Partida Rol por web

Tras observar el extraño mineral, lo guardo de nuevo con disimulo y permanezco a la espera tratando de percibir LO QUE SEA que pueda ayudarme a entender, si se mueven a hacer algo, o me mira alguno, otros ruidos en la caverna, la protección del acceso por el que me han traido...

Inmediatamente me arrodillo ante Melzir demostrando mi devoción hacia él, mientras aprovecho para decirle mentalmente.

"Tenemos la piedra...bueno, la tiene Merebor, el cual está encarcelado y lo van a matar. Les he avisado del Mesías...y piden pruebas, además no creo que nos viniera mal que les tuviéramos de aliados...por favor, ayúdanos"

"Líder del clan Avak, os presento a Melzir."

Al líder parece no gustarle ver mucho a Melzir, pero le deja hablar.

Melzir empieza a hablar en un dracónico algo regular, pero entendible.

"Disculpad que me entrometa en vuestro territorio, lo que menos quiero hacer es ofenderos. Tal y como Babroth os contó, sí todo este mundo es amenazado por un mal mayor, al que un mesías oscuro quiere liberar, por motivos desconocidos, que eso es lo que intentamos averiguar."

Melzir mira al jefe del clan Avak y de sus ojos salen dos rayos que inciden directamente en los ojos del jefe.

Los draconicos sacan sus armas y están apunto de atacarte, pero el jefe levanta la mano en señal de alto y los guardias bajan sus armas.

Transcurren diez minutos hasta que los hilos se separan.

Melzir, con una sonrisa, desaparece.

"El jefe, que parece pensativo, te dice que te acerques al trono."

Me levanto y me acerco lentamente cerca del trono hasta donde él me lo indique, sin mirarle a los ojos, permanezco ahí, arrodillado en sumisión.

Empieza a haber una conversación, pero no hay nada que escuchar, despues de unos minutos,todos se quedan en silencio. Unos cuantos dracónidos parecen sacar sus armas, pero inmediatamente las guardan. Pasan diez minutos y la conversación reanuda.

No ves quién habla con quién.

"Muy bien, está todo decidido."

Los dracónicos empiezan a mirarse entre si, murmureando.

"Los Avak os apoyaremos en la lucha que está llegar. Los Bensvelk son bienvenidos a nuestro territorio."

El jefe hace una pausa. Se arranca un pequeño simbolo de su colgante y te lo ofrece.

"Que esta sea la prueba irrefutable de nuestra unión."

Una vez lo coges, te echas para atrás haciendo reverencias.

"Si necesitas descanso, te ofrecemos un lugar donde dormir, si ansias salir te mostraremos los tuneles seguros hacia el exterior. Solo requerimos de ti un pedazo de tiza para poder llegar al nexo donde os reunis."

Con cuidado, parto la tiza y le ofrezco ceremonialmente al líder con ambas manos y sin mirarle el trozo de tiza que he partido para él, cuando lo coja me alejo un paso hacia atrás.

Entonces pongo en el suelo el dibujo de Melzir con la garra para que quede grabado en la piedra y enseño una vez más el símbolo de Melzir - "Espero haberlo hecho bien" - digo con suavidad intentando no ofender a su memoria - "pero lo que creo que habéis podido presenciar no es algo que se olvide..."

Me alejo un paso más y me levanto al fin - "Aprecio enormemente la oferta, pero mi compañero y yo debemos partir" - comento - "El Mesías no se detiene, y por orgullo, nosotros tampoco...somos pocos los que hemos tenido ese atisbo de lo que sucederá...y necesitamos nuestras fuerzas combinadas para acabar la misión." - digo inclinando la cabeza.

Sigo dando una apariencia de tranquilidad y calma.
Musitando unas oraciones pido la curación a Valion, concentro mi voluntad en el cabestrillo.

Continúo atento al entorno y esperando la oportunidad actuar.

"Conozco y retengo el simbolo de Melzir, pero te doy las gracias por molestarte..."

Acto seguido se alza un poco y mira a tu alrededor.

"No sé de que compañero hablas... Otro Bensvelk supongo. Si te tienes que marchar ya no te retendré. - extiende su mano señalando a otro dracónico - Tarvok, uno de mis mas aguerridos soldados te guiará a la salida."

Se levanta y grita.

"¡Nos veremos en el campo de batalla!" - el jefe se golpea el pecho con el puño y automaticamente los demás lo hacen. Instintivamente tu también.

Tarvok se aproxima a una salida y te hace un gesto. Te encaminas hacia él mientras el jefe vuelve a hablar.

"Bien, ahora se decidirá que hacer con el intruso de la celda..."

Tiro peripecia mortal.

Los Avak no son de repartir mucha justicia, todos los intrusos suelen acabar muertos o esclavizados.

