Partida Rol por web

Problemas en La Mafia [HLdCN+]

Taller de narraciones

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15/10/2017, 18:36
Darek Houston
Sólo para el director

1 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Darek no dijo nada. Durante la historia de Julietta había apuntado un nombre en la libreta, después, a medida que la historia había ido avanzando, había apuntado otras notas, hasta que al finalizar Julietta, las repasó con el bolígrafo.

Parecía estar contando: 1, 2, 3 y 4. Alzó una ceja en señal de sorpresa y aún mirando las notas, tachó todas menos la primera y subrayó esta varias veces.

¿Hola? ¿Me has estado escuchando? Hasta las últimas consecuencias. Recuerdo bien esa frase porque me puso el pelo de punta. Fue exactamente lo que dijo. - Dijo Julietta.

¿Eh? ¡Ah, sí! ¡claro!. Insinúas que Montesco asesinó a Andrea. Esas son las últimas consecuencias, ¿no es así?

No me extrañaría. Está desquiciado.

Es muy posible... una pregunta más, ¿por qué crees que lo haría? Llegar a las últimas consecuencias me refiero.

¿Qué por qué? No sé. Es un monstruito. Un friki. Vete tú a saber. Igual vio su oportunidad para dirigir el cotarro. Él conoce todos los movimientos ¿sabe?

Darek Houston hizo una mueca y subrayó una vez más la primera anotación de su libreta.

Muy bien, hemos terminado. - Se levantó y se acercó a la puerta al otro lado de la cual esperaba el funcionario de prisiones. Abrió y le hizo pasar. - Le pediría que no saliera del estado, pero ya nos hemos asegurado de eso, ¿verdad?. - después, dirigiéndose al agente - Puede llevársela. Dígale al alcaide que Julietta Morosini deberá estar disponible aún un tiempo en calidad de sospechosa de asesinato.

Salió de la habitación. Mientras se iba se le oyó decir

Por favor, que alguien le traiga su café a la sospechosa.

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16/10/2017, 00:01
Henrietta Grimaldi
Sólo para el director

1 de Marzo de 1954
11:30 AM
Ristorante delle Quattro Famiglie

Henrietta estaba esperandoos a todos vosotros en el Ristorante cuando llegasteis. Il Mediatore también.

Este día la distribución era distinta a los anteriores. Ni un gran círculo ni un espacio diáfano. En esta ocasión había varias mesas repartidas por la habitación con sus correspondientes sillas. Había mesas de distintos números de comensales: 2, 3, 4 y 6.

El aspecto era el de un restaurante normal.

Henrietta os saludó uno por uno mientras ibais llegando con palabras de agradecimiento. También Il Mediatore saludaba, pero en silencio.

Cuando parecía que estabais casi todos, Henrietta le hizo un gesto al Mediattore y este avanzó a la puerta y la cerró por dentro. Nonna Isa no estaba dentro. Entonces Henrietta, en deferencia a su edad se acercó a Federico, le tomó de las manos y habló.

Te acompaño en el sentimiento por tú pérdida.

Siguió recorriendo a los miembros de la familia Morosini que eran familiares directos de la fallecida: Fagottino y Alessandro para darles personalmente el pésame. También dio el pésame al hijo adoptivo de la familia: Bonny "Cerradura". Luego habló para todos. - Por favor, transmitir mis condolencias a todos los miembros de vuestra extensa familia.

Hermanos, Nonna Isa a fallecido hoy. Su pérdida es irreparable para todos nosotros. Ella era fiel a las familias, y también una mujer inteligente y con recursos. Hemos podido averiguar que estaba en contacto con un detective privado para ayudarnos a localizar los secretos de algunos de los presentes y encontrar así a los policías.

Siento no haber estado ayer con vosotros aquí, y quiero aprovechar para dar el pésame a la familia Montesco por la muerte del Pater.

Se acercó uno por uno a los familiares directos, como hiciera con los Morosini, empezando por Don Hogan, el hermano del fallecido, e Isabella, su sobrina, y continuando después por Berlus y Berto.

Mis condolencias.

La noticia de la muerte de la Nonna era un jarro de agua fría para todos.

Pero no todo son malas noticias hoy:
Esta noche no han detenido a ninguno de nosotros. Desconozco los motivos, tan sólo espero que no fuese para regresar con más fuerza esta noche.

Dejó unos segundos para que la buena noticia, la única del día, se extendiese y os infundiese ánimos. Después continuó cambiando de tema.

La investigación del fallecimiento de mi esposo avanza. Supongo que ya habréis escuchado algunas cosas. Lo cierto es que esta investigación está sacando a la luz... algunos asuntos poco gratos sobre los más allegados a Andrea. Confío en que todos sepamos estar a la altura de las circunstancias.

Todos fuisteis en ese momento conscientes de que Henrietta podía haber sido la responsable de la muerte de Andrea, en virtud de la información desagradable que ella misma estaba refiriendo. También de que ella prácticamente os había intentado traicionar a todos abandonandoos. Eso explicaba también de una manera más comprensible por qué ella no estaba participando de esta búsqueda.

En cualquier caso, parecía evidente que estaba pidiendoos que no removierais el pasado más de lo conveniente. Al fin y al cabo, si lo que habíais oído era cierto, era posible que la viuda aún estuviese digiriendo la noticia de que su marido tuviese una amante. ¿Cómo se hablaba con alguien en esas circunstancias, cuando su vida reciente se había vuelto repentinamente pública? Todos o casi todos teníais secretos. ¿Erais quién para juzgarla?

No hubo mucha ocasión de responder a estas preguntas, ya que la viuda se dirigió a la puerta de entrada dispuesta a volver a dejaros con vuestras responsabilidades con las familias.

Nada más. Os deseo lo mejor. - justo antes de salir, mientras Mediatore abría la puerta a su paso, se giró a vosotros, emitió un suspiro y añadió - Un último consejo: No desfallezcáis. Aunque parezca que esto está resultando un fracaso, el hecho es que poco a poco permitirá encontrar a los infiltrados. Es cuestión de tiempo que este proceso empiece a dar sus frutos. Todos sabíais que no iba a ser inmediato y que habría que pagar un alto precio por limpiar la organización. Aunque hoy cueste creerlo, estáis haciendo un gran trabajo de equipo con esos policías. Y a ellos, que seguro están escuchando: Lamentaréis el día que decidisteis meteros con Las Cuatro Familias. Los italianos tenemos una palabra grabada a fuego en nuestros corazones dispuesta para imbuirnos de energía si es necesario: Vendetta

La viuda salió. Algunos pensasteis que era irónico que sus últimas palabras sirviesen tanto para amenazar a los policías como para explicar la acusación que pendía sobre ella, si es que en realidad era culpable.

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16/10/2017, 01:04
Il mediatore
Sólo para el director

Il Mediatore cerró la puerta con llave. Desde que el primer día el padre abandonara el lugar, no había vuelto a dejar abierta esa posibilidad.

Se volvió hacia vosotros.

Por favor, recordar qué hacemos aquí. No toleraremos más la falta de compromiso con las familias que ha ido sucediendo estos días mientras algunos perdéis seres queridos*. Hoy todos sois dolorsamente conscientes de lo importante que es comprometeros con esta causa. Un único voto no dado es suficiente para salvar o condenar a alguien, y no siempre podremos contar con las decisiones de quien está encargado del trabajo sucio para decidir en nombre de todos.

Se acercó a su mesa habitual, y habló una vez más antes de sentarse.

Tenéis hasta el final del día para darme un nombre.**

Notas de juego

*Recordatorio para aquellos que ya tenéis un voto nulo.

**El día acabará el jueves 19 de octubre entre las 13:00 y las 15:00 hora aproximada de servidor

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19/10/2017, 13:16
Il mediatore
Sólo para el director

Il mediatore va leyendo con tranquilidad los votos queobran en su poder. Hace un recuento y pasa a anotarlo en una libreta. Vuelve a recogerlos y los guarda en el bolsillo exterior izquierdo de su chaqueta.
A continuación, se pone en pie con total parsimonia y empieza a hablar mientras pasea lentamente de un lado al otro del ristorante.

Ya tenemos una decisión. - Se mueve entre las mesas mirando a unos y otros. - Y esta vez es mayoritaria. - Pasa tras la silla de Federico y palmea su hombro. Acto seguido, hace lo propio con Hogan.
Pero lo que nos debe preocupar ahora mismo, no es la votación; es la lealtad a la familia... - Se produce una pausa en la que parece que se le ha olvidado lo que estaba diciendo.

Una lealtad, - retoma la charla súbitamente y con mayor volumen en su voz - que se demuestra mediante el compromiso. Y, evidentemente, hay gente que no lo tiene.
Se acerca a la silla en la que Alessandro descansa con actitud displicente, casi con pasotismo. Se diría que no le importa nada lo que ocurre en il ristorante y está pensando en otra cosa, probablemente en alguna mujer. - Questo è qualcosa non possiamo permetterci*

Agarra la cabeza del joven, tirando de sus cabellos hacia atrás, lo que hace que casi se caiga de la silla. Sin tiempo para que reaccione, extrae una navaja de mariposa de su pantalón y con enorme destreza y rapidez, empieza a acuchillar el cuello del joven.
Una, dos, tres, cuatro puñaladas y continúa. Con fuerza, con frialdad, pero sin ningún aspaviento ni emoción en su rostro.
Nueve, diez; el muchacho ya está muerto, pero la cuenta sigue.

...quindici, sedici.** De pronto, se detiene; termina con la misma brusquedad con la que empezó. Se limpia como puede en el mantel de la mesa y guarda la navaja con una velocidad vertiginosa. - Ahora todos sabemos a qué atenernos.
Espero no tener que recordarlo de nuevo en los días venideros.

Notas de juego

* Esto es algo que no podemos permitir.

** ...quince, dieciseis.

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20/10/2017, 17:19
Darek Houston
Sólo para el director

2 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Darek Houston miró en silencio a su interlocutor. Claudio y él estaban sentados frente a frente en la mesa de la sala de interrogatorios. Claudio vestía un mono penitenciario rojo anaranjado, ligeramente más oscuro que el que llevaba Julietta el día anterior. Quizás la diferencia de tonalidad se debiera al sexo del prisionero, o quizás era aleatoria.

Darek tendría que llevar el peso de la conversación con Claudio: Se le veía demasiado cómodo en el silencio. A Darek no le convenía mantenerle en esa comodidad, así que habló.

Sabe por qué está aquí, ¿verdad?

...

Está aquí por la investigación del asesinato de Andrea Grimaldi.

...

Hemos hablado con Julietta Morosini. Ella mencionó su nombre.

...

Ni una reacción. Ni siquiera sonreía o estaba enfadado. Era más bien apatía. Tenía que traerle de vuelta al mundo físico o de lo contrario no habría interrogatorio. Repasó de un vistazo rápido sus notas tomadas el día anterior con Julietta. En la libreta había una única palabra seguida de varios apuntes tachados. La palabra era un nombre propio subrayado varias veces. El nombre era la clave. Sobre esa idea, lanzó un globo sonda.

