Partida Rol por web

-¡¡¡AROOOOOOOOOOUUUUUUUUUUUUUU!!!

Un destello azul. Suicune se lanza hacia adelante y una tromba de agua, una auténtica Hidrobomba sale de él. Pero aunque, al igual que el guijarro, el agua atraviesa el aire, el Señor del Agua choca contra el muro invisible. El agua vuela con las alas de la inercia en dirección a su objetivo pero, sin conseguir alcanzarlo del todo, cae, se estrella contra el suelo, en parte contra los unown, algunos de los cuales caen debilitados, pero que enseguida son reemplazados por más compañeros que cierran el círculo, y en parte llega adonde debía, pero no con la fuerza necesaria: los miembros de la familia Sadik, mojados pero ilesos, cuentan con margen de maniobra más que de sobra para esquivar el ataque.

-GRRLLLLLLLLLLLLRRLRLRLRLRLRLLRLLL… -Un gruñido profundo y líquido se eleva de la garganta del Señor de los Ríos y los Lagos.

Las últimas gotas de agua repiquetean en el suelo al caer a su alrededor. Desde dentro no tiene ni movilidad ni ángulo de ataque. Necesitaría poder acercarse más.

Unas rápidas órdenes en el idioma extraño lanzadas por el cabeza de familia.

Algunos unown se separan del cerco –mientras sus compañeros se apresuran a cerrar filas tras ellos- y se lanzan contra Suicune.

El aullido del can legendario es desgarrador mientras las criaturas lo inmovilizan. No es un aullido de dolor, sino de rabia.

-¡¡¡BIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!!

¡Suicune! No es la palabra. Es el concepto. El sentimiento. Y lo que se ha transmitido a sus mentes es el sentimiento que corresponde a la palabra: ¡Amigo!

Celebi aún sigue entre los brazos de Astrid, aferrándose a ellos. Su piel tiene el tacto de los pétalos de una flor, fresco, vegetal, pero respira y se mueve, y su respiración es agitada.

Parece que va a salir volando de un momento a otro, pero duda.

Luchar… Plantas surgidas de las mismas entrañas de la tierra, tragándose el claro entero como las fauces de un monstruoso carnivine. Pero… Astrid, no sé si debo…

El equilibrio… Un dibujo tan complicado como la tela de un ariados. Así son las ramificaciones del río resplandeciente en el mundo, y Celebi las comprende, las ve con la claridad de los rayos del sol. Y así son las relaciones entre los seres humanos, pero Celebi no las comprende, ni siquiera había visto nunca esa tela invisible, y ahora siente sus brazos enredados en ella y teme dar un aleteo a ciegas y romperla.

Irremediablemente.

Astrid… Shiert… Tharion… Vosotros sois el ariados. La delicada tejedora que manipulará la tela y cuyas patas nunca, nunca romperán los intangibles hilos.

Confío en vosotros. Lucharé si creéis que es lo que debo… No quiero causar más mal.

Al ver como el matón golpea a John le desafía EH TU, MARICONAZO CON ESTEROIDES, TEN COJONES DE RETIRAR A TUS UNOWN Y VENIR A VÉRTELAS CON ALGUIEN DE TU TAMAÑO, O ES QUE TIENES MIEDO! Tharion da un paso al frente hasta quedar justo tras el cerco, no se fía de lo que pueda pasar si intenta salir del cerco o si se aleja de Célebi, si no, aun con un solo brazo se hubiese abalanzado sobre el matón para proteger a su amigo. Tras ver y sentir la reacción de los pokemon legendarios responde via mental a Célebi tengo una idea si la mente de charmeleon está "en la conversación" trata de indicarle que use excavar para hacer un túnel que lleve fuera del cerco unown para que Célebi pueda escapar por él(no piensa en una dirección en concreto, por si se entera quien no debe y si es posible, que piloswine le tape para poder aprovechar el factor sorpresa al máximo)Tharion le responde a Célebi, ponte a salvo, escapa, huye, de luchar nos ocupamos nosotros

Astrid observó lo que sucedía con Suicune y torció los labios, molesta por este atrevimiento.

Tranquilo. Esta gente solo necesita un pequeño escarmiento de parte de otros humanos, preocúpate por tu seguridad. Si puedes hacer algo contra este campo, hazlo, pero no te expongas.

-Eso es suficiente. Todos, en guardia. Odio las agresiones, pero esta gente las ha comenzado y no parecen dispuestos a razonar. -miró adelante, con mirada decidida y molesta. No se le había escapado que Shiert parecía estar algo mejor- Bienvenido de vuelta. Lamentablemente parece que no podrás descansar aún. Esta gente ha elegido la pelea equivocada.

