Partida Rol por web

Jade se quedó estupefacto ante la reacción de quien nombró su rival, sorprendido por los gritos y por la carrera que había echado, hasta incluso le vió saltar una lagrima. Que Miaka corriera tras ella justo después no ayudó mucho, tanto que se tragó y miró hacia Connie quien ya tenía sus ojos sobre el hijo de Green - ¿Que he hecho? S-solo... Solo la estaba halagando. E-es decir... Quiero ser mejor que su padre y eso requiere vencerla a ella también p-pero... Tiene cosas buenas. ¿N-no esta bien eso?

No hacía falta siquiera que la cientifica-coordinadora respondiera. El chico de las gafas se agachó agitandose su pelo con una frustración bastante grande - Soy un genio, un estupido e inutil genio - Se insultó a si mismo - Vale, no sé que le pasó con su padre, o con su madre, yo que se... Pero debo pedir disculpas.

Se giró a todos los demás y se despidió - Gracias por el combate, nos veremos luego o en Plateada. ¿Connie vienes? - preguntó antes de salir corriendo en la dirección que tomó Ruby

Tras lo que pasó con la hija de Red, Aiko retomó un poco su conversación con la cientifica. - B-bueno... Es un tutor de movimientos. Tiene la información de todos los movimientos existentes y el como enseñarlos. El entrenador debe verlo y luego enseñarselo al pokemon... - Su voz disminuyó el entusiasmo pues la creciente preocupación por la chica de ojos rojos, era palpable.

No obstante tras la presentación de la pelirroja, la hija de Silph junto con Makani se pusieron igual de entusiastas - ¿La hija de los Hemlock? Mi padre ayudó a los tuyos a instalar los nuevos sistemas de protección en el safari pokemon de Kanto, la última versión de ellos. ¿Como no he podido reconocerte? - La respuesta era más que evidente, aunque fuera hija de los Hemlock, la chica era muy despistada, pero también su maquillaje ayudaba.

Finalmente el Ralts terminó de curar a los pokemon, al mismo tiempo que Connie iba con Jade. - Bien hecho Lyla. Te mereces un descansito - dijo entonces devolviendo a su Ralts a la pokeball antes de mirar a sus pokemon - Es genial. Realmente lo aprenden, con mucho esfuerzo - y entonces empezó a cavilar para si misma - ¿Aún os duele? - Preguntó pasando una mano por la cicatriz ya pequeña de donde les había atacado el Scyther del rubio, pero en este caso no mostraron ningún signo de dolor.

-¿Eh? D-de nada. Gracias a ti por dejarme comprobar que funciona enseñar el movimiento de esta forma. - Justo entonces guardó a su Scyther para quedarse solamente con su Riolu fuera.

Viendo entonces que Levy se había ido por su lado, Miaka y Ruby se habian adentrado en el bosque siendo seguidos más tarde por Jade y probablemente Connie, y Rick y Angie irian a llevar a Ray a Ciudad Verde para detenerlo, le preguntó a los que quedaban: Arion, Makani - No sé por qué los demás han dado la vuelta. Ciudad Plateada está por aquí ¿no? ¿Vosotros también vais para allá? Aunque sea corto el camino podemos ir juntos - De nuevo señalaba a la entrada a Ciudad Verde... O realmente era muy despistada, o se había perdido por completo.

El rubio se calmó ante toda la situación que hubo, inclusive a la orden de detención del ranger suspirando - Mira, haz lo que quieras, pero no me llevarás a Ciudad Verde ¿Quieres intentar detenerme? Muy bien, intentalo - Le lanzó entonces la pokeball de quien se supone sería Zantet al Ranger y se apartó - Adelante, si puedes conseguir encerrarlo en su pokeball te dejaré que me pongas las esposas. - Si estaba tan confiado era por algo, y muy probablemente sería por lo dicho, pues no sonaba a mentira.

-Además - Sacó entonces su pokenav y se lo enseñó al ranger mostrando en la pantalla una placa que ponía: "GUARDIA POKEMON KANTO" - Si fuera tan inconsciente de ir haciendo daño a cualquiera por ahí, pokemon o humano, no tendría esto.

