Partida Rol por web

¿Quién anda ahí?

Preparación de Partida

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29/09/2020, 12:50
Dr. Blair
Sólo para el director

Blair, interrumpiéndole repentinamente, se sentó en su litera.

-McReady.. ¿Dónde está McReady?

El meteorólogo se acercó al biólogo.

-Aquí estoy. ¿Qué quiere?

-¿Es usted? -inquirió Blair, con una risita. Y volvió a dejarse caer sobre la litera, convulsionado por una silenciosa risa.

McReady lo miró, desconcertado.

-¿Eh? ¿Que si soy qué?

-¿Está usted ahí? -insistió Blair, con grandes risotadas-. ¿Es usted McReady? La bestia quería ser un hombre..., no un perro...

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29/09/2020, 12:58
McReady
Sólo para el director

La sugerencia de Blair era evidente y heló la sangre de todos los presentes. ¿Podía ser McReady una imitación que ocultase en realidad a aquella criatura? ¿Un impostor?

Aquella posibilidad no podía descartarse. Tenía incluso lógica. Era cierto que McReady había matado definitivamente a aquel ser, pero era igualmente cierto que la noche en que se escapó la criatura, McReady estaba de guardia. Si Blair tenía razón, el ser no necesitaba más que ganarse la confianza de todos y sobrevivir en una de sus imitaciones para, potencialmente, sustituir a todos los seres vivos del planeta por... sí mismo.

McReady leyó las miradas en los ojos del resto de presentes. Unas miradas temerosas, dubitativas, desconfiadas...

-De acuerdo... - Dijo con pragmatismo -No tengo modo de convencerles de que no soy la criatura mientras no encontremos un modo de localizarla de manera fiable. Por lo tanto, de momento doy un paso a un lado. No participaré más en las decisiones del grupo. Ni siquiera para elegir líder, ni para ser candidato a este puesto.

Miró a Blair, que estaba en un estado casi febril.

-Y me temo que el doctor Blair tampoco. Se podría decir que quedamos en sus manos.

Durante el día, todos los presentes deberían dilucidar quién debería encargarse del peso de la responsabilidad del campamento mientras la paranoia se intensificaba. Aunque... no había ningún motivo para pensar que la criatura no hubiese muerto calcinada, ¿no?. Tan solo sospechas. Y no es como si las sospechas bastasen para ajusticiar a alguien que había demostrado sobradamente su valía.

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08/10/2020, 18:54
Dr. Blair
Sólo para el director

Blair seguía reposando ayudado por la inyección de la doctora. Había tardado un poco en hacerle efecto, pero finalmente las voces se habían diluído sin dejarle participar.

Aquello le había impedido contestar a la cuestión planteada por Maika y nadie lo había hecho en su nombre. La verdad era que Blair ya había indicado que era inútil a no ser que se comprobase las células del infectado con extrema rapidez. Si tardaba más, la copia sería perfecta e indistinguible al microscopio.

Lo mismo había sucedido con las células de perro, que en apenas unos pocos minutos, ya se habían mostrado los nucleos en distintas etapas avanzadas de imitación.

Sea como sea, se removió en su improvisada litera.

La elegida líder por votación, Susan Weaver, había indicado que debería aislsrse al doctor y a McReady, así que procedieron a ello con Blair utilizando la Casa de la Estratigrafía ahora que estaba claro quién daba las ordenes y Blair seguía dormido.

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08/10/2020, 19:01
McReady
Sólo para el director

McReady se adelantó.

Bien, creo que ha sido tiempo más que suficiente para la votación. No me queda mucho más que felicitar a Susan como nueva líder del campamento. O quizás darle el pésame. Permitanme que muestre los resultados.

Con parsimonia, comenzó a encaminarse hacia la Casa del Elíseo dando una última explicación.

Según la nueva jefa indicó, tanto Blair como yo debemos ser aislados. Si me permiten, trasladaré mis pertenencias y el colchón de mi litera a la Casa del Cosmos. Supongo que así se cumple mi expresión cuando les dije que se quedaban solos en esto.

Busquen un sitio para el buen doctor, ya que no está en disposición de trasladarse por su propio pie.

Por lo demás, siempre que necesiten mi ayuda podrán acudir a pedirla. Hasta entonces deberían ocuparse de decidir un método a prueba de fallos para identificar a los aposibles afectados. Encierrenlos como a Blair y a mi o tomen medidas más drásticas si quieren, pero no se desmadren. Si aceptan una última sugerencia, Ben tiene razón. Nuestra fuerza es el número. Si empezamos a acribillarnos sin control la criatura nos ganará fácilmente y usará la radio para pedir un equipo de rescate... no tengo que decirles qué ocurrirá después si la criatura consigue salir de aquí.