Sin embargo, meditó un momento. Vislumbró algo que podría servir para tratar de desarmar la jaula.

-¡3, 1, 2, con toda su potencia: ¡Rugido! Fearow, movimiento espejo del Rugido y ayudalos, Iri, Rayo Confuso a ese hombre! -señaló a quien daba las órdenes en ese idioma extraño- Shu...bueno, tu estás bien como estás, ya ayudaste bastante con eso.

Sonrió levemente con esto último.

Aquella bebida por catalogarla de alguna forma era magnifica, me habia ayudado a recuperarme a una velocidad increible, evidentemente no era algo milagroso, mis heridas no estaban sanadas del todo y no es que pudiera dedicarme a luchar ni dar saltos de alegria, pero al menos podia estar de pie, no era mucho pero de algo me serviria, al menos en pie podria intentar hacer que mis Pokemon luchasen.

- Fusun tu sabes que esto no esta bien - Grite en cuanto me puse en pie - Esta batalla no tiene sentido, Celebi a pactado con nosotros no destruira nuestras creaciones ni nos impedira avanzar, el mismo lo a prometido, esta batalla es absurda, confiaste en mi una vez ¿por que no lo haces ahora? -

Tenia claro que mis palabras no servirian de demasiado, seguramente de absolutamente nada, pero si habia suerte o bueno un milagro de esos que transforman el universo entero tal vez lograse algo y ella entrase en razón.

Por otro lado tenia que estar preparado por si la cosa no salia bien y como no estaba en condiciones de hacer mucho mas, permanecer quieto con mis Pokemon cerca a modo de defensa de Astrid y celebi era la mejor estrategia que por ahora podia seguir.

El segundo puñetazo que lanzara Aysaç -el hermano de Fusun- a John impacta en su estómago y el arqueólogo cae, como un guiñapo, sin aliento. Al hombretón se la sudan las interpelaciones de Tharion, se la suda su hermana y se la suda básicamente cualquier objeción.

Los unown de John se separan del grupo, se reúnen con su entrenador y lo rodean, protegiéndolo.

-Nnrururú...

-¡¡Arrghhhh!! -En el mismo momento en que Fusun ve lo anterior, deja escapar una exclamación de hastío y enfado. Lanza una mirada airada a su hermano, se da media vuelta y se dirige al círculo con paso decidido, hablándole a los unown en su idioma...

Pero apenas se la oye, porque en ese momento toda la escena queda ensordecida por un rugido como un trueno, proveniente de los tres houndour y el fearow. Todos los presentes se estremecen, incluyendo a las filas de unown.

La única que sigue adelante, sin amilanarse y con los dientes apretados, es Fusun. En cuanto está lo suficientemente cerca del círculo, se coloca lo más cerca que le permiten las ruedas de unown de donde está Shiert y le espeta:

-No te equivoques, Shiert: no te soporto y no confío en ti, pero tengo mi propio cerebro para darme cuenta de cuál es el bando correcto. Te lo repito, no hace falta que me convenzas, ya estoy convencida, pero da igual porque todo el mundo me está ignorando. Pues bien…

Con voz potente, para alzarse por encima de los restos desacompasados de los rugidos y del barullo, grita más órdenes a los unown del círculo.

En un instante, los unown son sacudidos por el rugido y los pocos que han conseguido resistir incólumes a la atronadora oleada dudan o se retiran a la orden de Fusun.

Las ordenadas cadenas de símbolos se rompen, se disgregan.

Los unown que inmovilizaban a Suicune también flaquean. Y es solo este leve espacio lo que necesita el Señor de los Ríos y los Lagos: un segundo y el enorme can se deshace en un charco que cae alrededor de los unown que lo apresaban, fundiéndose con el agua como si nunca hubiera sido más que una ola o una gigantesca pompa de jabón.

En cuanto ve a su hija abandonar su puesto y tras sobreponerse a la impresión del rugido, Evren grita, apretando los puños hasta que se le quedan los nudillos blancos:

-¡¡Fusun!! ¡No te atreverás a traicionar a tu familia! -Inmediatamente se vuelve a su hijo-. ¡Y tú, Aysac! ¡No te he criado para que te comportes como un matón de barrio!