También mencionó el nombre de Henrietta Grimaldi.

Claudio se movió incómodo en la silla y por fin reaccionó.

Así que Julietta les dio mi nombre, ¿Y qué? ¿Van a creer a esa buscavidas?

Darek fingió una leve sorpresa. - Tira carrete

Interesante. ¿Se refiere a que pretendía suplantar a Andrea en la organización?

No deberían seguir buscando. Ella es la asesina.

¿Y en qué se basa?

... No diré más - Claudio se volvió a reclinar en la silla

Lo estaba perdiendo. Debía devolverle al juego. Sacó de nuevo el cebo.

Usted ya sabe que eran amantes. Quizás Henrietta se enteró y decidió vengarse. Quizás usted se lo dijo.

No, no, no, no. Así no es como ocurrió. Andrea sabía que Julietta no quería más que poder, así que la utilizó. Julietta se enteró y se vengó matándole. Fin de la historia. - Claudio volvió a picar, y Darek no quiso darle tregua.

¿Cómo sabe que Andrea no estaba enamorado de Julietta?

¡Él mismo me lo dijo! ¡Seguía utilizándola pero no sentía nada por ella!

Usted se encargaba de que él no creyese en los sentimientos de Julieta, ¿verdad?

No tiene sentimientos. Esa mujer. No tiene ningún rastro de corazón.

Darek quiso entonces sacar la artillería, pero se le cruzó un pensamiento que aún podía aprovechar más, así que lo pospuso un instante.

¡Claro! ¡Claudio no sabía que Andrea había abandonado a Julietta!

¿Y entonces, por qué Andrea no dejaba a Julietta y regresaba a casa con su mujer?

Nunca entenderé por qué - Contestó Claudio. En su voz había pasión, odio. Más odio del que destilaba por Julietta.

Eso es lo que usted hubiera hecho, ¿verdad?.

Yo y cualquiera con un poco de sesera.

Era deshonroso. Él se estaba aprovechando de Julietta y traicionando a Henrietta. Y, cada día que seguía con ella, más probabilidad habría de que Henrietta se enterara. ¿Cómo se lo hubiera tomado? - Un poco más de carrete y a recoger. Con certeza absoluta, como si hubiese encontrado ya a un culpable - Le habría asesinado

¡No! Ella sería incapaz de matar a nadie. Habría sufrido mucho. ¡Se habría hundido! - Claudio se estaba dejando llevar.

Ella hundida en su miseria mientras él estaba fuera de casa acostándose con una mujer más joven. Con una arpía sin escrúpulos ni sentimientos.

¡Sí! ¡Exacto! - Claudio se había metido el solo en la red. Era el momento. Como si fuese la continuación natural de la conversación, Darek preguntó.

¿Cuánto tiempo lleva enamorado de Henrietta?

¡¿Co...Cómo dice?! - Claudio se sorprendió y titubeó.

Meses. Quizás años

No, no, - Empezó a negar mirando hacia los lados temeroso de que hubieran descubierto su secreto.

Viendo cómo ella permanecía fiel a una rata inmunda que la traicionaba con cualquier arpía. Por un poco de carne más joven. Henrietta le preguntaba en privado por qué Andrea tenía que quedarse hasta tan tarde haciendo las cuentas financieras. Si no podía usted encargarse sólo.

¡No, no, no, no...!

Y usted se veía obligado a mentir. Quería gritar la verdad, ¿pero que podía hacer? Decirselo a Henrietta la habría hundido. Intentó convencer a Julietta pero no salió bien. Habló con Andrea. Quiso que él abandonara a Julietta y volviera con Henrietta. Cualquier cosa con tal de ahorrar el dolor que vendría de una situación que ya usted apenas podía encubrir. Pero él no hacía caso.

¡No! ¡No! ¡No! - Claudio se intentó llevar las manos a las orejas para no escuchar, pero las cadenas sujetaban sus muñecas a la mesa impidiendo el movimiento, así que echó la cabeza hacia adelante refugiándola en las palmas.

Él se tomó sus advertencias sobre Julietta de un modo inesperado. Le creyó, pero decidió que eso no le impediría acostarse con ella. Siguió viéndola. Cada vez con más frecuencia. Usted le insistía que la dejara y a él solo le reafirmaba en seguir con Julietta.

¡Pare ya!

Y por eso le mató, ¿verdad? No podía hacer otra cosa. Era la mejor solución para todos. Henrietta sufriría por el luto, pero no por la traición. Con el tiempo usted podría ocupar su lugar. Era un buen plan. El único posible.

¡Le he dicho que pare!

¡Usted le mató! ¡¡Fue usted!! Que mejor día para su muerte. El más simbólico. La víspera del día de los enamorados. La víspera de su historia de amor imposible. ¡Usted le mató! ¡Y cuando se entere Henrietta le odiará de por vida! ¡¡Fue usted!!

¡¡NO!! - Claudio levantó la cabeza repentinamente y en sus ojos había lágrimas. En su voz, furia. - ¡¡Esa escoria no merecía vivir!! ¡¡Rata traidora!! ¡¡Pero yo no le maté!! ¡¿Me oye?! ¡¡YO NO LE MATÉ!!

Darek dejó que Claudio se calmase un poco. No tanto como para perder la baza que había jugado.

Entonces cuénteme cómo ocurrió.

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20/10/2017, 18:57
Claudio Montesco
Sólo para el director

Claudio Montesco: Primer Flashback

8 de Enero de 1954
Chicago 17:02 PM
Despacho gestoría financiera

Las cuentas no cuadran, Claudio.

El jefe de los Montesco miró al Don fijamente. Se mostraba a la vez perplejo y ofendido.

Cuando hizo que lo llamaran después del almuerzo para visitar una gestoría de prestigio, poco podía imaginarse que el asunto que Grimaldi quería tratar estuviese relacionado con un error contable.

Claudio Montesco podía presumir de no equivocarse nunca y, desde luego, no haría trampas en la contabilidad de las familias.

¿Me estás acusando de robar?

No. Aún no. – Andrea lo miró con dureza. - En todo caso te estaría acusando de no hacer bien tu trabajo. Y sé que, probablemente, te siente peor parecer un inútil que un ladrón.

¿Cuánto? – No hacía falta precisar a qué se refería.

Cerca de dos millones. No se puede obviar una cantidad así; es más de lo que movía una familia en todo un año antes de que me hiciera con el puesto de Don.

También era más de lo que movía una familia en todo un año antes de que Claudio se ocupase de las cuentas financieras.

Revisaré mis libros y los compararé con los globales.

Hazlo. Por tu bien espero que haya sido un error del copista.

Claudio se dio media vuelta molesto con intención de salir de allí, pero su enfado solo le permitió llegar a la puerta. Al llegar, se giró de nuevo encarando a Andrea.

Andrea desde la butaca al otro lado de la mesa, levantó la vista de los cuadernos de números y movimientos y fijo su atención en Montesco.

¿No ibas a revisar las cuentas? Vamos, vete

Claudio cogió aire.

Andrea, tienes que poner fin a lo tuyo con Julietta.

Andrea enarcó una ceja, cerró el libro de contabilidad y se levantó de la mesa.

¿Es una especie de venganza por la acusación? Mira Claudio, no es una cantidad menor. Tienes que...

Claudio interrumpió a Andrea dejando su frase a medias. Estaba molesto.

¡No es ninguna venganza! Llevo meses cubriendo tus escarceos delante de Henrietta. Ella viene a mi y me pregunta por qué tienes que quedarte hasta tarde con la contabilidad si me tenéis a mi. Yo me invento excusas: Descubiertos, descuadres, desbalances, blanqueos... - ¿Y así me lo pagas? ¿Contratando una gestoría paralela para revisar mis cuentas? - ¡Se acabó! ¡Esto tiene que acabar!

Andrea le miró divertido y le dirigió la sonrisa que se dirige a un niño fingiendo ser mayor.

Ya hemos hablado de esto. Sé lo que busca Julietta. Sé lo que hago.

La condescendencia con la que le trataba el Don enfadó aún más a Montesco.

¡Y una mierda! Cada vez la ves más a menudo. Henrietta no merece que la trates así. Si no le pones fin tú, le pondré fin yo.

Andrea ya no parecía tan divertido. Parecía enfadado de nuevo.

¿Que le pondrás fin TÚ?

¡Sí! - dijo Claudio con determinación.

¿Y qué vas a hacer? ¿volver a intentar convencer a Julietta? ¿decírselo a Henrietta?

¡Lo haré si es necesario! - Mintió Claudio

¡No lo harás! - Su voz era siseante. Había tenido mucha paciencia con Claudio, no sólo con el tema del dinero, también con esto. Su paciencia se había agotado. - ¡Eres un pobre iluso! ¿Te crees que Henrietta se fijaría en alguien como tú? Estás ciego.

Claudio puso cara de sorpresa. Andrea continuó con ira creciente respondiendo a una pregunta no formulada.

¡Pues claro que lo sé estúpido! ¡Sé que llevas años pensando en mi mujer! ¡¿Te crees que puedes venir a mi a fingir darme consejos sobre qué debo hacer o dejar de hacer con mi mujer o Julietta?! ¡¿Te crees que creía que era la amistad la que movía tus insistentes esfuerzos por que abandone a Julietta?! ¡Imbécil! ¡Claro que lo sabía desde el comienzo!

Claudio se puso rojo. Estaba avergonzado y rabioso a partes iguales. Se sentía descubierto y estúpido. Él confiaba en que su secreto estaba bien guardado. Su sentimiento de inferioridad se transformó en más furia contra el Don.

¡Nicola, esa sucia rata!

¡¡Cállate!! ¡Nadie me ha dicho nada! ¡Era demasiado obvio!. Te diré lo que va a ocurrir: Voy a seguir acostándome con Julietta. Después voy a regresar a mi residencia, donde me espera mi esposa, y voy a meterme con ella en la cama. Y tú no vas a decir nada porque eres incapaz de contarle la verdad a Henrietta por miedo a hacerle daño. Tú vas a volver a encerrarte en el baño de tu casa a tocarte pensando en mi mujer mientras yo yazco con ella. Con esa mujer a la que jamás podrás alcanzar. A la que jamás podrás tocar. Y no vas a poder evitar de ningún modo que me siga viendo con Julietta. No voy a elegir a una. No lo necesito. Puedo tener a las dos.

Claudio estaba hinchado como un globo a punto de estallar de rabia.

¡Figlio di putana! No permitiré que sigas traicionando a Henrietta. No permitiré que le hagas más daño.

¡No puedes hacer nada! ¡No tienes opción de hablar con nadie sin causar daño! ¡Nada de lo que digas o hagas podrá detenerme!

Tienes razón en que no puedo hablar con Henrietta sin causarle un inmenso dolor. Pero te equivocas en lo demás. Quizás no pueda decir nada para pararte, pero escúchame con atención, escoria. Te voy a detener ¡y me aseguraré de que no vuelvas a traicionar a Henrietta jamás! ¡Te alejaré de ella!