Mi recomendación es que se mantengan confiados en su número. Tomense su tiempo. Dediquen cada día a intentar encontrar un impostor entre nosotros, pero no más de uno al día o nos sentenciarán a todos. Puede ser fácil perder la cordura, pero es importante que se sobrepongan y mantengan los tiempos necesarios. Cuando estén seguros de haber acabado con la criatura, abandonen la cacería.

Entre tanto, deberán enviar mensajes de radio periódicos como si todo ocurriera con normalidad. Si dejasen de recibir señales nuestras por más de dos o tres días, seguro que enviarían un equipo de rescate... Quizás tarden un poco más... tal vez siete días o incluso dos semanas. Pero sería el fin de la humanidad si algún ser vivo llega aquí antes de tiempo.

Lo que me recuerda... tampoco bajen el ritmo de su búdqueda. Ni más de una persona al día, ni menos. Piensen que la primavera ya está muy próxima y no creo que quede más de una semana hasta que el primer albátros skua se acerque a la zona.

Suspiró.

Desde luego es una situación compleja. La más mínima flaqueza o, por el contrario, apresurarse lo más mínimo, puede ser fatal para la humanidad completa... no les envidio.

Y dicho eso, se puso en movimiento.

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15/10/2020, 18:22
Narrador
Sólo para el director

El grupo había terminado por organizarse y había sometido a votación popular sus desconfianzas.

Con aquel civilizado gesto que, en cierto modo, representaba el máximo exponente de la humanidad en sus aspiraciones de formar una sociedad desarrollada, el pequeño grupo de personas aisladas del mundo en una remota base antártica había dado comienzo a una cacería difícil de justificar. 

Mientras votaban, todos y cada uno de los participantes se sentían como los protagonistas de la película Viven. Obligados por las circunstancias a coger una de las herramientas más poderosas y avanzadas de la sociedad humana y utilizarla para algo éticamente cuestionable. Se sentían como si pervirtiesen la misma esencia de la civilización, aun cuando su cerebro racional les indicaba que era por un bien mayor. Por una situación forzosa. Solo cuando el último de los votos de aquellos que decidieron participar estuvo depositado en la improvisada urna, vaciaron su contenido y comenzaron el escrutinio.

El resultado de la votación fue claro. Ben Hudson había sido elegido por mayoría como el primer sospechoso que debía ser aislado del resto.

En cuanto el resultado se hizo público, un pesado silencio cayó sobre el grupo. Todos miraron al elegido. Algunos con incomprensión, otros con resignación, otros con severidad, pero todos con alivio. Egoístamente, nadie quería ser el primero en pasar por aquello.

Fue Susan Weaver, cuyo doble voto como líder había sido decisivo, quien al fin rompió el silencio.

Preparemos un lugar donde mantenerle aislado. Uno en el que podamos retenerle mientras encontramos un modo de diferenciar quienes aún somos humanos.

Aquello abría otro problema. Uno que hasta ahora no era tal y no lo sería por un par de días: No había tantas casas en el campamento como para aislar a todos los presentes. Ya habían usado dos con McReady y Blair. Ahora tenían que usar otra con el sospechoso y no parecía apropiado encerrarle en la Granja después de lo ocurrido.

Pospuso la solución a este problema y se centró en el ahora. Quizás para cuando aquel problema fuese real, hubieran encontrado ya una forma de localizar al bicho.

Antes de retirarse cada uno a su litera, ayudaron a aislar a aquel pobre diablo que, o bien tuvo el valor de afrontar aquello con elegancia, o bien estaba demasiado aterrado como para oponerse.

Después, la calma cayó sobre el campamento. Aunque era una calma expectante, histérica incluso. En la quietud de los barracones, cualquier ruido se entremezclaba con la imaginación en duermevela. Sonidos de pasos que no parecían pertenecer a nadie, susurros velados, sollozos quedos, respiraciones y el sonido de millares de patitas repiqueteando contra el recubrimiento metálico de lo que pudiera ser un tubo de ventilación poblaron esos fragmentos de fantasía y realidad que se entremezclaban en la oscuridad de la noche.

 

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15/10/2020, 19:06
Narrador
Sólo para el director

En algún momento, la noche se partió.

A diferencia de lo ocurrido en la anterior ocasión, esta vez la ruptura fue suave y tan gradual que costó captar que algo estaba sucediendo.

Cuando alguien cobró n sonido sordo y repleto de chasquidos lejanos hacía crepitar el frio aire de los barracones, 

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21/10/2020, 11:36
Narrador
Sólo para el director

El sonido de los generadores arrancando vuelve a anunciar un nuevo día en la estación antártica. No pasa mucho tiempo hasta que la luz artificial inunda el barracón.

Casi se hacía extraño tener un despertar tranquilo. Sin ataques alienígenas ni de pirómanos violentos. Y la sombra del ataque nocturno revoloteaba en el ambiente. La paz era algo que quedaba tan lejano en el tiempo que aquella calma silenciosa y desconfiada solo podía interpretarse como la antesala de algo nefasto.

