Partida Rol por web

Parecía imposible pero finalmente ha ocurrido. Hace apenas una semana tu nombre fue inscrito en el registro del Colegio de Magos de Praan. Mágicamente se actualizaron todos los libros de todas las sedes, eres un mago colegiado en todo el continente.
Ha sido duro, te has perdido muchas cosas, pero ahora puedes recuperar toda la vida que no has disfrutado dentro del colegio.

A tu espalda se encuentra la entrada a la ciudad de las Seis Torres. Frente a ti se extiende todo un mundo del que apenas conoces un par de grandes ciudades. Durante tus estudios has oído hablar de cientos de lugares místicos, los maestros han mencionado a grandes magos y personajes de lo mas variado que aún pueblan Praan.
Algunos compañeros contaban aventuras de sus familiares y amigos que incluían seres increíbles y bestias imposibles.

Pero todo eso puede ser tan falso como grande la imaginación de quien te lo ha contado. Ahora tienes la oportunidad de descubrir, explorar y vivir por ti mismo. La sensación de libertad es colosal, sientes que por fin puedes ir donde quieras y hacer lo que quieras.

- ¿Enzo Vertural? Estáis arrestado, no opongáis resistencia.

En tu ensimismamiento no has visto a los dos miembros de Tribunal que se han detenido a tu lado. Has desmontado y tras sacar sus armas se han dirigido a ti. Sus armaduras blancas resplandecen bajo el Sol del amanecer, al igual que el acero de sus armas, las cuales apuntan hacia ti.

Tras catorce años sometido a las consideraciones familiares, y siete a la academia de magia, es libre. Se siente como un gorrión que abandona el nido por primera vez.  El aire se respira mejor y los arboles a los lados del camino eran más hermosos. Es la primera vez que recorre tan feliz el camino de los manzanos. Hasta silba un poco. Pero la libertad le deparaba una sorpresa: La encrucijada de caminos. Era la primera vez que no iba a ningún sitio… ¿Qué camino debía tomar? Debía decidir en cada bifurcación o era el momento de pensar un destino de viaje y ceñirse a él. ¿Qué clase de vida quería llevar? Las palabras que escucha de repente tardan un rato en ser comprendidas e imponerse a sus dudas existenciales.

-Sí soy yo.- Los mira de arriba abajo. –No voy a resistirme, por supuesto. Pero esto tiene que ser un error, no he hecho nada malo. Además estoy recién licenciado, no soy un mago ilegal. Desde ayer aparezco en El libro.

De repente se da cuenta de que están apuntándole con las armas y levanta las manos, intentando mostrar una sonrisa tranquilizadora.

Los dos agentes ignorar momentáneamente tu argumento. Mientras uno de ellos sigue manteniendo la espada a apenas un palmo de tu pecho el otro te rodea y te ata las manos tras la espalda.

- Si eres Enzo Vertural no se trata de un error. Ahora que habéis salido de la ciudad por fin podemos hacer que se cumpla la ley.

Mientras te suben a un caballo y te atan también a él meditas sobre la situación. Si bien Tribunal no tiene poder dentro de la mayoría de ciudades normalmente ningún gobernante opone resistencia si ellos reclaman a alguien que habita en el interior.
Conoces casos de criminales fugados que se han unido al Colegio y han sido entregados a Tribunal tras la petición de estos. Al Colegio no le conviene enemistarse con Tribunal negándose a entregar a sus miembros si hay alguna evidencia de delito.

Cabalgáis durante aproximadamente media hora hasta llegar a un viejo molino abandonado. Las aspas están partidas y diseminadas por el suelo, la estructura sigue en pie pese a su nulo mantenimiento. No ves ninguna ciudad o pueblo cercano, aunque sabes que no estáis muy lejos de un camino rural.
Lo único que tienes claro es que este molino no es ni de lejos una de las muchas sedes de Tribunal.

