Partida Rol por web

Juntó las manos.

-Porfavor, ¿puede ayudarme a encontrar un Raichu lo mas pronto posible? ¡Es realmente importante!

Le puso atención al Jolteon, se veía bastante relajado en ese entorno.

El guardia parece un poco sorprendido.

-Ehm... No, estoy trabajando. No puedo moverme de aquí. Pero puedes entrar tú misma a buscar uno. Hay un montón de pokémon eléctricos ahí dentro. Normalmente dejo entrar a los entrenadores a capturarlos. Puedo veros por las pantallas. -Señala una pantalla que tiene donde aparecen un montón de cuadraditos donde se muestra en blanco y negro lo que graban las CCTV del interior del edificio. -Así sé a quién hay que echarle las culpas si rompéis algo. Me pagan para eso, principalmente. Bueno, y para que no entre nadie a llevarse piezas ni esas cosas. Esta Central funciona entera de forma automática, no necesita personal.

El jolteon abre un ojo para mirar a Astrid sin moverse ni un centímetro. Luego vuelve a cerrarlo, mueve una oreja y sigue sesteando a su bola. Parece un pokémon algo viejo, aunque también curtido.

Si no tuviese tanta prisa, Astrid se habría detenido a charlar con el Jolteon.

-Entendido, entonces, si me disculpa...¿de casualidad no se ve ninguno por las cámaras? Quizá me ahorraría tiempo de búsqueda.

-Ah, pues... -El guardia mira la pantalla con atención. -¿Tiene que ser un raichu específicamente? Esto está infestado de ratas amarillas de todos los tamaños, pero como se suben a las máquinas y se meten por los recovecos, no suelen salir en las cámaras. Alguna vez he visto una evolucionada del todo. -Mientras habla va pasando los grupos de pantallas por el monitor con el teclado. Hay varios sets de 9 pantallas, la Central es bastante grande. -A ver... hay varios magnemite pegados en los generadores... Y eso que hay ahí es un voltorb, o igual es algún objeto tirado, vete tu a saber, la verdad es que no se ve una mierda... -Lo último lo dice como para sí. -Y... ¡Eh! ¿Ya la está liando ese elekid otra vez? ¿Pero cómo cojones ha entrado? ¡Si atranqué la puerta esta mañana! -exclama. Teniente abre los ojos para mirar a su entrenador al escuchar su tono de voz alarmado. El guardia vuelve a dirigirse a Astrid, pero sin apartar la vista de la pantalla, con el ceño fruncido. -Antes había una electivire enorme atrincherada en un almacén. Tenía un genio de cojones y pegaba unos chispazos de miedo, intimidaba incluso a Teniente, que no se achanta fácilmente. -El jolteon alza las orejas al oír su nombre. -Pero vino un entrenador bastante fuerte hace una semana y se la llevó. Pensé que sería un alivio, pero ahora ese elekid no para de hacer trastadas. Ya se lo podía haber llevado ese idiota, pero decía que para qué quería uno pequeño, si tenía a la grande. Y, claro, es a mí a quien le toca... ¡Ah, no! -grita de repente, mirando a la pantalla y señalándola amenazadoramente con el dedo! -¡Ni se te ocurra tocar esos cables, mocoso! Ese puto bicho va a acabar conmigo... 

-Iré por él, de paso le haré un favor.

Astrid se fijo de mas o menos ubicar la sala donde estaba ese elekid para no entrar y perderse.

-¡Gracias!

Es una sala grande y oscura con unos aparatos enormes con cables como gruesos como la mitad de un brazo, que el elekid intenta alcanzar.

-¡Sí, por favor, llévatelo de aquí! -exclama el guardia. Mientras Astrid se dirige hacia la puerta abierta en el portón metálico, le grita: -¡Es la sala grande al fondo, la que pone en la puerta "No pasar, peligro de electrocución"! ¡Ten cuidado de no tocar los cables, ni acercarte mucho al generador!