Guardó entonces el pokenav y espero a ver su decisión - Si quieres asegurar que no me escape, te invito a que me acompañes, si no para de ponerte en mi camino y te veré en Plateada para que me lleves a la comisaría de allí, pero no pienso invertir mi camino. - dijo serio como el solo, a la par de que sonaba borde, esperando a que el dichoso Ranger se decidiera de una vez, pero preparado para evitar que trate de esposarle de cualquier manera.

Justo unos minutos después de aquella escena y la persecución, Miaka logró encontrarte, aunque no de la forma apropiada.

Al estar en el suelo Miaka no la vió tras los arbustos, y tropezó contigo cayendose frente a ella y su Eevee. El Vulpix por otro lado, al llegar a ese punto y ver a Ruby, gruño a su entrenadora y poco después empezó a bailar con pequeños brincos alrededor de la hija de Red, un baile un tanto lleno de belleza, al mismo tiempo que de un punto cómico, tratando que se fijara solo en ella para tratar de sacarla un sonrisa, tanto fue así que Midori lo entendió y trató de imitar a Brisa.

Hasta los pokemon parecían querer ayudar.

-¿Mierda como pude ser tan idiota? - Te preguntó realmente como si quisiera tu opinión, o como si esperara que le regañases - Sabía que su padre desapareció, pero no sabía que le había afectado tanto... También sabía que su madre no le dejaba interactuar con pokemon pero... Agg. ¿Que he dicho mal? En serio. No quería resultar hiriente ¿A ti te parecí hiriente? - Relamente se estaba reconcomiendo la cabeza, porque estaba viendo como si se hubiera atacado a si mismo.

Esperó a oirte a ti, a ver la verdad desde el punto de vista de una tercera persona y luego suspiró - Espero que me perdone... No pretendía ser así. ¿Donde estarán? - Y justo entonces escuchó un pequeño sonido entre los arbustos, susurros y pasos sobre todo. - ¿Ahí? - dijo antes de acercaros al lugar donde habían sonado esos ruidos.

Tras esos minutos en privado cada cual por su lado, de entre los arbustos apartando las hojas, salieron Jade y su compañera, Connie, junto a sus pokemon Pikachu y Gastly. Jade justo entonces se tragó un poco antes de coger fuerza, y mayormente por estar allí Connie.

-Esto... Lo siento. - dijo en un principio antes de dar un paso - No pensé lo que dije... Osea, si lo pensé, pero no lo suficiente. Quería halagarte, decirte que veo lo bueno que tenían tus padres en ti no... Que eres como tu padre o como tu madre. - Suspiró entonces antes de mirar a Connie y rascarse la nuca

-Se lo que es que te comparen con tu padre, pero no se lo que es perder uno, y mucho menos lo que debes de estar sintiendo ahora mismo por haberte comparado con el... Por eso soy la última persona que debería comparar a alguien con su padre aunque sea solo para resaltar cosas buenas... Supongo que... me emocioné por ver al fin al hi... - se dió cuenta de lo que iba a decir y corregió - Al ver que al fin te han dejado estar con pokemon y vivir tu aventura.

-No tienes por qué ser como Red. Igual que no tengo que ser como Green. Somos lo que queramos ser. - Miró entonces a su compañera con una sonrisa de medio lado feliz por como terminó aquella frase, la cual parecía habersela administrado así mismo - ¿No? - A fin de cuentas, los hijos de los dos entrenadores legendarios, no eran tan diferentes. Uno tenía temor tras de sí generado por su padre, el otro unas expectativas brutales sobre sus hombros. - Espero que me perdones si te he ofendido, al querer valorar tus virtudes.

Me quedé más tranquilo cuando observé que varios del grupo se disponían a seguir a Ruby. Era cierto que pensaba que debía de pasar por esto ella sola, pero quizá sería mejor si alguien la apoyaba. Toda esta situación resultaba demasiado complicada para mí, por lo que dejé de pensar en ello. Sea como sea, ya había quien la iba a acompañar.

Mientras todo esto sucedía, observé perplejo cómo Aiko usaba una especie de ordenador para enseñarle el movimiento Pulso Cura a Ralts. En ese momento aparecieron la chica nueva, Connie, y el chico de la bata, Makani, presentándose ambos con Aiko, pero debido a mi estupefacción no pude evitar interrumpirles -¿¡Has dicho que con ese aparato puedo enseñar cualquier movimiento!? ¡Necesito uno de esos!- dije mirando fijamente a Aiko sin poder ocultar mi emoción. Entonces me di cuenta de que igual había exagerado -Ah... lo siento. ¿Serías tan amable de prestarme ese aparato? Por cierto, yo soy Arion.- dije esto último mirando a Connie y Makani, que estaban con nosotros.

