Partida Rol por web

Manauel recibe el abrazo de su amigo y le corresponde tambien con otro, tras esto, os presenta a todos.

Efectivamente, Silvestre, estos son los jovenes de los que te hable, el mas pequeño se llama Alfonso. Luego esta Anouk, Michael y por ultimo las gemelas que son Irina e Iris.

Luego es cortado de nuevo por Silvestre que le dice a su hija que se acerque.

Michael observa todo el reencuentro bastante ausente e indiferente.

Mira a la niña acercarse con timidez y le sonríe y guiña un ojo. Pero cuanto más alejado de ella mejor.

Menudo grupo de freaks que se han juntado. No sabía como acabaría esto...

Marcos afirma con la cabeza lo que dice David. Claro que te puedes vestir. Sonrie. Ademas, si quieres, mientras vienen tus papas te puedo enseñar el hotel por dentro. Que estoy casi seguro de que no lo has visto.

Charo sonrie a Marcos por la forma en la que esta hablando. El hombre aunque parece muy serio, en verdad cuando habla pierde toda la seriedad. Dice la camarera de pisos sonriendo.

Campeon te espero en la puerta, dice mientras sale de la habitación.

Irina se mantiene con la mirada perdida entre la vegetación. Los brazos de manos enguantadas, cruzados sobre el pecho mientras observa recelosa como los adultos se alejan. Enarca una ceja mientras un pensamiento se forma en su mente.

Sí, eso... id a hablar de nuestro futuro sin consultarnos...

Tsk... son todos iguales...

Murmura finalmente en voz alta, fastidiada. Su mirada se posa sólo un instante en la pequeña que se une al grupo, y aunque los cascos llaman su atención, su rostro no expresa más que indiferencia. Indiferencia que cambia por completo al volver a desviar la mirada a la vegetación, en la que parece visiblemente interesada y con la que parece encontrarse la mar de cómoda.

Arquea una ceja al ver como se alejan, y mira a su hermana, la cual sabe que ha pensado exactamente lo mismo que ella, e incluso lo expresa en voz alta. 

Creo que lo más lógico sería que dijéramos que estos dos han montado un orfanato, sería más creíble que no decir que somos una gran familia. 

Si lo dijo en voz alta fue para que lo escuchara también Michael... El cual acabó mirando, ¿interesada? Seguramente no tanto como Irina a "sus" plantas. 

Será mejor que nos vayamos conociendo, ¿empezáis vosotros o nosotras? -preguntó mirando también la nueva incorporación, la niña de los cascos, la cual le pareció mucho más dulce y mona que la pava que los acompañaba. 

El niño niega con la cabeza, revolviendo un poco su pelo, cuando le pregunta si ha visto el hotel por dentro, y acompaña a los adultos hasta la puerta, para cerrarla tras ellos sin mediar palabra.

Se queda unos segundos con las manos apoyadas en la puerta, pensativo. Tenía que buscar una forma de salir de allí... sus padres se habían marchado y, si quería volver a verlos, tendría que salir tras ellos. Con cuidado se viste y mete algo de ropa en su mochila. Se vuelve a sentar unos segundos sobre la cama, pensando cómo salir de allí, cómo librarse de aquel señor tan... simpático.

Un tanto resignado, vuelve a abrir la puerta, con los ojos aún asustados. Ya estoy listo, muchas gracias.

Marcos sonrie al joven para ver si se anima ya que lo ve un poco triste.

No te preocupes, seguro que tus papas vienen enseguida. Seguramente vieron que estabas durmiendo muy agusto y pensaron que lo mejor era dejarte en la cama descansando mientras ellos hacian unas últimas gestiones en la ciudad.

Marcos le extiende la mano a David y una vez las juntan comienzan a caminar hacia una puerta que se encuentra al final del pasillo.
Al abrirla un aire frio recorre el cuerpo del pequeño y gracias a la luz que entra por la puerta puede divisar un estrecho pasillo que en uno de los laterales tiene un ascensor interno.

Entonces escuchas una voz que te resulta bastante familiar. Proviene de detras de vosotros.

Cariñoooo. Tu madre se agacha y abre los brazos. Papa se tuvo que ir antes de tiempo por motivos de trabajo y se ha llevado mi equipaje.

Ves que toca con sus manos de vez en cuando un colgante nuevo que nunca habias visto y luego sigue sonriendote. Bueno tenemos un poco de prisa, nuestro tren hacia madrid sale dentro de poco.

