Partida Rol por web

La parte central del suelo parece haberse desmoronado tiempo ha, probablemente por el mismo incendio que destruyó la torre, o quizá por cualquier otra razón. En cualquier caso, ahora puede verse casi todo el piso de abajo, adonde ha ido a parar la mayor parte de los materiales de la torre.

Fiódor se asoma por el borde y, para su sorpresa, puede ver una figura humana arrodillada en el suelo, entre las sombras, de espaldas a él. No está seguro de cómo ha llegado esa persona ahí: bajar por el borde del hueco parece bastante peligroso, ya que hay una caída de más de tres metros y el suelo está lleno de vigas rotas y cascotes, lo que lo hace muy inestable. Debe haber un modo de bajar por otra parte.

Al observar el agujero, Fiódor comprueba que allí parece haber algo o alguien más.

¿Qué es eso? No puedo ver nada desde aquí arriba pero.. parece una persona.

Haciendo esfuerzo por fijar la mirada e identificar de qué podría tratarse, Fiódor se arrima al borde del agujero. Quizás debería intentar hablar con él y preguntarle cómo ha llegado hasta allí pero.. ¿sería eso buena idea? Primero quería asegurarse de que si realmente era una persona, no se tratase de un vagabundo o de un loco que había tomado esa torre abandonada como vivienda. Ya luego tendría ocasión de preguntarle, si consideraba que no era peligroso, o buscar una ruta alternativa.

Incluso desde el mismo borde del agujero, Fiódor no consigue asegurarse de nada más que de que se trata de una persona, por la forma diría que un varón, pero se halla oculto entre las sombras, arrodillado.

De repente, de él, o de detrás de él, o através de él, o de las sombras que hay a su alrededor, dos figuras oscuras se dirigen directamente hasta la cara de Fiódor. Por un momento, solo puede ver negro, cuando ocupan todo su campo de visión, y flotando en medio de ese negro, unas sonrisas macabras y unos ojos brillantes, brillando justo enfrente de los suyos.

-¡¿Pero qué..?! - Fue lo único que pudo llegar a decir antes de que las sombras chocaran con su frente traspasándolo al instante y nublando su visión durante unos instantes.

Las pulsaciones de Fiódor aumentaron peligrosamente.. No era algo a lo que estuviera acostumbrado y un sobresalto tan inesperado en un momento de máxima concentración afectaría incluso a la persona con mayor temple que pudiese existir. Además, la exclamación tras el sobresalto que no había podido evitar muy probablemente habría alertado a la extraña persona que se encontraba en el interior del agujero, sin embargo, eso no tenía la más mínima importancia en esos momentos para Fiódor..

Frente a él dos nebulosas figuras levitaban en el aire a escasos metros del muchacho. Fiódor notó como su sangre se congelaba al instante ante la presencia de aquellos seres..

No te quedes ahí quieto.. ¡corre!

Aunque su cerebro no dejaba de mandar órdenes, sus temblorosos músculos parecían no tener la menor intención de obedecer en aquellos instantes.. Aún así, pudo sacar el suficiente valor como para articular unas escasas palabras.

-F-F-Farf - Musitó con voz casi inaudible - Ayu-u-uda..

Fiódor pega un brinco y, trastabillando con escasa elegancia, consigue alejarse del borde del agujero. La madera antaño quemada cruje bajo sus pies y se parte, haciéndolo casi perder pie, pero consigue pegar un salto a un lugar un poco más firme en el último momento.

Detrás de él oye unas risas socarronas que le ponen los pelos de punta.

Farf ha bajado en picado desde el tejado, pero los fantasmas se dispersan, riéndose, y él se queda aleteando confuso durante un segundo. Enseguida se decide, sin embargo, y se reúne con Fiódor.

Una voz masculina se oye dese abajo. La figura de abajo debe de ser un hombre joven.

-Pero bueno, ¿qué escándalo es este?

Tras trastabillarse con un obstáculo que no logró ver, cerca estuvo de caer al suelo, por fortuna logró mantener el equilibrio a duras penas y evitar una caída que sin duda hubiera sido bastante aparatosa. Con un esfuerzo notable giró lentamente la cabeza buscando con la mirada a aquellos extraños fantasmas para comprobar, con más incertidumbre que alivio, que ya no se encontraban detrás él.. Aún así sus carcajadas retumbaban en cada pared de aquel recinto provocando que se escuchasen en todas las direcciones.

¿D-dónde han i-ido?

Afortunadamente Farf ya se encontraba junto a él, algo que le hizo darle el suficiente valor como para caminar nuevamente hasta el agujero. En cualquier caso, el miedo no parecía haber pasado del todo. Cuando estuvo lo suficientemente cerca echó un rápido vistazo con la mirada en blanco hacia el interior del agujero. El hombre se encontraba de pie en esos instantes y parecía exclamar algo que Fiódor, estupefacto aún por lo que había sucedido, no llegó a entender del todo bien. En su cabeza solo había miedo..