Las más madrugadoras están ya en los aseos de la Casa del Paraíso aprovechando los momentos de quietud y los últimos minutos de sueño de las más perezosas. El ánimo es pesaroso y las miradas que se cruzan son suspicaces y casi paranoicas. En los aseos se mantienen distancias como si una enfermedad contagiosa estuviese acechando, en las literas, se miden igualmente las distancias.

Mia había renunciado a su rutina matinal de hacer carrera continua por temor a quedarse sola. Era una inquietud que acompañaba a todos desde que la noche anterior se repitiese lo ocurrido dos noches atrás con Sara. Alguien les cazaba si estaban en soledad. Aquello también estaba reteniendo a Rhonda algo más de lo normal. No quería tener que ir ella sola a la cocina así que estaba haciendo tiempo hasta que alguien le hiciese compañía antes de que se les uniera Ostap. Lyra era otra cuyas rutinas matinales exigían cierta actividad y su situación no era muy distinta. Lo mismo se podía decir de la doctora Takeno con sus revisiones de expedientes, Ungâk con los perros o, en general a cualquiera de las presentes.

Fue finalmente Susan la que rompió aquel temeroso hechizo.

- Esto es ridículo. - Dijo para sí misma antes de elevar la voz - Debemos activarnos. El campamento necesita muchas actividades que no podemos dilatar por miedo. Vayamos a La Casa de la Administración, nos reunimos todos allí y nos organizamos para siempre estar en parejas.

Diciendo aquello, caminó hasta la puerta del barracón de literas. Aquella puerta daba a una pequeña salita de estar con un pequeño mueble de bebidas, una mesa de ping-pong, sillones. Había una exactamente igual en la Casa del Elíseo, el barracón de los hombres. Más allá de la sala, estaba la puerta al pasillo enterrado que conectaba con el resto del Gran Imán.

Todas agradecieron aquel liderazgo y salieron en dirección al pasillo. Sin embargo, al llegar a la puerta que daba al pasillo la manilla no giraba con facilidad. No parecía un impedimento mecánico, pero sí físico. Algo al otro lado de la misa bloqueaba el giro.

- Está atascada. - Dijo Susan con calma, aunque todas temían lo peor.

Maika y Zhou llegaron en su ayuda por pura proximidad y entre las tres hicieron fuerza para girar el pomo que poco a poco iba cediendo a trompicones con un sonido crujiente amortiguado hasta que, finalmente, la manilla giró por completo y las mujeres pudieron empujar la puerta para abrirla.

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21/10/2020, 12:23
Narrador
Sólo para el director

Pero la puerta no se abrió.

- ¿Pero qué...? 

Realmente, ninguna había dudado ni un solo instante desde que la manilla no girase que la puerta no abriría. Aun así, aquello supuso un golpe quedo.

Unas y otras se agolparon en la puerta para empujarla y consiguieron que, con nuevos crujidos al otro lado similares a los anteriores, la puerta se entreabriera unos pocos centímetros. Aquella apertura fue suficiente para ver qué estaba ocurriendo.

Nieve.

Toneladas de nieve.

Aquella noche había nevado profusamente. Eso era algo que sabían o intuían por los sonidos del viento y por la experiencia de que aquellas precipitaciones eran habituales. Pero aquel pasillo estaba enterrado y protegido de las inclemencias del tiempo. Para que se acumulara una cantidad de nieve como aquella alguien tenía que haber saboteado el pasillo con intención de encerrarlas dentro de la Casa del Paraíso.

- ¡¡¡EEEEHHH!!! ¡¡CHICOS!! ¿¡¡NOS PODÉIS OIR!!?

No hubo respuesta del otro lado. Maldiciendo se organizaron para intentar resolver la situación. El frío que entraba por aquella rendija era mortal, así que todas corrieron a equiparse para el frío antes de regresar junto al pasillo saboteado. Si no conseguían salir de allí antes de que volviese a caer la noche, una nueva nevada las obligaría a volver a empezar y si acababan aisladas allí sin comida y sin el mantenimiento necesario de las instalaciones, morirían a los pocos días.

Mientras unas iban a buscar palas y hachas de hielo, otras continuaron empujando la puerta liberando la nieve de detrás con manos enguantadas hasta conseguir un espacio suficiente para poder maniobrar. Aquel trabajo ímprobo les consumiría probablemente todo lo que quedaba de día y aquello se sumaba a su ya complicada situación. 

La cacería de la criatura impostora no podía detenerse, así que ellas tendrían que votarse entre ellas sin contar con los chicos para aquel día, identificar a alguien y atarla hasta poder llegar a algún sitio donde aislarla del resto donde, a juzgar por las experiencias pasadas, tendrían que buscar un método eficaz para evitar que muriese asesinada por un justiciero o justiciera.