Una vez dentro por fin se dignan a dirigirte la palabra, durante el breve viaje han hecho oídos sordos a tus quejas y preguntas.
Aunque apenas puedes ver parte de su rostro debido al yelmo es evidente que uno es mas alto y fornido que el otro, te es fácil identificar a cada uno. El mas bajo de los dos se apoya en la pared y se cruza de brazos mientras su compañero te sienta en una sucia silla de madera.

- ¿Crees que nadie sabe quien eres? Tenemos ojos y oídos en todas partes, incluso tus compañeros, con los que has compartido años de estudio y entrenamiento, te han vendido sin pensárselo dos veces. Por fin te hemos encontrado. Ahora dinos, ¿qué pretendes hacernos? No pareces tan peligroso cuando no estas escondido. Ahora que te vemos la cara no eres capaz de acabar con nosotros. Pero nosotros si vamos a acabar contigo, se acabó la leyenda, se acabó tu molesta intervención en nuestros asuntos.

El tipo grande lanza una soga por encima de una viga y coloca un lazo alrededor de tu cuello.

- ¿Cuales son tus últimas palabras Cazador?

¿Lo iban a matar?¿ Tan rápido terminaba su libertad? De haberlo sabido, se habría tomado la libertad de robar algunas manzanas de los arboles del linde del camino. Le entran ganas de llorar, le quedaba tanto por vivir, tantas cosas por hacer. Su fe en la autoridad y la ley, que no era mucha, se esfuma para siempre. 
Tengo que pensar algo.

-Pero yo no soy ningún cazador, jamas he cazado nada. Os la han jugado, me están inculpando a mí para que no encontréis al que se os esconde.

No hace falta mucho para engañaros, cabezas de yelmo... Tengo las manos atadas y una soja al cuello. Podría intentar emplear mis talentos sobre magia de curación para ralentizar mi corazón y metabolismo. Hacerme el muerto y confiar en volver a la vida a tiempo.

-Si me dejáis vivir podemos encontrar al que buscáis, os ayudare personalmente. Seguro que mis hermanos mayores tienen algo que ver, os están empleando como marionetas para ser menos entre los que repartir la herencia. 
También puedo quemar las cuerdas con una llamarada especialmente potente y tratar de rodar hasta mi espada. Sera un combate difícil, pero será una forma más digna de morir que colgado como una butifarra.

-¿El cazador se que buscáis, se dejaría encontrar como yo? ¿No habría renegado de su nombre? ¿Vuestro enemigo se dejaría atar?
No puedo jugármela a hacerme el muerto. No he visto ninguna tumba escavada, posiblemente me dejen colgando de la cuerda,... pero ¿Y si se quedan a hacer noche en el molino?¿o decapitan mi falso cadáver? Ademas volvería a la vida colgado de la soga tendría solo uno o dos intentos de quemarla antes de morir asfixiado de verdad.

-¿Por qué no me dais un juicio? Tengo derecho a mostrar mi inocencia, y si soy culpable a despedirme del mundo con un sacerdote. ¿Dónde esta el honor y la legitimidad del tribunal?

Con sinceras lagrimas en los ojos, Enzo espera su respuesta. Aunque no apuesta mucho por ablandar su corazón, evidentemente esto no es una ejecución, es un linchamiento. Un asunto muy turbio. 

Sus pupilas se dilatan un poco y sus sienes palpitan. Su mente vuela a su corazón. Está caliente, lleno de pasión, le invaden sentimientos autocomplacientes, pero los aparta a patadas y se centra en su ira. Su corazón rezuma ira, y la ira es fuego. Este fuego emocional recorre sus venas hasta las manos, donde el mana local esta siendo atraído hacia ellas, hacia un sentimiento puro de verdadera ira.

Su indice y su pulgar agarran un trozo de cuerda, en su mente las runas y los nombres secretos del fuego llenan todo su pensamiento. Visualiza donde esta su espada y como llegar hasta ella en cuanto se suelte las manos y el cuello y se hunde en la magia de fuego. Tiene que concentrar el estallido de llamas en la cuerda. O se libera o muere. 