Cuando Aiko dijo que fueran a Ciudad Plateada, y señaló hacia Ciudad Verde, no pude sino mirarla confundido -No te lo tomes a mal, pero creo que estás un poco perdida. Eso es Ciudad Verde.- dije intentando disimular una sonrisa. Al final era cierto que la gente se perdía fácilmente en ese bosque.

-Claro, podemos ir juntos, si no te importa que durante el camino vaya a estar entrenando a mis Pokémon.- dije mientras miraba a Kiru y le acariciaba la cabeza. Debía de mostrarle mi afecto a mis Pokémon para fortalecer nuestro lazo.

Observé que el chico rubio se estaba marchando por unos matorrales, ¿le seguiría Rick? También Jade quería ir tras Ruby. Suspiré, no pudiendo evitar el pensamiento de que este grupo era de lo más problemático. Si quería hacerme fuerte pronto debería de tomarme un tiempo a solas entrenando duro.

  jajaja... V-vale~vale Maggie, si tú eres la más bonita... Si que lo eres  - mientras sentía la estática pelliscando mi rostro a medida que está restregaba su mullido morro buscando mimo.

  Parece que si que tenían hambre ... Tanto Scyther juntos... debe ser una competencia reñida el poder obtener una simple baya para estos pequeños... - Muy bien chicos - decía tanto a Maggie como a los tres bichitos que se paseaban - Estos... estos son pokochos... - abriendo una bolsa con unas galletas que traía desde casa - tal vez no crezcan de los árboles... pero su sabor es tan natural... Venga... sin miedo - sacando una de las galletas y fragmentado un trozo grande que le daba a mi compañera para que demostrará lo que estaba diciendo y el resto lo dejaba sobre una de las mantas que tenía para el campamento, de modo que pudieran comer agusto.

Aaaah... Menudo lío... Arrecípolis, el lugar donde Angie se había criado, no era una ciudad demasiado grande. Los muros naturales que la separaban del resto de la región hacían que no tuvieran demasiados visitantes, y prácticamente todos los habitantes del lugar se conocían entre sí. Era un lugar tranquilo, y por eso conocer a gente nueva era algo que a la peliverde siempre le había gustado. En cualquier momento anterior de su vida, ser parte de un gran grupo de gente nueva e interesante, cada uno con su propia historia que contar, le habría parecido fascinante. En aquel momento, con tantas conversaciones teniendo lugar al mismo tiempo, con tanto drama viniendo de todas partes, Angie se sentía casi mareada.

Algunos se marchaban del lugar, otros discutían, otros salían corriendo con lágrimas en los ojos. Unos hablaban sobre grandes empresas, otros sobre entrenadores famosos, otros sobre lo que era correcto y lo que no. Angie sólo achuchó a Pollo, y miró a su alrededor buscando un salvavidas.

- Rick, - dijo a su amigo, acercándose a su espalda mientras éste tenía su acalorada discusión con aquel chico rubio. - vámonos. - pidió. - Si este chico pertenece a la guardia de Kanto no vas a poder detenerlo... si quieres, podemos presentar una queja luego...

Nebbia le enseñó la lengua al pokémon canino sin descender lo suficiente para ser atrapada; provocarle así era su manera de jugar, y que el Rockruff la siguiera solo le daba ánimos a continuar con ello…

— Si, de Fucsia ¿los conoces? — por su parte la coordinadora contestó al bronceado un poco sorprendida de que alguien allí reaccionara al nombre de sus padres, que al fin y al cabo no eran precisamente leyendas como en el caso de los otros dos; el llamado Makani no solo resultó ser un chico de cultura, sino que incluso tenía un trasfondo científico que le daba sentido a sus preguntas ¡vaya sorpresa!

