Partida Rol por web

Hoku sacó la pokéball de su bolsillo y la lanzó hacia arriba con una sonrisa, volviéndola a coger con la mano cuando caía de nuevo hacia abajo. Monorme nos dio una gran paliza, es un pokémon espectacular. Por su actitud alegre, parecía que a Hoku no le preocupaba. Pero no importa, vamos a descubrir como derrotarlo y entre todos vamos a conseguirlo. Los ojos de Hoku fueron tomando un cariz determinado según hablaba, hasta acabar con una mirada que usaba en sus combates cuando la cosa se ponía seria. 

El gigantón se acercó a Alina y le ofreció su pokéball. ¿Podréis Daisy y tú curar a Hulk y a Sada? Preguntó volviendo a dedicar una amplia sonrisa a la dulce joven. Los vamos a necesitar a pleno rendimiento si queremos derrotar al maldito mono, ese halo morado que le otorgó el meteorito le ha hecho aún más fuerte. Su sonrisa no cambió a pesar de lo que estaba contando, pues tenía plena confianza en que lograrían derrotarlo.

Tras dejar a Hulk con Alina, el luchador se fijo en el mapa que pacería estar haciendo Pittien. ¡Que gran trabajo! Lo felicitó entusiasmado, dándole un suave golpecito en el hombro. Venimos de aquí, puedes llamarlo leña. Dijo señalando al lugar correspondiente con el 4H. Voy a echarle un vistazo para ver si recuerdo algún lugar más. Se sentó en el suelo a observar el mapa con mayos detenimiento. 

Tras mirar el mapa unos minutos, el gigantón salió de su ensimismamiento. Por cierto, ¿y Rintaro, Fran y Pietro? Preguntó riéndose, avergonzado por no haber pensado en ellos antes. 

- Creo que te entiendo -dijo comprensivamente y le apretó con amabilidad el hombro- pero yo no creo que no sepas manejar a Flubby, míralo jeje, ha logrado ser una estupenda chansey y... ¡Y una herramienta antes! ¿Qué ditto hace eso? Jajaja, además se nota que te quiere un montón y eso es súper importante, ¿sabes? No sirve de nada ser un gran entrenador pokemon si luego no sabes cuidar a tus compañeros, quererlos y apreciarlos -en ese momento sí que se pudo apreciar visiblemente un nubarrón de tristeza pasar por la mirada de Alina. Crecer en un centro pokemon te hacía ver cosas, a veces, para las que nadie estaba preparado, ni dispuesto a hablar o cuestionarse. Ella se preguntaba muchas veces si realmente en la academia las preparaban lo suficiente para aquellas situaciones, no lo sentía así desde luego. Tal vez aquello le hizo malinterpretar al arqueólogo su estado de ánimo y lo miró sorprendida, para luego responderle negando y con una sonrisa- No estoy triste Pittien, además me gusta que me cuentes tus cosas porque así nos podemos conocer mejor, ¿verdad? 

Alina miró hacia donde señalaba Pittien en ese momento y no le gustó mucho lo que vio, no era buena señal que sus pokemon no caminasen a su lado así que se giró con rapidez a Daisy y a otra pequeña chansey con ojos de ditto y sin lazo.

- Daisy, Flubby preparaos -dijo antes de acercarse a Hoku, justo cuando este comenzaba a hablar-. ¡Ay, no! 

Aún así, el humor del hombre parecía no estar decaído y Alina le sonrió afable, le caía muy bien el gigantón. Agarró con delicadeza la pokeball de Hulk y extendió la otra mano para tomar también la de Sada.

- ¡Claro, dejádnoslo a nosotras! Además... ahora tenemos otra compañera para echar una patita ¿eh Flubby? jejeje.

Dicho esto se alejó de la zona del mapa para soltar a los pokemon directamente sobre ambas camas que estaban cerca la una de la otra, tenía que inspeccionarlos primero, su semblante se observaba serio y concentrado. Una vez les hizo una pequeña revisión* miró a Daisy relajando el gesto con una pequeña sonrisa.