Apsihc al ognet oy 
ogeuf le yos oy
¡odra oy!

Cada uno de tus argumentos es rebatido con la misma respuesta, según ellos debes morir y da igual lo que pidas u ofrezcas.
Cuando clamas al honor de Tribunal ambos sueltan una carcajada.

- ¿De verdad crees que pertenecemos a Tribunal? Estas ropas solo sirven para facilitar nuestro trabajo. No podemos ir con la cabeza de un mago sin tener una coartada fiable.

Parece que ni siquiera saben quien eres, solo han buscado un nombre y alguien ha dicho el tuyo. Mientras fijan la soga a la pared invocas el poder del fuego, la cuerda arde rápidamente pero también genera humo y olor a quemado. Tus captores se percatan y reaccionan justo cuando vas a atacarlos.
Un fuerte golpe en la espalda te lanza al suelo doblado de dolor, la cuerda de la soga que cuelga de tu cuello cae a tu lado.
Necesitas unos segundos para recuperarte, pero antes de que eso ocurra la punta de una espada se posa en tu nuca. Notas como la presión provoca que tu piel ceda, el ardor significa que te ha provocado un corte, pero no duele tanto como para ser importante.

- Buen intento, mago. - dice el bajito.

- Creo que podemos ahorrarnos la horca y cortare la cabeza ahora mismo.

De repente la desvencijada puerta del molino cae a plomo contra el suelo. Tras el susto inicial se oye una voz al otro lado de la entrada, pertenece a una mujer joven aunque no puedes ver de quien se trata.

- ¿Enzo Vertural? Estáis arrestado, no opongáis resistencia.

Tus dos captores intercambian miradas, parecen todavía mas confusos que tú. El pequeño permanece sobre ti, con su espada a punto de atravesar tu cuello. Es el grande quien se acerca a la puerta en busca del autor de tan recurrente orden.
Con suma precaución se asoma a la puerta y sale. Esperas que su cuerpo caiga muerto al interior del molino o al menos algún ruido de lucha, pero nada ocurre. Tras unos instantes regresa y se queda en la entrada, mira a su compañero como si estuviese viendo un fantasma.
La presión de la espada en tu piel desaparece y te atreves a girar el cuello para ver que está ocurriendo. Las tornas han cambiado y ahora es el cuello del bajito el que soporta el peso del acero.
Al otro lado de la espada alguien con una armadura completa que oculta todo su cuerpo obliga al hombre a levantarse y retroceder dejándote libre.

El bajito hace una mueca de rabia y fulmina con la mirada al recién llegado.

- No vas a salir vivo de aquí. - su mirada se posa en ti - Ninguno lo haréis.

El alto parece prepararse para intervenir y atacar a la figura acorazada.

Se siente estúpido, muy estúpido. Tras años de rellenar formularios, copiar manuscritos y destilar plantas, protegido por gruesos muros, había olvidado lo miserable y repugnante que es el mundo y la escoria que lo habita. Y ahora lo recuerda. Intenta pensar algo trascendente, algo del estilo "volveré y seré millones" o "Estoy preparado para partir, no temo este paso", pero parece ser que sus ultimo pensamiento va a ser algo más del estilo "mierda, joder" No está preparado para ese tipo de transición, ni para saludar a Tyr ni para perdonar a sus asesinos. De hecho, su única alegría en este momento es que tiene el fuego en las venas. Cuando el bajito le vaya a clavar la espada en la nuca, no seria extraño que la levantara antes de empujar. En cuanto sienta que la presión afloja, va a usar toda su fuerza en ponerse tripa arriba velozmente y conjurar un buen chorro de llamas. Posiblemente le atraviese el cuello por delante en vez de por detrás, lo cual no cambia mucho su destino. Pero si logra quemarle la placa de la entrepierna con suficiente calor como para dejarle un recuerdo de por vida en sus atributos, sera una pequeña victoria postuma. 

Se suceden los acontecimientos, a golpe de divina providencia o afortunada casualidad.