— Kukui… ¿¡Alola!? — dijo dando un respingo — Nunca he ido allí, pero sé que el profesor es especialista en los movimientos pokémon ¿verdad? Además de ejem… guapo — al mencionar eso último se ruborizó, pero independientemente de su apreciación como fan, el trabajo del mentado científico era por si solo interesante… ¿ese chico cargaba con su legado de investigación, siendo su ayudante? — Es un gusto para mí también — agregó — definitivamente debemos intercambiar datos… —

La revelación de Aiko aportó nuevo interés a la situación, pues aquello ya no era solo ocasión de ver a pokémon raros o de hacer valiosos contactos, sino que las sospechas de Connie (y al parecer de Makani) resultaron ser correctas: el dichoso aparato de la pelo-de-chicle era de hecho algo más que un ordenador-cuaderno; expectante la pelirroja aguantó la respiración por un momento y abrió los ojos como platos — Wow es fascinante…¿puedo ver un poco más? — no es como si quisiera ignorar la situación con Ruby, es que no podía quitar su atención de un aparato como el que se le describió y a diferencia de Aiko, la conciencia de Connie era más bien situacional.

— ¿De verdad? Vaya, el mundo sí que es pequeño ¿no? — miró a Makani, otro que también conocía a sus padres — Yo en esa época no estaba tan metida en ese tipo de trabajos y ellos siempre ha llevado un poco por separado sus cosas respecto a las mías, quizás por eso — aclaró, pues si bien no tenía precisamente una mala relación familiar, sus respectivas formas de hacer las cosas hacía difícil el cooperar durante mucho tiempo con sus progenitores.

Volviendo al presente, Connie no tenía bien claro qué hacer o si para empezar debía hacer algo respecto a ese descontrol iniciado por la imprudencia de Jade, porque sí, a ella le parecía mayormente eso y no tanto un deliberado mal, pero tampoco algo inocuo, las cosas como son. Escuchó al que parecía por fin caer en cuenta de la ironía implícita en todo eso, sin embargo no le respondió pues quería dejarlo encontrar la respuesta por él mismo; cuando el de ojos verdes se despidió y comenzó a correr, no obstante, sorprendida Constanza tuvo que salir atrás de él casi casi “arrastrada” ya que al fin y al cabo eran compañeros de viaje ¿no?

— ¡Pues claro que voy jum! — solo la pregunta ofendía, pero en fin…

— Makani, Aiko ¡nos volveremos a ver! ¡Un gusto, Arion, ya hablaremos más luego! — lejos de prometer o pedir, aseguró porque así era ella, cual acosadora o arma de seguimiento que una vez fija su mira en un objetivo no escatima recursos para alcanzarle, pero hablando de objetivos el más actual y urgente se le escapaba…

Gastly la siguió.

— No…sé…hah… — respondió a la pregunta ajena, jadeando por la repentina carrera — con la cantidad de problemas que tienes al ser comparado con tu padre, una esperaría que no hicieras exactamente lo mismo con…. hah… otra persona… — seria agregó, aunque más lo estaba porque Jade la “obligó” a cansarse.

— Parecía que la comparabas directamente con Red, y como dije antes, que querías ser su rival solo por eso — negó con la cabeza, Nebbia también pero ella sonreía pues todo era un juego desde su perspectiva.

— Quizás — contestó al escuchar el ruido más o menos cercano; en ese sentido confiaría en las habilidades para rastrear del chico de Ciudad Verde…

Ya de cara a Ruby y a Miaka, todavía necesitada de recuperar el aliento, atenta Constanza observó lo que hacía y decía Jade, no juzgándolo, pero tampoco mostrándole apoyo; lo estaba dejando “solo” porque ella pensó que unirse a una disculpa que a ella no le concernía solo empeoraría las cosas, así pues, lo mejor era dejar que las cosas fluyeran desde la sinceridad y los pensamientos que pudiera externar su compañero de viaje; eso si, en cada ocasión que el ajeno buscara su mirada, ella se la devolvería como una especie de apoyo mudo, de decirle que era testigo de su intento para redimirse ante alguien que como no conocía del todo, no sabía cómo reaccionaría al final…

— Y es que es tonto — al fin intervino tras el más alto, levantando su índice y hablando de forma confidente como era normal para ella — en si Jade es bueno cuando le conoces, un poco serio a veces pero… — devolviéndole la sonrisa lo miró — lo suficientemente sensible como para de hecho arrepentirse al cometer un error; sé que mi palabra seguramente no te valga de mucho, pero chica, te lo digo con certeza: Jade no es una mala persona  — aseguró.