Astrid se mete por la puerta. El interior de la Central está en penumbra y es bastante fresco. Está lleno de máquinas, instrumentos de medida, cables y demás. Entra luz por las ventanas, cerca del techo, que es bastante alto, ya que el edificio es como una nave industrial. También hay algunas luces de emergencia, y cámaras en las esquinas. Lo que más llama la atención es el zumbido constante de toda la maquinaria que rodea a Astrid.

El edificio está dividido en grandes salas, con algunos pasillos. No hay decoración alguna, las paredes son lisas y todo está un poco sucio. De vez en cuando puede oír algún pokémon corriendo por encima de las máquinas grandes o escabulléndose detrás de ellas.

Tras cruzar un par de salas y pasillos, Astrid llega a la sala con el mencionado cartel. Tiene un enorme rayo negro dibujado en un triángulo amarillo de "peligro".

Astrid acarició un costado de la cabeza de Fearrow.

-Quedate aqui, Shuckle ya me ayudará con él espero. Sé que la electricidad te duele mucho.

Astrid se metió a la sala dejando al pokemon pájaro afuera. Apenas ubicó al elekid, le dio algo de pena pero atacó directamente. Si tuviese el tiempo, preferiría dialogar con él.

Suspiró.

-Tiempo de girar, desenrollate.

Astrid lanzó a Shuckle con suavidad, haciendo que rodara en su caparazón para darle impulso, como si fuese una bola de boliche.

Cuando Astrid abre la puerta, encuentra al elekid plenamente concentrado en pegar saltos para alcanzar los gruesos cables que el guardia no quería que tocase.

Astrid lanza al shuckle, pero el elekid se percata en el último momento y consigue saltar por encima. El shuckle llega al fondo de la habitación, choca contra la pared con un suave ploc y se dispone a atacar de nuevo a las órdenes de Astrid.

El elekid, por su parte, se vuelve contra el shuckle rápidamente, ejecutando un Ataque Rápido que el shuckle recibe de lleno. El pobre estaba intentando aún identificar dónde estaba el arriba y dónde el abajo y ni lo ha visto venir. Sin embargo, debido a su durísimo caparazón, el shuckle no parece haberlo notado. Tras decidir que arriba está arriba, mira al elekid que acaba de impactar contra él con curiosidad. El elekid le devuelve la mirada totalmente perplejo, aunque espabila enseguida y se aleja unos pasos para un nuevo asalto.

-No te preocupes, trata de nuevo -le animó. Aparentemente los días en el Centro le habían dado tiempo a madurar toda la fuerza de su caparazón, y se notaba. Era muy poco probable que pudiese sufrir un daño tan atroz como el que tenia al llegar al Centro de Voluntarios de nuevo.

El shuckle pega un bote y se lanza rodando con entusiasmo contra el elekid. Parece muy animado de poder luchar por Astrid y quiere dar lo mejor de sí. Se estampa contra él antes de que le dé tiempo siquiera a reaccionar, con una fuerza increíble, y sigue rodando. El elekid parece magullado (-6 PS), se da la vuelta y lanza un Impactrueno que cae sobre el shuckle con un sonoro chasquido y un pequeño fogonazo de luz que resalta en la semioscuridad de la habitación.

Aunque le ha dolido un poco (-2 PS), el shuckle no se inmuta y sigue rodando con decisión, describiendo una amplia curva y lanzándose contra el elekid con más fuerza... sin embargo, esta vez el elekid estaba prevenido y consigue esquivarlo con facilidad. El shuckle se estampa contra el generador haciendo un fuerte ¡clonc!

Saca la cabeza por uno de los agujeros de su caparazón y dirige una fugaz mirada a Astrid con carita de entre frustración y disculpa. Le gustaría ser mejor atacando, pero tampoco es que tenga mucha práctica en combate. Ahora echa en falta saber atacar para poder luchar por la persona que le importa.