Si lo quieres salvar tendrás que decirle al jefe que Merebor te robo la piedra (la que necesitáis) y que un castigo acertado seria que te deje que sea tu esclavo, con el fin de ayudar en la lucha y para servirte a ti. Lo veran con buenos ojos, no necesitan alimento y les quitas tener que deshacerse de él de una forma u otra. Lo malo es que probablemente Merebor descubra que es lo que eres.

Me detengo un momento y me giro lentamente.

"Líder Avak..." - inclino la cabeza un momento - "...¿ese prisionero no sería un humano descerebrado, por casualidad...?"

"Si, un debilucho humano con toques de elfo ha entrado en nuestros dominios y ha intentado acuchillar a uno de los nuestros. ¿Porqué lo preguntas?"

Todos los dracónicos de la sala clavan su mirada en ti.

Gruño - "Ese rastrero...Melzir me trajo aquí con la importante misión de conseguir una piedra para avanzar en la destrucción del enemigo..." - aprieto los puños con fuerza - "...pero esa escoria aprovechó que escalaba para coger la piedra...y huir...y esos malditos kobolds trataron de atacarme cuando le perseguía..."

Río por lo bajo de forma despectiva - "En cuanto su líder supo con quien había entablado combate ya era muy tarde" - levanto la mano con la que estrangulé al Kobold - "...los demás huyeron y perdí la pista de ese desgraciado..."

Me inclino ante el jefe - "Sé que es mucho pedir y lamento mi osadía apenas haber iniciado nuestra unión...pero ¿podría ser yo quien lo castigase...? Jamás me perdonaría fracasar en la misión que Melzir encomendó...y juré que lo esclavizaría y haría con él lo que quisiese...seguro que sería buena carne de cañón...al menos su patética existencia serviría para la lucha." 

El jefe se rie.

"Me parece bien, tampoco tenía que iba a hacer con tan poca cosa, no serviria ni para alimentar a mis hijos y es tan enclenque que no sirve para el trabajo pesado." 

Hace un gesto a dos guardias.

"Recuperad todo lo que tenía y coged unas cadenas, que el intruso cargue con el todo."

Dos guardias se dirigen a la celda de Merebor. Alli le agarran y le ponen unas cadenas, además de atarle todo su equipo.

Te despides y das las gracias al jefe. Marchas a la salida mientras Talvok se acerca a Merebor y le arrastra por el suelo, con sus cosas atadas a él. Una vez un poco dentro del túnel de salida, esperas a Talvok y este te alcanza.

"Aqui tienes..." - te da un hilo de cadenas conectado a los grilletes de Merebor.

Merebor parece confuso, desorientado, está torpe. Concluyes que debido al calor (que para ti era poco) se encuentra deshidratado, pero sabes que aguantará el trayecto del túnel.

Fijandote en el camino, las paredes son mas anchas, el techo más alto, hay pequeños ornamentos y la lava actua como iluminación.

Llegas afuera, al pie de la montaña, donde el símbolo de Melzir funcionará.

Talvok se despide de ti y te dice que ansia combatir a tu lado.

Estáis solos, aunque Merebor algo más mareado y desorientado, no parece saber donde está ni quién eres.

La conversación empieza a tomar mucho tiempo y cada vez hace más calor por lo que empiezas a deshidratarte.

Rebuscas en tu mochila para alcanzar la cantimplora, pero un guardia te ve y antes de que puedas hacer nada abre tu puerta y se queda con tu mochila, ademas de registrarte el atuendo y llevarse tus cosas. Delante de tu cara empieza a beber de tu cantimplora, se rie y la tira junto a tus armas.

El tiempo sigue pasando y cada vez estas mas desorientado, te mueves torpemente y no puedes articular ninguna palabra.

Mientras te estás preparando para la muerte y sientes que Valion te ha abandonado, dos dracónidos entran y empiezan a zarandearte para que despiertes.

Mientras uno de ellos te ata tus cosas, otro te pone unos grilletes con cadenas. Un tercer dracónico aparece y tira con fuerza de tu cadenas, arrastrándote por todo el salón. Te lleva a un túnel donde le ofrecen tus cadenas a una figura que ves borrosa, no sabes que és.

Avanzas durante un tiempo por el túnel, el calor es insoportable. Cuando llegas a lo que parece ser la salida notas como te vas a desmayar en cualquier momento, has llegado a tu límite.

¿Será este el fin?

Aplico medicina en Merebor.

Curas a Merebor las heridas. Examinas su mano y muñeca. Han sido totalmente estrujadas por un dracónico, tiene mala pinta.

Recoges los objetos de Merebor que te interesan y tiras a un pequeño pozo de lava el libro y el estuche con útiles de escritura.

Escribes el símbolo de Melzir y las escaleras aparecen. No te queda tiza.

Una vez llegas a la taberna le dejas es un banco ancho con cuidado de lastimarle más.

No hay nadie en la taberna.