Miré con una sonrisa como el pokemon de Ruby se unía al baile, me encantaba ver a Brisa, tenía mucha maña para esas cosas, aunque alomejor a ella no le hacía tanta gracia como a mí, al fin y al cabo cada una tiene su propia personalidad.

Menuda carrera, Dije estirandome, mientras me limpiaba con un pañuelo la suciedad de los raspones que me había hecho al caerme, era tan blanca de piel que esas cosas se notaban mucho, Aunque siempre viene bien hacer un poco de ejercicio. Sonreí, iba a decirla algo intentando calmar el asunto pero el culpable salió de la nada dispuesto a hacerlo él mismo, por lo que me callé y me puse junto a Connie escuchando como hablaban.

Eso está bien, Para mí no era importante quien era su padre o su familia, era Ruby, la chica que había conseguido su pokemon para seguir su aventura, que más daba lo que su padre hubiera hecho, suponía que tenía sus razones para irse, seguramente buenas en su cabeza, aunque en realidad se hubiera equivocado, ahora Ruby debía buscar sus propios amigos y seguir su camino. Aunque esperaba que los pokemon no hicieran lo mismo con ella y se acordara de su familia aún en el viaje.

Hice una señal a Brisa para que parara de saltar, era un momento serio y, aunque tenía buenas intenciones, mi helado pokemon no conocía el concepto de seriedad, siempre intentaba que todo fuera alegre, posiblemente por que en cada viaje veía a una Miaka triste cuando tenían que dejar un lugar e ir a otro.

Sonreí a Ruby esperando que perdonara al pobre chico, se había equivocado pero parecía haber comprendido la situación, y haber elegido la decisión correcta, simplemente añadí después de Connie, Y a partir de ahora, simplemente será Ruby, ¿a que sí?.

Después me acerqué al oído de Connie con curiosidad para no interrumpir la respuesta de Ruby, Tengo entendido que estas cosas se arreglan con un combate ¿verdad?.

-¡AAgh! Cayó de bruces, raspándose un poco la rodilla nada más. Se levantó angustiada, ni siquiera había guardado la rotomdex y temía incluso haberla roto pero por suerte seguía intacta en su mano. Se dejó caer en el suelo, dándose cuenta de que Midori estaba allí, preocupado por ella. - Lo... Lo siento... Estaba acariciando a su pokemon cuando de pronto una voz le hizo alzar la cabeza y asustarse, palidecer. ¿Que era esa cosa? Alzó la rotomdex rápido aunque temblorosa. - ¡Quien eres! ¿Por qué me conoces? ¡Espera no te vayas! No... Se levantó deprisa pero ya había desaparecido, empezó a frotarse los ojos y empezó a dar vueltas sobre si misma, buscándolo con la mirada. -¡Vuelve! ¡Dime algo!... No... Me dejes con tantas dudas...

Entonces aparecieron de entre los arbustos Miaka y su pokemon, ya los conocía y ella con orgullo se frotó bien frotados los ojos y puso un rostro más calmado, llegando a reír cuando vio al Vulpix de Miaka bailar junto a Midori para animarla. - Gracias peques... Y... 

Miró a la chica. - Perdona por haberme ido corriendo, no ha sido muy... maduro por mi parte. Hablaba de madurez pero seguía siendo una cría, como todos. -¿Sabes... donde estamos? Yo me he perdido jajaja... Siento mucho eso. 

Poco después de estar charlando aparecieron Jade y Connie a quienes saludé con la mano mucho más tranquila, negué un poco al chico y al final le sonreí. - No, no has hecho nada malo... Soy yo la que se debe disculpar contigo, me exalté y no supe controlar mis emociones... Acarició entonces la pokeball que tenía en su cinturón y se agachó para hacer lo propio con Midori, su Eevee. 

-Cuando conozca más este mundo, combatamos. Ahora mismo no sé si podría... Hasta hace unas horas no conocía ni lo que era un movimiento pokemon, menos mal que tengo la Rotomdex. Rió un poco.