Andrea se echó a reir en una risa totalmente desprovista de humor - Henrietta nunca me dejará. Ni yo a ella.
Estamos juntos hasta que la muerte nos separe.

Claudio supo que era cierto. La única forma de separarlos sería la muerte. Iracundo, cogió sus cosas y se fue.

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20/10/2017, 22:55
Darek Houston
Sólo para el director

2 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Dos cosas de la historia de Montesco habían llamado la atención de Darek, aparte de la obvia.

Eso a mi me parece un motivo para matar. Una acusación de robo. Una discusión muy elevada. Unos deseos hacia la pareja sentimental de la víctima. Prácticamente ha sido una confesión.

No lo ha entendido. Eso fue todo. No hubo más. Me pidió que le contase qué ocurrió. Fue eso. Él tenía razón. No podía hacer nada salvo matarle, pero yo no le maté.

Algo sí he entendido. Usted no comete errores con las cuentas, ¿verdad?

¿Cómo? ¿Qué más da eso?.

Que usted sabía donde estaba el dinero desaparecido. Usted conocía su existencia y su paradero. ¿no es así?

...

¡Ah, no! ¡Otra vez silencio no! Tiene algo que ver Nicola, ¿verdad? El hijo del fallecido. - Había sido un tiro al aire. Una intuición derivada de la historia, pero pudo leer en el semblante de Claudio que había dado en el clavo - Creyó que él se lo habría contado a su padre. Luego él conocía su enamoramiento hacia su madre. ¿Qué tiene que ver el dinero en todo esto?

Rememorar todo había hecho sentir furia hacia Andrea y Nicola, pero no dijo nada.

...

Él le chantajeó. ¿No es así? Nicola le hizo chantaje para no revelarle su secreto a Henrietta. - Volvió a leer el semblante de Claudio, pero esta vez no parecía haber atinado. Estaba encaminado, pero no era eso.

No... en ese caso usted habría pagado de su propio dinero. Usted no habría robado el dinero de la organización. Fue Nicola. Nicola robó el dinero. - A medida que hablaba leía el gesto de Claudio. Ahora sí iba bien.

Y usted no comete errores. Menos aún errores tan grandes. Usted descubrió el saqueo y tiró del hilo. Descubrió que Nicola estaba vaciando alguna cuenta y le amenazó con revelárselo a Andrea si no lo devolvía. - Sí. Cada vez más cerca - Él se negó y le chantajeó con chivarse a Henrietta de su amor. Entonces usted cedió, maquilló las cuentas. Confiaba en que su reputación guardase su secreto.

Claudio respiró profundo una vez más. ¿Qué sentido tenía intentar ocultarlo si el comisario ya había deducido todo?. Ninguno. En ese momento, decidió hablar.

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22/10/2017, 16:50
Claudio Montesco
Sólo para el director

Claudio Montesco: Segundo Flashback

8 de Diciembre de 1953
Chicago 15:21 PM
Despacho Financiero Montesco

Claudio estaba sentado en el sillón de su despacho ultimando las cuentas del año en curso de cara a cerrar el año contable.

Frente a él, un montón de papeles, dosieres e informes desperdigados sobre la mesa sin aparente criterio. Había encontrado una irregularidad y se había pasado las últimas horas buscando y rebuscando una explicación, revisando todos los documentos.

La puerta se abre y entra Nicola Grimaldi, el diletante hijo del Don.

¿Qué tal, Claudio? Me han dicho que querías verme. - Dijo Nicola casi desde la puerta.

Pasa. Siéntate. ¿Quieres tomar algo?

Nicola algo a disgusto entró del todo cerrando la puerta y avanzó al interior de la habitación, pero no se sentó.

No gracias. Espero que sea rápido. Los chicos y yo hemos organizado una partida de poker para esta tarde. Vienen los irlandeses, así que quería aprovisionarme bien de cerveza. Esos tipos son una draga.

¿Te parece buena idea jugarte dinero contra los irlandeses? - Preguntó Claudio sorprendido.

¡Por supuesto! Los vamos a despellejar. No es la primera vez que nos juntamos, hay un grupito de ellos que son de fiar.

Eso explica alguna que otra cosa. - Respondió Montesco,

¿Qué quieres decir? - preguntó Nicola algo más desconfiado. Su amistosa familiaridad había terminado por desaparecer a manos del siempre grave Claudio Montesco.

Por toda respuesta, Claudio le tendió un documento contable a Nicola.

¿Qué es esto? Sabes que no entiendo absolutamente nada de contabilidad. - Dijo mientras observaba el documento.

Esto es fácil de entender. Han desaparecido 800 miles de dólares.

Nicola emitió un silbido de impresión.

¿Cómo desaparecido? Joder Claudio, que es casi un millón. ¿Cómo puede desaparecer?

Dímelo tú.

¡Un momento!, ¿qué insinúas?... Ya entiendo por qué me has traído aquí. Esto no me gusta un pelo. ¡Voy a llamar a mi padre! - Dijo Nicola fingiéndose cada vez más indignado.

Buena idea. Llamemos a tu padre. Él no es un cabeza de chorlito y podrá entender el documento que tienes delante. - Dijo mientras descolgaba el teléfono de su escritorio.

¡Eh! ¡Espera! - Casi gritó Nicola pulsando el pestillo del teléfono para cortar la línea.

¡Joder Nicola! ¡No me extraña que necesitaras tanto dinero! ¡Tus faroles dan pena! ¡Te deben haber saqueado de lo lindo!

Nicola pareció molesto.

¡Qué sabrás tú!

¿Me cuentas qué ocurre? - Preguntó Claudio mientras colgaba el teléfono.

Nicola no le caía del todo mal. Era un niño mimado, pero era gracioso y agradable con él. Y al fin y al cabo, todos tenían sus defectos, ¿no?

Nicola dejó escapar el aire.

Todo empezó jugando al poker. Me atraparon como a un novato. Montaron una partida los irlandeses y me quise meter. La partida fue muy bien y al acabar la noche había ganado veinte mil dólares. Para la siguiente partida era yo el que les estaba insistiendo. Alguien soltó algún comentario inocente. Algo así como "menos mal que la última noche la apuesta mínima no eran 100 pavos". Yo caí como un imbécil. Al rato ya estaba yo convenciéndolos para subir las apuestas, y al final de la noche les debía dinero. Mucho dinero.

¿800 de los grandes?

500, en realidad.

Pero tú te has llevado 800. - Decía Claudio algo confuso.

Con parte de ese dinero saldaré mi deuda, y con el dinero restante, recuperaré todo lo que he tomado prestado y mi honor. Quizás hasta ganemos dinero con todo esto.

¿Estás de broma o eres idiota? ¡Voy a avisar a tu padre inmediatamente! - Dijo Claudio descolgando el teléfono.

¡No, no lo harás! - Nicola volvió a pulsar para cortar comunicación.

¡Esta vez no me pillarán como a un primo! La anterior partida me confié. Arriesgué demasiado pensando que eran unos mantas. Pero esta vez voy sobre aviso. 300 miles serán dinero de sobra para recuperar la deuda completa. Soy mejor que ellos. - Continuó Nicola.

Es ridículo. No saldrá bien, Nicola. Perderás ese dinero como perdiste el anterior.

¡Cállate! - En su mirada había enfado. Nicola era orgulloso. Se tomaba aquel asunto como una prueba de su valía personal, y por tanto, era un insulto que Claudio dudase que todo saliese bien. - Va a salir bien y mi padre no se va a enterar porque tú no dirás nada.

Eres un niñato. Se lo voy a decir inmediatamente.

Si no mantienes la boca cerrada le contaré tu secreto. - Dijo Nicola mirando enojado a Montesco por el desprecio.

¿Qué... qué secreto? ¿es otro farol? - Preguntó sorprendido Claudio.

Tu pasión por mi madre. Se lo contaré a mi padre. ¿Cómo crees que se lo tomará?

No he hecho nada. No me preocupa. - Dijo Claudio. Y era verdad, aunque sabía que Andrea era posesivo. Podía estar engañando a su mujer, pero mataría a quien le pusiese los cuernos a él. Pero no le preocupaba demasiado que se enterase de su secreto. - Preferiría que no trascendiese, pero no sería un inconveniente insalvable.

Nicola no se esperaba eso. Se esperaba miedo hacia su padre. Pero se rehizo bien y contraatacó.

¿Ni siquiera si se lo digo a mi madre? - Preguntó con malicia.

Eso era otra historia. Que Henrietta lo supiera pondría fin a su amistad y él dejaría de poder verla. No contestó a Nicola, pero este supo ver que había acertado.

Le contaré a mi madre tu secreto. Le diré que estás obsesionado con ella. Que tienes una habitación llena de fotografías. Que sueñas el modo de poseerla.

¡Pero que dices, gusano! ¡Eso no son más que mentiras!

Nicola sonrió con malicia de nuevo

Sí, pero ella no lo sabe. Dices que no se tirarme faroles, que no se mentir. Pero sí que sé. La clave de una buena mentira es que contenga parte de verdad. Cuando ella descubra tus sentimientos ocultos, convertirte en un acosador pervertido será sencillo.

Claudio no sabía qué pensar. ¿Podía ser cierto? Eso le alejaría de Henrietta para siempre además de granjearle la enemistad de Andrea.

Nicola le leyó la mente y se anticipó. Al final, quizás no era tan mal jugador de poker.

Y todo lo que debes hacer es fingir que no sabes nada unas semanas. Darme un poco de cancha. Es fácil. Nadie te pide nada más que eso.

Nicola le había convencido. Era más sencillo callar.

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23/10/2017, 15:11
Darek Houston
Sólo para el director

2 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Se confirmaba la teoría de Darek.

Asumo que Nicola perdió esos 300 miles, porque según usted, un mes más tarde había hablado con Andrea de un agujero de casi dos millones.

Claudio asintió con la cabeza y reafirmó de palabra.

En realidad, nunca usó los 500 mil para saldar la deuda. Se lo jugó todo y duplicó la deuda. Un mes más tarde la deuda ya era de un millón ochocientos mil dólares. Antes de que encarcelaran a Nicola ya había pasado otro mes, así que la deuda seguramente haya empezado a correr intereses, si es que Nicola no ha conseguido el dinero de otro modo.

Darek tomaba nota, pero había algo en toda ese asunto que no le terminaba de encajar.

Pensó sobre lo que había averiguado hoy. Repasó sus notas del interrogatorio. Las repasó una segunda vez.

Mientras Darek repasaba lo conversado buscando qué era lo que estaba agitando una bandera de alerta roja en su cerebro, Claudio permanecía en silencio con gesto adusto.

Darek lo miró a los ojos y se preguntó a si mismo sobre ese hombre. Tan cómodo en el silencio. Finalmente lo entendió y sonrió.

Sabe qué es lo que más me ha sorprendido de este día.

Dígame. - Preguntó Claudio con respetuosa curiosidad.

Que usted no es dado a las palabras.
Tampoco es bueno comprendiendo los sentimientos, según indican sus compañeros, y, sin embargo, todos coinciden en que es usted muy inteligente. Brillante incluso.

