah, toru, revisa el facebook, que te he dejado un par de cosas
-Si...pero mi Iri no puede salir de su ball. -Le enseñó la ball chamuscada. -Ese chico Shiert la hizo estallar junto con otros pokemon... Suspiró. -Espero que Bill pueda abrirla. ¿Y a ti que te trae aqui?
Post de cel :( Se me fundio el monitor pero hoy o mañana lo cambio.
________
Toru edit: Hyuu, habías puesto el post solo para el director xD
Qué putada lo del monitor :o ¡Buena suerte!
Tharion pone cara de rechazo -por qué hizo eso? espero que Bill pueda abrirla, he conocido pocos pokemon a los que no les resulte treméndamente incomodo estar encerrados dentro de una ball-
Mientras Astrid y Tharion hablan, la puerta del centro pokémon vuelve a abrirse y entran dos personas. Una es Bill y la otra otra es un chico rubio con una bandana.
La entrada de tal pareja levanta murmullos entre la gente que espera en el centro pokémon. Bill es relativamente famoso, pero el otro chico parece serlo igualmente o incluso más.
Bill mira alrededor y hace un gesto de saludo al ver a Astrid y Tharion. El otro chico parece estar buscando a alguien.
Tiradme por conocimiento del mundo para ver si sabéis quién es el otro tío ^^.
no tengo conocimiento de mundo, lo que si hago es dar al botón de re-llamar de mi pokegear, para llamar al último que me llamó
ya me ha pasado ir a una cita con alguien que he conocido a distancia y darme cuenta en el último momento que no se como reconocernos y que no sabemos nuestros nombres
La pokégear del chico rubio empieza a sonar. Descuelga.
Yo me di cuenta cuando estabas al teléfono, pero me hacía más gracia así xD
cuelgo y me acerco hacia él
espero a que responda astrid para seguir
-Porque es un horrible ser humano...
Astrid saludó a Bill contenta. Se levantó con Shuichi en brazos y se acercó un poco.
-Gracias por venir, lamento ponerte en este compromiso, pero de veras aprecio esto -dijo inclinando un poco la cabeza.
Motivo: Conocimiento Mundo
Dificultad: 0
Habilidad: 1+10
Tirada: 1 5 8
Total: 5 +1 +10 = 16 Éxito
-Ah, no te preocupes, no es ningún compromiso. De hecho, tratándose de algo tan grave, ¿qué clase de persona sería si no hiciera todo lo que esté en mi mano para ayudar a ese pobre pokémon? Bueno, déjame ver la pokéball, por favor. -Tiende la mano hacia Astrid y, cuando esta se la entregue* la examina cuidadosamente, haciéndola girar entre sus dedos. Pulsa el botón central, con el mismo resultado que la chica -es decir, ninguno en absoluto- y luego intenta abrirla manualmente, pero sin insistir demasiado, solo probando con delicadeza haber cuanto cede -que, una vez más, es nada en absoluto-.
Frunce el entrecejo, preocupado y se dirige hacia uno de los ordenadores a disposición del público. Introduce la pokéball como si fuera a guardar a Iri en una caja, aunque el ordenador no la toma, como ocurre normalmente. Viendo esto, Bill inicia el sistema en modo de administrador y teclea una serie de comandos y claves rápidamente. Líneas y líneas de letras pasan rápidamente ante los ojos de Astrid, hablando en silencio a su creador, que chasquea la lengua frustrado. Al cabo de un rato, retira la ball de Iri y se la devuelve a su entrenadora.
-Lo siento, Astrid. El ordenador no la reconoce. Creo que todas las conexiones se han fundido, y eso que las suelen hacer a prueba de... a prueba de todo. Pero no hay forma. -La mira con expresión de profunda preocupación. Su habitual ancha sonrisa se ha desvanecido. -¿Estás segura de que tu vulpix sigue... dentro? ¿Cómo sabes que... que sigue viva? -Pregunta cautelosamente, temeroso de meter el dedo en la llaga.
*No me gusta dar por sentadas acciones de los PJs, pero he pensado que no merecía la pena demorarnos más en esto ^^U
Entre tanto, Astrid cae en que el chico rubio al que se dirige Tharion es Morti, el líder del gimnasio de Ciudad Trigal. Lo ha visto alguna vez en alguna revista o por la tele, como a casi todos los demás líderes.
-No te preocupes, estoy segura de que sigue dentro de forma indudable, pero no puedo demostrarlo de forma lógica -Quizá le resultaría demasiado dificil que alguien el mismo día haya visto dos veces a un pokemon legendario en las situaciones que ella, prefirió guardarselo.
Suspiró, notando la presencia de Morti extrañada.
-¿No hay ninguna forma mas de abrirla? ¿Quizá en la fábrica? -porfavor...no quiero tener que buscar a ese tarado o tener que dejar que este a menos de 30 metros de la ball de Iri...
viendo que Astrid tiene asuntos en los que Tharion no podría prestar ninguna ayudase dirige al individuo rubio para hacer el cambio -hola, mi nombre es Tharion Krows, me temo que olvidamos las presentaciones durante la llamada- tras presentarse le tiende la mano
El chico lo observa durante un segundo, sonriendo divertido para sí y a continuación le estrecha la mano y contesta:
-Yo soy Morti, el líder del gimnasio de Ciudad Iris. -Sonríe. Sus ojos son muy claros. -Está bien presentarme de vez en cuando, en Ciudad Iris todo el mundo me conoce, acaba cansando. Tengo un chinchou, me ha costado un poco conseguirlo, pero aquí está. ¿Cómo has conseguido un litwick? ¿Has estado en Teselia?
Es como se ve en el avatar, pero sin ese sableye ^^.
-Sí, seguro que los de Silph pueden abrirla. Tanto la parte administrativa como la fábrica están en Ciudad Azafrán. También... Es posible que César pueda abrirla. ¿Conoces a César? El artesano de pokéballs de Pueblo Azalea. Es posible que él pueda abrirla y no tengas que desplazarte hasta Azafrán.