Parecía que Jade la había cagado un poco a la hora de hablar con Ruby... y habiendo escuchado lo que le había dicho, ciertamente puedo entender su reacción... ¿a quien le puede gustar que le digan que se parece al padre que les dejó abandonadas a ella y a su madre, para luego que diga que quiere derrotarla en un combate? Al menos él se había dado cuenta de su error y se disponía a resarcirse... bueno, entonces no diría nada; además porque mi atención se centraba más en el rubio borde que nos trataba con prepotencia -Tranquilo Arion... dudo que ese Scyther me vaya a hacer nada- le dije al pelirrojo para que se quedase tranquilo... aunque en verdad de eso no estaba muy seguro; si ha pegado esas cuchilladas en un ataque de ira, a saber que hará si me acerco para detener a su entrenador... pero vamos, si me hace eso tendré más motivos para detenerle, por agredir a un agente de la ley.

Obviamente pasaban muchas cosas a mi alrededor, como charlas entre Aiko y Arion, Jade yéndose con Connie después de que este hubiera hablado con el chico ese que parecía ser de Alola que a la vez había hablado con Miaka. Pero ahora mismo mi atención se centraba en mirar con mala leche la sonrisa maliciosa de Ray ante mi insistente intento de hacer justicia y detenerle -Pues haberte adentrado más en el bosque... no pienso llevarte a Plateada cuando estamos a tiro de piedra de la comisaría de Ciudad Verde- le dije totalmente en serio a Ray. Y mentiría si no me alegrase de que pillara más cerca el camino contrario que él quería seguir... así cumplo mi trabajo y en parte le jodo un poco, además con justificación legal.

Entonces me lanzó la pokeball... la cual ni hice amago de cogerla, dejando que chocara contra mi y cayera al suelo... me estaba mosqueando de verdad -¿De verdad crees que me voy a poner a jugar al Tiro al Duckett con tu Scyther? Tu no eres el que decide si te detengo o no por un estúpido juego- le dije con seriedad absoluta... ¿tan poco respeto le tiene a la autoridad? ¿O a la profesión de Ranger? Me estaba cabreando mucho más incluso que Arion en su momento.

Miré con apatía absoluta la placa de Ray de que pertenecía a la Guardia de Kanto... estaba a punto de responderle cuando noté que mi amiga me hablaba desde detrás mía, diciendo que nos fuéramos pues pensaba que a un Guardia no se le podía detener. Lo siento por ella, pero negué con la cabeza -Los guardias se pueden detener como a cualquier otra persona que cometa un delito, esa placa no sirve como tarjeta de "Me libro de la cárcel"...- le expliqué a Angie, antes de mirar a Ray -Que tengas esa placa solo me demuestra que se la dan a cualquiera con parentesco con otro guardia- le dije con total seriedad y frialdad. No sabía quien sería su familia... pero de momento estoy seguro de que sea quien sea no estaría de acuerdo con lo que estaba haciendo -Tu ve a Ciudad Plateada Angie, tranquila que esta noche me cruzaré el bosque y os alcanzaré... lo juro. No te quiero fastidiar el viaje... y con lo cabezón que soy sabes que no aceptaré un "no" como respuesta- le terminé diciendo a mi compañera, a la cual no iba a arrastrar de vuelta a Ciudad Verde por culpa de este idiota.

Y lo último pues ya me mosqueó -¿Pero de verdad te crees con derecho a ofrecerme cosas como "compañía" y demás? ¡Te estoy deteniendo! ¡PUNTO! No hay nada que negociar leñe. Que te crees que yo no tengo ganas de llegar a Ciudad Plateada... ¡Pero si pilla más cerca la comisaría de Ciudad Verde no pienso perder el tiempo en recorrerme lo que queda de bosque contigo!- le terminé diciendo. Ya me tendría que joder esta noche cruzando el bosque, no se si solo o con alguien más... ¡pero Ray pasa una noche en la comisaría de Ciudad Verde si o si!. Así que ni corto ni perezoso, saco las esposas para lograr ponerle las manos en la espalda y detenerle, me daba igual la fuerza que me opusiera... no pienso contenerme nada con este borde.