Me halaga.

Darek volvió a sonreir.

¿Sabe lo que creo yo?

Claudio no respondió, pero hizo un gesto de interés con la cabeza. En sus ojos brilló un acero azul de inteligencia.

Creo que probablemente el único que supiera el verdadero alcance de su inteligencia fuera Andrea.

Claudio enarcó una ceja. Y Darek rió.

La señorita Morosinni está convencida que usted es un inútil en lo que a relaciones sociales se refiere. El resto está bastante de acuerdo. Y sin embargo, usted ha sido capaz de manipular a las personas a su conveniencia. Al único que no ha podido manipular ha sido a Andrea.
Pero el resto estaba convencido de que eran ellos los que le manipulaban a usted.

Hizo una pausa.

Aquella tarde, cuando se reunió con Julietta, al marcharse usted le dedicó una sonrisa que según ella le heló la sangre. En ese momento ella supo que usted era peligroso, aunque ya se le haya olvidado.

Otra pausa.

Hoy en el interrogatorio yo he tenido que ser el que llevara el peso de la conversación. Yo he guiado en todo momento el interrogatorio. Usted apenas ha proferido varias frases encadenadas. Normalmente eso hace que la gente le crea idiota. A mi no me ha engañado.

Claudio le dedicó una mirada más en la que, esta vez sí, había sincera curiosidad.

Darek mandó llamar a un agente pulsando el intercomunicador. Luego, antes de que llegara añadió.

Usted finge ser un inepto social. Es más fácil manipular a las personas así.
Hoy sin ir más lejos, no tenía por qué contarme nada del dinero. Yo no sabía nada. Yo no le había preguntado. Y sin embargo, al terminar el interrogatorio, hay una línea de sospecha nueva clara y con una gran fuerza apuntando a Nicola. Usted solo debía contar los asuntos emocionales. De eso le estaba interrogando. Y de repente, ahí estaba el dato. Un nombre casual mencionado sin venir a cuento. Justo después de una historia de dinero desaparecido que tampoco venía a cuento. Y ahora uno de los sospechosos ha ganado una fuerza poderosa.
Un sospechoso que, según su historia, le caía bien. ¿Quién se esperaría que usted señalara a Nicola intencionadamente cuando minutos antes había expresado al convicción de que Julietta era culpable?

Era una pregunta retórica, y como tal, no obtuvo respuesta.

Bien jugado. Pero quiero que sepa que me he dado cuenta. Usted es el más peligroso aquí. Haremos bien en tenerle entre rejas.

En ese momento entró el agente.

Agente, llévense al señor Montesco a prisión. Y por favor, asegurese antes de finalizar el día que la viuda de Grimaldi sigue en la ciudad. El resto de sospechosos están a buen recaudo. - Miró a Montesco con una expresión de profunda complicidad. - Si algo hemos aprendido hoy es que, hasta el momento, estabamos viendo la partida desde dentro del tablero.

Claudio al salir de la sala le dedicó una mirada a Darek cargada de astucia y malicia lobuna. Al comisario se le erizó el cabello y supo que esa había sido la mirada lanzada sobre Julietta.

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29/10/2017, 03:40
Darek Houston
Sólo para el director

3 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Darek Houston estaba sentado en la mesa de la sala de interrogatorios cuando dos funcionarios de prisiones trajeron a Nicola Grimaldi encadenado de pies y manos.

Mientras los funcionarios sentaban al hijo del fallecido y pasaban la cadena que sujetaba sus muñecas por el aro metálico de la mesa de interrogatorios que impedía al preso hacer movimientos bruscos o levantarse, Darek se sorprendió con el aspecto del hombre. En lugar del habitual mono, vestía únicamente la parte de abajo de un pijama color naranja penitenciario y una camiseta de tirantes blanca.

No era frecuente permitir salir de prisión presos sin la vestimenta oficial, pero había algo más que llamó la atención de Darek y explicaba el cambio de vestuario habitual. Su hombro derecho tenía un grueso vendaje que le cubría pecho y homóplato hasta el cuello, así como el brazo hasta casi el codo.

Esperó hasta que los agentes salieran antes de hablar.

Viene usted del servicio médico. De ahí el pijama. - No era una pregunta.

Nicola por toda respuesta puso un gesto de resignación cómplice.

Parece que no ha tardado usted en hacer amigos en prisión.

Traía los deberes hechos de casa.

Entendía a qué se refería. Quizás sin la información proporcionada por Montesco hubiese sido menos evidente. Se había propuesto no dejarse influir por el juego del contable, pero a la hora de la verdad, gran parte del interrogatorio se vería afectado por el del día anterior. Era muy difícil bloquear la información que ya se poseía incluso no confiando en ella.

Sus amigos deben quererle mucho si le han querido transmitir un mensaje con tanto empeño incluso en la situación en que estaba.

Era un vendaje grande, y el lugar también era representativo. Le habian apuñalado de abajo arriba.

Que le voy a hacer. Causo ese efecto - Dijo encogiéndose de hombros.

¿Quién fue el responsable? - Aunque podía ser debido a la supuesta deuda económica, también podía guardar una relación más directa con el caso.

Una sonrisa divertida y autosuficiente le cubrió el rostro.

Me caí.

Darek no sabía cuanto tiempo debía invertir en ese asunto, así que hizo pasar a un agente y le repitió la pregunta.

No lo sabemos. Se niega a hablar.

Le dio las gracias y le hizo salir de nuevo.

Debió ser muy doloroso ser atacado así por la espalda.

Ya se lo he dicho: me caí. Además la herida está por delante.

Entonces le apuñaló un zurdo - pensó distraidamente. Se centró en el caso.

¿A cuánto asciende la deuda?

¿Qué deuda? - Dijo Nicola fingiendo incomprensión.

Darek Houston señaló la herida.

Tiene que ser una gran cantidad para darla por perdida. ¿O se trataba de un recordatorio? Sí. Seguramente fuera un mensaje para hacerle saber que los barrotes no le protegerán. De lo contrario la misma puñalada habría sido en el cuello o en el lado izquierdo.

Nicola permanecía impasible.

Se ve que aún no le querían muerto. Quizás confían que con la herencia de su padre pueda saldar la deuda. ¿Es así?

Demuestra muy poco tacto al hablarme de mi padre muerto en términos de herencia.

Darek ignoró el comentario.

Cuénteme qué ocurrió cuando su padre descubrió quién era el que estaba robado dinero a la familia.

No sé de qué me habla.

Usted contrajo una deuda considerable con los irlandeses. Robó dinero a la organización de su padre y, en lugar de saldar la deuda la incrementó. Claudio encubrió sus actos, pero usted continuó extrayendo dinero. Se hizo demasiado elevada la cantidad. Demasiado evidente. Su padre sospechó y aseguró las cuentas. El 8 de Enero se reunió con Claudio. Éste le compró tiempo, ¿pero cuanto?. Al mes siguiente, el 8 de Febrero la deuda ya habría contraído intereses y su padre habría descubierto el origen de la fuga. Seguro que le hizo llamar a usted para pedirle explicaciones. - hizo una pausa para que Nicola digiriera cuánto sabían.

¡Vaya! Parece que lo saben todo.

¿De cuánto es ahora, Nicola? ¿2 millones y medio? ¿3 millones?

¡Qué importa! Tiene razón. Ahora con la herencia podré saldar la deuda.

Le diría que demiestra usted muy poco tacto al hablarme de su padre muerto en términos de herencia, pero lo cierto es que demuestra mucho más que eso.

¿Qué quiere decir?

Darek Houston hizo una mueca que bien podría haber sido una media sonrisa.

¿Cuándo supo que su padre había empezado a vaciar las cuentas a las que usted tenía acceso?

Nicola se rió.

Definitivamente lo saben todo. ¿Me puede explicar qué hago entonces aquí?

Está usted aquí como sospechoso de la muerte de su padre. Él le cortó el grifo y usted necesitaba ese dinero para seguir con vida, ¿verdad? - No esperó respuesta. - Así que se reunió con él. Le pidió ese dinero. Él no lo necesitaba para nada y usted corría peligro de muerte. Él se negó a darle nada. Quizás si se lo hubiese pedido desde un principio, pero no habiéndolo cogido a sus espaldas.

¡Usted no le conocía! Nunca me hubiese dado el dinero, ni siquiera yendo de frente a pedírselo. Era un miserable. ¡Ni siquiera me dejaba usar el Mercedes 300 SL! ¡Cientos de veces se lo he pedido!

Darek hizo caso omiso de la interrupción.

Así que le mató. Era la única forma de conseguir el dinero. ¡Usted mató a su padre para recibir la herencia y poder pagar sus deudas de juego! ¡Era él o usted!

¡Eh! ¡Alto ahí! ¡Espere un momento! ¡Yo no le maté! ¡Y menos por conseguir dinero!

Entonces cuénteme cómo ocurrió.

Nicola suspiró y comenzó su relato.

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29/10/2017, 21:22
Nicola Grimaldi
Sólo para el director

8 de Febrero de 1954
Chicago 10:46
Grimaldi Cruises Headquarters

Nicola llegó a las oficinas de la empresa de cruceros de su padre a media mañana. Estaba furibundo.

Su padre era una persona acostumbrada a dar órdenes y tener la situación bajo control, por eso cuando Nicola apareció sin cita y sin avisar siquiera, Andrea no le recibió con la mayor de las sonrisas.

Hola, hijo. No te esperaba. Habla con Maggie y que me abra un hueco al mediodía para comer contigo. Ahora estoy ocupado.

¡Me has cortado el acceso a las cuentas bancarias! ¡Ni siquiera me funciona la tarjeta de crédito!

Estaban en la sala principal, con todos los oficinistas trabajando alrededor, por lo que Andrea no se esperaba un numerito de tragedia.

Los empleados se esforzaron por parecer lo más atareados posible.

Este no es momento ni lugar.

¡¡Y una mierda, padre!!

Andrea evaluó sus opciones y resopló.

Está bien. A mi despacho.

Nicola le siguió hasta su despacho. En su interior sintió que había ganado una batalla y se arrepintió inmediatamente. Ahora Andrea no cedería ni un ápice para ganar él la guerra. No toleraba que le pusiesen e ridículo delante de la plantilla.

Andrea cerró la puerta con violencia tras Nicola entrar en el despacho. El portazo puso los pelos de punta a Nicola, y seguro levantaría rumores en la oficina.

Pero lo que terminó de poner nervioso a Nicola más allá de toda posibilidad de regreso fue lo que siguió al portazo. Su padre le miró con tranqulidad, le dirigió una sonrisa y le dijo con voz cariñosa.

Dime hijo. - El contraste con el portazo fue demasiado grande y Nicola no supo qué decir. Su padre continuó leyéndole la mente y señalando la puerta - ¿El qué? ¿eso? No te preocupes por eso, es un mensaje para la plantilla. Deben creer que es la consecuencia de desafiarme. ¿Qué querías decirme?

Nicola seguía sin saber que decir. Su padre le causaba ese efecto. Andrea suspiró.