Pero si el hombretón no hizo caso a su hermana, tampoco piensa hacérselo a su madre:

-Ya estoy harto de que lo que queda de nuestro pueblo tenga que vivir a la sombra de estos urbanitas -ruge.

Aprovechando la confusión y haciendo gala de una presencia de ánimo de la que Astrid puede sentirse orgullosa, Iri se separa de su entrenadora y se dirige hacia el cabeza de la familia Sadik para lanzarle su Rayo Confuso.

Algunos unown dispersos intentan interponerse, pero el pequeño pokémon zorro los esquiva hábilmente. Sin embargo, el hombre consigue ser aún más hábil y resiste el ataque sin inmutarse.

En cuanto la barrera de unown muestre una brecha lo bastante grande para que Tharion pueda salir, este lo hace yendo derecho a ayudar a Jhon

-Así se habla -dijo con sencillez ante las palabras de la chica Sadik, y se movió de sitio, retrocediendo- ¡Sigan así, Fearow, Houndour! Quédense con la doctora Blake y ayudenla en lo que necesite. Iri, ven.

-Esta es nuestra oportunidad, Celebi. -informó con voz baja- Lamento que tu concilio no haya podido ser ahora mismo, pero habrá mas oportunidades.

Evaluó, quizá tomar carrera, pero había mucha gente y pokemon que podían alcanzarle. Entonces, optó por lo mas sensato, y se posicionó cerca de la Abra del chico de cabellos negros, tensa y atenta.

-¡Shiert, por favor! -no necesitaba decir mas. La destinación que tuviera quedaba en manos de este.

- Abra sacalos de aqui - Digo sin mas con una clara imagen en mi mente sobre el destino al que quiero que los envíe, desde alli ellos podrán moverse y actuar como les plazca, no es mucho, pero así conseguíamos una pequeña victoria.

Despues de aquello mire simplemente a Fusun ignorando a todos los demas, una vez celebi estubiera a salvo el resto ya no importaba tanto.

- Sabes que yo tambien te quiero Fusun, no hace falta que me lances tan dulces palabras de amor - 

El destino es ciudad verde

Uff perdon por el retraso, teletransporto a Astrid, Celebi ya que es lo que Astrid me a pedido, como mucho al Vulpix de Astrid tambien, los demas nos quedaremos en el claro.

Y no, a mi casa no que corre peligro de que se emocionen y explote, los teletransporto a la ciudad sin mas, cerca del centro pokemon por poner un lugar.

Dicho y hecho, el abra de Shiert se materializa junto a Astrid y le ofrece la mano, tímida y amable, como siempre. Sin perder un instante, Iri vuelve hacia donde están y salta a los brazos de Astrid. Pero esta vez, la inconfundible "voz" psíquica de la pequeña pokémon -que inexplicablemente "suena" como si se tratara de una colegiala, pese a carecer de sonido- no se dirige a la chica.

Señor del Bosque... Con su permiso...

A la velocidad del pensamiento, los dos pokémon psíquicos establecen un entendimiento mayor del que permitirían las palabras.

Celebi le sonríe pero, antes de que a los presentes les dé tiempo siquiera a terminar de ver ese gesto, Astrid, el abra, Iri y Celebi han desaparecido del claro.

La barrera de unown ha caído. La prueba es que el abra de Shiert y sus "pasajeros" han podido escapar. Los unown siguen flotando en el aire, pero la mayoría parecen desconcertados y confusos, y los pocos que intentan reagruparse a las órdenes de Aslan Sadik, que no ha sido afectado por el Rayo Confuso de Iri, no son suficientes para volver a formar la barrera.

Y, de todas formas, ¿de qué serviría ya? Celebi se ha ido.

Ahora que nada se lo impide, Tharion se reúne con John, seguido de cerca por Charlotte. El arqueólogo se dirige hacia él, magullado, tocándose el labio de donde le sale un poco de sangre. Sus unown lo siguen, dando vueltas en torno a el, como pequeñas lunas alrededor de un pequeño planeta. Un planeta con cráteres y todo. Al menos en la cara, donde le han dejado marca las espinillas. Aysaç Sadik parece haber perdido todo interés en él. Después de todo, tiene cosas más importantes de las que preocuparse y por las que perder los estribos.

-¡Tharion! -Mira con ojos como platos el brazo vendado de Tharion, cuyos vendajes muestran manchas de sangre-. ¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien... puedes caminar? -También mira a Charlotte preguntándose quién demonios será, aunque la verdad es que se está preguntando miles de cosas ahora mismo y ver a una mujer genérica no es precisamente lo que más le extraña de todo.