"!Estamos muy cerca! Calculo que nos falta una hora para llegar al inicio de la niebla, solo será cuestión de correr mucho cuando entremos en ella, Ibnath está muy próxima desde este borde del Filo de la oscuridad."
- "Caramba... si que nos estamos acercando... si Bael, yo lo llevo." - miro al panorama que se nos viene por delante - "Vrurx, las leyendas sobre este lugar dicen que hace mucho tiempo una gran bestia lo convirtió en ruinas. ¿Cómo es posible que los saqueadores y cazatesoros hayan dejado oro en una ciudad vacía de gente?"
"El desierto está lleno de bestias sanguinarias, aparecen cuando menos te lo esperas, además no todo el mundo que entra en la niebla sale. Y si llegas a Ibnath te las tendras que ver con esa bestia de la que hablas, de vez en cuando vuelve a las ruinas, supongo que será su nido. La criatura es ciega pero oye muy bien además de que puede olernos... y si consigues evadirla y entrar a un edificio, te esperan trampas, derrumbamientos y otras cosas desagradables."
Dicho esto, el goblin sigue caminando mientras mira a todos lados alerta, como siempre.
-Suena bien. Parece que estamos yendo a una tumba.
- Tienes razón Yador, aunque pocos lugares hoy en día no lo son. - me quedo pensativo, y la armadura élfica envuelve mi cuerpo - Sigamos.
Convencidos, avanzáis hacia la niebla. Tras andar quince minutos, Vrurx se para, claramente algo le inquieta.
"¡JATTAR!"
Motivo: Alerta
Tirada: 3d6
Resultado: 13 [5, 4, 4]
Pasais alerta, decidme qué hacéis.
Conocimiento animal a lo que ha dicho.
Motivo: C. Animal
Tirada: 3d6
Resultado: 11 [4, 6, 1]
Noto algo extraño y corro hacia un lado del camino, dispuesto a golpear con fuerza lo que venga, si es que encuentro algo.
Al ver la inquietud del goblin, saco mi espada y me pongo en guardia
Corro hasta ponerme en la espalda del troll, usándolo de escudo humano.
Intento que no se de cuenta
Saco la maza y ajusto el escudo, intentando guarecerme las espaldas con algún compañero.
Escucháis como dos colas con espinas emergen, una a la izquierda y otra a la derecha. Inmediatamente, las espinas se erizan y con un violento movimiento, estas salen disparadas hacia Dothur y Yador. Gran parte de las espinas dirigidas a Dothur son interceptadas por su escudo o no atraviesan la armadura, aunque alguna si ha conseguido penetrar e hincarse en su carne. Yador, que intentó correr hacia Gulog, interceptó las espinas que iban dirigidas a Glorfindel casi en su totalidad, recibiendo el impacto entero. Glorfindel no resultó alcanzado.
Las colas se vuelven a esconder y finalmente emergen dos criaturas idénticas.
Los monstruos miden sobre cuatro metros de largo, son de un tamaño considerable. Sus bocas sueltan una saliva viscosa; parecen hambrientas.
Dan vueltas en círculo a vuestro alrededor, esperando una oportunidad.
Motivo: Objetivo
Tirada: 1d6
Resultado: 6 [6]
Motivo: Objetivo
Tirada: 1d6
Resultado: 2 [2]
Motivo: Espinas yad
Tirada: 3d6
Resultado: 11 [2, 4, 5]
Motivo: Espinas doth
Tirada: 3d6
Resultado: 11 [2, 6, 3]
Motivo: Daño
Tirada: 1d7
Resultado: 6(+3)=9 [6]
Motivo: Daño
Tirada: 1d7
Resultado: 4(+3)=7 [4]
Tirada oculta
Motivo: esq
Tirada: 4d1
Resultado: 4 [1, 1, 1, 1]
Tirada oculta
Motivo: esq
Tirada: 4d1
Resultado: 4 [1, 1, 1, 1]
Manteniendo una distancia prudente cojo una flecha de mi carcaj y disparo apuntando al cuello de una de las criaturas
No se distinguir en la situación. La criatura A
Agarro mi espadón con fuerza y me acerco al goblin “¿¡Qué puedes decirme de estas criaturas!?” - le pregunto rápidamente - !Gulog! !Ataca a los perros malos! !Quieren comerte!”