-Fantasmas.. - Fue lo único que dijo casi en un susurro dirigiéndose a aquel hombre. Ya no le importaba qué tipo de persona fuera, ni siquiera parecía recapacitar ni prestar atención a por qué se había acercado allí y había dicho eso. Realmente.. ya no era consciente de nada de lo que pasase a su alrededor.

Podría decirse que el fino hilo que separa la cordura de la locura había sufrido un pequeño daño que solo el tiempo podría recuperar.

El hombre, de pie, lo mira desde abajo. Ahora que se ha colocado bajo la luz del sol que entra por el inexistente tejado, Fiódor puede ver que se trata de un joven rubio, algunos años mayor que él, vestido con tonos oscuros. Al oír lo que dice Fiódor, no puede evitar soltar una carcajada.

-¡Jaja! Pues claro, ¿qué esperabas? -Camina por debajo de donde se encuentra Fiódor, hasta perderse de vista. Luego, el muchacho puede oír el crujir de unos escalones de madera y a continuación, vuelve a oír la voz del joven en algún lugar a sus espaldas, pero esta vez a su nivel.

-¿Eres entrenador?

Los fantasmas suben a la par que él, pero atravesando el suelo.

Fiódor observa, con la mirada aún desenfocada y en blanco, como avanza el joven del agujero hasta perderse de vista por uno de los recovecos de aquel lugar. Poco después escucha el crujir de la madera debido a los pasos que indican que aquel muchacho subía por algún sitio hasta el piso donde él se encontraba. Sin embargo, cuando ve aparecer a los fantasmas atravesando la madera empieza a temblar de nuevo incontrolablemente. En su semblante poco a poco se iba formando una mueca de terror y su cuerpo vibraba intensamente. -¡F-Fantasmas! - Gritó por última vez justo antes de dar un respingo y caer al suelo perdiendo el conocimiento debido al terror que sentía. Todo lo que había visto hoy había sido demasiado para su delicada tensión. Fiódor, siempre había sido un chico bastante crédulo debido a su carácter soñador. Sus compañeros de infancia sabían esto y abusaban del poder que les otorgaba gastándole numerosas bromas generalmente relacionadas con los fantasmas.

Fiódor se despierta cuando un chorro de agua cae sobre su cara. El joven rubio está junto a el. Ha sido el que ha volcado medio botellín de agua sobre su cabeza. Al otro lado está Farf, que grazna, nervioso al ver a su entrenador caído.

-Eh, chico, ¿estás bien?

El rostro del joven aparece a contraluz y tras él Fiódor puede ver el brillante cielo azul a través del enorme agujero del techo. Siguen estando en la Torre, aunque no hay ni rastro de los fantasmas.

Hmm.. ¿Agua?

Poco a poco Fiódor empezó abrir los ojos. Los párpados le pesaban pero el contacto frío del agua que de golpe había sentido en su rostro era suficiente como para conseguir espabilarlo. Mientras intentaba erguirse notó como le dolía todo el cuerpo y en la frente tenía un enorme bollo. Instintivamente se llevó la mano hacia allí con una mueca de dolor.

-Ho-hola.. - Dijo cuando se percató del muchacho por primera vez - ¿quién eres tú y.. qué ha pasado?

Aturdido como estaba aún no lograba recordar gran cosa de lo que había pasado. Lo último que podía recordar era que observaba a alguien en el agujero de la torre y una cosa oscura salía de repente de algún lugar chocando contra él. Lo siguiente que podía recordar era el contacto de la brisa en su rostro mientras sentía como alguien lo transportaba hasta aquel lugar..

-Tranquilo, Farf - Añadió mientras trataba de sonreír ligeramente y se intentaba levantar a pesar de los fuertes mareos que sentía - Todo está bien..

"¿Qué sería eso oscuro que vi? ¿Quizás una piedra que me golpeó? Sí, debió ser eso.." Pensó mientras se llevaba nuevamente la mano al chichón sin recordar que la razón por la que le había salido ese bulto y por la que le dolía todo el cuerpo era por la fuerte caída sobre los escombros cuando perdió del todo el conocimiento.

-Ah, menos mal. Me alegro de ver que no estás muerto. No eres de por aquí, ¿verdad? Soy Morti, el líder del gimnasio de esta ciudad. -Te tiende la mano para que te levantes. -Te has caído tú solo. Se ve que te has desmayado.

Fiódor, miró disimuladamente de arriba a abajo al joven. No parecía mucho mayor que él y vestía de una forma que jamás hubiese pensado de un Líder. Desde luego, a simple vista, difícilmente hubiera reconocido que se trataba de uno de los mejores entrenadores de aquella región.

Tras la inspección, Fiódor agarró firmemente la mano de aquel chico logrando, con su ayuda, incorporarse del todo.