Me hablabas de las cuentas y tarjetas de la organización a las que tenías acceso. Están bloqueadas. Yo di la orden. - Remarcó las palabras para dejar bien claro quien era el verdadero propietario de ese dinero.

¡Pero mi dinero está en ellas!

Te corrijo. Tu dinero estaba en ellas, pero dado que has tomado prestado varios millones de la organización, ese dinero ya no es tuyo. Lo has entregado como primer plazo de la devolución que nos harás. Y en vista de las cuentas, aún te quedarán muchos plazos más por pagar... quizás deberías preguntarle a la Nonna si necesitan un ayudante en cocina.

¿Hablas en serio?... ¡Hablas en serio!

Dijo Nicola poniendo los ojos en blanco con incredulidad.

Andrea dio un fuerte manotazo en la mesa y habló con voz fuerte y autoritaria.

¡Me robaste! ¡Claro que hablo en serio! - levantó la mano de la mesa, volvió a adquirir una postura relajada y un tono de voz suave e incluso alegre que contrastaba con sus palabras.

Tienes suerte de ser mi hijo. Cualquier otro ya estaría nadando en el Michigan.

Pero papá, no lo entiendes. ¡Necesito ese dinero! - Pensó en añadir más. Titubeó y se detuvo, pero Andrea no lo dejó pasar.

¿Necesitas?. Explícate.

Nicola suspiró. No le quedaba más que contarle la verdad.

Se lo debo a los irlandeses. Tengo una deuda bastante grande. Desde hace dos meses. Están empezando a volverse... agresivos

Andrea escuchó con atención.

Comprendo. ¿Y se puede saber como contrajiste una deuda económica gigantesca con los irlandeses en MI ciudad? - Le dio unos segundos de margen para contestar, y cuando Nicola iba a empezar a hablar, le cortó. - ¡Calla! Me da igual. Prefiero no saberlo... Está bien. Parece que no queda otra. Hablaré con Nonna para que te permita hacer turnos dobles. Paralizaré tu deuda con la organización hasta que hayas saldado tu deuda con los irlandeses. Te doy de plazo 3 meses. A partir de Mayo empezaré a contarte intereses.

Nicola no se lo podía creer. A cada palabra que daba su padre se enfadaba más.

¿¿Intereses?? ¿Mi vida está en juego y no sólo no me das el dinero sino que encima me vas a cobrar intereses? - El tono de Nicola era agresivo. ¡Escúchame bien, ingrato! ¡Tú me has robado a mi y a aún puedes caminar! ¡No te debo nada! ¡Tú eres el que tienes tres deudas! ¡Debes dios sabe cuánto dinero a los irlandeses! ¡Debes varios millones a tu propia familia a la que le has robado! ¡Y por encima de todo, me debes gratitud por seguir con vida y que te de un plazo mucho mayor del que mereces para devolvernos nuestro dinero!

¡Padre! ¡¿Cómo puedes ser tan estúpido?! ¡Me van a matar! - Tan pronto le insultó se dio cuenta del error que había cometido. Sus posibilidades ahí se habían agotado.

¡¿Estúpido yo?! ¡Has contraído una deuda millonaria con nuestro mayor rival en el estado! ¡¡Maldito imbécil!! ¿No has aprendido nada de mi? ¿Ni siquiera te he enseñado a confiar en la familia cuando tienes problemas? ¡¿Has tenido que robarme dinero por la espalda en lugar de venir a pedírmelo?! - Andrea estaba ahora totalmente furioso.

¿Y de qué me hubiera servido? ¡Nunca jamás me hubieras dado el dinero! ¡Ni siquiera me prestas el Mercedes! ¡Nunca!

Andrea cogió el pisapapeles de su escritorio y lo lanzó contra la puerta del despacho. El pisapapeles atravesó el cristal de la misma y salió a la sala de oficinas donde todos los trabajadores interrumpieron repentinamente su labor para, acto seguido, esconderse dentro del cuello de su camisa y continuar tecleando. Ahora todo lo que se decía en el despacho se oía en el exterior. Andrea gritaba.

¡Se acabó! ¡Maldito imbécil! ¡No te toleraré ni media más! ¡Sal inmediatamente de aquí! ¡Búscate la vida! ¡De mi no verás un mísero dolar mientras viva! Tienes exactamente tres meses. ¡Largo! ¡¡LARGO!!

Nicola salió huyendo del despacho y, a la misma velocidad, de las oficinas de la empresa de su padre.

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30/10/2017, 12:42
Darek Houston
Sólo para el director

3 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Así que no sólo no le dio dinero para saldar la deuda, sino que le cortó el acceso a todas las cuentas y le incorporó una deuda adicional.

Así era mi padre. Siempre amable y protector con los suyos. - Dijo Nicola con ironía.

Eso convierte la herencia en un motivo más que suficiente para matarle: se venga, salda su deuda con los irlandeses, consigue seguir vivo y encima desaparece la deuda con la familia, ya que nadie salvo su padre la conocía.

Por última vez, yo no le maté. Es cierto que su herencia resolvería mis problemas económicos, pero llegaría tarde.

Darek se sorprendió un poco. Esperaba que esto no fuese del conocimiento de Nicola para sonsacarle más información. Era su as en la manga. No contaba con que él ya lo supiera. Empezó a sacar documentos de una carpeta y ponerlos sobre la mesa.

¿Se refiere a que su padre había empezado a juntar sus ahorros en una cuenta personal en el extranjero a nombre de su madre mediante cesión legal y por tanto ya no cuenta con ese dinero como heredable?

¿Qué? ¿Qué ese hijo de puta hizo qué? - Nicola no daba crédito. - ¿Y los bienes? ¿Esos siguen a nombre de mi padre? ¿La casa? ¿¿El Mercedes??

Darek negó con cierta sorpresa indicando que nada de eso era ya suyo.

¡Qué cabronazo! ¡Stronzo di merda!

Darek estaba perplejo esa reacción era demasiado sincera para ser fingida.

Si no sabía nada de esto, ¿entonces a qué se refería con que llegaba tarde? Le acaban de pegar una paliza por no pagar. Necesita ese dinero.

¡Ya tengo ese dinero! Además, la herencia esta bloqueada hasta esclarecer las circunstancias de la muerte de mi padre, así que aún no se ha hecho efectiva. Es más, ni siquiera pudimos terminar de ver el testamento, con lo que no sabemos cuáles son sus deseos. Ni tampoco sus bienes heredables, visto lo visto. Nuestros abogados están intentando resolver ese punto.

Darek Houston siguió sorpendido. Inrerrumpió el interrogatorio y se levantó.

Disculpe un minuto.

Salió de la sala dejando a Nicola maldiciendo a su padre. Se acercó a un agente y le pidió que comprobase las cuentas bancarias personales de Nicola.

Esperó observando al prisionero desde la sala contigua a través del falso espejo.

Al rato volvió el agente con la información contrastada.

En su cuenta hay una cifra con varios ceros. La transferencia se hizo el 10 de Febrero.

Tres días antes de la muerte del Don. ¿Puede ser un pago por matarle?

Dio las gracias al agente y volvió a entrar en la sala de interrogatorio. Se sentó de nuevo y miró a Nicola, que seguía alterado por la noticia de los bienes.

Efectivamente, usted ya tiene el dinero. Dígame, ¿quién le contrató para matar a su padre?

¿¡Qué!? ¡No! ¡No es eso! ¡Lo está malinterpretando!

¿Quiere usted hacerme creer que casualmente pocos días antes de la muerte de su padre recibió una cantidad de 6 ceros en su cuenta capaz de saldar su deuda? ¿Una cantidad que su padre le había negado?

Nicola pareció caer en la cuenta de algo. Como si esa pregunta le hubiese abierto los ojos y en su cabeza las piezas hubiesen encajado.

¿En qué país está esa cuenta de mi madre?

En Italia. Ha cambiado todos los dólares a libras esterlinas - Dijo Darek viendo a ver dónde le llevaba aquello.

¡Entonces sabía que se iban a ir del país! ¡Ahora lo entiendo todo!

¿Quién, Nicola? ¿Julietta Morosini? Sí, lo sabía.

¿Qué? ¡No! ¡Marcelo Giggio!... ¿Julietta también lo sabía? ¿yo era el único que no tenía ni idea?

¿Qué tiene que ver Giggio en todo esto?

Nicola se lo contó.

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31/10/2017, 01:47
Nicola Grimaldi
Sólo para el director

8 de Febrero de 1954
Chicago 20:10
Despacho de Marcelo Giggio

Nicola había estado todo el día alterado desde la discusión con su padre.

Lamentaba su suerte y aún no había ido a hablar con Nonna como su padre le dijo que hiciera. Se resistía a tener como fuente de ingresos un trabajo de lavaplatos.

Además, estaba lo ridículo de la propuesta. Incluso vaciando sus ahorros personales (que no eran muchos, dado que la mayor parte de su dinero lo tenía en las cuentas de la familia), no juntaba apenas una mínima parte de lo que debía. ¿Cómo iba a conseguir el resto lavando platos?

Estaba claro el mensaje de su padre: Búscate la vida. Y, lamentablemente, eso debía hacer.

Por desgracia no sabía como hacerlo, así que había estado bebiendo todo el día. Medio ahogando sus penas, medio buscando un escape de la realidad.

Al final de la tarde, se le ocurrió algo: Necesitaba un golpe. Uno gordo y en poco tiempo. Sabía con quién debía hablar, y por eso estaba allí.

¿Así que quieres que organicemos un golpe? - Pregunto Giggio enarcando una ceja.

Sí, tío Marcelo. Quisiera un poco de acción. Nos hemos vuelto un poco acomodados. La ciudad casi se ha olvidado de que debe guardarnos respeto. Y nuestras redes cada vez son más de salón. Más pasivas: Impuesto de protección, trapicheos, negocios que pagan impuestos... poca acción.

La acción te lleva a la cárcel, hijo. - Miró a Nicola y percibió su nerviosismo y su aliento a alcohol. Pensó que de ahí podía sacarse algo. - Y, sin embargo, no te falta cierta razón... Tengo a alguien que quizás pueda ayudarte. El viejo Eduard. Pero está retirado. Creo que retirado a conciencia. - Eduard no era viejo en absoluto, aunque quizás si lo fuese atendiendo a experiencia como ladrón de bancos y golpista.

Bien. Hablaré con él. - Nicola ya estaba haciendo números en su cabeza.

Marcelo se acercó más a Nicola y le puso la mano en el hombro, con cercanía.

Pero hijo, déjame preguntarte. ¿A qué esa repentina obsesión por los viejos métodos? Que yo sepa nos va bien con los nuevos. La policía hace años que no nos da problemas porque ahora nos exponemos menos. ¿Por qué quieres arriesgarte?

No es nada, tío. Sólo necesito un poco de acción.

Marcelo vio una flaqueza, o quizás una oportunidad. Era un hombre ambicioso, y también sagaz, así que su cerebro para estos temas funcionaba un par de revoluciones por encima de lo habitual. Tenía delante a un hombre ebrio, y a los hombres ebrios se les sacaba información o se les utilizaba. Especialmente si son hijos de Andrea.