- ¿Enzo Vertural? Estáis arrestado, no opongáis resistencia.

-Me rindo. Perdone que no salga con las manos en alto, pero me es imposible en este momento.
Eres un payaso Enzo, lo fuiste de crío, de adolescente y como mago. Payaso total.

El alto parece prepararse para intervenir y atacar a la figura acorazada.

Enzo se precipita contra el alto para empujarlo. Si puede conseguir su espada de camino perfecto, y si no también. Le debe la vida a la figura acorazada y no va a dejar que esta gentuza le haga daño.
 

Aprovechando la nueva situación embistes al tipo grande con el fin de, como mínimo, desarmarlo. Apenas le da tiempo a reaccionar y ambos chocáis. No sabes como ha sido para él pero en tu caso es lo mas parecido a saltar contra una pared. Su pesada armadura, y su voluminoso cuerpo, no ayudan a que sea fácil de derribar.
Aún así el ataque le ha cogido a contra pie y ambos caéis al suelo. Su mano choca contra la pared y la espada sale despedida a un metro de vosotros.

Intentas hacerte con el arma gateando sobre él. Justo cuando vas a llegar agarra tu pierna y tira hacia atrás de ti. Usando la otra pierna pateas sus brazos hasta que te suelta, la armadura lo hace lento en el suelo y tu ventaja te permite agarrar la espada.
Rápidamente imitas a la figura acorazada y posas el filo de la espada sobre el cuello descubierto del hombre alto.

Ambos tenéis a tus captores a vuestra merced, sin embargo nadie hace nada. Los segundos pasan lentamente mientras notas en tus sienes la presión de la sangre acelerada por los recientes acontecimientos.
La voz femenina procedente del exterior vuelve a oírse.

- ¿A que esperas? ¡Sal de ahí!

Enzo no ha pasado esos segundos ocioso. Tiene una espada en el cuello de un hombre que iba a cortarle la cabeza ¿Debía ser vengativo o compasivo? ¿Si era compasivo, cargará en su conciencia con las futuras víctimas de esa pareja? ¿Tenía lo que había que tener para matar a un hombre a sangre fría? La respuesta es no. Le mira a los ojos mientras le hace un pequeño corte de un centímetro. Habría sido más poético hacérselo al bajo, pero Enzo se siente igual de vengado. Luego, rápidamente, se da media vuelta y sale corriendo hacia la puerta. Por el camino toma su exiguo macuto antes de salir disparado hacia el exterior. Tiene la sospecha de que la voz femenina, su salvadora, es una maga, y de que la figura con armadura es algún tipo de invocación. Si está en lo cierto, o ella tampoco es una asesina o su invocación no tiene capacidad real de dañar. En cualquier caso, mejor salir de aquí antes de que ellos se den cuenta también.

El aire libre nunca le había sentado tan bien. Aquel viejo molino es como el útero de su madre. Está volviendo a nacer.

Devuelves la herida a tus fugaces captores antes de huir siguiendo las indicaciones de la voz femenina.
En el exterior te topas con una mujer montada en el caballo de uno de ellos y sosteniendo por las riendas al otro animal.

- ¡Rápido, sube!

Tu instinto de supervivencia, recién mejorado, hace que saltes sobre el caballo. No tardáis en marcharos de allí al galope dejando atrás el viejo molino y a los dos hombres que intentaban acabar contigo.
Tras unos minutos siguiendo a la mujer a toda velocidad os apartáis del camino después de que os hayáis alejado un par de kilómetros del lugar.

Os detenéis y por fin puedes ver quien te ha ayudado a salvar la vida. Se trata de una mujer joven, puede que tenga tu edad o uno o dos años mas. Viste capa y capucha de color negro y su pelo cobrizo sobresale alrededor de su cara.
El resto de su ropa también es negra lo cual le da un aspecto bastante oscuro.
Sobre su cabeza, adherido a su espalda, ves un bastón con algún tipo de encantamiento. No está activo pero sabes que ha sido imbuido con algún tipo de magia.