El elekid, sin embargo, no pierde el tiempo, y en ese breve momento de distracción libera otra descarga sobre el joven pokémon bicho-roca, que le hace volver de un calambrazo a la realidad (-2 PS).

El elekid parece bastante animado con el combate. Quizá esté un poco molesto porque le estén pegando, pero en el frenesí de la batalla en realidad se está divirtiendo de lo lindo. De vez en cuando deja escapar grititos de emoción. Su voz suena como un ¡Iiiiiiiiii! no muy agudo distorsionado por la estática, es algo curioso de oír.

-Prueba usar venganza, tenemos prisa. -dijo, apremiante. Aparentemente ambos se divertían, le agradaba eso, pero su cabeza estaba en Iri. Cada segundo que pasaba, el chico podía moverse de Azafran. O Iri podía intentar atacarlo, y estaba segura de que ese maldito podía lastimarla o hacerle algo horrible para que obedeciera, porque de forma normal ella jamás haría nada que le ordenara.

Al oír a Astrid, el shuckle asiente con decisión y se vuelve hacia el elekid, expectante, con sus patitas firmemente apoyadas en el suelo y el diminuto ceño fruncido.

Ni corto ni perezoso, el elekid le lanza otro Impactrueno. Como el shuckle no se ha movido ni un ápice, le da de lleno, aunque él ni se inmuta y se mantiene muy serio en su papel. No le ha dolido mucho (-2 PS)

Esa mañana... Cuando Astrid lo sacó en brazos del Centro de Voluntarios... Estaba tan emocionado... No solo había remitido aquel horrible dolor y se sentía como nuevo, sino que se iba a ir de aventura con la chica que lo había estado cuidando, no solo eso, con la chica que había venido a cuidarlo cuando estaba solo y aterrorizado y creía que iba a morir, y había llorado por él. No podía ser menos que una criatura maravillosa, tanto como para que Celebi se hubiera presentado ante ella. Haría gustosamente por ella cualquier cosa que le pidiese, porque ella había estado allí para él en su momento más bajo. Estos eran los pensamientos que cruzaban la cabeza del shuckle mientras aguantaba estoicamente las descargas eléctricas del elekid.

Sorprendido al ver que su oponente no le ataca, el pokémon eléctrico deja escapar un gritito de entusiasmo y se lanza a por él con un Puño Trueno bien cargado. Una vez más, el shuckle se mantiene impasible y el ataque impacta de lleno, pero él se lo traga sin rechistar. Duele (-7), pero no tanto como...

Ella iba con esa vulpix. No se había interesado mucho por él, pero seguro que era muy simpática. Seguro que, cuando la conociera mejor, harían buenas migas. El shuckle tenía muchas ganas de jugar con ella. ¡Seguro que le gustaba rodar ladera abajo, como a él! ¿A quén no le gusta rodar ladera abajo? Recordaba que estaba pletórico. ¡Iba a ser divertidísimo! Pero entonces todo se había torcido. Ese chico con mala pinta había atacado a Astrid, le había puesto un cuchillo en el cuello, y ya nada era divertido. Y luego se había llevado a la vulpix que iba a ser su amiga y Astrid había llorado mucho y al shuckle se le partía el corazón de verla llorar. Y no era justo.

Mientras el elekid está aún desequilibrado por el puñetazo, el shuckle contraataca. Libera toda la rabia acumulada sobre el pokémon amarillo, con toda la fuerza de su pequeño pero resistente cuerpo concentrada en un golpe fulminante... y falla. Pese a la sorpresa, el elekid ha sido más rápido y se ha dejado caer en un quiebro, esquivando el ataque del pokémon bicho. Sin perder un momento, vuelve a atacar, esta vez usando Rapidez. Con ese ataque y a esa distancia, no puede fallar.