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21/10/2020, 18:50
Narrador
Sólo para el director

La desconfianza acerca del paradero de Blair se hizo más patente cuando el día empezó a caer. Algunas voces, y no pocas, habían sugerido que quizás la muerte de Sara había sido obra del doctor enloquecido. Realmente era una opción tan posible como que a estas alturas fuese parte de aquella criatura y, tanto en un caso como en el otro, encontrarle parecía una prioridad a medida que se acercaba el momento de aislar a una nueva persona.

El planteamiento fue entonces terminar la votación algo antes. Aislar a la persona que saliese por mayoría y organizar guardias de tres personas frente al lugar escogido, excepto la primera que sería de dos. Aquellas guardias se turnarían durante la noche, dando oportunidad a todos de dormir. Además, mientras los dos primeros hicieran guardia, el resto buscaría a Blair por todo el complejo.

Pero lo primero era hacer públicos los resultados de la votación.

La líder, Susan Weaver fue la más votada. La paranoia emezaba a ser tal, que la misma confianza que habían manifestado tan solo dos días atrás, se había transformado en temor.

Para evitar cualquier riesgo innecesario o discusión, las guardias se repartieron por sorteo quedando como el resultado del sorteo como sigue:

Ben Hudson, Jeffrey Jones y Lyra Becks harían la primera guardia mientras el resto registraban el campamento buscando a Blair y dormían después.

La segunda guardia sería de Susan Weaver, Jonathan Teddy y Mia Stuart, para entonces ya todos debían estar durmiendo.

Les reemplazarían Jesús Yrion, Jack y Ostap Ankudinov. Tras ellos irían Ellis, Zhou Thurston y la doctora Kaida Takeno y, por último, serían Rhonda Daniels, Maika y Ungâk, que serían los encargados de velar al aislado hasta que llegase el nuevo día.

Poniéndose los primeros dos a velar al aislado en su puesto, el resto inició la búsqueda de Blair. El complejo no era tan grande y sus paredes lisas no daban mucho lugar a puertas ocultas. Sin embargo, de Blair no había rastro.

Lo que sí encontraron fue una carencia. Faltaban un par de las raquetas de nieve que usabais para salir al exterior. ¿Podía ser que allí fuera se resguardase alguien? ¿Y si era así, dónde? Y aún más inquietante, ¿Cómo se las había arreglado para volver de noche al campamento cuando las noches invernales en aquel infierno se desataba una tempestad de nieve y viento que habían llegado a conocer como la Muerte Blanca?

Aquellas preguntas sin respuesta les llevaron de vuelta a los barracones a todos menos a los dos encargados de la primera guardia. La única de dos personas.

- Tiradas (1)
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22/10/2020, 21:57
Narrador
Sólo para el director

Fue en el segundo cambio de guardia cuando la cosa se complicó.

Al despertarse Ostap, Jack y la Jesús y enfilar el pasillo de La Casa del Elíseo en dirección al lugar del aislamiento, el reconocible brillo rojizo les alertó. Una vez más, fuego.

No necesitaron ir a comprobarlo, pues el calor, el crepitar de las llamas y el humo no dejaban lugar a dudas. Regresaron corriendo a por el resto.

¡Fuego, fuego, fuego!

Rápidamente todos reaccionaron. Agarrando extintores y toallas humedecidas, como habían hecho el día anterior, corrieron a apagar las llamas conscientes de que no estaba solo en juego la vida del aislado, sino también de los tres guardias.

Al llegar, se encontraron con Susan, Jonathan y Mia, los tres guardias, tendidos en el suelo con el humo flotando sobre sus cabezas escurriéndose por la rejilla de ventilación. Estaban muertos, inconscientes o dormidos, pero no mostraban signos de violencia. Como si los tres se hubiesen muerto, dormido o perdido la consciencia a la vez.

Al correr hasta ellos, podían comprobar que aun respiraban. Probablemente el único motivo por el que no habìan muerto asfixiados era la proximidad de la rejilla de ventilación. Había sido providencial que el día anterior no hubiera prosperado la idea de taponar los conductos de ventilación. Arrastraron los cuerpos lejos del infierno en llamas que emergía de la puerta de la sala donde Susan Weaver había muerto calcinada.

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29/10/2020, 21:19
Narrador
Sólo para el director

Durante todo el día los hombres habían estado invirtiendo sus energías en discutir y mirarse con desconfianza, pero aun así, habían tenido tiempo de despejar de nieve el pasillo lo suficiente para poder abrir la puerta y adentrarse en él.

Fuera de la sala común de la Casa del Elíseo, el frío helaba hasta los huesos y las discusiones se vieron reducidas por la necesidad de guardar el aliento. El pasillo tenía un enorme agujero en su techo. Uno que lo haría normalmente impracticable por las inclemencias del tiempo en el exterior, pero su situación no les dejaba elección posible. Debían atravesarlo.