Tu alegría por ser libre se ensombrece al percatarte de que, en conjunto, el aspecto de la chica es muy similar al de una bruja.
Según el Colegio de Magos las brujas son mujeres que han desarrollado, a cualquier edad, una capacidad especial para realizar hechizos. La diferencia con respecto a cualquier mago es que esos hechizos son en su mayoría oscuros y proceden del lado mas malvado de la magia.
Las brujas son perseguidas tanto por el colegio como por Tribunal. Los Hijos de Tyr no permiten que residan en sus ciudades y normalmente viven alejadas de la civilización o conviven con clanes de criminales.
Sus ritos y sacrificios se alejan mucho del servicio que la magia debería hacer al mundo.
Si algo te dejaron claro durante tu formación es que las brujas son malvadas, aunque ahora mismo una te haya salvado la vida.

- Eres libre Enzo Vertural. Considera el caballo un regalo de esos dos cazarrecompensas, nadie volverá a molestarte.

Sin mas la mujer se dispone a dar la vuelta para regresar por donde habéis venido.

El joven mago se sorprende. Esperaba una charla o algo así, pero su salvadora parece que, tras rescatarlo, no tiene ganas de continuar juntos.

-¡Espera! No me has dicho tu nombre, ni cómo puedo darte las gracias. Te debo la vida, ni más ni menos. ¿Y quiénes eran esos dos?  ¿Por qué querían mi cabeza? ¿Quién les paga la recompensa?

Puede que la muchacha fuera una “bruja” pero hasta ahora no le había hecho ningún mal a nadie. Respecto al lado malo de la magia… No creía que las victimas de bolas de fuego y relámpagos conjurados con el “lado bueno” tuvieran buena opinión sobre los magos normales. Más que miedo, sentía una morbosa curiosidad por comprobar que era verdad y que era mentira y saltarse las normas de sus maestros hablando con una.

La chica detiene el caballo a tu lado y comienza a responder a tus preguntas sin mirarte.

- Me llamo Tess. Esos hombres son cazadores de recompensas, buscan a una bruja capaz de crear ilusiones y alguien les dijo que se escondía en el Colegio bajo la apariencia y el nombre de Enzo Vertural.

Sus ojos se clavan en los tuyos, por un momento crees que su mirada puede fulminar a cualquier que se le cruce, pero ese hechizo nunca se llegó a refinar.

- Fui yo quien les llevó hasta ti. Necesitaba un cebo para identificar a los cazarrecompensas, ahora puede hacerme cargo de ellos. No se quien les paga, pero lo voy a descubrir muy pronto. Si crees que te he salvado la vida considera que estamos en paz, al fin y al cabo he sido yo quien te ha puesto en peligro.

Joder. Podrían haberme matado si cometes un solo descuido. -Exclama algo enfadado. Morirse no formaba parte de sus planes a corto ni medio plazo.

Tras unos segundos en silencio enfurruñado añade -Parece ser que quien les pago por la bruja ilusionista no la quiere con vida. Es un poco raro que no sepas quien les paga, pero que él este soltando dinero para matarte.

Si no te importa me gustaría ayudarte a llegar al fondo de este asunto. Al menos hasta que esos dos dejen de ser una pista y se les pueda llevar ante el tribunal, y ya que ellos vean lo que le hacen a dos energúmenos que se hacen pasar por agentes con armadura oficial y todo. 

Tess hace un gesto de indiferencia cuando te quejas del peligro, para ti, de su plan.

Cuando ofreces tu ayuda para descubrir a la persona que ha pagado a los dos hombres la bruja se ríe como si hubieses contado un buen chiste.

- Yo soy la bruja ilusionista. Acabas de salir del colegio de magos ¿no te han contado que nosotras somos el mal y sacrificamos bebés para obtener mas poder? O lo que sea que os cuentan ahí dentro...

Hace avanzar al caballo unos metros antes de volver a girarse.