- Muy bien Daisy, tenemos que curar a Hulk ¿vale? Prueba a usar tus movimientos de cura y veremos si luego necesitamos algo más... -después se giró a Flubby y le acarició también la cabecita- Y usted, enfermera Flubby tiene que hacer lo mismo que haga Daisy pero con Sada ¿entendido? ¡Vamos, nosotras podemos!

Miki llegó algo acalorada, más por los nervios y la tensión de la situación que por cansancio en sí. Demasiadas emociones en un momento. En cuanto Hoku hizo el resumen, Miki se acercó a Alina y le entregó la pokéball de Sada.

-Tened cuidado. Sada ha evolucionado y ahora es... bueno, como tres Sadas a la vez. 

Lo ideal habría sido contar con uno de aquellos cacharros que usaban en los Centros Pokémon, pero estando atrapados en aquel lugar, bastante suerte tenían de contar con una Joy entre ellos. 

Hoku: Los vamos a necesitar a pleno rendimiento si queremos derrotar al maldito mono, ese halo morado que le otorgó el meteorito le ha hecho aún más fuerte.

-Cierto, es mucho más peligroso de lo que parece -dijo mientras tomaba asiento-. Se volvió más grande, y empezó a sacar brazos extra, como si fuese un machamp monstruoso. Sin embargo... creemos que su elemento es el fuego; al menos el pistola de agua de Sada parecía haberle causado algo de molestia. 

Miki miró de reojo la pokéball donde estaba su compañera con preocupación. Cuando Monorme la dejó KO, parecía que aquel resplandor morado se había quedado en ella. Ojalá no fuese nada grave.

Daisy y Flubber atendieron a la palabras de Joy e hicieron caso de todos las recomendaciones que iba dando para tratar de curar a los pokémon de Miki y Hoku.

Alina quedó expectante mientras Daisy y el propio Flubber realizaban el movimiento. Aún así no dejó de observar a los pokémon heridos.

Pittien asintió a lo que comentaba Hoku, y sorió aliviado, viendo que los pokémon no estaban más que cansados y debilitados de un combate contra un poderoso enemigo. Suspiró, porque la verdad, se hubiera sentido mal si por su culpa al darle el meteorito le hubiera pasado algo a alguno de sus ahora compañeros. Rápidamente, añadió la indicación que le había dado el risueño gigantón en el plano, y se quedó a la espera de que viera algo más, mientras decía a Ditto

- Perfecto, Flubber, tu con calma, tranquilidad, sencillamente, intenta realizar el esfuerzo de imitar todo lo que haga - De pronto se sintió inútil, Ditto era su amigo, más que un pokémon del que supiera saber cómo combatir, o usar sus poderes. Tenía que conseguir aprender a trabajar con él si quería ayudarles. Y a combatir. Y no había nada que le costara más. - -¡Alucinante! ¿Ha evolucionado? Que grande, ¿y no habéis podido con él? Bueno, bueno, Flubber, con cuidado, mira como lo hace Daisy. 

- Esto, Hoku, no, no sabemos nada del resto. - Dijo Pittien, respondiendo a la pregunta de su compañero

- Si, sabemos trabajar juntos, pero sólo eso, como colegas, no tanto como un entrenador, o para combatir, es más un amigo, un compañero, y digamoslo así, ni siquiera sería mi pokémon, se supone que es de mi padre. Aunque en ese sentido, llevamos años juntos. Pero combatir, no, no se hacerlo, y creo que, no se, me falta algo para conseguir que podamos ser útiles, no se si me explico - expresó, con cierto tono de frustración, aunque reconociendo que las palabras de Alina le habían sacado una sonrisa, y esperó que no pensase que era un tonto. En cualquier caso, se encogió de hombros y terminó de comentar: -Está siendo agradable, es verdad. 

Pittien: ¡Alucinante! ¿Ha evolucionado? Que grande

-¡Sí, está enorme! -exclamó con cierta emoción-. Cuando volvamos espero que me suban el sueldo, porque me voy a tener que mudar a una casa más grande, y con piscina. Si se mete ahora en la bañera la va a reventar. 

Pittien: ¿y no habéis podido con él?

-Uf, no. Se está volviendo muy poderoso, tanto como uno de esos pokémon legendarios de los que siempre están hablando los entrenadores. Creo que ni con todos nuestros pokémon atacándole a la vez podríamos derrotarlo.