No estarás descontento con cómo lleva tu padre la familia, ¿no? - Preguntó Marcelo con cierto brillo indescifrable en los ojos.

La sola mención de su padre hizo a Nicola poner una mueca y emitir un brve bufido.

Pff. No, no es eso.

Marcelo enarcó otra ceja. Era de admirar el efecto de Andrea, que conseguía una primera reacción de negación incluso de un borracho.

¿Seguro? No pareces muy convencido.

Nicola necesitaba desahogarse y no requería mucha insistencia para hacerlo. Y después de todo, Marcelo era de la familia. Todo quedaría en casa.

¡Mejor no me hables de mi padre! ¡Siempre hay que hacer todo a su modo! ¡Cómo si fuese el único!

Ya me parecía a mi. - Dijo Marcelo.

No, en serio. ¿Sabes cómo pretende que me gane la vida? ¡Limpiando platos! ¡¡Joder, que soy un gangster!!

Bueno, quizás ahí tenga mucho que ver tu madre.

No se le había ocurrido. Seguro que su madre estaba feliz de sacarle de las acciones criminales. Pero duraría feliz muy poco cuando le partiesen las piernas por la deuda. Tuvo un escalofrío que no pasó desapercibido para Giggio.

No... Seguro que esto no es cosa de Mamma

Nicola, disculpa que te pregunte, pero, ¿va todo bien? Tienes mala cara. Muy pálido. Y vienes con estas. Hace más de 6 meses que no hablo contigo de nada, desde el funeral del viejo Morosini. - Evitaba mencionar el alcohol intencionadamente. No quería recordarle que estaba en situación de bajo control de sí mismo, no vaya a ser que decidiese parar la conversación antes de tiempo.

Bueeeno. Es que necesito un poco de dinero. - Se sinceró Nicola.

Eso ya empieza a cuadrarme más. ¿Cuánto?

Nicola se lo dijo. Marcelo silbó inpresionado.

B]Eso es mucho dinero.[/B]

Nicola se encogió de hombros.

Eso necesitaría un golpe muy gordo. Demasiado. - La mente de Marcelo giraba a toda velocidad. - Nicola... ¿y no aceptarías ese dinero de la familia?

¿Cómo? ¡Pues claro! ¡Pero el muy tacaño no me lo quiere dar! ¡Joder, si ni siquiera me deja el Mercedes!

No es tu única familia, hijo. - Llevaba sembrando toda la conversación, ahora tocaba empezar a recoger.

¿Tú me dejarías ese dinero?

Claro. Somos familia. No es una cantidad pequeña, lo que significa que si lo necesitas no es para gastarlo en caprichos.

Un momento, Marcelo - La mente de Nicola se desperezó de su estado de ebriedad y Nicola desconfió. Posteriormente se sentiría orgulloso de haber hecho esta observación estando bebido. - Tú mismo has dicho que no hablamos mucho. No te caigo especialmente bien. ¿Por qué ibas a dármelo tú?

Marcelo le reconoció cierta razón.

Puede que tengas razón, y sin embargo, aquí estás. Si tú en momento de necesidad acudes a mi, quién soy yo para negarte una mano.

Déjate de mierdas. Habla claro. ¿Qué quieres a cambio?

Nicola, tarde o temprano, tu padre se retirará. Dios quiera que dure mucho más, pero ocurrirá. La joven Morosini querrá quedarse con la organización. Yo también. Pero para conseguirlo necesitaré tu apoyo. No me oculto. Quiero tu lealtad. Cuando tu padre se retire, tu apoyo será decisivo. Ella es joven e impulsiva. Inexperta. Yo soy más experimentado. Llevo toda la vida haciendo esto, y lo hago bien. Sólo te pido que apoyes lo que por otro lado es lógico. Eso es todo lo que quiero a cambio: que este regalo sea el comienzo de una fructífera amistad.

Nicola meditó un instante y el alcohol decidió por él. Un apoyo en el futuro a cambio de un dinero en el presente. Era un negocio cojonudo. Quién sabe cuántas cosas podrían pasar de aquí a que mi padre se retire.

Parece sensato. Trato hecho.

Nicola tendió la mano y Marcelo se la estrechó. Sus ojos brillaban.

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31/10/2017, 08:47
Darek Houston
Sólo para el director

3 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

¿Así que poco menos de una semana antes de la muerte de su padre usted mantuvo una conversación sobre su sucesión?

Nicola pareció sorprendido. Desde luego, tenía pinta de ser el menos capaz de los miembros detenidos de las cuatro familias. O era un poco corto, o era un consumado actor.

¿Qué? ¡No, hombre! ¡Hablamos de su retiro! ¿No acaba de decir que había transferido el dinero a una cuenta en Italia? Mi madre siempre hablaba de retirarse a la Toscana. Quizás finalmente convenció a mi padre. - Dijo encogiéndose de hombros.

Era cierto que Andrea había comprado los billetes, pero algo en la historia de Nicola no le gustaba. Sonaba creíble, incluso posible, pero no podía ser que Nicola fuese un cordero entre lobos... ¿o sí? ¿Era tan fuerte la personalidad de Andrea que anulaba a su propia familia?.

Quizás fuese cierta la historia, pero allí seguían con la dinámica habitual. Todos los interrogatorios acababan abriendo la puerta a un nuevo sospechoso. ¿Quién mentía? ¿quién decía la verdad?

Darek suspiró. Se había cansado del chico.

Mandó llamar al funcionario de prisiones para que se llevase a Nicola. Mientras esperaban añadió.

Así que Giggio buscaba apoyos internos y compró el suyo. Supongo que eso significa que debo hablar con él.

No creo que saque nada en claro. Pero yo de usted lo haría.

Lo que faltaba. Nicola Grimaldi diciéndole lo que tenía que hacer. Eso terminó de estropearle el día.

El funcionario de prisiones entró en la sala y soltó el asidero de la mesa liberando la cadena de las muñecas de Nicola. Éste se levantó y juntos avanzaron hacia la puerta.

Una última pregunta: Si tienes el dinero para saldar tu deuda desde hace tantos días, ¿por qué no pagaste ya a los irlandeses?

Nicola se detuvo.

¿Tiene algo que ver con la muerte de mi padre? ¿Sospechan de ellos?

No - admitió Darek.

Entonces hemos terminado. ¿no cree?

El preso abandonó la habitación seguido del funcionario y Darel se quedó reflexionando.

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31/10/2017, 11:09
Narrador
Sólo para el director

Tony no está nada contento con lo que ocurre en el restaurante y las acusaciones vertidas sobre él. No quiere perder los estribos, así que decide salir un momento al exterior a respirar un poco de aire fresco antes que hacer algo de lo que se podría arrepentir.

Sale al callejón trasero y toma una amplia bocanada de aire. Después, cierra los ojos y se recuesta contra el muro dejando la mente en blanco para relajarse por completo.

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31/10/2017, 11:18
Darek Houston
Sólo para el director

Cuando abres los ojos de nuevo, ya más tranquilo, no puedes dar crédigo a lo que ves.

Una figura que te resulta familiar se encuentra frente a ti, apenas a medio metro de distancia, flanqueada por cuatro agentes uniformados.

- Buenos días, señor Adamson, ¿qué tal va todo? - Si hay sarcasmo tras sus palabras, no eres capaz de detectarlo, pues su voz se mantiene calmada y bastante monocorde. - Lamento tener que abordarlo de esta manera, pero ya sabe que con ustedes - ahora sí remarca esta palabra, dejando claro el desprecio que siente hacia los componentes de la Mafia - no se puede actuar con medias tintas.
Aunque me habría encantado entrar en el restaurante y atrapar a todos los de su calaña, sabe que no puedo hacerlo sin una orden, así que le agradezco que me haya brindado esta oportunidad de encontrarnos cara a cara.

Hace una seña para que dos de los hombres te inmovilicen y te conduzcan hacia uno de los coches que esperan a la entrada del callejón.
- Queda usted detenido como sospechoso* de pertenencia a banda criminal; tendrá que acompañarnos a comisaría.

Cazzo fortunato mio. Piensas mientras te dejas llevar con resignación.

Notas de juego

* Alguien ha dado un soplo sobre ti.

Cita:

Vendetta por chivatazo: Una vez por partida y siempre del turno 5 en adelante, los presos pueden ponerse de acuerdo para delatar a alguien del exterior y encarcelarle. Puede hacerse en cualquier momento, pero debe haber unanimidad entre todos los presos. De lo contrario nadie será encarcelado así. De este modo puede ser encarcelado un soplón sin que se convierta en infiltrado de la policía, o incluso un infiltrado, por lo que este poder es útil tanto para la misión principal como para las intrigas para elegir "Don".
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31/10/2017, 11:27
Il mediatore
Sólo para el director

Pasan ya varios minutos desde que Tony saliera a tomar el aire y algunos empezáis a preguntaros si va a volver.

En ese momento, un mocoso de apenas diez años entra corriendo desde el callejón y se dirige a il mediatore para susurrarle algo al oído.
Inmediatamente, éste se pone en pie y se dirige a vosotros.

- Según acaban de observar algunos ragazzi, Tony acaba de ser detenido por la policía. Parece ser que alguien* lo quería entre rejas de inmediato.
Así pues, la situación cambia radicalmente. Si alguien me había entregado un voto que señalara a Adamson, tendrá que cambiarlo antes de que termine el día**.

Espero que esto no nos impida seguir capturando a las ratas que, a buen seguro, aún se encuentran entre nosotros.

Cazzo di poliziotti. - murmura para sí.

Notas de juego

* Vendetta por chivatazo: Una vez por partida y siempre del turno 5 en adelante, los presos pueden ponerse de acuerdo para delatar a alguien del exterior y encarcelarle. Puede hacerse en cualquier momento, pero debe haber unanimidad entre todos los presos. De lo contrario nadie será encarcelado así. De este modo puede ser encarcelado un soplón sin que se convierta en infiltrado de la policía, o incluso un infiltrado, por lo que este poder es útil tanto para la misión principal como para las intrigas para elegir "Don".

** Antes del jueves a mediodía.

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11/11/2017, 15:28
Darek Houston
Sólo para el director

5 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

En la sala de interrogatorios esperaba pacientemente Marcelo Giggio. Darek le observaba por el falso espejo como ya hiciera con Julieta. Si ella había transmitido sensación de control, Marcelo transmitía serenidad. Daba la impresión de estar haciendo algo cotidiano e irrelevante. Como si estuviese esperando su turno en el barbero.

No parecía incómodo con la sala, ni con la espera, ni con las cadenas que unían sus muñecas a la mesa dejándole escasa movilidad, ni con su mono naranja de presidario que incluso vestía con cierta elegancia innata. Y no era nada fácil parecer elegante con el mono de presidiario. Darek pensó que su madre hubiera dicho de él que tenía buena percha. Pensó también que se le podría describir como un lobo con piel de cordero, pero se estaría incurriendo en un error imperdonable. Era más bien un tigre de bengala con piel de lobo disfrazado de cordero.