- No voy a llevar ante Tribunal a esos dos impostores. Voy a hacer que me cuenten todo lo que saben y después voy a acabar con su vida. Si quieres ayudarme a hacerlo, adelante, únete a mi. De lo contrario márchate, Enzo Vertural, eres demasiado joven como para asociarte con brujas y ponerte en peligro.

-Ya sé que eres tú, era una reflexión. ¿Cómo averiguaste mi nombre, de todas maneras? ¿Y cómo es que no les sacaste la información allí mismo? Los tenías a tu merced.

Traga saliva antes de mantenerse firme en su palabra: -Estoy dispuesto a ayudarte a llegar al fondo de este asunto, pero no quiero matar a nadie, no si hay una manera más correcta de hacer las cosas.

Reflexiona sobre las brujas antes de continuar. -Hay dos teorías mayoritarias respecto a vuestro poder: que dejáis que entidades espirituales vivan en vuestro cuerpo o que hacéis ofrendas macabras para acceder al lado malo de la magia. La segunda desde luego es un disparate. La magia, al igual que la gravedad o el calor, no tiene reverso malo. Es lo que es y no tiene ninguna carga moral en sí misma, solo en el objetivo de su aplicación, en su uso.

¿Ti… tienes algún espíritu viviendo en tu interior que te deje usar su poder ilusionista a cambio de que tu le dejes sentir el mundo material?

La bruja te escucha con atención, su aire de superioridad seguramente tenga relación con tu condición de recién licenciado. Puede que para ella no seas mas que un novato en un mundo de magia.

- Algunos de tus compañeros han hecho escapadas a las aldeas cercanas al colegio. Con un poco de alcohol algunos hablan mas de la cuenta, solo quería saber quien iba a abandonar el colegio en los próximos días. Lo que no pensaba era que te iban a asaltar casi en la misma puerta.

Ladea la cabeza brevemente a modo de reiterada disculpa.

- En el molino no podía hacer nada, iban a descubrir el engaño y tú corrías peligro. No quiero que también me persiga el Colegio de Magos por acabar con uno de sus últimos alumnos. Ademas, solo tengo que seguirlos y hacerte aparecer, ellos mismos acabarán delatándose. Si todo va bien no tengo ni que ensuciarme las manos.

Al oír tus condiciones para ayudarla Tess resopla pensativa, después se encoge de hombros y hace un gesto con la cabeza para que le sigas.

- Ya veremos que opciones tenemos. Esos tipos no pararán hasta acabar con nosotros, podemos descubrir su engaño y si otro nos da caza perderán el dinero. Como he dicho, si puedo evitar acabar con ellos personalmente, mejor.

Los dos caballos avanzan en paralelo, volviendo sobre sus propios pasos hasta el lugar cruce donde ambos caminos se unen de nuevo.

Tess no puede evitar una carcajada cuando le cuentas tu teoría sobre las brujas y la magia.

- ¿Eso es lo que te enseñan en el Colegio de Magos? Tienen tanto miedo a la magia que apenas experimentan, todo el que no siga sus mandatos es un renegado y ademas es peligroso. ¿Tienes tu algún espíritu viviendo en tu interior? ¿Acaso Tyr te ayuda a hacer lo que sea que haces? Por cierto, ¿que sabes hacer? Me vendría bien alguien que encante cosas, ya sabes, este bastón no servirá durante mucho mas.

Enzo acaricia las crines de su caballo robado. Se estaba portando bastante bien para no conocerle, quiza intuyera que el chico de Gran Mercado era más compasivo que su anterior jinete. -Me temo que no sé mucho de encantamientos, apenas conozco nada sobre la escuela de transformación y menos aún poder realizar sus conjuros. -Hace una pausa antes de confesar la triste verdad- Soy un sanador, uno bastante mediocre y novato, aunque las heridas superficiales me quedan muy bien. Y sé hacer fuego con las manos. 

La curiosidad le puede, quiza este terminado de destruir su carrera, pero se muere por saber todo sobre las brujas y su mundo -¿Tú donde aprendiste ilusionismo? Jamas oí que ninguna de las cuatro escuelas hubiese realizado muchos avances en ese campo. 