Mientras curaban a sus pokémon, Miki desvió su mirada hacia el mapa de la pared. 

-Oh, buena idea. La verdad es que me preocupa que estemos a un tiro de piedra de un volcán, pero supongo que no hay mayor peligro que vivir en Lavacalda.

- ¡Oh no! -exclamó Alina a las palabras de Miki- eso es terrible, qué miedo, espero que los chicos encuentren pronto a la otra pokémon.

Se centró en observar a los pokémon heridos y mientras las chanseys hacían su trabajo, Alina les iba tomando las constantes y la temperatura como buenamente pudo. Sin instrumental era difícil, pero no imposible. A pesar de su preocupado rostro, se giró sonriendo hacia Hoku y Pittien.

- Estás haciendo un gran trabajo Pittien, seguro que con las indicaciones de Hoku y las de todos sale un mapa genial.

Gracias a la ayuda de los dos Chanseys, Sada estaba mucho mejor y en mejor estado. Logró despertarse y mirar a Miki con ojos tiernos a pesar de su increíble y amenazador aspecto. El pokémon estaba completamente recuperado, y ahora debían intervenir a Machamp que se encontraba en un estado igual o casi peor que el de Sada.

Hoku se había concentrado mucho en el mapa y había recordado algunas localizaciones. Aquí hay un desierto, aquí un lago y aquí una playa. Dijo a Pittien señalando las casillas correspondientes a 4E, 5E y 6E. Creo que no hay ningún lugar por el que haya pasado que no esté reflejado. Dijo sonriendo y orgulloso del trabajo del muchacho.

La explicación de Miki sobre Monorme era bastante precisa y el gigantón no creyó necesario aportar nada más. Se acercó a Hulk y le puso la mano en el pecho como un gesto de apoyo, de que estaba ahí con él, con suerte en breve se habría recuperado algo al igual que Sada gracias a Daisy y Flubber. 

¿Ni si quiera dijeron dónde fueron? Preguntó el luchador preocupado, retomando el tema sobre Fran, Pietro y el pequeño.

- ¡Bien! - Exclamó ilusionado Pittien dando una palmada a Ditto-Chansey, al despertar Sada. - La verdad, que alivio poder decir que está mejor... ¿Vamos con el Machamp de Hoku? - Dijo, con algo más de seguridad en su mirada, al ver que en esa ocasión habían conseguido ayudar y hacerlo bien. 

Hoku, a la vez, le indicó varias posiciones en el mapa, con rapidez, Pittien se dispuso a dibujar lo que le había dicho el hombre, para ir completando ese mapa, que no sabía si les serviría, pero que desde luego, le hacía sentir que estaban planeando algo y que no estaban tan perdidos. 

- No sabemos nada de ellos, salieron casi justo después de vosotros.

- Pueees, mmm... ahora que pienso, yo creo que dijeron que andarían el mismo camino de antes al principio. ¿No? -miró a Pittien animándole a que hiciese memoria- Hacia la playa, Hoku, donde encontramos la mesita del té. Querían buscar pistas desde allí, al menos Rintaro y Franek, porque quieren encontrar a la otra pokemon y desde allí fue donde vimos la sombra en la montaña. Lo que no sé es si Pietro ha seguido el mismo camino, porque comentó de ir hacia el volcán.

Al terminar Flubber y Daisy su curación, Alina se acercó a Sada para comprobar sus constantes y le acarició con suavidad la mandíbula, miró con una sonrisa a la agente y a Pittien, al que le dedicó un gesto de triunfo. Después se dirigió a las dos chansey.

- ¡Muy bien chicas, habéis hecho un estupendo trabajo! Siguiente, -se acercó a Hulk y torció el gesto, parecía que se había llevado la peor parte y aquello le dio mucha pena- de acuerdo, con cuidado, esta vez poneros cada una a un lado del paciente, muy bien. Ahora, con cuidadito.

Se arrodillo al lado del machamp de Hoku para controlar su estado a la espera de que comenzaran.

-¡Sada!

Tan pronto como se despertó, Miki fue rápidamente a abrazar a su pokémon. Acostumbrada a alzarla por las axilas, ahora tenía que abrazarla como si fuese un ser humano, ya que ahora era bastante más alta que Miki, y eso que ella no era precisamente baja. 