-Muchas gracias, Morti - Agradeció mientras esbozaba una escueta sonrisa - Desde luego.. no sé cómo me he podido desmayar. Lo último que recuerdo fue que algo me.. ¿golpeó?.. - Acto seguido se llevó una mano a la herida de la cabeza mientras suspiraba algo incómodo - Ni siquiera sé realmente qué fue lo que vi.. - Hizo una pequeña pausa a la par que volvía a sonreír - Por cierto, me llamo Fiódor y no, no soy de aquí.. Vengo de Ciudad Olivo.

Aunque poco a poco empezaba a encontrarse mejor, su mente seguía nublada sin poder recordar el periodo de tiempo que iba desde poco antes que el fantasma le atravesara hasta que se había despertado.. En cualquier caso, sí podía recordar que había alguien en el agujero. ¿Sería ese chico? Si era así, ¿qué estaría haciendo allí dentro? Era algo que debía saber.

-Perdona la pregunta tan indiscreta pero.. antes de desmayarme vi a alguien en el agujero de esa torre - Miró hacia la torre momentáneamente - ¿Eras tú? ¿Qué hacías allí?

Al ver la confusión en que se halla sumido Fiódor y sus conjeturas, vuelve a reírse, suavemente. 

-No te ha golpeado nada. Mis pokémon te gastaron una broma y te asustaste. Pero puedes estar tranquilo: no atacan a la gente. Es solo que les gusta jugar, pero no han hecho daño a nadie en la vida. Al menos, en esta. -Observa al chico, divertido.

-No es una pregunta indiscreta, sí que es a mí a quien has visto -contesta con calma. -Estaba... -Esboza una sonrisa lánguida, enigmática. -Estaba rezando. A Raikou, por el apagón de esta mañana. -Mira a Fiódor directamente a los ojos, esperando su reacción o quizá alguna pregunta. Sus ojos son claros y tranquilos.

-¿Tus Pokémon? - Pregunta algo desconcertado, lo que había visto no parecía ningún Pokémon que hubiese observado antes - Vaya.. Por cierto, con lo del apagón.. ¿qué ocurrió? ¿Algo tan importante como para rezar a Raikou? - No pensaba que estuviera relacionado ni sabía nada acerca de ese tal Raikou.. pero quizás, con la respuesta que le diera, podría conocer algo más de aquellas extrañas farolas de la entrada de la ciudad. En cualquier caso sería mejor no contarle nada, de momento, de aquello que había ocurrido esa mañana.

-Mmm... Importante importante... Es raro. ¿Has llegado hoy a la ciudad? ¿Has visto los postes eléctricos? Han florecido. Eso... solo puede significar... -Se encoge de hombros. -Bueno. Raikou es uno de los guardianes de Johto y el Señor del Relámpago. Pensé que, si oyera mis plegarias, quizá podría ayudarnos, ya que esta situación claramente no es normal. Los tres canes guardianes de Johto solían reunirse en esta torre, ¿lo sabías? Por supuesto, eso fue antes de que se quemara, claro.

¿Así que aquel chico sabía lo de los postes eléctricos? Bueno, era lo normal, al fin y al cabo era de esa ciudad y no era algo que pasara desapercibido que unos simples postes eléctricos florecieran como si de un árbol se tratase. Sin embargo, ahora había una nueva pregunta que rondaba la cabeza de Fiódor, ¿estaría relacionado el suceso de los postes con el del árbol de la granja? ¿Qué estaría ocurriendo?

Lo que tenía seguro era que aquel chico parecía saber más que él, así pues.. a pesar de ser algo reticente a ello, decidió contarle el suceso que había vivido antes de llegar a aquella ciudad.

-Sí, había visto lo de los postes - Dijo Fiódor intentando demostrar indiferencia, aunque realmente no era algo fácil debido al gran interés que albergaba acerca del tema -Floreció justo cuando entraba en la ciudad, ciertamente fue algo maravilloso, aunque también bastante extraño.. ¿Qué puede significar?

En ese momento hizo una pequeña pausa.. Casi sin pensarlo alzó la mirada hacia el cielo. El sol brillaba con fuerza, y el tórrido clima hacía que su rostro brillara debido al sudor. Además, lo que quedaba de aquel templo apenas daba suficiente sombra como para poder aliviarse momentáneamente. Sin embargo, a Fiódor no le preocupaba en absoluto esto. En ese momento, mientras observaba el cielo, su mente no paraba de maravillarse ante lo que estaba ocurriendo aquel día. Se sentía un privilegiado al haber presenciado sucesos que probablemente nunca antes habían tenido lugar y quería llegar a conocer todos los detalles que pudiera.. una oportunidad como aquella no se podía desperdiciar.

-Aún hay más - Añadió mientras volvía a mirar a Morti -Esta mañana, justo en el momento de pasar frente a una granja, un árbol de aranja dejaba vislumbrar unos frutos plenamente maduros y en buen estado. Sin duda fueron las mejores aranjas que había probado en mi vida, pero eso no tendría importancia de no ser porque la granjera me dijo que esas frutas habían crecido y madurado en ese mismo día y que, además, no debían estar en esta época del año. ¿Crees que puede estar relacionado con el suceso de los postes?