No tenía sentido postergarlo mucho más. Quizás con otros interrogados era un buen recurso hacerles esperar para incomodarles, pero si algo había sacado en claro de toda esta investigación era que las cuatro familias no eran unos cualquiera. Eran profesionales del delito y el subterfugio, y estos interrogatorios parte de su profesión que desempeñaban con considerable eficacia. Por suerte para Chicago, esos interrogatorios también eran la profesión de Darek Houston.

Entró en la sala y Marcelo le recibió con una sonrisa amistosa. Hizo un gesto mostrando sus muñecas sujetas a la mesa.

Perdone que no me levante, estas cadenas no me permiten recibirle como exigen las normas básicas de cortesía.

Esas cadenas son necesarias. - Respondió Darek.

En absoluto. Pero entiendo a lo que se refiere: Son un procedimiento y debe cumplirse.

No me dirá usted que le preocupan las normas.

El hombre necesita normas para vivir en sociedad. Desde las más básicas normas de cortesía a los procedimientos de una organización. Si permitimos que se incumplan dejaríamos de poder considerarnos seres racionales.

Curiosa convicción para alguien encarcelado por no respetar las leyes.

La ley a veces puede ser el principal enemigo de las normas más básicas.

Darek no pudo ocultar su sorpresa. Marcelo leyó su rostro y prosiguió con una aclaración.

Las leyes han sido creadas para intentar crear un sentido de justicia universal. Una codificación que permita aplicar a todos los hombres de una sociedad los mismos patrones de medición.

¿No son eso unas normas?

Para nada. La ley es la alteración de las normas más básicas. Una norma jerarquiza, establece relaciones de mando y obediencia, de superioridad e inferioridad: Desde deberle respeto a un anciano a no cuestionar la orden de un superior, todas las normas enmarcan una relación desigual, injusta. Las leyes pervierten el orden natural. La naturaleza se rige con normas: desiguales e injustas. El concepto de ley no admite ni la desigualdad ni la injusticia. No hay nada más distinto que una ley y una norma.

No sabía por qué, pero Darek se vio a si mismo siguiendo el debate. Quizás porque había dedicado toda su vida a la Ley y ese hombre decía disparates.

Pero la Ley requiere de una autoridad para aplicarla.

Bajo la exigencia de que dicha autoridad está sujeta a la ley que aplica. Es una falsa autoridad. Las normas no rigen para quien goza de sus beneficios.

Se había desviado mucho, y eso no era una clase de sociología. Darek decidió reencauzar la conversación a las bravas.

Entonces, ¿cuándo organizó la muerte de Andrea Grimaldi se estaba saltando la Ley o las Normas?

Marcelo Giggio respondió con una risotada y Darek no quiso dejarlo correr.

Creo que conspirar para asesinar a tu jefe no suele estar recogido en el procedimiento de ninguna organización.

Marcelo puso un cierto gesto de disgusto.

¡Vaya! Parece que hemos acabado el debate sociológico.

¿Asumo de su falta de e respuesta que admite los hechos?

Para nada. Yo no organicé la muerte de Andrea.

¿Niega haber pagado una cuantiosa suma a su hijo para comprar su lealtad y deshacerse de su padre?

¿Eso les ha dicho? - Preguntó Marcelo sorprendido - Compre su lealtad y una vida, sí, pero no la de Andrea.

¿Cómo dice?

Compré la vida de Nicola, no la de Andrea. De Montesco averigüé la deuda de Nicola, junté las piezas del puzzle y me senté a esperar. Sabía que tarde o temprano vendría a mi: A Montesco ya había acudido, Andrea no iba a ayudarle tras haber saqueado las arcas de las familias y su madre hubiera pedido a cambio abandonar el mundo en el que se movía. Quedábamos Julieta y yo.

¿Y si hubiese acudido a ella?

Marcelo se encogió de hombros.

Ambos hubieramos hecho lo mismo: procurar asegurarnos la dirección de una organización empresarial fructífera y perfectamente legal. - Dijo Marcelo en lo que a Darek le pareció un mal chiste innecesario. - Puede decir que aposté porque viniese antes a mi. En parte porque me conoce de antes y en parte, entre usted y yo, porque Nicola es un misógino.

A Marcelo Giggio no le costaba hablar. Darek se dio cuenta que no era necesario acorralarle para que hablara con detalle y aparente sinceridad. Incluso con cierto aire amistoso. Recordó su impresión del tigre entre lobos.

Este hombre juega en solitario. Hay algo extraño... como si se viese fuera.

Apartó el pensamiento desconcertante y volvió a la carga.

Pero ¿de qué le servía el apoyo de Nicola con Andrea vivo? De nada.

¡Oh, vamos! A estas alturas ya todos sabemos que el viejo león se jubilaba.

Tigre y león, que apropiado.

Marcelo prosiguió.

Ambos sabemos que Andrea había comprado unos billetes sólo de ida para Italia y que iba a abandonar el país. No era necesario eliminarle, bastaba con esperar unos días, y de todos modos, si hubiese querido eliminarle, había tenido décadas para hacerlo.

Darek Houston meditó unos instantes. Aparentemente Marcelo Giggio estaba en lo cierto. ¿Qué necesidad había de acabar con alguien que se va por su propio pie? Pero allí se escondía algo. Algo no encajaba. Darek intentó ponerse en la piel de Giggio y, después de un silencio que se había prolongado quizás demasiado, habló.

¿Sabe? Hay algo que no termino de comprender. Desprecia a Nicola, pero respetaba a Andrea. Usted es una persona pragmática. Tiene razón en que no tiene mucho sentido asesinar a alguien que se aparta por su propio pie. Pero no es lo único que no tiene sentido.

Marcelo enarcó una ceja y le miró con cierta expectación. Parecía estar evaluándole. Darek prosiguió.

Usted mismo ha dicho que Andrea se quitaba de en medio. Pero eso no había ocurrido aún. Él seguía vivo, y usted era su segundo al mando. ¿Qué sentido tiene confabular a sus espaldas por comprar el apoyo del hijo indolente? El único apoyo que importaba seguía vivo y coleando y su palabra sería escuchada por todos. No. Usted no se quedó esperando a que llegase Nicola. Usted acudió primero a Andrea. Sabía que él se iba del país y no tenía sentido embarcarse en una disputa por el poder si podía negociarse una transición de poder desde Andrea a usted. Sin quebraderos de cabeza, sin competidores, sin riesgos.

Marcelo sostuvo la mirada de Darek Houston y, al cabo, dibujó una sonrisa de autosuficiencia. Por toda respuesta, habló con calma y con la misma familiaridad que había mantenido hasta el momento.

Es usted un tipo inteligente. Muy empático. Ponerse en el pellejo de los demás le ayuda a pulsar las teclas adecuadas ¿verdad? ¿Es así como funciona? Se mete usted en la mente de asesinos y criminales. Piensa como ellos, siente lo que ellos, razona como ellos. ¿Es así como averigua cómo actúa la gente?... Dígame, señor Houston. ¿Cuántas mentes es usted capaz de visitar sin convertirse en aquellos que persigue?

Ahora fue Darek quien sostuvo la mirada del señor Giggio. Si jugase al póker, su cara hubiese sido capaz de desbancar casinos. Marcelo rió divertido.

Ha dado usted en el clavo. Primero me reuní con Andrea. - Concedió al fin.

Cuénteme ese encuentro - Normalmente no tenía sentido una pregunta directa como aquella, no sin antes preparar el escenario. Pero Marcelo seguía transmitiendo esa sensación de confianza. Ese aura de que nada de todo eso importaba lo más mínimo. En cierto modo, le recordaba a los villanos en las películas: deseosos de contarles su malvado plan al protagonista convencidos de que su situación de superioridad les permitía esa licencia. Eso le inquietaba, porque no era capaz de detectar por ningún lado el origen de esa superioridad que sentía Marcelo Giggio.

Tal y como esperaba, Giggio contó su historia sin necesidad de mayores presiones.

Así es como ocurrió.

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14/11/2017, 16:52
Marcelo Giggio
Sólo para el director

3 de Febrero de 1954
Chicago 10:46
Despacho de Andrea Grimaldi

Marcelo Giggio llamó a la puerta del despacho de Andrea y este le hizo pasar. Desde la distancia, junto a la mesa, le hizo una seña con una mano para que entrase y esperase. Estaba hablando por teléfono. Marcelo entró, cogió un periódico del revistero y se puso a ojear el diario. Al menos hasta que la conversación que mantenía Andrea llamó su atención. Este había bajado el tono de su voz, pero Marcelo aún conservaba buen oído.

...¿eres consciente de quién me estás diciendo que es el responsable de esto? ¿Y estás totalmente seguro? Revísalo. ¡Pues revísalo otra vez! Revisa los números de Claudio, él tenía que saber todo esto cuando estuvo aquí. De acuerdo. Llámame en cuanto lo hayas validado.

Marcelo era un tipo avispado. Si Claudio aparecía en la conversación es que había algún asunto económico, y dado el tono de Andrea, estaba claro que era algo importante. Se apuntó mentalmente entrevistarse con Claudio esa misma tarde.

Discúlpame, Marcelo. Ya estoy contigo. Dime, ¿qué querías? - Dijo Andrea con tono de pocos amigos. En realidad, Marcelo debería haber sabido evaluar la dimensión del enfado de Andrea antes de continuar, pero no lo hizo, quizás por exceso de confianza. Tal vez si hubiese regresado otro día, la conversación hubiera sido muy distinta, pero Andrea era un hombre temperamental y su ira extremadamente violenta.

Si es un mal momento puedo volver más tarde.

No. No será necesario. Dime que te trae aquí.

Marcelo recogió una bolsa que había dejado en el suelo junto a la entrada y se la tendió a Andrea. Andrea miró sorprendido la bolsa y sacó su contenido. Una botella de vino tinto de Napa cosecha de cinco años envuelta con un lazo rojo.

¿Qué es esto?

Uno de los mejores vinos de Napa. - Dijo Giggio cordial.

Andrea no reaccionó. Se quedó en silencio mirando la botella con rostro muy serio.

Ya sabes, es tradición darle un regalo a quien se va.

Marcelo no pareció notarlo pero una vena en el cuello de Andrea pareció empezar a palpitar.

Y han sido muchos años trabajando codo con codo como para no tener un detalle contigo y despedirme.

Andrea cerraba y abría los puños rítmicamente tiñendo de manera alterna sus nudillos de rojo furioso y blanco helado. Marcelo continuaba hablando distraído ajeno a lo que pasaba por la mente de su entonces jefe.

No me malinterpretes, ya sé que regalarle un vino a alguien que se va a ir a la Toscana italiana es un regalo poco adecuado, pero aun así, esta botella es una cosecha excelente y no hay razón para que tengas que esperar a estar allí para tomar un buen vino con tu esposa.

Estaba claro que Andrea no estaba de humor. Sus respuestas cuando estaba malhumorado eran impredecibles, pero esta sorprendió a Marcelo, que había acudido en un gesto amistoso sincero. Andrea agarró con fuerza la botella de vino y la lanzó contra la pared haciéndola estallar en añicos.