-Madre mía, cuando pasemos por la granja de mis padres van a alucinar... para bien o para mal -le comentaba -. ¿No se metían contigo los arcanines de la comisaría? seguro que ahora se quedan blancos nada más verte. 

Definitivamente a la agente se le daba mejor hablar con su pokémon que con los seres humanos. 

Tras un breve rato hablando con Sada, Miki se volvió a acercar al resto, algo seria y con los brazos cruzados. Que se separaran desde luego no había sido la mejor de las decisiones, aunque por otra parte ella y Hoku habían salido corriendo detrás de Monorme, dejando al resto atrás. 

-En principio no debería pasarles nada. En principio. Monorme huyó hacia el Oeste, mientras no vaya por ahí estarán más o menos seguros, siempre y cuando no haya más amenazas como él cerca.

Daisy y Flubber siguieron, una vez más, los pasos de Alina que le iba dando las instrucciones de cómo atender a Hulk. Iban siguiendo todos los movimientos y realizando los movimientos que le pedían para sanarles. Estaba algo más herido que Sada, pero poco a poco parecía que iba sanando, aunque aún quedaba un poco para estar recompuesto del todo.

¿Cuál es el plan entonces? ¿Seguirlos o esperarlos aquí? Preguntó el luchador contrariado mientras los Chansey comenzaban con la curación. No era muy partidario de esperar mientras Los demás hacían todo el trabajo, pero si es lo que se había decidido aceptaría por el bien del grupo.

Hoku no dejó a Hulk sólo en ningún momento del proceso de curación, su vínculo era enorme, pues llevaban juntos desde que él era tan solo un crío y Machamp un pequeño Machop. Cuando Hulk se fue recuperando el gigantón se alegró y como haría un culturista, se puso hacer estúpidas poses marcando músculos para animar a su Machamp, pues muchas veces competían de esa forma en el espectáculo de Wrestling.

Después de atender a Hulk, Alina se quedó un ratito más cerca del pokemon para observar su mejoría, que no era igual a la de Sada, pero al menos había sanado lo suficiente. No pudo evitar reírse cuando, al levantar la vista, vio al gigantón haciendo poses exageradas.

- Jajaja, Hoku ojalá pudiésemos hacerte una foto -dijo con diversión-. En cuanto a lo de antes... Yo quedé con el resto que me quedaría con Pittien adecentando esto para crear una base, un centro al que acudir. Pero... ya está hecho y creo que están tardando mucho. Tal vez podríamos esperar o... o no lo sé. ¿Alguien lleva unos prismáticos?

Alina: ¿Alguien lleva unos prismáticos?

-Sí... en el coche, así que no -se lamentó.

Miki sonrió al pokémon recién despertado. El pobre había recibido un golpe muy devastador de Monorme, y eso que probablemente él era el más fuerte de todos.

-No lo sé, para buscar nos haría falta mejor un pokémon volador como el de antes, si no podríamos perdernos otra vez, pero también se ha ido -pausó unos minutos, pensativa-. Quizás Flubber pueda convertirse en alguno volador, aunque no sé si puede hacerlo de memoria... lo siento, no sé mucho sobre dittos.

El trabajo con el Machamp fue algo más complicado, pero parecía que estaba algo mejor, así que Pittien se relajó ostensiblemente soltando un suspiro, y mirando al grupo. Se sonrió también con las poses de Hoku, mientras acariciaba a Flubber (todavía en forma de chansey). Ahora, quedaba que se recuperaran y que llegaran los otros. 

- Ditto tiene cierta memoria, pero no se si le dará, hace unas horas, cuando nos encontrásteis, vio al FLygon de Franek, quizás pueda transformarse en él. O quizás, si lo deseamos mucho, veamos unos prismáticos venir, como aquellos regalos que vinieron, no se - Comentó Pittien, pensativo. En cualquier caso, sencillamente dijo a Flubber - Oye, amigo, ¿podrías intentar ser Flygon? Ya se que ahora mismo no lo ves, pero ¿podrías hacer un esfuerzo? Yo creo en ti, ya lo sabes