Retirar la nieve de detrás de la puerta fue solo el comienzo y casi un juego de niños comparado con preparar un recorrido practicable por aquel pasillo eliminando la nieve y el hielo con el silbante viento penetrando su gruesa ropa. Y tampoco tenían raquetas para la nieve pues todas se encontraban en las estancias comunes de la Casa de la Administración, próximas a la entrada del complejo.

A pesar de lo difícil de aquel trabajo, consiguieron llegar a la puerta del extremo contrario del pasillo cuando aun no había llegado la noche. Para ello hicieron turnos de trabajo, rotando unos y otros entre las tareas de excavar y recuperar el calor en el interior de los barracones.

Eliminaron la nieve acumulada contra la puerta de salida e intentaron abrirla solo para descubrir que esta no se movía. Y en esta ocasión, no era por un problema mecánico.

Está bloqueada. Alguien ha sellado este acceso.

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29/10/2020, 21:56
Narrador
Sólo para el director

Regresaron a la sala común, al abrigo de aquel frío a debatir qué hacer.

Aquella circunstancia les iba a frenar más de lo deseado. Tanto que, finalmente, iban a tener que aislar al elegido allí mientras se organizaban para regresar al complejo.

Hicieron el recuento de la votación y pudieron comprobar que había bastante acuerdo respecto a quien suscitaba desconfianzas. Rodeándole entre los otros seis obligaron a Jonathan Teddy a sentarse en una silla y le ataron a ella mientras él aseguraba ser humano y se revolvía sin mucho éxito. Él era grande, pero Ostap también, y ellos eran más.

Entonces retrocedieron y miraron su obra. No tenían armas que les permitiesen enfrentar a la criatura con fuego, así que atar al elegido a una silla era un riesgo si empezaban a salirle tentáculos asesinos, por lo que decidieron transportarle al aseo y cerrar la puerta con él dentro.

Presa del momento, su comportamiento de turba había sido algo deshumanizado, por lo que, cuando recuperaron la calma empezaron a titubear y a levantar voces preguntando si aquello era lo más correcto. Pero su incipiente preocupación se vio truncada de raiz cuando un suceso reclamó toda su atención: Se fue la luz.

El pánico casi les vence cuando la luz que alimentaba La Casa del Elíseo parpadeó varias veces y pudieron escuchar el sonido de los generadores que alimentaban el complejo frenarse. Se quedaron a oscuras una fracción de segundo y, entonces, la luz verde mortecina del sistema de emergencia les alumbró tenuemente acompañada del sonido más agudo de los generadores de emergencia.

¿Qué está ocurriendo? Aun no es la hora del atardecer.

Aquello solo podía significar una cosa. Alguien había apagado los generadores o, quizás, los había saboteado.

Todos fueron conscientes de lo que aquello significaba. El mayor problema no sería la falta de luz, sino que sin generadores principales, el sistema de calefacción se apagaría cuando los generadores de emergencia agotasen su combustible, y eso ocurriría en algunas horas si no conseguían acceder y darle el mantenimiento adecuado.

Con la puerta bloqueada, el grupo de seis decidió que sólo les quedaba una opción, y esta era salir al exterior por la brecha del pasillo y enfrentarse a la ventisca antes de que anocheciese y el tiempo se volviese más inclemente. Antes de que llegase la Muerte Blanca.

Una vez allí, podrían desbloquear la puerta desde el otro lado, acceder de nuevo a la Casa del Elíseo y rescatar a Jonathan Teddy antes de que la tormenta nocturna le aislase

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29/10/2020, 22:28
Narrador
Sólo para el director

No disponían de raquetas de nieve, pero sí de ropa de abrigo y gafas para la ventisca. Aun así, salir allí fuera era prácticamente una locura desesperada. De hecho lo era, pero estaban desesperados.

Atándose una cuerda larga a la cintura de unos y otros en una práctica parecida a la de los montañeros, salieron al exterior del complejo trepando al techo del pasillo utilizando para ello los montones de nieve retirados.

Formando una cadena humana, avanzaron por el blanco grisaceo sin apenas ver más allá de aquel que tenían delante. A la cabeza iba Jeffrey, palpando la pared del complejo en un recorrido que rodeaba los edificios buscando alcanzar la entrada al complejo. La elección no había sido casual, pues el piloto era la persona más adecuada para mantener el rumbo con poca visibilidad.

El avance fue lento y en más de una ocasión pareció imposible, aun así, combatiendo con las inclemencias, consiguieron alcanzar la puerta de entrada al calor artificial de los generadores de emergencia.

 

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29/10/2020, 22:48
Narrador
Sólo para el director

En el interior y prácticamente llegando al tiempo, seis de los hombres y seis de las mujeres se encontraron en la Casa de la Administración.

Ellos venían del acceso de entrada al complejo y mostraban signos de haber pasado demasiado tiempo expuestos al frío de la Antártida. Ellas venían del pasillo que daba acceso a La Casa del Paraíso.

