Partida Rol por web

"Desconozco totalmente de donde proviene el mesías, pero sé que de alguna forma esto está relacionado con él." 

Al ver que entre varios cargáis a Yamila, este se dirige a la puerta, los demás le seguís.

- "¡Sadonna!, ¿tú estás bien? ¿tuviste que vencer las alucinaciones? Estáte atenta, Yamila no va a poder cubrirte de momento" - digo dirigiéndome a la pequeña mujer.

Ignorando a Merebor comienzo a buscar en mi mochila el cuchillo. Al ver que no está, comienzo a rebuscar por todas partes desesperadamente.

"¿Dónde está? ¿Dónde? ¿Quién me lo quitó?..."

Era una ilusión, no has perdido el cuchillo ni has recibido daño alguno.

- "¿Combates con cuchillo Sadonna? Has de ser muy rápida, las armas más largas tienen ventaja en la esgrima."

Miro a Merevor con miedo y el cuchillo en la mano. Sin decir nada ni dejar de mirarle, lo escondo rápidamente. Trato de alejarme un tanto prudencial del grupo para sentirme más segura.

- "Vale, vale... si no pasa nada." - un goterón de sudor baja por la sien de Merebor.

Miro a Merebor -“...¿Ves lo que te dije?”- y le paso la cantimplora para que beba agua.

Saco la lengua a Bael y a Merevor escondida desde donde esté.

- "Gracias" - bebo un poco de agua y le devuelvo la cantimplora - "cuando llegaron ¿hablaste algo con ella? No sera..." - una idea ridicula se me pasa por la mente - "¿La viuda de Norick?"

"Yo a Norik no le quería ni ver..."

Digo con un tono infantil de rabieta.

"Solo es que... Me daís un poco de miedo."

Miro hacía la izquierda saliendo un tanto de mi escondite.

- Es... ¿Por la altura? ¿Por las cicatrices? Ganosant tiene una pinta un poco rara... pero le he conocido siempre así. - le guiño un ojo complice a la mediana.

"Me da miedo lo que no sea mi bosque... los hombre y, sobretodo... los... los orcos..."

Me estremezco solo de decir el nombre

EMPATIA --> esta mediana no será otra mentirosilla que finge ser temerosa?

No miente, tiene miedo de vosotros, es muy asustadiza.

- "Bueno, aquí todos tratamos de vencer nuestros miedos de una forma u otra. ¿Conocías a Yamila de antes?"

Niego con la cabeza y voy saliendo más y más de mi escondite.

- "Si tuviste un sueño como el que tuvimos todos nosotros eres muy valiente por haber seguido la lucecilla de Melzir hasta la posada... ¡los orcos no serán nada para ti! ¡Preguntame tu algo anda, eres la segunda mediano que conozco en persona!"

En cuanto escucho la palabra "orco" vuelvo a mi escondite.

"Tu no sabes lo que puedo o no puedo hacer".

Digo con severidad.

- "Ya... solo quería darte ánimos..." - decido callarme, ya es bastante que hable ella cuando lo necesite.