La mujer mira un momento al hombre. Muchas gracias por cuidar de mi hijo, espero que no le halla causado muchas molestias.
Vamos a la habitación a recoger tus cosas.

Entonces Maite se toca un momento los bolsillos y sorprendida comenta con la voz un poco entrecortada. Creo que he perdido la llave por algun lado.

Anouk saludo moviendo la mano a la niña y también dijo: -Hola

Se quedo al lado de los demás, quieta y sin decir nada más. Mirando a los adultos y esperando hasta que estos acabaran de hablar. Se sentia más segura si Maria o Manauel estaban cerca, no se podía fiar de las dos gemelas locas en cualquier momento, por cualquier tonteria se les podian cruzar los cables y montar la de dios. Lo mejor seria estar alejada de ellas.

Anouk se quedo mirando a los tres adultos fijamente, consiguio concentrarse lo suficiente como para poder escuchar algunos de los pensamientos de los adultos. Aun asi, no pudo escucharlos todos debido a que todavia no habia aprendido a concentrarse lo suficiente y escuchaba las mentes de algunas personas de alrededor.

De Maria escucha el siguiente pensamiento:

Asi que piensa que deberiamos de marcharnos de Madrid, normal, es una ciudad demasiado grande, a saber cuantos de ellos hay por la zona. Con suerte el lugar que nos esta diciendo es un lugar seguro para los jovenes, pero no se, vivir en un pueblo en Barcelona esta muy lejos. A lo mejor no funciona lo de que seamos familia. Espero que si.

De Silvestre no consigue escuchar ningun pensamiento.

De Manauel escucha el siguiente pensamiento:

Espero que todo salga bien, el plan que nos cuenta de irnos a barcelona me parece una muy buena idea. Ademas podriamos estar en un hogar, estabilizarnos y vivir a la misma vez que investigo donde se encuentra mi hermano. Sip, sin lugar a dudas es un buen plan ahora, que es lo que tendrá pensado Maria con lo de la familia. A saber. Los planes de ella siempre me han parecido un poco locos aunque nunca han fallado.

Mientras comienzas a hablar con aquella niña, Iris se fija que a lo lejos pasa por la carretera una furgoneta de color negro más o menos parecida a la vuestra. Al parecer sigue para delante y no se ha percatado de vuestra presencia. Desaparece de su vista

La niña os sonrie timidamente y luego se presenta.

Hola me llamo Lucia.

Luego se queda fijamente mirandoos a todos durante unos segundos que se os hacen minutos.

Seguro que todo sale bien, mi papa me ha dicho que vosotros tambien sois niños especiales. Sonrie de nuevo.

El niño sale corriendo y acude a abrazar a su madre, ¡Mamá!, exclama, mientras se aprieta contra ella. ¿Dónde estábais? No... no me habíais esperado y yo... no sabía que hacer... y... Intenta disimularlo, pero no puede evitar soltar unos buenos lagrimones, así que se niega a despegarse de su madre y continúa abrazado a ella, aunque algo más flojo, ignorando por completo al otro hombre.

Michael suelta un bufido en forma de risa.

"Especiales", ahora se nos llama así... Dice en voz alta, aunque para él mismo.

Yo soy Michael...aunque supongo que ahora con apellido español quedaría mejor Miguel... podéis llamarme Mike. Dice simplemente y vuelve a su mundo, ajustándose los guantes y echando un último vistazo a las gemelas. Al fin y al cabo una de ellas había propuesto lo de conocerse.

Alfonso se acerca, "Yo soy Alfonso, mi mamá siempre dice que soy especial" después con ambas manos en los bolsillos mira los alrededores, "¿Y ahora que?"

Al menos esta es maja.

Piensa Irina, sorprendida de ver lo agradable que resultaba la pequeña recién llegada. Nunca jamás se le pasaría por la cabeza hacer buenas migas con ella, pero... al menos no existiría el peligro de hacer explotar algo o matar a alguien mientras estuviera con ella.

Yo soy Irina.

Es escueta en palabras, pues no necesita decir nada más. De hecho, en el día de hoy estaba hablando más que en toda la semana. Su tono de voz, aunque distante, no se muestra hostil. Comprueba sus guantes una vez más y mira el césped a sus pies. Con una media sonrisa, se sienta en él, con las piernas estiradas y cruzadas por los tobillos. La falda del uniforme era la mar de incómoda, pero así al menos no se vería nada.

Especiales, sí... Quizá con sus "habilidades" puedan permitirse llamarse así.