La luz verdosa apenas iluminaba el lugar, así que, reorganizando sus prioridades y con el peor de los temores acerca de la situación real de los generadores principales, corrieron a intentar reactivar el sistema.

Al llegar allí, se cumplieron sus peores pesadillas: los generadores habían sido saboteados. La luz verdosa y el sonido agudo de los de emergencia ponía de manifiesto que, con o sin los sistemas principales funcionando, aun tenían energía para alimentar los sistemas básicos tales como la calefacción y las luces de emergencia. El problema era cuánto tiempo podría mantenerse operando mientras se alimentase del combustible del depósito de emergencia, mucho menor que el exterior enterrado que alimentaba al sistema princioal.

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29/10/2020, 23:05
Narrador
Sólo para el director

Durante todo el día las mujeres habían sido plenamente conscientes de la prioridad que era despejar de nieve el pasillo lo suficiente para poder abrir la puerta y adentrarse en él. Igualmente, habían sido conscientes de la necesidad de dosificar esfuerzos y organizarse en turnos rotativos a riesgo de ir más lentas en su avance. Y, sin embargo, a pesar de su respuesta organizada y estructurada ante la adversidad, habían tenido tiempo de discutir y mirarse con recelo y desconfianza. 

Fuera de la sala común de la Casa del Paraíso, el frío helaba hasta los huesos y las discusiones se vieron reducidas por la necesidad de guardar el aliento. El pasillo tenía un enorme agujero en su techo. Uno que lo haría normalmente impracticable por las inclemencias del tiempo en el exterior, pero su situación no les dejaba elección posible. Debían atravesarlo.

Retirar la nieve de detrás de la puerta fue solo el comienzo y casi un juego de niños comparado con preparar un recorrido practicable por aquel pasillo eliminando la nieve y el hielo con el silbante viento penetrando su gruesa ropa. Y tampoco tenían raquetas para la nieve pues todas se encontraban en las estancias comunes de la Casa de la Administración, próximas a la entrada del complejo.

A pesar de lo difícil de aquel trabajo, consiguieron llegar a la puerta del extremo contrario del pasillo cuando aun no había llegado la noche. Para ello hicieron turnos de trabajo, rotando unas y otrad entre las tareas de excavar y recuperar el calor en el interior de los barracones.

Eliminaron la nieve acumulada contra la puerta de salida e intentaron abrirla solo para descubrir que esta no se movía. Y en esta ocasión, no era por un problema mecánico.

Está bloqueada. Alguien ha sellado este acceso.

Notas de juego

Mujeres

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29/10/2020, 23:17
Narrador
Sólo para el director

Regresaron a la sala común, al abrigo de aquel frío a debatir qué hacer.

Aquella circunstancia les iba a frenar más de lo deseado. Tanto que, finalmente, iban a tener que aislar a la elegida allí atada a una cama, tal y como habían propuesto, mientras se organizaban para regresar al complejo.

Hicieron el recuento de la votación y pudieron comprobar que había bastante desacuerdo respecto a quien suscitaba desconfianzas. Un empate en votos señalaba a tres de las siete mujeres y aun señalaba a una cuarta, Ungâk, la líder, que debía asumir la responsabilidad de su cargo y resolver aquella situación. La preocupación de todas las involucradas comenzó a extenderse densa por la sala. Pero su incipiente preocupación se vio truncada de raiz cuando un suceso reclamó toda su atención: Se fue la luz.

El pánico casi les vence cuando la luz que alimentaba La Casa del Paraíso parpadeó varias veces y pudieron escuchar el sonido de los generadores que alimentaban el complejo frenarse. Se quedaron a oscuras una fracción de segundo y, entonces, la luz verde mortecina del sistema de emergencia les alumbró tenuemente acompañada del sonido más agudo de los generadores de emergencia.

¿Qué está ocurriendo? Aun no es la hora del atardecer.

Aquello solo podía significar una cosa. Alguien había apagado los generadores o, quizás, los había saboteado.

Todas fueron conscientes de lo que aquello significaba. El mayor problema no sería la falta de luz, sino que sin generadores principales, el sistema de calefacción se apagaría cuando los generadores de emergencia agotasen su combustible, y eso ocurriría en algunas horas si no conseguían acceder y darle el mantenimiento adecuado.

Con la puerta bloqueada, el grupo decidió que sólo les quedaba una opción, y esta era salir al exterior por la brecha del pasillo y enfrentarse a la ventisca antes de que anocheciese y el tiempo se volviese más inclemente. Antes de que llegase la Muerte Blanca.

Una vez allí, podrían desbloquear la puerta desde el otro lado, acceder de nuevo a la Casa del Elíseo y rescatar a aquellas de entre las más votadas a las que Ungâk selalase antes de que la tormenta nocturna les aislase definitivamente.