Al shuckle le duele casi más su orgullo que el golpe (-2 PS). Parece frustrado y empiezan a notársele los efectos de la batalla (9/24 PS), mientras que el elekid está aún fresco (23/29 PS).

Astrid pensó, aparentemente el elekid era bastante fuerte y el pobre shuckle estaba recibiendo mucho castigo. No le gustaban las batallas desiguales, pero realmente necesitaba a elekid y pronto. Abrió la puerta tras de si, haciendole una seña a Fearrow para que entrara.

-Lo siento, creo que necesitaremos tu ayuda. Vé, y apenas ataque intenta interceptarlo para usar un movimiento espejo que lo debilite.

Luego, habló a shuckle.

-No te preocupes, ven aqui y toma un descanso. -dijo afable- hiciste lo mejor que pudiste.

Astrid se asoma y hace señas rápidamente al fearow, que tenía la cabeza asomada por la puerta de la Central con curiosidad pero también desconfianza.

El fearow se acerca, mientras que el shuckle se retira y se coloca junto a Astrid, triste y contrariado. Al menos ella no parece enfadada con él, y eso lo reconforta.

El elekid observa el cambio algo confuso. Se dispone a atacar de nuevo al shuckle, pero de repente un fearow varias veces más grande que él ocupa todo su campo de visión. Decidido, lanza un Impactrueno con no muy buena puntería contra su nuevo objetivo, que lo esquiva fácilmente pese a estar parado en el suelo.

Rápido como el rayo, el fearow despliega sus poderosas alas y refleja el Impactrueno que ha esquivado antes de que se pierda del todo, que da de lleno en el elekid. El pokémon eléctrico sonríe, animado, tras recibir su propia descarga: apenas le hace daño, podría decirse que es casi refrescante (-2 PS).

-¡Persecusión! -El único ataque de Fearrow que golpearía de forma normal a elekid sería ese, ya que el pequeño era bastante resistente a todo lo que pudiera hacer el ave. Mientras esto, tomó una de sus pokeball del bolsillo, tenía un color rosa suave.

-Esta ball esta diseñada para curarte la primera vez que entres en ella. Aunque que entres implica que serás mi pokemon, al menos hasta que manifiestes que quieres marcharte. -le dijo suave a shuckle, recogiendo al cansado pokemon. Sonrió.

Pobrecillo, lo duro que ha trabajado...

El shuckle mira a Astrid con ojos brillantes y luego se mete él solito en la sana ball de buen grado.

-¡Ku!

Mientras tanto, la batalla continúa: el fearow arremete con Persecución contra el elekid (-6 PS), aunque al contacto sufre un calambrazo. El ave está paralizada.

Ha sido un poderoso golpe, el cambio de oponente se deja notar para el pequeño pokémon eléctrico. Sin embargo, el elekid no se rinde. Aunque le haya dolido el golpe, se lo está pasando mucho mejor que jugando con el generador. Da unos saltitos alrededor del fearow haciendo girar los brazos y descarga un nuevo Impactrueno.

El fearow lo está viendo venir y se dispone a esquivar, pero en el peor momento los músculos lo traicionan, se queda clavado, totalmente paralizado, en una postura extraña y el ataque le da de lleno (-12).

-Oh Fearrow...aguanta, ¡continúa con persecución!

Astrid estaba muy consciente de que a Fearrow la electricidad le dolía y mucho. Esperaba que con el próximo ataque, fuese suficiente para arrojar la pokeball.

El fearow parece algo cabreado, pero no descarga su malhumor contra Astrid, sino contra el elekid. Con algo de esfuerzo, consigue desencajar los músculos y atacar al pokémon amarillo que, confiado al ver a la gran ave paralizada, no había quedado en buena posición para esquivarlo (-6 PS). 

Empieza a sentir los efectos del combate, parece magullado (15/29 PS), sin embargo, se ríe con su extraña voz eléctrica y se dispone a atacar de nuevo, bastante animado.