Ser la hija del CEO de Silph S.A. tenía sus ventajas, porque este tipo de aparato era único en cierto modo. Un superordenador capaz de explicar los movimientos exactos de cada pokemon y las instrucciones de como hacerlo... fascinante! En los libros no ponían nada de como enseñarle a un Pokemon a hacer movimientos, o al menos los que había leido, y las MT eran una rareza, además de muy caras. Aunque había estado estudiando con Kukui, no podía conocerme todos los movimientos que este había estado estudiando toda la vida, y mucho menos cuando la mayoría de veces estaba enseñándome como cuidar Pokemon y ver sus patrones de comportamiento. Además, tampoco estaba tan entusiasmado como mi profesor con ese tipo de cosas. Mi campo eran más las anormalidades, aunque también era interesante saber si un pokemon aprendía algun movimiento que normalmente no aprende...

Creo que me pasé de información al decir quien era y que hacía, pero a nadie le importó, hasta la hija de los Hemlock pareció interesarle que era aprendiz de Kukui. -Sí, estudia los ataques Pokemon, aunque con este prototipo "busca-movimientos" le ayudaría en muchisima cosa! es como tener todas sus notas de laboratorio en un librito! - Al parecer al chico pelirrojo del Sandile, o Arion, también se interesó por ese artefacto. Me dirigí otra vez a Connie -Sí, deberíamos compartir notas de todo lo que hemos descubierto, si solo me dieras el numero de poke...- No pude acabar la frase de nuevo, pero esta vez era el chico de las gafas que había enfadado a la hija de Red que se dirigía a los interiores del Bosque, llevandose a Connie -Agh... algún dia conseguiré el número de alguien...- Manuka después de dejar al Ghastly, que también se alejaba con esos dos decidió volver a mi contento y feliz, mientras miraba al Ralts, otro nuevo pokemon que era muy difícil de encontrar en las islas. Tuvimos uno en el laboratorio durante un tiempo, aunque no pude interactuar muy bien con él... Me dirigí a Aiko esta vez. -¿Al menos tú si que me darás el numero del pokenav no? - Le dije mientras me acercaba a ver más de cerca el libro e investigarlo -Seguro que hay información tremenda en la base de datos de movimientos que tienes...-

La situación entre el rubio y el Ranger no andaba muy bien, y menos aun la otra ranger que andaba preocupada por lo que estaba pasando y diciendo al mayor, o Rick, que se fueran. Pero este no quiso y con toda la gracia del mundo recogió al otro chico, que presentó otra placa? ¿Guardia? ¿De qué? El chico se había merecido un arresto pero, amenazándole de esta forma, eso era algo que no podía negar...

Aun así estaba indeciso que hacer, sinceramente todo el mundo se había esparcido de un lado a otro, unos yendo a Verde, otros adentrándose para ir a la proxima ciudad... Plateada? o al menos decían. Podía acompañar a Aiko, Arion y Angie e indagar más sobre los pokemon que tenían y ese libro tan interesante o podría irme solo y adentrarme en el bosque a buscar nuevos pokemon, incluido ese scyther, herido no podrá defenderse mucho, aunque es residente de este bosque... Pero me acordé de algo que no hice justo después de salir de Pueblo Paleta... Mis suministros! no había comprado nada y si quería quedarme unos estimados dias no podía hacer nada, y menos sin cocina portátil... -Creo que rechazaré la oferta de ir a la otra ciudad con vosotros chicos... me faltan cosas para mi aventura. - Le comenté a Arion y a Aiko, aunque la última parecía estar perdida. -¡Vente Manuka! ¡Hay que ir a comprar cosas! - El pequeñajo se giró hacia a mí, luego se giró al Ralts y le pegó un lametazo de forma amistosa, antes de pegar un pequeño ladrido y ponerse a mi lado. -¡Ey ranger! Espera que me vuelvo contigo a Ciudad Verde, no me conozco mucho el camino y podría tardar más en encontrarlo que tú, asi que...- Me fuí acercando hacia el rubio y a Rick guardando mi bloc de notas en la cajita impermeable de mi cinto.

De los tres que quedaron ahí mirandote, entre ellos uno muy ilusionado por seguir comiendo, el último caterpie en llegar se fue al ver que ofrecias una nueva comida extraña y no se fiaba. El primero, no obstante se lo comió sin dudar nada más le ofreciste aquel trozo con la misma ansia que con la baya. El Weedle sin embargo miró con duda el trozo y luego a los pokemon. Cogió el trozo y retrocedió otro poco para comerlo en su seguridad, aunque no pareció disgustarle.