Ahora la decisión sería de ella. ¿Libraría a todas de aquella sentencia? Al contrario, ¿Cargaría a todas con el castigo del aislamiento? ¿O quizás elegiría solo a una de ellas? y, de ser así, ¿a cuál?

Notas de juego

Mujeres

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05/11/2020, 21:15
Narrador
Sólo para el director

El día había transcurrido con más calma que había comenzado. Una especie de disonante y desquicida rutina había ido instaurándose en el campanento. La rutina de que los anocheceres daban paso a una tensa expectación que se prolongaba hasta el amanecer, cuando, a más tardar y casi por norma, algo horrible sucedía.

Sin embargo, en aquel día hubo una sorprendente novedad. Una novedad que, al menos, evidenciaba la entrada en una nueva fase. Hasta aquel día, la Humanidad había estado perdiendo la partida. No había sido capaz de aprovechar sus cartas cuando la criatura aún estaba creciendo y la confusión había reinado día tras día tras día. Ahora, por primera vez, la Humanidad comenzó a agruparse para presentar batalla.

Podía ser que estuvieran acertados o que estuvieran confundidos, pero estaban juntos. Y juntos y con un único plan, votaron. Los resultados, por tanto, no fueron inesperados. Jack, el chico que siempre había ocultado su apellido, fue elegido por abrumadora mayoría para el interrogatorio.

A medida que los distintos votos iban siendo puestos en común, Jack sudaba cada vez más. Su experiencia le hacìa relacionar de manera directa el resultado con la inminente muerte. Y aunque esta vez el grupo no estaba dispuesto a dejar que aquello ocurriera, aquello no consolaba a Jack. Cuando acumuló el sexto voto y fue irreversible, Jack quiso salir corriendo a pesar deno tener a dónde huir. Ostap, Ellis y Jeffrey, que eran los más fuertes de cuantos quedaban, le atraparon mientras el recuento continuaba con evidente resultado y Jack pataleaba y se resistía.

Le sentaron en una silla y le ataron. Preocupados por si se revolvía por su vida adoptando formas de bicho alienígena, se armaron con armas pesadas y le rodearon. Y entonces empezó el interrogatorio. Mia había sido la percusora de la idea, así que sobre ella recayó el peso de iniciarlo. Se situó frente a Jack y entonces descubrió algo que alguno de sus compañeros había predicho: no tenía ni idea de qué se le preguntaba a un supuesto simbionte alienígena para averiguar su verdadera identidad.

Nerviosa por rellenar el vacío, lanzó una primera rueda de preguntas personales. "¿Cómo te llamas?, ¿De dónde vienes?, ¿Cuál fue tu primera mascota? ¿Cómo se llamaba tu abuela paterna?". Pronto demostró ser un esfuerzo inútil porque aunque Jack contestaba a ellas por haberle pillado desprevenido, no tenían forma de saber si eran ciertas o no.

Pasó entonces a preguntas sencillas pero de caracter menos personal. Buscaba información que cualquier humano podía conocer pero no necesariamente un alienígena. "¿Qué hora es si la manilla pequeña del reloj apunta hacia abajo y la grande a la derecha? ¿Qué pais es el más poblado del planeta? ¿Cual es la unidad de medida de peso en el sistema métrico internacional? ¿De qué color se ponen las hojas caducas en otoño?". Pero Jack las seguía contestando esperanzado por demostrar su pretendida humanidad.

Al cabo, acabo por verse a sí misma preguntando acertijos. "Si un gallo pone un huevo en lo alto de un campanario a las diez en punto, ¿Por qué dirección cae?; Un hombre sale de su casa y camina 50 pasos en dirección Sur, 20 en dirección Este y, allí, se encuentra un oso. Entonces corre 50 pasos en direccón Norte y se refugia en su casa, ¿De qué color era el oso que vio?" Jack contestaba cada vez más contrariado, ya que aquel interrogatorio no avanzaba a pesar de que él parecía contestar correctamente a todo. Por su parte, Mia parecía querer buscar una pregunta capaz de lo imposible.

Entonces Mia preguntó

Un niño y un pato nacieron el mismo día. ¿Al cabo de un año cuál es mayor?

Jack, desconcertado la miró sin comprender.

¿El pato por su esperanza de vida?

Pero Mia perdió el ánimo repentinamente consciente de lo absurdo de la situación.

El pato porque tiene un año y pico... ¡Esto es absurdo! - Se quejó contra su propia idea - ¿Cómo vamos a encontrar una pregunta cuya respuesta sea a todas luces humana o alienígena?

Entonces Jack comenzó a gritar, puesto que se dio cuenta que él mismo había depositado sus esperanzas en aquel interrogatorio.

¡SOY HUMANO, POR EL AMOR DE DIOS! ¡HUMANO! ¡¿CÓMO QUERÉIS QUE LO DEMUESTRE?! ¡DECÍDMELO Y LO HARÉ! ¡SOY HUMANO!...