Marcelo se ofendió por lo inesperado de la violencia en la respuesta y porque había gastado bastante dinero en esa botella.

¡¿Pero te has vuelto loco?! ¡Era un gran vino!

¡Maldito bastardo! ¿Por quién me tomas?

¡Pero Andrea! ¿Qué te ocurre?

Escúchame maldito trepa ambicioso. No sé cómo has averiguado que he comprado esos billetes, pero quiero que tengas muy claro que sigo aquí, sigo vivo y aún no me he ido. Si lo que pretendías era que te recibiese con un caluroso abrazo, me despidiese de ti y pusiese en tus manos las cuatro familias, estabas totalmente equivocado.

Marcelo miró con odio a Andrea, pero quiso ser conciliador, aún no se había hecho a la idea de que aquello pudiese haberse torcido tanto sin motivo aparente.

Pero Andrea, tranquilízate. No te juzgo. Creo que te has ganado un merecido retiro y no puedes dejar la organización en mejores manos.

Andrea estaba fuera de sí.

El día en que las familias dependan de ti será el día en que podremos dar a la organización por muerta. Si el viejo Morosini siguiese con vida juntos podríais hacer de esta organización algo pasable, ¿pero tú solo? ¡No me hagas reír! No durarías ni medio mes en el poder. Tienes dos manos derechas y a las dos les faltan dedos. ¿Qué ibas a poder hacer tú sólo en esta ciudad? No. No dejaré en unas manos tan ineptas mi obra de décadas.

Marcelo perdió la calma. Era cierto que Andrea era un gran líder, pero no hubiese llegado tan lejos si no hubiese estado él allí para cubrirle las espaldas. Habían formado un gran equipo y él había sido fiel a la organización y su liderazgo, ¿y cómo se lo pagaba? Con un desprecio ácido injustificado.

Escúchame maldito cretino. Si has llegado a donde estás ha sido gracias a mi. Si no llego a estar a tu lado todos estos años, hace tiempo que serías carnaza para los cerdos. ¿Tú te crees mejor que yo? ¿Te crees que no sería capaz de tomar la batuta? ¡Miserable! ¡Sin mi cubriéndote las espaldas la carga de la organización te habría aplastado irremediablemente!

Marcelo descargó su propia bilis sobre Andrea. Era difícil entender qué podía haber salido tan mal en esa reunión sin atender a las presiones que estaba soportando Andrea.

¡Basta! Sólo de pensar en dejar la organización con semejantes ineptos al mando me retuerzo y arrepiento de comprar esos billetes. ¡No me provoques! Aún estoy a tiempo de romper los billetes. - Una idea pareció cruzarse por la mente de Andrea. Parecía que su mente buscaba el modo más eficaz de causar daño asustada ante la posibilidad de no tener la sartén por el mango. - O mejor... Apoyaré a Julieta. ¿Qué digo apoyar? ¡Organizaré una reunión de las familias y la nombraré directametne mi sucesora! ¡¡Basta de malditos trepas ambiciosos o de estúpidos hijos desagradecidos que no tienen dos dedos de frente para saber a quién no se le puede robar!!

Marcelo ató cabos con la conversación telefónica que había oído.

¿Cómo? ¿¡Así que es eso!? ¡Imbécil! ¿¡Sólo por que tu hijo sea un inútil indolente con el cerebro de un mosquito vas a tirar por tierra años de trabajo dándole el control a esa advenediza!?

¡No! ¡Le voy a dar la organización a Julieta por evitar que caiga en tus ineptas manos!

¡Se acabó! ¡No lo permitiré! ¿Me oyes? ¡Toda mi vida la he dedicado a la organización y no permitiré que me traiciones así!

¿Y qué vas a hacer para impedirlo, matarme? - Le dijo mientras le tendía un afilado abrecartas que había sobre la mesa. Le lanzó el abrecartas en un movimiento parabólico que Marcelo interceptó con agilidad.

¡Adelante! ¡Demuestra que eres apto para llevar la organización! ¡Mátame! ¡Demuestra de lo que eres capaz, maldito cobarde! - Añadió poniendo los brazos en cruz y mirándole desafiante.

Marcelo con el abrecartas en la mano y los ojos inyectados en sangre dio un par de pasos en dirección a Andrea. Por un momento, estuvo decidido a matarle. En ese momento, la campana del teléfono repicó varias veces.

El primer timbre detuvo el avance de Marcelo. Durante el segundo y tercero sus miradas se sostuvieron con odio frío. Con el cuarto timbre, Marcelo cedió y soltó el abrecartas.

Prepárate para la guerra, Andrea. Lamentarás el día en que desafiaste a Marcelo Giggio.

Marcelo se fue del despacho pegando un portazo.

Andrea con la respiración aún agitada descolgó el teléfono al quinto timbre y respondió de un grito.

¡¿Qué demonios quieres?!

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14/11/2017, 22:32
Darek Houston
Sólo para el director

5 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Darek estaba bastante sorprendido por el lujo de detalles. Pocos sospechosos narrarían una disputa como esa con la víctima con la serenidad con la que Marcelo Giggio lo contaba.

Recapitulando: Si Andrea llegaba a mostrar su apoyo a Julieta, usted no tendría nada que hacer, así que debía acabar con él antes de que hiciese público su apoyo. Por eso contrató a su hijo para matarle.

Disculpe, pero eso hubiese sido muy absurdo por mi parte. Nicola nunca huiese actuado personalmente contra su padre. Me podría haber saltado al intermediario y contratado directamente al asesino.

Una vez más, llevaba razón. Nicola estaba acobardado por su padre, nunca actuaría en persona contra él, seguramente contrataría a un tercero. Por eso contratar a Nicola sería algo poco práctico a no ser que...

A no ser que quisiera tener a alguien a quien colgarle el muerto. Nicola sería en ese caso el peón perfecto.

Marcelo volvió a sonreir.

Es cierto. Eso lo explicaría. Pero no es el caso. Nunca conspiré con Nicola ni con nadie para acabar con Andrea. En caso de hacer cuenta de él, lo hubiera hecho personalmente.

Aunque le concedo que usted parece de los que actúan por sí mismos, puede que recurriese a un tercero con la intención de eludir la prisión.

Volvió a aflorar esa sonrisa de condescendencia suya. Como si él estuviese en situación de absoluta superioridad y Darek no estuviese entendiendo el chiste.

No hubiese pisado prisión por mucho tiempo. - comentó muy seguro.

¿No cree que pudiésemos haber llegado a capturarle?

No he dicho eso. No dudo ni por un instante de que usted me habría capturado como no dudo de que seguro que encontrará al culpable de la muerte de Andrea. Pero no habría durado mucho en prisión.

Ahí estaba, otra vez, implícito el mensaje de que su situación actual era algo pasajero y que no duraría mucho más.

Darek estuvo desconcertado de nuevo. Meditó en lo que sabía hasta el momento del caso y, al rato, tuvo una corazonada.

Detuvo el interrogatorio y salió de la sala dejando sólo a Marcelo durante casi una hora y media. Cuando regresó lo hizo con más confianza y un archivador bajo el brazo. A Marcelo no había parecido importarle la espera. En la mesa había ahora un vaso de agua.

Bueno, bueno. Señor Giggio. Siento haberle hecho esperar.

No se preocupe. No tengo prisa por volver.

Ya, me hago cargo. Déjeme ir directo al grano. Mientras ha durado la conversación he percibido en usted cierto aura de que se considera intocable.

Yo no diría tanto. - Respondió con falsa modestia.

Darek hizo caso omiso y prosiguió.

Me preguntaba por qué. Usted ya ha sido detenido, y aunque está a espera de juicio, tenemos suficiente contra usted para mantenerle preso durante varias vidas.

Marcelo sonrió y Darek continuó.

Pero usted confía en ser liberado sin cargos y tomar las riendas de la organización sin opositores, ¿verdad? Sí, claro que sí. Lo que me llama la atención es que usted no duda ni por un instante de que esto vaya ocurrir, y ambos sabemos que usted es culpable. Quizas no de conspirar para asesinar a Andrea, pero eso sólo sería la rúbrica final de una larga trayectoria de culpabilidad. Pero usted, de algún modo, tiene la plena confianza que sólo otorga conocer el resultado de antemano.

Marcelo se inclinó hacia delante con una sonrisa divertida en los labios, pero no interrumpió.

Y me pregunté a mi mismo ¿qué puede otorgar tal convicción de que la justicia va a cometer flagrante negligencia? Y me respondí a mi mismo que la única posible respuesta es que el proceso haya sido adulterado.

Me he tenido que ausentar porque mis chicos y yo hemos estado revisando el registro de visitas que usted recibió en prisión antes de ser trasladado a régimen de aislamiento.

Darek sacó unas imágenes de la carpeta. Eran fotografías de la entrada a la prisión un par de días después de la detención y en ellas se veía a alguien que Darek conocía muy bien.

Horace Ferguson - Escupió el nombre Darek. - Cuando no consiguió captar a Andrea no se dio por vencido y acudió a usted. Hicieron un trato, pero él no sabía que usted sería detenido durante la lectura de testamento. Con usted en la cárcel su trato ya no le servía de nada, pero era demasiado beneficioso para ambos, así que fue a visitarle y reajustaron los términos. Él le prometió sacarle, ¿verdad?

Marcelo Giggio mantuvo su sonrisa, pero sabía que admitir eso supondría una prueba más que suficiente para imposibilitar que le sacaran, así que no contestó.

¿Ahora ya no quiere hablar?... comprendo. No puede admitir que haya un complot para liberarle

No sólo no puedo admitirlo, sino que lo niego taxativamente. Esta negación y ninguna otra cosa es la que quedará recogida en la grabación de esta sesión. - Dijo Marcelo deleitándose en cada palabra.

Cuénteme al menos su trato original.

Marcelo se rió.

Me cae usted bien. Le contaré la reunión mantenida entre Horace Ferguson y Marcelo Giggio, ciudadano comprometido con la ciudad que actualmente se ha visto involucrado en un proceso judicial que le asigna unos cargos erróneos de los que es totalmente inocente. - Siguió Marcelo con una clara intención de que sus palabras no pudieran usarse en su contra en el proceso judicial. - Después de todo, lo que aquí se está grabando es la total colaboración en todo momento del ciudadano Marcelo Giggio con las autoridades pertinentes.

Darek entendió al fin la buena disposición. Podría revisar toda la conversación más tarde, pero algo le decía que Marcelo no había reconocido ni un solo crimen del que se le acusaba en todo el interrogatorio. Era sólo un ciudadano colaborador con mala suerte en sus amistades. Ahora cobraban sentido muchas cosas: la referencia a la legalidad de la organización, la defensa de las normas, el lujo de detalles que no llegaban a inculpar pero si a poder indicar que no se había ocultado nada... todo el interrogatorio había sido planteado como una prueba de la defensa y Darek se la estaba sirviendo en bandeja.