Caterpie sin duda parecía estar conquistado por su estomago gracias a lo que le dabas, independientemente de tu Mareep que estaba muy cercano a ti por lo obvio. Pero en cualquier momento tendría que poner marcha al camino, o bien podrían alcanzarte, o quedarte más de una noche en el bosque.

Jade al buscar respuesta en su compañera, y oir la propia de sus labios se sorprendió - ¡EH! ¿Como que serio a veces? - Pero al final cedió por como acabó su comparativa con respecto a el mismo - Bueno... es un comienzo, pero tan solo nos conocemos de haber comido una vez. - se encogió de hombros - Por lo menos me alegro que me veas así.

No obstante su sorpresa fue mayor cuando escuchó a la castaña asegurar las cosas de forma tan rotunda, tanto así que sonrió - Si, Ruby, y nada más. - No tuvo más que decir al respecto, pues parecían aclararse las cosas. Y para ello Ruby puso la guinda.

Finalmente Jade negó con la cabeza - No te preocupes. Me vale con que ambos estemos bien. En cuanto al combate, puedo esperar, soy paciente. Aunque no tengas miedo a combatir, a fin de cuentas, la relación entre un entrenador y su pokemon se basa en la confianza mutua y ciega, hasta en el combate. Tu Eevee siempre te defenderá. Y si no siempre puedes pedir un pequeño combate contra un compañero, como entrenamiento no en serio. - Todos parecían tener consejos para combates, y es que en verdad no era nada raro. Cualquiera parecía dispuesto a ayudar a Ruby desinteresadamente.

-Ahora igual... deberiamos salir de aquí en dirección a... - la frase de Jade no obstante se cortó a medio camino cuando empezó a sonar la RotomDex de Ruby

-DATOS DEL POKEMON ENCONTRADOS, RETRANSMITIENDO:

La imagen se volvió borrosa del pokemon visto por la pokedex

-Mew: Pokemon genetico. Es tan sumamente raro que muchos dicen que es solo un mito, aunque los expertos lo consideran el antecesor de todos los pokemon al poseer en su ADN el mapa genético de todos los pokemon. Puede hacerse invisible a voluntad, así que logra pasar inadvertido aunque haya gente cerca. Algunos cuentan que solo se aparece a los puros de corazón, y a quienes desean verlo con todas sus fuerzas, otros por otro lado que se aparece ante los que pierden su rumbo y realmente no merecen perderlo.

Al escuchar toda la información de la RotomDex, Jade se quedó blanco y boquiabierto, y para cualquiera que conociera al pokemon Mew, sería una reacción de lo más normal. - ¿Habeis... visto a Mew?

Con un pequeño sobresalto, Aiko retrocedió llevando atrás el libro - L-lo siento mucho pero no. Osea, si dejaré que lo uses, p-pero... E-es solo un prototipo, está aún en la fase de pruebas y me ofrecí como la primera en probarlo en campo al salir de viaje. Bueno eso y otras cosas más. P-pero no puedo dejarselo a quien sea, y mucho menos puedo alejarme de el. Tengo que comprobar que funcione todo correctametne, que realice los pasos adecuados y que el resultario sea satisfactorio. - Intentó explicar algo nerviosa frente a la petición de Arion, lo cual también se volvió una respuesta propia ante la hipotesis de Makani sobre la utilidad para Kukui.

No obstante ante su otra pregunta sonrió con un asentir - Si, en eso no hay problema. - Sacó entonces una tarjeta de visita suya la cual se la ofreció al de Alola con normalidad

Y aún a pesar de todos, las discusiones seguían siendo las protagonistas siendo que la de Rick y el rubio se habían vuelto lo que más se escuchaba en esa escena - ¿Quereis dejarlo ya? Por favor, no creo que las discusiones sean buenas para nadie, ni tampoco para los pokemon. Da igual quien tuviera la culpa no se tiene porque arrestar a nadie - Aiko quiso intervenir, pero por ese momento parecía demasiado tarde para el cabenzón del ranger. Así fue que la hija de Silph se acercó a la peliverde

-Si quieres vente con nosotros. No merece la pena gastar tiempo con ninguno de estos dos. - Le ofreció entonces ofreciendole su mano, ya que Arion parecía dispuesto a ir con Aiko - Y no te preocupes Arion, no me importa. Eres un entrenador a fin de cuentas. - Esperó entonces a que la peliverde se decidiera para ir con Arion.