Pero aquello no ayudaba. Solo planteaba una paradoja irresoluble porque sus respuestas y gritos eran exactamente los mismos que serían tanto si fuese alienígena como humano.

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05/11/2020, 22:14
Narrador
Sólo para el director

Todos se dieron cuenta de que no podían resolver la ecuación.

Podían soltarle por la falta de evidencias, pero era también sinónimo de dejarse vencer por la criatura, oues no tenían modo de distinguirla de un humano normal y la piedad sería equivalente a la inacción, porque nunca se atreverían a sentenciar a alguien con esas dudas que les invadían.

Podían aislarle, pero sabían que eso era sinónimo de matarle, porque había un cazador violento y desesperado.

Podían mantenerle atado entre ellos, pero habían visto a la criatura sacar tentáculos de gran longitud con lo que, si era La Cosa, podría atacarles de noche y suplantarles.

Podían matarle directamente, pero el riesgo de la equivocación era demasiado alto para cargar con aquel peso.

Se les agotaban las opciones, así que hicieron lo que la Humanidad llevaba haciendo desde que el hombre es hombre: tomar la opción más cobarde. Ni arriesgarse a que Jack fuera una criatura de otro mundo, ni hacerse cargo personalmente.

Aun así, como no querían que Jack muriese como el resto, decidieron meterle en un cuarto de mantenimiento que daba al lugar de la Casa de la Administración allí donde todos iban a dormir. Era un lugar donde aislarle pero sin más entradas posibles, de modo que su puerta siempre estarìa vigilada. Además, dada la gran cantidad de salas que habían dejado de estar operativas, era allí, en el gimnasio o en uno de los baños.

Abrieron el cuarto de mantenimiento que olía a amoniaco por los productos de limpieza que allí se guardaban y le metieron dentro mientras este oataleaba y gritaba atado como estaba a la silla. Tanto gritaba, que agradecieron cerrar la puerta con él dentro y amortiguar sus ruegos.

Al cerrar la puerta desde fuera pudieron oir un leve "click".

¿Pero qué...?

Pero no hubo tiempo de terminar la cuestión pues una explosión tiró abajo la puerta del cuarto de mantenimiento y asoló el interior cortando de raiz los gritos de Jack.

Rápidamente se movilizaron para conseguir unos extintores una vez más. Cuando consiguieron sofocar las llamas, que esta vez no eran muchas, pudieron comprobar que Jack habìa sido humano.

Más aun. Comprobaron que aquel olor a amoniaco no era por haber muchos productos de limpieza sino porque alguien había preparado una trampa bomba casera. Al parecer, quien había conseguido encerrarles el día anterior no lo había hecho sólo por placer, sino para tener tiempo suficiente fuera de los barracones y preparar más elementos con los que cazaros a todos sin ponerse en riesgo propio. Y Jack había sido el primero en sufrir esas medidas.

Probablemente aquella noche su preocupación se volviese mucho más terrestre. Todos se retiraron cabizbajos a oensar en el significado de la inocencia de Jack.

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19/11/2020, 20:01
Narrador
Sólo para el director

Y un día más llegó a su fin, pero este no había sido un día cualquiera. Había sido el peor día de su vida o, si no, uno de los tres peores.

La falta de luz eléctrica y de calefacción por la explosión del depósito de combustible que alimebtaba los generadores había sido fatal. Su única oportunidad había sido confiar en la pericia de Lyra y Jeffrey para reparar el tractor de vapor, que estaba seriamente dañado.

Pronto el grupo había empezado a acusar el frío y la oscuridad hasta el punto de tener que salir del complejo para entrar en calor, puesto que la piscina llameante que era ahora el depósito enterrado era la única fuente de luz y calor. Las chicas guiaron al grupo hasta allí, ya que habían pasado por aquel lugar cuando regresaban de su encierro en La Casa del Paraíso tan solo 3 días antes.

Todos reconocieron el lugar al verlo, pues era también donde había tenido lugar el primer ataque de La Cosa. Aquel que acabara con la vida de los perros y de Mayor. Aunque en aquel entonces no sabían lo cerca que se encontraban del depósito que tan solo una semana después sería su única salvación.

La columna de humo ascendía hasta perderse más allá de la niebla y hacía llorar los ojos, pero la luz y el calor que emanaban de aquel fuego eran todo cuanto les quedaba. Blair había hecho un buen trabajo cazándoles, pero aun no había podido con ellos.

Al finalizar el día y tras un ardúo trabajo de todos turnándose para asistir a Lyra y Jeffrey llevándoles materiales para reparación obtenidos incluso de las mismas paredes del complejo.

En todo ese tiempo, siempre alguien controlaba con actitud paranoica los movimientos de Jesús. Y nunca era un solo guardia y tampoco era un guardia desarmado.

Todo parecía indicar que aquella votación estaba decidida desde la primera hora del amanecer.