Permanecéis a un lado del camino, en un lugar desde el que podéis ver a bastante distancia quien viene por cada uno de los lados.
Tess hace un gesto cuando describes tu capacidad mágica. No lo sabes interpretar bien pero parece algo como comprensión o condescendencia.

La bruja vuelve a reír cuando nombras las cuatro escuelas. No parece su intención mofarse de ti, pero no deja de ser desconcertante.

- ¿Nunca te has preguntado por qué hay seis torres pero solo cuatro escuelas de magia? Sí, todo el que ha estado allí se ha hecho esa pregunta. Y se lo que piensas, que hay dos escuelas mas de las que no os han hablado. O sí, pero para prohibir su enseñanza. La nigromancia, el control sobre los muertos. Si eres sanador tus maestros tenían algo de nigromantes, el hechizo de resurrección no tiene nada que ver con la sanación.
Las brujas no aprendemos nuestros hechizos, los desarrollamos de una forma distinta. No sabemos de escuelas ni mejoras, simplemente podemos realizar determinados hechizos de una forma natural.

Desvía la mirada hacia el horizonte, sigues su linea de visión y descubres a los dos hombres que te han atacado hace apenas media hora. Avanzan por el camino algo fatigados por su pesada armadura y por lo que ha sido una caminata larga para ellos.

- Ahí tienes a esos cazarrecompensas. ¿Qué propones hacer? Dudo que quieran negociar, pero lo intentaremos a tu manera.

Enzo los contempla desde la distancia. -Lo primero es que no nos vean. Lo segundo es esperar a que de busquen algún recoveco para dormir.

Cuando uno este roncando podemos tratar de silenciar al que haga guardia, bien con un golpe serio en la cabeza, bien logrando acercándome de puntillas y poniéndole una daga en el cuello a la vez que le digo “tsshhh” en el oído. Aunque si conoces algún truco mágico para hacerlo caer dormido o dispones de algún somnífero que aplicar con cerbatana sería más seguro.

En cualquier caso los necesitas vivos para que hablen. Así que si logramos reducirlos y maniatarlos podrás interrogarles a fondo, y luego yo mismo los llevare al puesto de guardia más cercano, a acusarlos de ladrones de armaduras y asesinos.

Al joven mago no le hacía mucha gracia meterse en estos berenjenales, pero quería mantenerse cerca de la bruja y saber más sobre ellas. Todo lo que la orden no había tenido el valor de decirle, o le había ocultado activamente.

La mirada y posterior negación con la cabeza de Tess indica que no está de acuerdo con tu plan.

- Si no nos encuentran irán a cualquier aldea o pueblo y dormirán allí, y si pueden compraran nuevos caballos. Tienen dinero, eso seguro. No creo que se arriesguen a dormir a cielo abierto con la cantidad de enemigos que seguramente tengan.

Lleva su caballo un poco mas lejos del camino y os ocultáis tras un par de arboles bastante grandes.

- Has dicho que haces fuego con las manos. Nos podemos enfrentar a ellos, tenemos la ventaja de usar magia. Si alguno queda mal herido siempre puedes curar sus heridas. Créeme, si ven que nos vamos en serio no dirán ni una palabra. Si no hay sangre ni dolor pensarán que todo es mentira o que solo queremos asustarlos. Debemos luchar, tender una emboscada y aplastarlos con nuestra magia.

-Está bien, hagámoslo a tu manera, pero adelantémonos y busquemos un terreno que nos favorezca, y empleemos el factor sorpresa.- Enzo había oído hablar de los combates y batallas guiados por el honor y siempre terminaban mal. En Gran mercado se estilaba más la traición y la puñalada por la espalda. Era una característica cultural de la sociedad en la que se había criado. –Intentare lanzar un efecto protector sobre nosotros.- ¿Por qué se estaba dejando arrastrar a esta clase de embrollos? ¿Tan dura era la vida en los caminos?